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Jueves, 17 de Septiembre de 2009

Creacionismo en órbita baja

El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente, pero, si es el resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que ser el de un demonio. Por mi parte encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y mas verosímil.
Bertrand Russell (Por que no soy cristiano)

Ya se ha comentado mucho el tema del astronauta de origen mexicano que viajó a bordo del transbordador Discovery en la misión a la estación espacial internacional. Fue especialmente polémica la entrevista de Carlos Loret de Mola al astronauta durante la misión y generó diversas reacciones, algunas de las cuales se refieren a la importancia que se le ha dado a la presencia de un tripulante hijo de mexicanos en esa nave, siendo que México lo único que hizo fue dificultar la vida de sus padres lo suficiente como para convencerlos del la conveniencia de buscar mejores oportunidades en los Estados Unidos.

En el blog de Loret de Mola hay un breve comentario sobre la entrevista y en los comentarios del blog se pueden leer las diversas reacciones de los lectores. Me sorprende que, por lo menos hasta hoy, los comentarios se centran en molestarse por el tipo de preguntas o por considerar mexicano a Hernández cuando es alguien que en realidad nació en Estados Unidos y, fuera de la influencia de sus padres y algún derecho legal, poco tiene de mexicano.

Las declaraciones que me interesan aquí son las relacionadas con la propia religión del astronauta. Me tomo la liberta de transcribirlas del blog de Dull:

CLM-“Oye José, estas más allá del cielo…que piensas de la existencia de Dios?”

JH-“Bueno yo siempre he sido un hombre de fe, soy un católico y al mismo tiempo soy un científico, yo siempre traigo mi escapulario, traigo mi Cristo conmigo que ha sido bendecido por el padre de nuestra iglesia y en fin soy un hombre de mucha fe”.

CLM-“Estar allá crece tu fe por la distancia o estar envuelto en tanta ciencia disminuye tu fe en lo desconocido, en Dios?”

JH-“No para mi yo creo que no disminuye mi creencia porque uno puede ver aquí con sus propios ojos la maravilla de nuestro mundo, de lo que es la atmósfera, algo muy delgadito que es lo que nos mantiene en vida, uno puede ver todas las estrellas y decir, no es posible que esto nomás fue por casualidad, yo creo que hay un plan grande, un poder que tal vez nosotros aun no comprendemos y eso es lo que me hace creer en mi fe”.

Lo que sigue es mi opinión personal:

Que Hernández es una persona admirable en muchos aspectos es cierto. Que es un científico también puede ser (en realidad es un ingeniero electricista con maestría, que alguna vez participó en el desarrolló de equipo médico de vanguardia). Pero lo que no puede asumirse es que su explicación creacionista es una explicación científica. Es la simple expresión de un deseo y de una creencia personal muy arraigada, como el mismo lo dice al expresar “yo siempre he sido un hombre de fe, soy un católico”.

La expresión de Hernández no deja de ser la tradicional explicación por omisión del “dios de los vacíos” con el debilitante añadido de que muchas de las cosas que menciona (como las estrellas) tienen explicación como consecuencia de leyes naturales que en la actualidad conocemos perfectamente.

Por otro lado, la explicación divina del origen y control del universo es incompatible con la creencia en un dios bueno e inteligente, y con la realidad. La naturaleza presenta muchos aspectos que no pueden ser explicados con la idea de que un dios infinitamente bueno, inteligente y poderoso creó y cuida de todo. Tener a la vista la superficie terrestre a 400 kilómetros de distancia y su contraste con el fondo estrellado del resto del universo puede resultar inspirador y hacernos sentir lo suficientemente poéticos como para expresar nuestra admiración, pero esa maravillosa vista no puede explicar la existencia de la deidad en que creen los cristianos al mismo tiempo que los huracanes, los terremotos, enfermedades infantiles y un largo etcétera.

Hay una anécdota según la cual Laplace, en respuesta a Napoleón Bonaparte, expresó que para explicar el universo no era necesario recurrir a la hipótesis de Dios, provocando la famosa réplica del matemático Lagrange en el sentido de que la hipótesis de Dios “es una bella hipótesis, ya que explica muchas cosas”.

Es correcto que la hipótesis de Dios podría explicar muchas cosas, pero antes necesita ser demostrada en forma independiente. Pretender que la existencia de hechos sin explicación obliga a concluir que Dios existe es caer en un error lógico. Error demasiado común, por cierto.

Jueves, 1 de Diciembre de 2011

Creacionismo en órbita baja


El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente, pero, si es el resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que ser el de un demonio. Por mi parte encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y mas verosímil.
Bertrand Russell (Por que no soy cristiano)

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Ya se ha comentado mucho el tema del astronauta de origen mexicano que viajó a bordo del transbordador Discovery en la misión a la estación espacial internacional. Fue especialmente polémica la entrevista de Carlos Loret de Mola al astronauta durante la misión y generó diversas reacciones, algunas de las cuales se refieren a la importancia que se le ha dado a la presencia de un tripulante hijo de mexicanos en esa nave, siendo que México lo único que hizo fue dificultar la vida de sus padres lo suficiente como para convencerlos del la conveniencia de buscar mejores oportunidades en los Estados Unidos.

En el blog de Loret de Mola hay un breve comentario sobre la entrevista y en los comentarios del blog se pueden leer las diversas reacciones de los lectores. Me sorprende que, por lo menos hasta hoy, los comentarios se centran en molestarse por el tipo de preguntas o por considerar mexicano a Hernández cuando es alguien que en realidad nació en Estados Unidos y, fuera de la influencia de sus padres y algún derecho legal, poco tiene de mexicano.

Las declaraciones que me interesan aquí son las relacionadas con la propia religión del astronauta. Me tomo la liberta de transcribirlas del blog de Dull:

CLM-“Oye José, estas más allá del cielo…que piensas de la existencia de Dios?”

JH-“Bueno yo siempre he sido un hombre de fe, soy un católico y al mismo tiempo soy un científico, yo siempre traigo mi escapulario, traigo mi Cristo conmigo que ha sido bendecido por el padre de nuestra iglesia y en fin soy un hombre de mucha fe”.

CLM-“Estar allá crece tu fe por la distancia o estar envuelto en tanta ciencia disminuye tu fe en lo desconocido, en Dios?”

