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Martes, 31 de Marzo de 2020

Iglesias: ¡Paguen impuestos sobre diezmos y ofrendas!


En la mañana del 30 de marzo el pastor y senador John Milton Rodríguez solicitó, por medio de su cuenta de Twitter al gobierno nacional quese incluyeran a las iglesias en el grupo a beneficiarse con las medidas económicasde emergencia en la contingencia de la pandemia de coronavirus.

Su trino y posterior entrevista radial en W Radio, causó reacciones,en su mayoría adversas, en miles de ciudadanos que recordaron que las iglesias no pagan impuestos, además de las frecuentes solicitudes de diezmos y ofrendas por parte de los pastores.

La solicitud del Senador y también pastor de la Iglesia “Misión Paz a las naciones” de Cali llegó una semana después de que circulara en redes sociales un vídeo de la pastora María Paula Arrázola en el que dice: “Así que yo te invito a que no hagas solo depósitos aquí en la Tierra, en el banco o tu cuenta de ahorros, en tu fiducia o en tu CDT, sino que abras una cuenta celestial. Y si ya la abriste que hagas depósitos. Porque el Señor va a multiplicar lo que demos para él […] Yo los invito que podamos ofrendar con alegría”continua la pastora.  Cabe aclarar que la cuenta celestial tiene un número muy terrenal al que tienen acceso los esposos Arrázola, líderes de Ríos de Vida, iglesia cristiana de Cartagena.

Causa extrañeza la declaración hecha por el pastor John Milton Rodríguez de que las iglesias no tienen dinero para pagar salarios y parafiscales a sus empleados. Rodríguez habló de “sociólogos, psicólogos” y otros profesionales. La mayoría de las cerca de 8 mil denominaciones cristianas con personería jurídica especial son iglesias de barrio, en el que hay un pastor y fundador, el que recolecta los diezmos, y muchos de los feligreses donan su tiempo para el aseo, arreglos locativos, arreglos florales, etc. De igual manera, quienes leen la Biblia o cantan, rara vez cobran por ello, sino que hace parte de su ejercicio de culto. Pocas son las obligaciones económicas, y por el contrario muchos son los ingresos.

Las iglesias y agrupaciones religiosas en general gozan de inmensos beneficios económicos que son conocidos por muchos ciudadanos. Las iglesias en Colombia no pagan impuestos nacionales ni municipales. Por ejemplo, el impuesto sobre la renta, que pagan las empresas, está exento para las organizaciones de fe. Esto según el artículo 23 del Estatuto tributario. A nivel distrital o municipal tampoco pagan el impuesto predial, ni sobretasa de impuesto ambiental. 


Montar una iglesia es un negocio sumamente redondo. Un pastor de una iglesia pequeña, o que llaman de garaje, que congregue 50 personas adultas. Podría recibir mensualmente entre tres y seis millones de pesos, según los ingresos de los feligreses. Recordemos que el diezmo que se pide es el 10% de los ingresos. Además de los diezmos, están las ofrendas y el “sembrar promesas”, que son ofrendas que se hacen para obtener un milagro o favor especial. Todos estos ingresos están libres de IVA, no hay impuesto sobre la renta, no hay que pagar impuesto predial. El templo se construye muchas veces con donativos de los feligreses, y así sucesivamente. Algunas iglesias organizan encuentros o salidas para parejas de esposos o empresarios en los que cobran la asistencia al evento. Ahora calculen como será en las iglesias más grandes que tienen transmisión por televisión, luces, sonido, batería, datafono para cobrar los diezmos, y hasta les sobra para pagar campañas políticas al Concejo y al Congreso de la República.

Las viviendas, vehículos y viajes de los pastores de las mega iglesias distan mucho de ser los de un sector que necesite ayuda del Estado. Como será de buen negocio que una humilde costurera de Chipatá, Santander, pasó en diez años de vivir en un barrio de clase media de Bogotá a ser dueña de unamansión en Weston, Florida, y comprar otras paras sus hijos. El logo de fondo azul y letras blancas de esta denominación se puede ahora encontrar en 48 países. Uno de los seis baños de su mansión vale lo de tres viviendas de interés social. Es tan rica como poderosa, al punto de tener un ejercito de fieles que logran tumbar artículos o vídeos que no le son favorables a ella o a su denominación.


Pero mientras en el sector religioso el dinero libre de impuestos abunda, en el de la ciencia y la tecnología en Colombia, por mencionar uno de varios, languidece por falta de financiación estatal. Es increíble que una ciudad del tamaño de Bogotá no cuente con un Museo de Historia Natural (como lo tienen Nueva York, Buenos Aires o Ciudad de México) mientras que hay iglesias en cada esquina de barrio. En Bogotá, para que los niños de un colegio público de puedan ir a Maloka o al Planetario, toca que la institución educativa estire su presupuesto para pagar las entradas y el alquiler de buses.
En Colombia centenas de físicos, químicos, biólogos, farmacéuticos, ingenieros y médicos si quieren hacer investigación deben irse del país porque no hay dinero para investigación, cuando los recursos estarían disponibles si se gravaran los diezmos, ofrendas, primicias y donaciones con el mismo porcentaje que se graban las ganancias en la empresa privada.

