Estimado lectores, encontré un artículo interesante en el que habla de las similitudes que existen entre el jardín del edén bíblico y el de los sumerios, especialmente al relato de la costilla de Adán.
En el análisis del relato bíblico referido al Edén podemos encontrar ciertos paralelismos con los textos de la cultura sumeria, los cuales hacen referencia al Dilmún (su Edén), la fruta prohibida, la costilla de Adán, entre otros temas en común.
Una tierra virginal y prístina,
donde los leones no matan,
los lobos no se llevan a los corderos,
los cerdos no saben que los granos son para comer.
El pecado original
En cuanto al pecado original, la Biblia nos dice que Adán y Eva comieron del fruto del árbol del conocimiento, que les estaba prohibido, y que luego por ello, fueron expulsados del Edén, con todo lo que ello implicó:
Gén.3.6. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
Por su lado, el poema narra una historia en la que Enki ciertamente incurre en un acto de pecado original, y luego come del fruto de unas plantas que habían sido concebidas como venganza de su pecado.
La historia inicia con la incestuosa relación que Enki tiene con sus hija, hija/nieta e hija/nieta/bisnieta, Ninsar, Ninkurra y Uttu, respectivamente:
Enki defloró a Uttu (despertó sexualmente)
La abrazó contra el pecho
Tocó pervirtiendo su entrepierna
Acarició sus ingles, con sus manos
Besó e hizo el amor a la más joven
Enki vertió su semen en la matriz de Uttu
Ella concibió el semen en la matriz, el semen de Enki
Uttu, despertó y gritó “¡calamidad! Mis ingles”
“¡calamidad! Mi hígado”, “¡calamidad! Mi corazón”
Ninhursag la vio y removió el semen de su cuerpo.
Seguidamente, Ninhursag se venga sembrando ocho plantas que Enki come, causándole ocho enfermedades en su cuerpo.
Enki, entre los marjales, mira a su alrededor, mira a su alrededor.
Y dice a su mensajero Isimud:
«Quiero decretar la suerte de estas plantas. Quiero conocer su “corazón”.
¿Cuál es, por favor, esta planta? ¿Cuál es, por favor, esta planta?»
Isimud, su mensajero, le responde:
«Rey mío, ésta es la planta-árbol», le dice.
Y la corta para Enki, quien se la come.
Tras comer 7 plantas más Ninhursag, lo maldice y lo condena a muerte:
Enki decretó, pues, la suerte de estas plantas y conoció su «corazón».
Pero, entonces, Ninhursag maldijo el nombre de Enki:
«¡Hasta que esté muerto, no le fijaré jamás con el Ojo de la Vida!»
Mientras Enki cae fatalmente enfermo, y sin que los dioses Anunnaki puedan ayudarlo, aparece un nuevo personaje en la historia: un zorro con la habilidad de hablar (tal como la serpiente que le habla a Eva). Este le dice a Enlil que, a cambio de una recompensa conveniente, puede hacer que Ninhursag regrese a Nippur. Enlil le propone erigirle una suerte de monumento en Nippur que le dará renombre (fama), lo que el zorro acepta.
De la costilla de Adán
No se explicita en la narración anterior que le dice el zorro para convencer a Ninhursag, pero ella regresa junto a los dioses y finalmente accede a deshacer el conjuro. Ninhursag hace que Enki se siente a su lado y crea ocho deidades para sanar cada uno de sus malestares.
Y precisamente esta parte del poema bien podría explicar un hecho un tanto desconcertante de la Biblia que es: porque Dios crea a la primera mujer sobre la base de una costilla de Adán?
Gén.2.21/22. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
En el poema, justamente una de las partes enfermas de Enki es una «costilla», para lo que Ninhursag crea a la diosa Ninti:
«Hermano mío, ¿dónde te duele?
—Mi costilla me duele.
—A la diosa Ninti he dado a luz para ti.»
El tema con la costilla es el siguiente: el nombre sumerio de costilla es “ti”.
La diosa creada para curar la costilla de Enki se llama Ninti, la «Dama de la costilla». Pero el vocablo sumerio “ti” también significa «hacer vivir».
Los escribas sumerios, haciendo un juego de palabras, denominaron a la diosa “Ninti”, tanto por su significado como la «Dama de la costilla» como de la «Dama que hace vivir».
Este juego de palabras que funciona para el idioma sumerio, pierde todo sentido en cualquier traducción.
Sobre la manzana
Sobre la cuestión de la “manzana“, en ningún lugar de la Biblia se menciona a dicha fruta, por lo que parece haber sido un agregado folklórico. Sin embargo sí podemos encontrar este detalle en el poema que venimos analizando. Cuando Enki intenta seducir a su hija/nieta/bisnieta Uttu y se hace pasar por el jardinero:
Enki hizo su rostro atractivo y tomó un bastón en la mano. Enki se detuvo en la casa de Uttu y golpeó a su puerta (exigente): “Abre, abre”. (Ella le preguntó): “¿Quién eres tú?” (Él contestó) “Yo soy un jardinero. Déjeme darle pepinos, manzanas y uvas para su consentimiento”. Con alegría Uttu abrió la puerta de su casa. Enki dio Uttu, la mujer exaltada, los pepinos en ……, dio sus manzanas con sus tallos que sobresalían, dio sus uvas en sus racimos.