JH-“No para mi yo creo que no disminuye mi creencia porque uno puede ver aquí con sus propios ojos la maravilla de nuestro mundo, de lo que es la atmósfera, algo muy delgadito que es lo que nos mantiene en vida, uno puede ver todas las estrellas y decir, no es posible que esto nomás fue por casualidad, yo creo que hay un plan grande, un poder que tal vez nosotros aun no comprendemos y eso es lo que me hace creer en mi fe”.

Lo que sigue es mi opinión personal:

Que Hernández es una persona admirable en muchos aspectos es cierto. Que es un científico también puede ser (en realidad es un ingeniero electricista con maestría, que alguna vez participó en el desarrolló de equipo médico de vanguardia). Pero lo que no puede asumirse es que su explicación creacionista es una explicación científica. Es la simple expresión de un deseo y de una creencia personal muy arraigada, como el mismo lo dice al expresar “yo siempre he sido un hombre de fe, soy un católico”.

La expresión de Hernández no deja de ser la tradicional explicación por omisión del “dios de los vacíos” con el debilitante añadido de que muchas de las cosas que menciona (como las estrellas) tienen explicación como consecuencia de leyes naturales que en la actualidad conocemos perfectamente.

Por otro lado, la explicación divina del origen y control del universo es incompatible con la creencia en un dios bueno e inteligente, y con la realidad. La naturaleza presenta muchos aspectos que no pueden ser explicados con la idea de que un dios infinitamente bueno, inteligente y poderoso creó y cuida de todo. Tener a la vista la superficie terrestre a 400 kilómetros de distancia y su contraste con el fondo estrellado del resto del universo puede resultar inspirador y hacernos sentir lo suficientemente poéticos como para expresar nuestra admiración, pero esa maravillosa vista no puede explicar la existencia de la deidad en que creen los cristianos al mismo tiempo que los huracanes, los terremotos, enfermedades infantiles y un largo etcétera.

Hay una anécdota según la cual Laplace, en respuesta a Napoleón Bonaparte, expresó que para explicar el universo no era necesario recurrir a la hipótesis de Dios, provocando la famosa réplica del matemático Lagrange en el sentido de que la hipótesis de Dios “es una bella hipótesis, ya que explica muchas cosas”.

Es correcto que la hipótesis de Dios podría explicar muchas cosas, pero antes necesita ser demostrada en forma independiente. Pretender que la existencia de hechos sin explicación obliga a concluir que Dios existe es caer en un error lógico. Error demasiado común, por cierto.

Creacionismo en órbita baja


El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente, pero, si es el resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que ser el de un demonio. Por mi parte encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y mas verosímil.
Bertrand Russell (Por que no soy cristiano)

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Ya se ha comentado mucho el tema del astronauta de origen mexicano que viajó a bordo del transbordador Discovery en la misión a la estación espacial internacional. Fue especialmente polémica la entrevista de Carlos Loret de Mola al astronauta durante la misión y generó diversas reacciones, algunas de las cuales se refieren a la importancia que se le ha dado a la presencia de un tripulante hijo de mexicanos en esa nave, siendo que México lo único que hizo fue dificultar la vida de sus padres lo suficiente como para convencerlos del la conveniencia de buscar mejores oportunidades en los Estados Unidos.

En el blog de Loret de Mola hay un breve comentario sobre la entrevista y en los comentarios del blog se pueden leer las diversas reacciones de los lectores. Me sorprende que, por lo menos hasta hoy, los comentarios se centran en molestarse por el tipo de preguntas o por considerar mexicano a Hernández cuando es alguien que en realidad nació en Estados Unidos y, fuera de la influencia de sus padres y algún derecho legal, poco tiene de mexicano.

Las declaraciones que me interesan aquí son las relacionadas con la propia religión del astronauta. Me tomo la liberta de transcribirlas del blog de Dull:

CLM-“Oye José, estas más allá del cielo…que piensas de la existencia de Dios?”

JH-“Bueno yo siempre he sido un hombre de fe, soy un católico y al mismo tiempo soy un científico, yo siempre traigo mi escapulario, traigo mi Cristo conmigo que ha sido bendecido por el padre de nuestra iglesia y en fin soy un hombre de mucha fe”.

CLM-“Estar allá crece tu fe por la distancia o estar envuelto en tanta ciencia disminuye tu fe en lo desconocido, en Dios?”

JH-“No para mi yo creo que no disminuye mi creencia porque uno puede ver aquí con sus propios ojos la maravilla de nuestro mundo, de lo que es la atmósfera, algo muy delgadito que es lo que nos mantiene en vida, uno puede ver todas las estrellas y decir, no es posible que esto nomás fue por casualidad, yo creo que hay un plan grande, un poder que tal vez nosotros aun no comprendemos y eso es lo que me hace creer en mi fe”.

Lo que sigue es mi opinión personal:

Que Hernández es una persona admirable en muchos aspectos es cierto. Que es un científico también puede ser (en realidad es un ingeniero electricista con maestría, que alguna vez participó en el desarrolló de equipo médico de vanguardia). Pero lo que no puede asumirse es que su explicación creacionista es una explicación científica. Es la simple expresión de un deseo y de una creencia personal muy arraigada, como el mismo lo dice al expresar “yo siempre he sido un hombre de fe, soy un católico”.

La expresión de Hernández no deja de ser la tradicional explicación por omisión del “dios de los vacíos” con el debilitante añadido de que muchas de las cosas que menciona (como las estrellas) tienen explicación como consecuencia de leyes naturales que en la actualidad conocemos perfectamente.

Por otro lado, la explicación divina del origen y control del universo es incompatible con la creencia en un dios bueno e inteligente, y con la realidad. La naturaleza presenta muchos aspectos que no pueden ser explicados con la idea de que un dios infinitamente bueno, inteligente y poderoso creó y cuida de todo. Tener a la vista la superficie terrestre a 400 kilómetros de distancia y su contraste con el fondo estrellado del resto del universo puede resultar inspirador y hacernos sentir lo suficientemente poéticos como para expresar nuestra admiración, pero esa maravillosa vista no puede explicar la existencia de la deidad en que creen los cristianos al mismo tiempo que los huracanes, los terremotos, enfermedades infantiles y un largo etcétera.

Hay una anécdota según la cual Laplace, en respuesta a Napoleón Bonaparte, expresó que para explicar el universo no era necesario recurrir a la hipótesis de Dios, provocando la famosa réplica del matemático Lagrange en el sentido de que la hipótesis de Dios “es una bella hipótesis, ya que explica muchas cosas”.

