Un pueblo entero contra un profesor ateo
Miguel Lorenzo se ha ganado la animadversión del pueblo por pedir a sus estudiantes que piensen sobre la lógica e historia de las religiones. Foto: La Nación. |
Diferentes ONG ateas de Colombia anunciaron que llevaran este caso a las autoridades para evitar la discriminación de este docente, asà como para garantizar la libertad de cátedra.
Noticia de La Nación.com
Texto de Francisco Argüello
Miguel Lorenzo Trujillo Navia es huilense, nació en Guadalupe, pero se profesionalizó en la Universidad San Buenaventura de Bogotá como licenciado en filosofÃa y regresó a su departamento.
Miguel Lorenzo Trujillo Navia es huilense, nació en Guadalupe, pero se profesionalizó en la Universidad San Buenaventura de Bogotá como licenciado en filosofÃa y regresó a su departamento.
En el Colegio Simón BolÃvar de Garzón- la Capital Diocesana- lo albergaron como maestro de filosofÃa desde junio de 2015 y desde su llegada ha sido epicentro de crÃticas y ataques verbales por parte de padres de familia, docentes y hasta de la Iglesia Católica en el pueblo que se alertó por sus cátedras y desde el púlpito- según contó Trujillo a LA NACIÓN- le lanzan dardos y lo ponen colocan en la guillotina de los garzoneños.
“Trabajé con los estudiantes de once, filosofÃa de la religión, ética, epistemologÃa y lógica, pero empezó a presentarse recelo entre los padres de familiaâ€, dice el maestro.
Los estudiantes llegaban a casa con libros, documentos y empezaban a tener cuestionamientos sobre su vida. El primero: ¿qué es Dios? ¿Es real? “Los padres no tuvieron las respuestas suficientes para solucionar las incógnitas de sus hijos y empezó el problemaâ€, resume el filósofo.
Trujillo le confesó a LA NACIÓN que es ateo, pero que respeta la religión de sus estudiantes, de los padres de familia y no pretende entrometerse en esos escenarios. “Más que ateo soy un filósofoâ€, aclara, pero en el Simón BolÃvar no lo ven asÃ. Sus clases están ligadas a debates, a cuestionamientos, a llevar a la filosofÃa a la vida real y a preguntarse el porqué de lo existente.
No obstante, lo llamaron de la Coordinación Académica del BolÃvar. Le pidieron que explicara porqué padres de familia de noveno, décimo y once estaban inquietos porque sus hijos no querÃan ir a misa y cada vez más preguntaban por la Iglesia Católica y dudaban de la fe cristiana. “Yo les respondÃa que el padre debÃa estar preparado para un niño que estaba empezando a hacer cuestionamientos y abrir su mente…â€.
Lo que vino después…
En una entrega de calificaciones- el lunes pasado- se quebró el florero de Llorente. Un padre de familia se le acercó a Miguel Lorenzo. Él le pasó la mano, pero el acudiente se la dejó extendida. “Personas como usted no merece que uno la saludeâ€, le dijo el padre al maestro.
“Uno trata de educar a sus hijos en la fe cristiana, formarlos, pero usted los pone a pensar maricadas. Yo no sé por qué a un hijo de puta como usted lo dejan trabajar en un colegio, yo no sé por qué llega una persona hijo de puta como usted al colegioâ€, le gritaba. Y no lo golpeó porque el docente de filosofÃa estaba convaleciente y se sostenÃa con un bastón.
El enfurecido acudiente se marchó a la rectorÃa y siguió atacando verbalmente al profesor. E incluso amenazó con golpearlo, pero en el colegio le pedÃan que se calmara.
Miguel Lorenzo Trujillo no tuvo otra opción que abandonar su pizarra e ir hasta la Estación de PolicÃa de Garzón a colocar la denuncia. En el colegio no encontró apoyo.
Desde la rectorÃa le reclamaron por lo ocurrido, le insistieron en que no podÃa hacer proselitismo en las clases y hacer defensa o arremeter en contra de la religión.
“No puedo faltar a mi ética profesional y negar ciertos contenidos porque el ambiente católico en Garzón no lo permite. No puedo- como filósofo- acallar la razón, el discurso en pro de creencias personalesâ€, explicó el profesor, quien cree que el Simón BolÃvar es un escenario académico y no puede ser viciado por creencias personales.
En las calles de Garzón se rumoraba sobre las clases de Trujillo como un secreto a voces, en la emisora Dinámica Estéreo, el periodista AmÃn Trujillo llenó su parrilla informativa con la polémica historia, citando a padres de familia, a la iglesia, pero sin darle voz al maestro, como lo dijo él a LA NACIÓN.