Para este año Minciencias cuenta con un exiguo presupuestode $ 392.362 millones. En el caso que las iglesias de Colombia tuvieran que declarar renta y pagaran al igual que las empresas, el 30% sobre sus ingresos brutos, las entidades religiosas tendrían que haber declarado en el año 2017 $1,6 billones sobre los $5,4 billones recaudados. De ahí podría haber dinero suficiente para la investigación y divulgación científica, sectores cenicienta en la distribución presupuestal, o para enfrenar la actual crisis de coronavirus, en momentos en que tantos ciudadanos que viven de la economía informal están en ascuas.

En un comunicado de prensa emitido por ONG ateas yhumanistas seculares, se ha hecho eco de esta indignación ciudadana frente a lapropuesta del Pastor John Milton Rodríguez y piden Gobierno Nacional y al Legislativo tres cosas: “1) Una contabilidad clara y pública a las iglesias de los diezmos y ofrendas que reciben, la forma como se invierten y el dinero que de estos llegan al patrimonio de los pastores; 2) que las megaiglesias y denominaciones más grandes y solventes paguen impuesto predial y 3) que se graven los diezmos y ofrendas a fin de obtener recursos para el sector de ciencia y tecnología.”

Es poco probable que estas últimas solicitudes las escuche este gobierno. Más aún cuando encontró en el voto amarrado de las iglesias un fortín electoral. Pero, confío que cada vez sean más los ciudadanos críticos, los votantes de opinión que empiecen a subir la voz y decir con más frecuencia y más alto ¡Iglesias paguen impuestos!


Viernes, 19 de Mayo de 2017

Se empieza a cobrar impuestos a las Iglesias en Montreal

La exención total de impuestos a las iglesias se ha levantado, parcialmente, en Montreal, Canadá.

La mayor ciudad de la provincia del Quebec ha decidido dejar sin cobro de impuesto solo a los lugares destinados para el culto y empezar a cobrarlo a los edificios anexos propios de las iglesias, como librerías, bodegas, auditorios y demás.

También las iglesias que han cerrado y que dejan de realizar servicios religiosos se hacen inmediatamente merecedoras de cobro de los impuestos locales.

Joel Coppetiers, el pastor de la iglesia presbiteriana de Cote des Neiges, se sorprendió cuando su institución recibió por primera vez un impuesto municipal a principios de 2015. Los encargados del fisco cobraban por los espacios no destinados al culto, tal como se hace con los demás predios de la ciudad. Los funcionarios locales consideran que es una manera justa en que todos apoyan el crecimiento de la ciudad. Coppetiers no está de acuerdo. Para el concejal cristiano Peter McQueen esto va en detrimento de las iglesias y de la posibilidad de que puedan predicar. "Ya nuestras iglesias están en peligro, están teniendo una serie de problemas financieros y esto es un golpe más bajo"

Bill Maher, un ateo estadounidense aplaudió la decisión de sus vecinos canadienses. "La religión se ha utilizado para justificar todo, desde la mutilación genital hasta el genocidio. Muchas veces se aumenta el impuesto sobre el tabaco para que los niños no tengan cáncer, OK. Pero pongamos uno a la escuela dominical para que no se vuelvan estúpidos".

El alegato de muchos no religiosos y creyentes no afiliados es que toda exención de impuestos es un favorecimiento económico y de esa manera el estado termina subvencionando la religión. Si miramos que además se han recortado presupuesto a la ciencia, cultura y educación, tenemos que el Estado está prefiriendo la protección de la religión sobre la investigación científica. De hecho el pasado 22 de abril miles de personas salieron a protestar por el recorte de presupuesto a la investigación científica en Estado Unidos y en otros países.

En el contexto latinoamericano, solo Colombia se planteó la posibilidad de empezar a cobrar impuestos a las iglesias en el 2016, pero la propuesta fue rechazada gracias a la fuerte presencia de los pastores en la política y sus estrechos laxos con la ultraderecha.

En su momento el diario El Espectador presentó las siguientes razones por la cuales las iglesias deberían pagar impuestos en una columna editorial:
Primero, la exención tributaria lo que hace, en la práctica, es que les otorga a las instituciones religiosas un beneficio financiero que no reciben otras iniciativas de origen laico. Entonces, el Estado, que se dice separado de la iglesia, termina privilegiando a los cultos. Eso significa que una persona no creyente está recibiendo un trato distinto a un creyente, única y exclusivamente por cuestión de su religión. ¿Está justificada esa discriminación?
Segundo, la exención es un privilegio que no puede asociarse con la libertad de cultos. De hecho, imponer un régimen tributario igual para organizaciones laicas y religiosas lo que garantiza es que el Estado no entre a definir qué cultos ameritan la exención y cuáles no, dando vía libre a que las personas se organicen alrededor de las creencias que deseen. Por supuesto, tampoco se trata de que mediante cargas tributarias se censure un culto, pero eso puede definirse con una regulación adecuada, no con la exención.
Tercero, la exención causa que el Estado no cobre impuestos que, de tratarse de un particular laico, sí cobraría. Esa falta de recaudo implica que los impuestos de todos los colombianos, entre los que se encuentran personas ateas y otras que no están de acuerdo con ciertas religiones, vayan a suplir ese vacío, utilizando los recursos de todos para subsidiar el privilegio de unos cuantos (que, aunque sean mayoría, no han justificado esa diferenciación). 
Cuarto, cada vez más algunas iglesias se han convertido en espacios de participación política activa. Eso no es malo, pero si la organización de los cultos se va a utilizar para intervenir en los asuntos de la democracia, ¿no deberían entonces someterse a las reglas que cumplen todas las otras organizaciones con facetas políticas?
¿Y usted qué opina?