Es correcto que la hipótesis de Dios podría explicar muchas cosas, pero antes necesita ser demostrada en forma independiente. Pretender que la existencia de hechos sin explicación obliga a concluir que Dios existe es caer en un error lógico. Error demasiado común, por cierto.
Miercoles, 16 de Septiembre de 2009

Evolución y certeza colectiva

A veces me ocurre que leo un texto y tiempo después leo otro sobre un tema completamente diferente, y percibo alguna relación, complemento o refutación en donde no la hay. No por lo menos desde el punto de vista que los autores de los textos pretendían originalmente. Tendría que ver a un psicólogo para saber si esto es algo que le pasa a toda la gente o sólo a los que sufrimos algún tipo de locura cuya catalogación está documentada por alguien o no.

De cualquier forma, hoy me ocurrió eso leyendo dos textos. El primero en el blog Genciencia (blog estupendo y muy recomendable, por cierto), en el cual, el autor, basado en un texto de John Allen Paulos, da una explicación matemática acerca de las razones por las que la percepción de muchas personas es menos confiable que la de una sóla. La explicación comparar las probabilidades independientes de la confiabilidad de cada persona, en proporción a todas las veces en que una determinada cantidad de personas respaldarían la misma opinión, concluyendo que la probabilidad de que una afirmación colectiva sea falsa aumenta con el número de personas que la respaldan. A continuación cito el ejemplo del blog mencionado:

“Lo que es indubitable es que los individuos mienten, se autoengañan o sencillamente se confuden. Simplifiquémoslo en una simple operación matemática. Supongamos que algunos individuos dicen la verdad ¼ del tiempo, mienten o se equivocan ¾ del tiempo, y mezclan sus verdades y falsedades de manera aleatoria.
Ahora imaginemos a dos personas que se ajusten a estos parámetros imaginarios (pero bastante parecidos a la realidad, según la persona). Estas dos personas se llaman, por ejemplo, Ignacio y Sergio.
Entonces Ignacio hace una afirmación. La probabilidad de que esta afirmación sea verdadera, como hemos dicho, es ¼. Luego Sergio respalda a Ignacio afirmando que Ignacio dice la verdad. Teniendo en cuenta la declaración de Sergio, ¿cuál es ahora la probabilidad de que Ignacio diga la verdad?
Puesto que Ignacio y Sergio dicen la verdad ¼ del tiempo, lo que dicen ambos resultará ser verdadero 1/16 del tiempo (¼ x ¼). Ahora preguntémonos cuán probable es que Sergio haga una declaración de respaldo. Puesto que Sergio respaldará a Ignacio cuando ambos digan la verdad o ambos mientan, la probabilidad es 10/16 (¼ x ¼ + ¾ x ¾). Así pues, la probabilidad de que Ignacio diga la verdad si Sergio la respalda es 1/10 (1/16 dividido por 10/16).“

Después se me ocurrió leer en el blog La Realidad Estupefaciente, (otro que también recomiendo) y, por puro morbo, me asomé a la Conservapedia. La Conservapedia es una especie de Wikipedia pero escrita por conservadores. Para darse una idea del sesgo de opinión de los autores, conviene ver la ilustración que encabeza el artículo sobre la evolución. A veces me da por leer algunos textos de ahí, sólo para comprobar que sigo siendo capaz de reírme de todo. Al entrar hoy, me encontré con una liga al artículo sobre evolución en la primera plana (juro que no lo busqué) que tenía lo siguiente:

Article of the Year: Evolution
In 2006, the prestigious science journal Science reported concerning the United States: “The percentage of people in the country who accept the idea of evolution has declined from 45 in 1985 to 40 in 2005. Meanwhile the fraction of Americans unsure about evolution has soared from 7 per cent in 1985 to 21 per cent last year.”[11]
“Gallup’s analysis says religiosity outweighs educational level in shaping views on evolution.”
(USN)
Discover what
Wikipedia, the public school systems, and the liberal media don’t want you to know about the creation vs. evolution issue.

Ahora sigue mi interpretación (o como diría Héctor Coronado, mi bosta):

Según la conservapedia, en los últimos años, la cantidad de norteamericanos que aceptan las ideas creacionistas ha aumentado, mientras que la cantidad de los que creen en la evolución ha decrecido. La nota no otorga ninguna interpretación de realidad a ese hecho desnudo, pero para redondear la idea, yo puedo proponer que, en base a la explicación de John Allen Paulos, la probabilidad de que quienes sostienen el creacionismo contra la evolución darvinista estén equivocados, se ha incrementado en los últimos años.

Jueves, 1 de Diciembre de 2011

Evolución y certeza colectiva

A veces me ocurre que leo un texto y tiempo después leo otro sobre un tema completamente diferente, y percibo alguna relación, complemento o refutación en donde no la hay. No por lo menos desde el punto de vista que los autores de los textos pretendían originalmente. Tendría que ver a un psicólogo para saber si esto es algo que le pasa a toda la gente o sólo a los que sufrimos algún tipo de locura cuya catalogación está documentada por alguien o no.

De cualquier forma, hoy me ocurrió eso leyendo dos textos. El primero en el blog Genciencia (blog estupendo y muy recomendable, por cierto), en el cual, el autor, basado en un texto de John Allen Paulos, da una explicación matemática acerca de las razones por las que la percepción de muchas personas es menos confiable que la de una sóla. La explicación comparar las probabilidades independientes de la confiabilidad de cada persona, en proporción a todas las veces en que una determinada cantidad de personas respaldarían la misma opinión, concluyendo que la probabilidad de que una afirmación colectiva sea falsa aumenta con el número de personas que la respaldan. A continuación cito el ejemplo del blog mencionado:



“Lo que es indubitable es que los individuos mienten, se autoengañan o sencillamente se confuden. Simplifiquémoslo en una simple operación matemática. Supongamos que algunos individuos dicen la verdad ¼ del tiempo, mienten o se equivocan ¾ del tiempo, y mezclan sus verdades y falsedades de manera aleatoria.
Ahora imaginemos a dos personas que se ajusten a estos parámetros imaginarios (pero bastante parecidos a la realidad, según la persona). Estas dos personas se llaman, por ejemplo, Ignacio y Sergio.
Entonces Ignacio hace una afirmación. La probabilidad de que esta afirmación sea verdadera, como hemos dicho, es ¼. Luego Sergio respalda a Ignacio afirmando que Ignacio dice la verdad. Teniendo en cuenta la declaración de Sergio, ¿cuál es ahora la probabilidad de que Ignacio diga la verdad?
Puesto que Ignacio y Sergio dicen la verdad ¼ del tiempo, lo que dicen ambos resultará ser verdadero 1/16 del tiempo (¼ x ¼). Ahora preguntémonos cuán probable es que Sergio haga una declaración de respaldo. Puesto que Sergio respaldará a Ignacio cuando ambos digan la verdad o ambos mientan, la probabilidad es 10/16 (¼ x ¼ + ¾ x ¾). Así pues, la probabilidad de que Ignacio diga la verdad si Sergio la respalda es 1/10 (1/16 dividido por 10/16).“




Después se me ocurrió leer en el blog La Realidad Estupefaciente, (otro que también recomiendo) y, por puro morbo, me asomé a la Conservapedia. La Conservapedia es una especie de Wikipedia pero escrita por conservadores. Para darse una idea del sesgo de opinión de los autores, conviene ver la ilustración que encabeza el artículo sobre la evolución. A veces me da por leer algunos textos de ahí, sólo para comprobar que sigo siendo capaz de reírme de todo. Al entrar hoy, me encontré con una liga al artículo sobre evolución en la primera plana (juro que no lo busqué) que tenía lo siguiente:



Article of the Year: Evolution
In 2006, the prestigious science journal Science reported concerning the United States: "The percentage of people in the country who accept the idea of evolution has declined from 45 in 1985 to 40 in 2005. Meanwhile the fraction of Americans unsure about evolution has soared from 7 per cent in 1985 to 21 per cent last year."[11]
"Gallup's analysis says religiosity outweighs educational level in shaping views on evolution."
(USN)
Discover what
Wikipedia, the public school systems, and the liberal media don't want you to know about the creation vs. evolution issue.

Ahora sigue mi interpretación (o como diría Héctor Coronado, mi bosta):

Según la conservapedia, en los últimos años, la cantidad de norteamericanos que aceptan las ideas creacionistas ha aumentado, mientras que la cantidad de los que creen en la evolución ha decrecido. La nota no otorga ninguna interpretación de realidad a ese hecho desnudo, pero para redondear la idea, yo puedo proponer que, en base a la explicación de John Allen Paulos, la probabilidad de que quienes sostienen el creacionismo contra la evolución darvinista estén equivocados, se ha incrementado en los últimos años.
Lunes, 7 de Septiembre de 2009

Política y pensamiento crítico

En realidad detesto publicar textos que no sean míos, a menos que haya habido alguna contribución personal al mismo, por ejemplo la traducción. Pero en este caso, me pareció que el texto que a continuación presento es una visión de lo que debe ser el pensamiento crítico aplicado a los asuntos públicos: una invitación a pensar que una sociedad mejor es posible y que ésta no va a llegar insistiendo en aplaudir la inmovilidad. También quiero aprovechar para dejar patente que me gusta la forma en que Denise Dresser escribe, pero ha habido algunas ocasiones en las que no he coincidido con su opinión. Sin embargo esta vez estoy dispuesto a suscribir la totalidad de las palabras contenidas en este artículo.

La declaración de Felipe Calderón a la que hace referencia la autora puede leerse aquí.

El artículo que transcribo apareció en la revista proceso. Las partes marcadas en negritas fueron las que más me gustaron. Lo demás lo dejo para los comentarios

– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

Llamado a hablar mal de México
(Enlace: http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=71931)
DENISE DRESSER
– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –
Y en los tiempos oscuros, ¿habrá canto?
Sí. Habrá el canto sobre los tiempos oscuros.
Bertolt Brecht
– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –

Hace unos días, el presidente Felipe Calderón criticó a los críticos y convocó a hablar bien de México: “Hablar bien de México, de las ventajas que México tiene… es la manera de construir, precisamente, el futuro del país”. Y de allí, siguiendo su propio exhorto, pasó a congratularse porque la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes aquí es más baja que en Colombia, Brasil, El Salvador o Nueva Orleáns. Las ventajas de México quedarán claras cuando decidamos hablar bien del país, concluyó.

Escribo ahora para pedirte –lector o lectora– que hagas exactamente lo contrario a lo que el Presidente exige. Escribo ahora para recordarte que el estoicismo, la resignación, la complicidad, el silencio, y la impasibilidad de tantos explican por qué un país tan majestuoso como México ha sido tan mal gobernado. Es la tarea del ciudadano, como lo apuntaba Günter Grass, vivir con la boca abierta. Hablar bien de los ríos claros y transparentes, pero hablar mal de los políticos opacos y tramposos; hablar bien de los árboles erguidos y frondosos pero hablar mal de las instituciones torcidas y corrompidas; hablar bien del país pero hablar mal de quienes se lo han embolsado.

El oficio de ser un buen ciudadano parte del compromiso de llamar a las cosas por su nombre. De descubrir la verdad aunque haya tantos empeñados en esconderla. De decirle a los corruptos que lo han sido; de decirle a los abusivos que deberían dejar de serlo; de decirle a quienes han expoliado al país que no tienen derecho a seguir haciéndolo; de mirar a México con la honestidad que necesita; de mostrar que somos mejores que nuestra clase política y no tenemos el gobierno que merecemos. De vivir anclado en la indignación permanente: criticando, proponiendo, sacudiendo. De alzar la vara de medición. De convertirte en autor de un lenguaje que intenta decirle la verdad al poder. Porque hay pocas cosas peores –como lo advertía Martin Luther King– que el apabullante silencio de la gente buena. Ser ciudadano requiere entender que la obligación intelectual mayor es rendirle tributo a tu país a través de la crítica.

Ahora bien, ser un buen ciudadano en México no es una tarea fácil. Implica tolerar los vituperios de quienes te exigen que te pases el alto, cuando insistes en pararte allí. Implica resistir las burlas de quienes te rodean cuando admites que pagas impuestos, porque lo consideras una obligación moral. Lleva con frecuencia a la sensación de desesperación ante el poder omnipresente de los medios, la gerontocracia sindical, los empresarios resistentes al cambio, los empeñados en proteger sus privilegios.