Era el filósofo que habÃa llegado al pueblo a derrumbar a la religión católica, a convertir a cuanto niño católico se le atravesara, como alcanzaron a especular algunos. Y por esto, desde el púlpito de la Iglesia de Nazareth, el sacerdote católico Jorge Quintero, decÃa en varias de sus homilÃas dominicales: “Los padres de familia tienen que ser pastores y las ovejitas que Dios les ha encomendado son sus hijos y deben darse cuenta de qué se están alimentando estas ovejitas, cuál es el alimento, y si van a recibir un alimento que los contamina, que los daña, que los hiere, los lastima, hay que tener cuidado…â€.
El problema se agrandó. En el pueblo, los padres de familia recogieron firmas pidiendo que al maestro lo retiraran del colegio y exigÃan que se reformulara los contenidos de las clases de filosofÃa.
“Eso me parece grave, es pretender que un discurso cristiano intervenga en una catedra académica y eso sà serÃa apologÃa de una religión, eso serÃa violar el derecho de los demás estudiantes. O qué tal si permitimos que un pastor evangélico, o de las Casas sobre las Rocas venga a hacer una semana vocacional al colegioâ€, añadió el profesor, quien hoy teme por su vida. “Si desde el púlpito se incita a las poblaciones a la violencia, no hay nada más que hacer. Cerremos la página y volvamos a la edad mediaâ€, concluye.
El Obispo de la Diócesis de Garzón lo atendió en su despacho. Hablaron durante horas y llegaron a varias conclusiones. “El Obispo me presentó muy amablemente al sacerdote Jorge Quintero, quien era el que hablaba de mà desde el púlpito. Le dije ‘mucho gusto, soy el profesor de quien se está hablando y denigrando. Quisiera saber bajo qué argumentos usted dice que yo soy un ateongo, según sus palabras, que viene a atacar los valores cristianosâ€.
A la Iglesia- según conoció LA NACIÓN- iban algunos garzoneños y con chismes envenenaban a los sacerdotes católicos. “Les decÃan que yo, cuando llegaba al salón les pedÃa a mis estudiantes que sacaran los cristos o yo no daba clases, que les decÃa a los estudiantes que quemaran las biblias. Eso no es cierto, jamás pasóâ€.
Contraparte
LA NACIÓN contactó al sacerdote Jorge Quintero de la Iglesia Nazareth en Garzón. “Ayer nos reunimos con el profesor. Y se ha jugado al teléfono roto porque una cosa es lo que dice él en sus clases, otra la que interpretan los alumnos y otra los padres de familia. Ha habido un dialogo sano, bueno, equilibrado. De pronto sà se ha hecho una apologÃa ética, pero lo importante es el presente y yo lo veo a él ubicado en su materia, en su sitio. Le insistÃamos que aplicáramos el adagio latino: cada uno en lo suyo, que él se dedique a su materia sin tener que influir, insistir o trasmitir un pensamiento contrario sobre la región católica con los estudiantesâ€.
El profesor- dice el sacerdote- le reconoció que es ateo, “sin embargo, la conclusión es que en vista de todo lo que se ha presentado, él se dedicará con más cuidado su materia. Lo importante es que después del diálogo de ayer, la situación quedó bienâ€.
El padre Quintero dice que preguntarle a los alumnos si el maestro hizo apologÃa del ateÃsmo es difÃcil “porque lo van a negar por la figura del profesor, pero sà se tuvo conocimiento por información de los padres de familia que dijeron que los muchachos manifiestan que él les decÃa que Dios no existÃa, que Dios era una falacia, que habÃa que abrirle los ojos. Ellos lo dicen, pero a la hora de confrontar a los jóvenes, se quedarán callados…â€.
La Iglesia Católica seguirá atenta a las cátedras del maestro, mientras Miguel Lorenzo Trujillo sigue con miedo. Teme que Garzón termine convertido en un Salem, donde terminaron quemando a quienes pensaron distinto a un pueblo que, como la Capital Diocesana del Huila, es godo, católico apasionado y en algunos, casos con gente chismosa, como lo dice en su canción el maestro Ramiro Chávarro.
“Trabajé con los estudiantes de once, filosofÃa de la religión, ética, epistemologÃa y lógica, pero empezó a presentarse recelo entre los padres de familiaâ€, dice el maestro.
Los estudiantes llegaban a casa con libros, documentos y empezaban a tener cuestionamientos sobre su vida. El primero: ¿qué es Dios? ¿Es real? “Los padres no tuvieron las respuestas suficientes para solucionar las incógnitas de sus hijos y empezó el problemaâ€, resume el filósofo.
Garzón queda en el municipio del Huila, en el sur de los Andes colombianos. Foto: Wikipedia. |
Lo que vino después…
En una entrega de calificaciones- el lunes pasado- se quebró el florero de Llorente. Un padre de familia se le acercó a Miguel Lorenzo. Él le pasó la mano, pero el acudiente se la dejó extendida. “Personas como usted no merece que uno la saludeâ€, le dijo el padre al maestro.