También podemos encontrar una referencia más puntual a la manzana en el poema de Inanna y el Dios de la Sabiduría (Enki), precisamente conectando la idea de dicha fruta con el conocimiento:
Inanna colocó la shugurra, la corona de la llanura, sobre su cabeza.
Fue al corral, con el pastor de ovejas.
Se recargó contra un manzano.
Al recargarse contra el manzano, su vulva era maravillosa de contemplar.
Regocijándose, la joven mujer Inanna aplaudió. Se dijo:
“Yo, la Reina del Cielo, he de visitar al Dios de la Sabiduría.
He de ir al Abzu, al lugar sagrado en Eridu.
He de honrar a Enki, el Dios de la Sabiduría, en Eridu.
He de pronunciar una plegaria en las profundas aguas dulces.”
La fuente que regaba la Tierra
Otro punto del que se pueden encontrar similitudes es el del agua que brotaba de la tierra en el Edén:
Gén.2.6. Salía empero de la tierra una fuente, que iba regando toda la superficie de la tierra.»
Gén.2.10. Y salía de Edén un río para regar el huerto…
En la primera parte del mismo poema de Enki y Ninhursag se relata cómo Enki hace brotar agua fresca de la tierra:
“En ese momento, en ese día, y bajo ese sol, cuando Utu subió a los cielos, de los torrentes de agua en la orilla de Ezen, de alto templo radiante de Nanna, de la boca de las corrientes de aguas subterráneas, aguas frescas corrían por encima del suelo para ella. Las aguas se elevaron de allí en dirección a sus grandes cuencas. Su ciudad bebió agua en abundancia de ellos. Dilmun bebió agua en abundancia de ellos. Sus piscinas de agua salada realmente se convirtieron en estanques de agua dulce. Sus campos, gleba y surcos produjeron grano para ella. Su ciudad de hecho se convirtió en un emporio en el muelle sobre la Tierra. Dilmun de hecho se convirtió en un emporio en el muelle sobre la Tierra. En ese momento, en ese día, y bajo ese sol, es lo que de hecho sucedió”.
De guardar el árbol de la vida
La Biblia nos cuenta también que luego de transgredir la prohibición del fruto del conocimiento, Dios asigna querubines para resguardar el árbol de la vida (que hasta ese momento no era prohibido):
Gén.3.24. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
Esto nos remite a dos escenas de la Epopeya de Gilgamesh, poema de origen sumerio, versionado a través de los siglos por diversas culturas herederas de la sumeria.
En la primera, un monstruo gigante llamado Huwawa era el guardián del bosque de los cedros en la “Tierra de los Vivos”, el Dilmun, donde moraban los dioses. Humwawa, figura simbólica y universal del dragón, aparece casi deificado, encargado por los dioses de guardar la morada sagrada de los mismos, idea que cuadra con una de las funciones simbólicas de los dragones: la vigilancia, y su derrota equivalía figurativamente a pasar a la “inmortalidad”.
La segunda escena la podemos encontrar sobre el final del poema cuando Gilgamesh alcanza finalmente la planta de la juventud eterna pero surge una serpiente del agua que se la arrebata. En el mismo Siuzudra (Atrahasis o Utnapishtim de acuerdo a la versión), el Noé sumerio, le dice:
«Gilgamesh, viniste aquí, penando y esforzándote. ¿Qué te entregaré para que regreses a tu tierra con honor? (Te) revelaré, oh Gilgamesh, una cosa oculta, y un secreto de los dioses te diré: Hay una planta, como el cambrón es su… Sus espinas pincharán tus manos como la rosa. Si tus manos obtienen la planta, serás joven de nuevo».
En cuanto Gilgamesh oyó esto, abrió la cañería, ató piedras pesadas a sus pies. Le bajaron a lo profundo y vio la planta. Cogió la planta, aunque pinchó sus manos. Cortó las piedras pesadas de sus pies y el mar lo lanzó a la orilla. Gilgamesh habló a Urshanabi, el barquero, diciendo: «Urshanabi, esta planta es una planta contra la decadencia, por la que un hombre puede reconquistar el aliento de su vida. La llevaré a la amurallada Uruk, haré que un anciano la coma para probarla. El nombre de la planta es “El Hombre se hace Joven en la Senectud”. Entonces, yo mismo (la) comeré y así volveré al estado de mi juventud».
Después de veinte leguas se detuvieron para comer, después de treinta leguas se prepararon para pasar la noche.
Gilgamesh vio un pozo cuya agua era fresca. Bajó a bañarse en el agua.
Una serpiente olfateó la fragancia de la planta; salió del agua y arrebató la planta. Al retirarse mudó de piel.
De esta forma, la serpiente sumeria le quita a Gilgamesh la obtención de la planta de la juventud eterna, casi como si fuera un guardián de la misma.
Y paradójicamente, de la misma forma se comporta también la serpiente bíblica, ya que al disuadir a Eva de comer del árbol del conocimiento, evita al mismo tiempo que lo haga del árbol de la vida.
*Tomado de https://reydekish.com/2013/10/01/el-eden-sumerio/