Aun así me parece que hay un gran valor en el espíritu de oposición permanente y constructiva versus el acomodamiento fácil. Hay algo intelectual y moralmente poderoso en disentir del statu quo y encabezar la lucha por la representación de quienes no tienen voz en su propio país. Como apunta el escritor J.M. Coetzee, cuando algunos hombres sufren injustamente, es el destino de quienes son testigos de su sufrimiento padecer la humillación de presenciarlo. Por ello se vuelve imperativo criticar la corrupción, defender a los débiles, retar a la autoridad imperfecta u opresiva. Por ello se vuelve fundamental seguir denunciando las casas de Arturo Montiel y los pasaportes falsos de Raúl Salinas de Gortari y las mentiras de Mario Marín y los abusos de Carlos Romero Deschamps y el escandaloso Partido Verde y los niños muertos de la guardería ABC y los cinco millones de pobres más.

No se trata de desempeñar el papel de quejumbroso y plañidero o erigirse en la Casandra que nadie quiere oír. No se trata de llevar a cabo una crítica rutinaria, monocromática, predecible. Más bien un buen ciudadano busca mantener vivas las aspiraciones eternas de verdad y justicia en un sistema político que se burla de ellas. Sabe que el suyo debe ser un papel puntiagudo, punzante, cuestionador. Sabe que le corresponde hacer las preguntas difíciles, confrontar la ortodoxia, enfrentar el dogma. Sabe que debe asumirse como alguien cuya razón de ser es representar a las personas y a las causas que muchos preferirían ignorar. Sabe que todos los seres humanos tienen derecho a aspirar a ciertos estándares decentes de comportamiento de parte del gobierno. Y sabe que la violación de esos estándares debe ser detectada y denunciada: hablando, escribiendo, participando, diagnosticando un problema o fundando una ONG para lidiar con él.

Ser un buen ciudadano en México es una vocación que requiere compromiso y osadía. Es tener el valor de creer en algo profundamente y estar dispuesto a convencer a los demás sobre ello. Es retar de manera continua las medias verdades, la mediocridad, la corrección política, la mendacidad. Es resistir la cooptación. Es vivir produciendo pequeños shocks y terremotos y sacudidas. Vivir generando incomodidad. Vivir en alerta constante. Vivir sin bajar la guardia. Vivir alterando, milímetro tras milímetro, la percepción de la realidad para así cambiarla. Vivir, como lo sugería George Orwell, diciéndoles a los demás lo que no quieren oír.

Quienes hacen suyo el oficio de disentir no están en busca del avance material, del avance personal o de una relación cercana con un diputado o un delegado o un presidente municipal o un Secretario de Estado o un Presidente. Viven en ese lugar habitado por quienes entienden que ningún poder es demasiado grande para ser criticado. El oficio de ser incómodo no trae consigo privilegios ni reconocimiento, ni premios, ni honores. Uno se vuelve la persona que nadie sabe en realidad si debe ser invitada, o el colaborador de una revista a la cual le recortan la publicidad.

Pero el ciudadano crítico debe poseer una gran capacidad para resistir las imágenes convencionales, las narrativas oficiales, las justificaciones circuladas por televisoras poderosas o Presidentes porristas. La tarea que le toca –te toca– precisamente es la de desenmascarar versiones alternativas y desenterrar lo olvidado. No es una tarea fácil porque implica estar parado siempre del lado de los que no tienen quién los represente, escribe Edward Said. Y no por idealismo romántico, sino por el compromiso con formar parte del equipo de rescate de un país secuestrado por gobernadores venales y líderes sindicales corruptos y monopolistas rapaces. Aunque la voz del crítico es solitaria, adquiere resonancia en la medida en la que es capaz de articular la realidad de un movimiento o las aspiraciones de un grupo. Es una voz que nos recuerda aquello que está escrito en la tumba de Sigmund Freud en Viena: “la voz de la razón es pequeña pero muy persistente”.

Vivir así tiene una extraordinaria ventaja: la libertad. El enorme placer de pensar por uno mismo. Eso que te lleva a ver las cosas no simplemente como son, sino por qué llegaron a ser de esa manera. Cuando asumes el pensamiento crítico, no percibes a la realidad como un hecho dado, inamovible, incambiable, sino como una situación contingente, resultado de decisiones humanas. La crisis del país se convierte en algo que es posible revertir, que es posible alterar mediante la acción decidida y el debate público intenso. La crítica se convierte en una forma de abastecer la esperanza en el país posible. Hablar mal de México se vuelve una forma de aspirar al país mejor.

Esta es una posición vital extraordinariamente útil pero heterodoxa en un lugar que cambia pero muy lentamente debido a la complicidad de sus habitantes y sus gobernantes. Porque hay tantos que parten de la premisa: “así es México”. Tantos que parten de la inevitabilidad. Tantos que parten de la conformidad. Ya lo decía Octavio Paz: “Y si no somos todos estoicos e impasibles –como Juárez y Cuauhtémoc– al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de nuestras victorias nos conmueve nuestra entereza ante la adversidad”. Allí está nuestro conformismo con la corrupción cuando es compartida. Nuestra propensión a compararnos hacia abajo y congratularnos –como lo hace Felipe Calderón– porque por lo menos México no es tan violento como la ciudad de Nueva Orleáns.

Ante esa propensión al conformismo te invito a hablar mal de México. A formar parte de los ciudadanos que se rehúsan a aceptar la lógica compartida del “por lo menos”. A los que ejercen a cabalidad el oficio de la ciudadanía crítica. A los que alzan un espejo para que un país pueda verse a sí mismo tal y como es. A los que dicen “no”. A los que resisten el uso arbitrario de la autoridad. A los que asumen el reto de la inteligencia libre. A los que piensan diferente. A los que declaran que el emperador está desnudo. A los que se involucran en causas y en temas y en movimientos más grandes que sí mismos. A los que en tiempos de grandes disyuntivas éticas no permanecen neutrales. A los que se niegan a ser espectadores de la injusticia o la estupidez. A los que critican a México porque están cansados de aquello que Carlos Pellicer llamó “el esplendor ausente”. A los que cantan en la oscuridad porque es la única forma de iluminarla.

Política y pensamiento crítico

En realidad detesto publicar textos que no sean míos, a menos que haya habido alguna contribución personal al mismo, por ejemplo la traducción. Pero en este caso, me pareció que el texto que a continuación presento es una visión de lo que debe ser el pensamiento crítico aplicado a los asuntos públicos: una invitación a pensar que una sociedad mejor es posible y que ésta no va a llegar insistiendo en aplaudir la inmovilidad. También quiero aprovechar para dejar patente que me gusta la forma en que Denise Dresser escribe, pero ha habido algunas ocasiones en las que no he coincidido con su opinión. Sin embargo esta vez estoy dispuesto a suscribir la totalidad de las palabras contenidas en este artículo.