“Uno trata de educar a sus hijos en la fe cristiana, formarlos, pero usted los pone a pensar maricadas. Yo no sé por qué a un hijo de puta como usted lo dejan trabajar en un colegio, yo no sé por qué llega una persona hijo de puta como usted al colegioâ€, le gritaba. Y no lo golpeó porque el docente de filosofÃa estaba convaleciente y se sostenÃa con un bastón.
El enfurecido acudiente se marchó a la rectorÃa y siguió atacando verbalmente al profesor. E incluso amenazó con golpearlo, pero en el colegio le pedÃan que se calmara.
Qué hizo…
Miguel Lorenzo Trujillo no tuvo otra opción que abandonar su pizarra e ir hasta la Estación de PolicÃa de Garzón a colocar la denuncia. En el colegio no encontró apoyo.
Desde la rectorÃa le reclamaron por lo ocurrido, le insistieron en que no podÃa hacer proselitismo en las clases y hacer defensa o arremeter en contra de la religión.
“No puedo faltar a mi ética profesional y negar ciertos contenidos porque el ambiente católico en Garzón no lo permite. No puedo- como filósofo- acallar la razón, el discurso en pro de creencias personalesâ€, explicó el profesor, quien cree que el Simón BolÃvar es un escenario académico y no puede ser viciado por creencias personales.
En las calles de Garzón se rumoraba sobre las clases de Trujillo como un secreto a voces, en la emisora Dinámica Estéreo, el periodista AmÃn Trujillo llenó su parrilla informativa con la polémica historia, citando a padres de familia, a la iglesia, pero sin darle voz al maestro, como lo dijo él a LA NACIÓN.
El Colegio Simón Bólivar Foto de http://colbolivargarzon.es.tl/ |
El problema se agrandó. En el pueblo, los padres de familia recogieron firmas pidiendo que al maestro lo retiraran del colegio y exigÃan que se reformulara los contenidos de las clases de filosofÃa.
“Eso me parece grave, es pretender que un discurso cristiano intervenga en una catedra académica y eso sà serÃa apologÃa de una religión, eso serÃa violar el derecho de los demás estudiantes. O qué tal si permitimos que un pastor evangélico, o de las Casas sobre las Rocas venga a hacer una semana vocacional al colegioâ€, añadió el profesor, quien hoy teme por su vida. “Si desde el púlpito se incita a las poblaciones a la violencia, no hay nada más que hacer. Cerremos la página y volvamos a la edad mediaâ€, concluye.
El Obispo de la Diócesis de Garzón lo atendió en su despacho. Hablaron durante horas y llegaron a varias conclusiones. “El Obispo me presentó muy amablemente al sacerdote Jorge Quintero, quien era el que hablaba de mà desde el púlpito. Le dije ‘mucho gusto, soy el profesor de quien se está hablando y denigrando. Quisiera saber bajo qué argumentos usted dice que yo soy un ateongo, según sus palabras, que viene a atacar los valores cristianosâ€.
A la Iglesia- según conoció LA NACIÓN- iban algunos garzoneños y con chismes envenenaban a los sacerdotes católicos. “Les decÃan que yo, cuando llegaba al salón les pedÃa a mis estudiantes que sacaran los cristos o yo no daba clases, que les decÃa a los estudiantes que quemaran las biblias. Eso no es cierto, jamás pasóâ€.
Contraparte
"Ateongo" es el mote que el sacerdote Jorge Quintero ha usado contra el profesor desde su púlpito. |
El profesor- dice el sacerdote- le reconoció que es ateo, “sin embargo, la conclusión es que en vista de todo lo que se ha presentado, él se dedicará con más cuidado su materia. Lo importante es que después del diálogo de ayer, la situación quedó bienâ€.
El padre Quintero dice que preguntarle a los alumnos si el maestro hizo apologÃa del ateÃsmo es difÃcil “porque lo van a negar por la figura del profesor, pero sà se tuvo conocimiento por información de los padres de familia que dijeron que los muchachos manifiestan que él les decÃa que Dios no existÃa, que Dios era una falacia, que habÃa que abrirle los ojos. Ellos lo dicen, pero a la hora de confrontar a los jóvenes, se quedarán callados…â€.
La Iglesia Católica seguirá atenta a las cátedras del maestro, mientras Miguel Lorenzo Trujillo sigue con miedo. Teme que Garzón termine convertido en un Salem, donde terminaron quemando a quienes pensaron distinto a un pueblo que, como la Capital Diocesana del Huila, es godo, católico apasionado y en algunos, casos con gente chismosa, como lo dice en su canción el maestro Ramiro Chávarro.