Iglesias: ¡Paguen impuestos sobre diezmos y ofrendas!


En la mañana del 30 de marzo el pastor y senador John Milton Rodríguez solicitó, por medio de su cuenta de Twitter al gobierno nacional quese incluyeran a las iglesias en el grupo a beneficiarse con las medidas económicasde emergencia en la contingencia de la pandemia de coronavirus.

Su trino y posterior entrevista radial en W Radio, causó reacciones,en su mayoría adversas, en miles de ciudadanos que recordaron que las iglesias no pagan impuestos, además de las frecuentes solicitudes de diezmos y ofrendas por parte de los pastores.

La solicitud del Senador y también pastor de la Iglesia “Misión Paz a las naciones” de Cali llegó una semana después de que circulara en redes sociales un vídeo de la pastora María Paula Arrázola en el que dice: “Así que yo te invito a que no hagas solo depósitos aquí en la Tierra, en el banco o tu cuenta de ahorros, en tu fiducia o en tu CDT, sino que abras una cuenta celestial. Y si ya la abriste que hagas depósitos. Porque el Señor va a multiplicar lo que demos para él […] Yo los invito que podamos ofrendar con alegría”continua la pastora.  Cabe aclarar que la cuenta celestial tiene un número muy terrenal al que tienen acceso los esposos Arrázola, líderes de Ríos de Vida, iglesia cristiana de Cartagena.

Causa extrañeza la declaración hecha por el pastor John Milton Rodríguez de que las iglesias no tienen dinero para pagar salarios y parafiscales a sus empleados. Rodríguez habló de “sociólogos, psicólogos” y otros profesionales. La mayoría de las cerca de 8 mil denominaciones cristianas con personería jurídica especial son iglesias de barrio, en el que hay un pastor y fundador, el que recolecta los diezmos, y muchos de los feligreses donan su tiempo para el aseo, arreglos locativos, arreglos florales, etc. De igual manera, quienes leen la Biblia o cantan, rara vez cobran por ello, sino que hace parte de su ejercicio de culto. Pocas son las obligaciones económicas, y por el contrario muchos son los ingresos.

Las iglesias y agrupaciones religiosas en general gozan de inmensos beneficios económicos que son conocidos por muchos ciudadanos. Las iglesias en Colombia no pagan impuestos nacionales ni municipales. Por ejemplo, el impuesto sobre la renta, que pagan las empresas, está exento para las organizaciones de fe. Esto según el artículo 23 del Estatuto tributario. A nivel distrital o municipal tampoco pagan el impuesto predial, ni sobretasa de impuesto ambiental. 


Montar una iglesia es un negocio sumamente redondo. Un pastor de una iglesia pequeña, o que llaman de garaje, que congregue 50 personas adultas. Podría recibir mensualmente entre tres y seis millones de pesos, según los ingresos de los feligreses. Recordemos que el diezmo que se pide es el 10% de los ingresos. Además de los diezmos, están las ofrendas y el “sembrar promesas”, que son ofrendas que se hacen para obtener un milagro o favor especial. Todos estos ingresos están libres de IVA, no hay impuesto sobre la renta, no hay que pagar impuesto predial. El templo se construye muchas veces con donativos de los feligreses, y así sucesivamente. Algunas iglesias organizan encuentros o salidas para parejas de esposos o empresarios en los que cobran la asistencia al evento. Ahora calculen como será en las iglesias más grandes que tienen transmisión por televisión, luces, sonido, batería, datafono para cobrar los diezmos, y hasta les sobra para pagar campañas políticas al Concejo y al Congreso de la República.

Las viviendas, vehículos y viajes de los pastores de las mega iglesias distan mucho de ser los de un sector que necesite ayuda del Estado. Como será de buen negocio que una humilde costurera de Chipatá, Santander, pasó en diez años de vivir en un barrio de clase media de Bogotá a ser dueña de unamansión en Weston, Florida, y comprar otras paras sus hijos. El logo de fondo azul y letras blancas de esta denominación se puede ahora encontrar en 48 países. Uno de los seis baños de su mansión vale lo de tres viviendas de interés social. Es tan rica como poderosa, al punto de tener un ejercito de fieles que logran tumbar artículos o vídeos que no le son favorables a ella o a su denominación.


Pero mientras en el sector religioso el dinero libre de impuestos abunda, en el de la ciencia y la tecnología en Colombia, por mencionar uno de varios, languidece por falta de financiación estatal. Es increíble que una ciudad del tamaño de Bogotá no cuente con un Museo de Historia Natural (como lo tienen Nueva York, Buenos Aires o Ciudad de México) mientras que hay iglesias en cada esquina de barrio. En Bogotá, para que los niños de un colegio público de puedan ir a Maloka o al Planetario, toca que la institución educativa estire su presupuesto para pagar las entradas y el alquiler de buses.
En Colombia centenas de físicos, químicos, biólogos, farmacéuticos, ingenieros y médicos si quieren hacer investigación deben irse del país porque no hay dinero para investigación, cuando los recursos estarían disponibles si se gravaran los diezmos, ofrendas, primicias y donaciones con el mismo porcentaje que se graban las ganancias en la empresa privada.

Para este año Minciencias cuenta con un exiguo presupuestode $ 392.362 millones. En el caso que las iglesias de Colombia tuvieran que declarar renta y pagaran al igual que las empresas, el 30% sobre sus ingresos brutos, las entidades religiosas tendrían que haber declarado en el año 2017 $1,6 billones sobre los $5,4 billones recaudados. De ahí podría haber dinero suficiente para la investigación y divulgación científica, sectores cenicienta en la distribución presupuestal, o para enfrenar la actual crisis de coronavirus, en momentos en que tantos ciudadanos que viven de la economía informal están en ascuas.

En un comunicado de prensa emitido por ONG ateas yhumanistas seculares, se ha hecho eco de esta indignación ciudadana frente a lapropuesta del Pastor John Milton Rodríguez y piden Gobierno Nacional y al Legislativo tres cosas: “1) Una contabilidad clara y pública a las iglesias de los diezmos y ofrendas que reciben, la forma como se invierten y el dinero que de estos llegan al patrimonio de los pastores; 2) que las megaiglesias y denominaciones más grandes y solventes paguen impuesto predial y 3) que se graven los diezmos y ofrendas a fin de obtener recursos para el sector de ciencia y tecnología.”

Es poco probable que estas últimas solicitudes las escuche este gobierno. Más aún cuando encontró en el voto amarrado de las iglesias un fortín electoral. Pero, confío que cada vez sean más los ciudadanos críticos, los votantes de opinión que empiecen a subir la voz y decir con más frecuencia y más alto ¡Iglesias paguen impuestos!


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