La declaración de Felipe Calderón a la que hace referencia la autora puede leerse aquí.

El artículo que transcribo apareció en la revista proceso. Las partes marcadas en negritas fueron las que más me gustaron. Lo demás lo dejo para los comentarios

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Llamado a hablar mal de México
(Enlace: http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=71931)
DENISE DRESSER
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Y en los tiempos oscuros, ¿habrá canto?
Sí. Habrá el canto sobre los tiempos oscuros.
Bertolt Brecht
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Hace unos días, el presidente Felipe Calderón criticó a los críticos y convocó a hablar bien de México: "Hablar bien de México, de las ventajas que México tiene… es la manera de construir, precisamente, el futuro del país". Y de allí, siguiendo su propio exhorto, pasó a congratularse porque la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes aquí es más baja que en Colombia, Brasil, El Salvador o Nueva Orleáns. Las ventajas de México quedarán claras cuando decidamos hablar bien del país, concluyó.

Escribo ahora para pedirte –lector o lectora– que hagas exactamente lo contrario a lo que el Presidente exige. Escribo ahora para recordarte que el estoicismo, la resignación, la complicidad, el silencio, y la impasibilidad de tantos explican por qué un país tan majestuoso como México ha sido tan mal gobernado. Es la tarea del ciudadano, como lo apuntaba Günter Grass, vivir con la boca abierta. Hablar bien de los ríos claros y transparentes, pero hablar mal de los políticos opacos y tramposos; hablar bien de los árboles erguidos y frondosos pero hablar mal de las instituciones torcidas y corrompidas; hablar bien del país pero hablar mal de quienes se lo han embolsado.

El oficio de ser un buen ciudadano parte del compromiso de llamar a las cosas por su nombre. De descubrir la verdad aunque haya tantos empeñados en esconderla. De decirle a los corruptos que lo han sido; de decirle a los abusivos que deberían dejar de serlo; de decirle a quienes han expoliado al país que no tienen derecho a seguir haciéndolo; de mirar a México con la honestidad que necesita; de mostrar que somos mejores que nuestra clase política y no tenemos el gobierno que merecemos. De vivir anclado en la indignación permanente: criticando, proponiendo, sacudiendo. De alzar la vara de medición. De convertirte en autor de un lenguaje que intenta decirle la verdad al poder. Porque hay pocas cosas peores –como lo advertía Martin Luther King– que el apabullante silencio de la gente buena. Ser ciudadano requiere entender que la obligación intelectual mayor es rendirle tributo a tu país a través de la crítica.

Ahora bien, ser un buen ciudadano en México no es una tarea fácil. Implica tolerar los vituperios de quienes te exigen que te pases el alto, cuando insistes en pararte allí. Implica resistir las burlas de quienes te rodean cuando admites que pagas impuestos, porque lo consideras una obligación moral. Lleva con frecuencia a la sensación de desesperación ante el poder omnipresente de los medios, la gerontocracia sindical, los empresarios resistentes al cambio, los empeñados en proteger sus privilegios.

Aun así me parece que hay un gran valor en el espíritu de oposición permanente y constructiva versus el acomodamiento fácil. Hay algo intelectual y moralmente poderoso en disentir del statu quo y encabezar la lucha por la representación de quienes no tienen voz en su propio país. Como apunta el escritor J.M. Coetzee, cuando algunos hombres sufren injustamente, es el destino de quienes son testigos de su sufrimiento padecer la humillación de presenciarlo. Por ello se vuelve imperativo criticar la corrupción, defender a los débiles, retar a la autoridad imperfecta u opresiva. Por ello se vuelve fundamental seguir denunciando las casas de Arturo Montiel y los pasaportes falsos de Raúl Salinas de Gortari y las mentiras de Mario Marín y los abusos de Carlos Romero Deschamps y el escandaloso Partido Verde y los niños muertos de la guardería ABC y los cinco millones de pobres más.

No se trata de desempeñar el papel de quejumbroso y plañidero o erigirse en la Casandra que nadie quiere oír. No se trata de llevar a cabo una crítica rutinaria, monocromática, predecible. Más bien un buen ciudadano busca mantener vivas las aspiraciones eternas de verdad y justicia en un sistema político que se burla de ellas. Sabe que el suyo debe ser un papel puntiagudo, punzante, cuestionador. Sabe que le corresponde hacer las preguntas difíciles, confrontar la ortodoxia, enfrentar el dogma. Sabe que debe asumirse como alguien cuya razón de ser es representar a las personas y a las causas que muchos preferirían ignorar. Sabe que todos los seres humanos tienen derecho a aspirar a ciertos estándares decentes de comportamiento de parte del gobierno. Y sabe que la violación de esos estándares debe ser detectada y denunciada: hablando, escribiendo, participando, diagnosticando un problema o fundando una ONG para lidiar con él.

Ser un buen ciudadano en México es una vocación que requiere compromiso y osadía. Es tener el valor de creer en algo profundamente y estar dispuesto a convencer a los demás sobre ello. Es retar de manera continua las medias verdades, la mediocridad, la corrección política, la mendacidad. Es resistir la cooptación. Es vivir produciendo pequeños shocks y terremotos y sacudidas. Vivir generando incomodidad. Vivir en alerta constante. Vivir sin bajar la guardia. Vivir alterando, milímetro tras milímetro, la percepción de la realidad para así cambiarla. Vivir, como lo sugería George Orwell, diciéndoles a los demás lo que no quieren oír.

Quienes hacen suyo el oficio de disentir no están en busca del avance material, del avance personal o de una relación cercana con un diputado o un delegado o un presidente municipal o un Secretario de Estado o un Presidente. Viven en ese lugar habitado por quienes entienden que ningún poder es demasiado grande para ser criticado. El oficio de ser incómodo no trae consigo privilegios ni reconocimiento, ni premios, ni honores. Uno se vuelve la persona que nadie sabe en realidad si debe ser invitada, o el colaborador de una revista a la cual le recortan la publicidad.

Pero el ciudadano crítico debe poseer una gran capacidad para resistir las imágenes convencionales, las narrativas oficiales, las justificaciones circuladas por televisoras poderosas o Presidentes porristas. La tarea que le toca –te toca– precisamente es la de desenmascarar versiones alternativas y desenterrar lo olvidado. No es una tarea fácil porque implica estar parado siempre del lado de los que no tienen quién los represente, escribe Edward Said. Y no por idealismo romántico, sino por el compromiso con formar parte del equipo de rescate de un país secuestrado por gobernadores venales y líderes sindicales corruptos y monopolistas rapaces. Aunque la voz del crítico es solitaria, adquiere resonancia en la medida en la que es capaz de articular la realidad de un movimiento o las aspiraciones de un grupo. Es una voz que nos recuerda aquello que está escrito en la tumba de Sigmund Freud en Viena: "la voz de la razón es pequeña pero muy persistente".

Vivir así tiene una extraordinaria ventaja: la libertad. El enorme placer de pensar por uno mismo. Eso que te lleva a ver las cosas no simplemente como son, sino por qué llegaron a ser de esa manera. Cuando asumes el pensamiento crítico, no percibes a la realidad como un hecho dado, inamovible, incambiable, sino como una situación contingente, resultado de decisiones humanas. La crisis del país se convierte en algo que es posible revertir, que es posible alterar mediante la acción decidida y el debate público intenso. La crítica se convierte en una forma de abastecer la esperanza en el país posible. Hablar mal de México se vuelve una forma de aspirar al país mejor.

Esta es una posición vital extraordinariamente útil pero heterodoxa en un lugar que cambia pero muy lentamente debido a la complicidad de sus habitantes y sus gobernantes. Porque hay tantos que parten de la premisa: "así es México". Tantos que parten de la inevitabilidad. Tantos que parten de la conformidad. Ya lo decía Octavio Paz: "Y si no somos todos estoicos e impasibles –como Juárez y Cuauhtémoc– al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de nuestras victorias nos conmueve nuestra entereza ante la adversidad". Allí está nuestro conformismo con la corrupción cuando es compartida. Nuestra propensión a compararnos hacia abajo y congratularnos –como lo hace Felipe Calderón– porque por lo menos México no es tan violento como la ciudad de Nueva Orleáns.

Ante esa propensión al conformismo te invito a hablar mal de México. A formar parte de los ciudadanos que se rehúsan a aceptar la lógica compartida del "por lo menos". A los que ejercen a cabalidad el oficio de la ciudadanía crítica. A los que alzan un espejo para que un país pueda verse a sí mismo tal y como es. A los que dicen "no". A los que resisten el uso arbitrario de la autoridad. A los que asumen el reto de la inteligencia libre. A los que piensan diferente. A los que declaran que el emperador está desnudo. A los que se involucran en causas y en temas y en movimientos más grandes que sí mismos. A los que en tiempos de grandes disyuntivas éticas no permanecen neutrales. A los que se niegan a ser espectadores de la injusticia o la estupidez. A los que critican a México porque están cansados de aquello que Carlos Pellicer llamó "el esplendor ausente". A los que cantan en la oscuridad porque es la única forma de iluminarla.

Política y pensamiento crítico

En realidad detesto publicar textos que no sean míos, a menos que haya habido alguna contribución personal al mismo, por ejemplo la traducción. Pero en este caso, me pareció que el texto que a continuación presento es una visión de lo que debe ser el pensamiento crítico aplicado a los asuntos públicos: una invitación a pensar que una sociedad mejor es posible y que ésta no va a llegar insistiendo en aplaudir la inmovilidad. También quiero aprovechar para dejar patente que me gusta la forma en que Denise Dresser escribe, pero ha habido algunas ocasiones en las que no he coincidido con su opinión. Sin embargo esta vez estoy dispuesto a suscribir la totalidad de las palabras contenidas en este artículo.

La declaración de Felipe Calderón a la que hace referencia la autora puede leerse aquí.

El artículo que transcribo apareció en la revista proceso. Las partes marcadas en negritas fueron las que más me gustaron. Lo demás lo dejo para los comentarios

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Llamado a hablar mal de México
(Enlace: http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=71931)
DENISE DRESSER
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Y en los tiempos oscuros, ¿habrá canto?
Sí. Habrá el canto sobre los tiempos oscuros.
Bertolt Brecht
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Hace unos días, el presidente Felipe Calderón criticó a los críticos y convocó a hablar bien de México: "Hablar bien de México, de las ventajas que México tiene… es la manera de construir, precisamente, el futuro del país". Y de allí, siguiendo su propio exhorto, pasó a congratularse porque la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes aquí es más baja que en Colombia, Brasil, El Salvador o Nueva Orleáns. Las ventajas de México quedarán claras cuando decidamos hablar bien del país, concluyó.

Escribo ahora para pedirte –lector o lectora– que hagas exactamente lo contrario a lo que el Presidente exige. Escribo ahora para recordarte que el estoicismo, la resignación, la complicidad, el silencio, y la impasibilidad de tantos explican por qué un país tan majestuoso como México ha sido tan mal gobernado. Es la tarea del ciudadano, como lo apuntaba Günter Grass, vivir con la boca abierta. Hablar bien de los ríos claros y transparentes, pero hablar mal de los políticos opacos y tramposos; hablar bien de los árboles erguidos y frondosos pero hablar mal de las instituciones torcidas y corrompidas; hablar bien del país pero hablar mal de quienes se lo han embolsado.

El oficio de ser un buen ciudadano parte del compromiso de llamar a las cosas por su nombre. De descubrir la verdad aunque haya tantos empeñados en esconderla. De decirle a los corruptos que lo han sido; de decirle a los abusivos que deberían dejar de serlo; de decirle a quienes han expoliado al país que no tienen derecho a seguir haciéndolo; de mirar a México con la honestidad que necesita; de mostrar que somos mejores que nuestra clase política y no tenemos el gobierno que merecemos. De vivir anclado en la indignación permanente: criticando, proponiendo, sacudiendo. De alzar la vara de medición. De convertirte en autor de un lenguaje que intenta decirle la verdad al poder. Porque hay pocas cosas peores –como lo advertía Martin Luther King– que el apabullante silencio de la gente buena. Ser ciudadano requiere entender que la obligación intelectual mayor es rendirle tributo a tu país a través de la crítica.

Ahora bien, ser un buen ciudadano en México no es una tarea fácil. Implica tolerar los vituperios de quienes te exigen que te pases el alto, cuando insistes en pararte allí. Implica resistir las burlas de quienes te rodean cuando admites que pagas impuestos, porque lo consideras una obligación moral. Lleva con frecuencia a la sensación de desesperación ante el poder omnipresente de los medios, la gerontocracia sindical, los empresarios resistentes al cambio, los empeñados en proteger sus privilegios.

Aun así me parece que hay un gran valor en el espíritu de oposición permanente y constructiva versus el acomodamiento fácil. Hay algo intelectual y moralmente poderoso en disentir del statu quo y encabezar la lucha por la representación de quienes no tienen voz en su propio país. Como apunta el escritor J.M. Coetzee, cuando algunos hombres sufren injustamente, es el destino de quienes son testigos de su sufrimiento padecer la humillación de presenciarlo. Por ello se vuelve imperativo criticar la corrupción, defender a los débiles, retar a la autoridad imperfecta u opresiva. Por ello se vuelve fundamental seguir denunciando las casas de Arturo Montiel y los pasaportes falsos de Raúl Salinas de Gortari y las mentiras de Mario Marín y los abusos de Carlos Romero Deschamps y el escandaloso Partido Verde y los niños muertos de la guardería ABC y los cinco millones de pobres más.

No se trata de desempeñar el papel de quejumbroso y plañidero o erigirse en la Casandra que nadie quiere oír. No se trata de llevar a cabo una crítica rutinaria, monocromática, predecible. Más bien un buen ciudadano busca mantener vivas las aspiraciones eternas de verdad y justicia en un sistema político que se burla de ellas. Sabe que el suyo debe ser un papel puntiagudo, punzante, cuestionador. Sabe que le corresponde hacer las preguntas difíciles, confrontar la ortodoxia, enfrentar el dogma. Sabe que debe asumirse como alguien cuya razón de ser es representar a las personas y a las causas que muchos preferirían ignorar. Sabe que todos los seres humanos tienen derecho a aspirar a ciertos estándares decentes de comportamiento de parte del gobierno. Y sabe que la violación de esos estándares debe ser detectada y denunciada: hablando, escribiendo, participando, diagnosticando un problema o fundando una ONG para lidiar con él.

Ser un buen ciudadano en México es una vocación que requiere compromiso y osadía. Es tener el valor de creer en algo profundamente y estar dispuesto a convencer a los demás sobre ello. Es retar de manera continua las medias verdades, la mediocridad, la corrección política, la mendacidad. Es resistir la cooptación. Es vivir produciendo pequeños shocks y terremotos y sacudidas. Vivir generando incomodidad. Vivir en alerta constante. Vivir sin bajar la guardia. Vivir alterando, milímetro tras milímetro, la percepción de la realidad para así cambiarla. Vivir, como lo sugería George Orwell, diciéndoles a los demás lo que no quieren oír.

Quienes hacen suyo el oficio de disentir no están en busca del avance material, del avance personal o de una relación cercana con un diputado o un delegado o un presidente municipal o un Secretario de Estado o un Presidente. Viven en ese lugar habitado por quienes entienden que ningún poder es demasiado grande para ser criticado. El oficio de ser incómodo no trae consigo privilegios ni reconocimiento, ni premios, ni honores. Uno se vuelve la persona que nadie sabe en realidad si debe ser invitada, o el colaborador de una revista a la cual le recortan la publicidad.

Pero el ciudadano crítico debe poseer una gran capacidad para resistir las imágenes convencionales, las narrativas oficiales, las justificaciones circuladas por televisoras poderosas o Presidentes porristas. La tarea que le toca –te toca– precisamente es la de desenmascarar versiones alternativas y desenterrar lo olvidado. No es una tarea fácil porque implica estar parado siempre del lado de los que no tienen quién los represente, escribe Edward Said. Y no por idealismo romántico, sino por el compromiso con formar parte del equipo de rescate de un país secuestrado por gobernadores venales y líderes sindicales corruptos y monopolistas rapaces. Aunque la voz del crítico es solitaria, adquiere resonancia en la medida en la que es capaz de articular la realidad de un movimiento o las aspiraciones de un grupo. Es una voz que nos recuerda aquello que está escrito en la tumba de Sigmund Freud en Viena: "la voz de la razón es pequeña pero muy persistente".

Vivir así tiene una extraordinaria ventaja: la libertad. El enorme placer de pensar por uno mismo. Eso que te lleva a ver las cosas no simplemente como son, sino por qué llegaron a ser de esa manera. Cuando asumes el pensamiento crítico, no percibes a la realidad como un hecho dado, inamovible, incambiable, sino como una situación contingente, resultado de decisiones humanas. La crisis del país se convierte en algo que es posible revertir, que es posible alterar mediante la acción decidida y el debate público intenso. La crítica se convierte en una forma de abastecer la esperanza en el país posible. Hablar mal de México se vuelve una forma de aspirar al país mejor.

Esta es una posición vital extraordinariamente útil pero heterodoxa en un lugar que cambia pero muy lentamente debido a la complicidad de sus habitantes y sus gobernantes. Porque hay tantos que parten de la premisa: "así es México". Tantos que parten de la inevitabilidad. Tantos que parten de la conformidad. Ya lo decía Octavio Paz: "Y si no somos todos estoicos e impasibles –como Juárez y Cuauhtémoc– al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de nuestras victorias nos conmueve nuestra entereza ante la adversidad". Allí está nuestro conformismo con la corrupción cuando es compartida. Nuestra propensión a compararnos hacia abajo y congratularnos –como lo hace Felipe Calderón– porque por lo menos México no es tan violento como la ciudad de Nueva Orleáns.

Ante esa propensión al conformismo te invito a hablar mal de México. A formar parte de los ciudadanos que se rehúsan a aceptar la lógica compartida del "por lo menos". A los que ejercen a cabalidad el oficio de la ciudadanía crítica. A los que alzan un espejo para que un país pueda verse a sí mismo tal y como es. A los que dicen "no". A los que resisten el uso arbitrario de la autoridad. A los que asumen el reto de la inteligencia libre. A los que piensan diferente. A los que declaran que el emperador está desnudo. A los que se involucran en causas y en temas y en movimientos más grandes que sí mismos. A los que en tiempos de grandes disyuntivas éticas no permanecen neutrales. A los que se niegan a ser espectadores de la injusticia o la estupidez. A los que critican a México porque están cansados de aquello que Carlos Pellicer llamó "el esplendor ausente". A los que cantan en la oscuridad porque es la única forma de iluminarla.

Política y pensamiento crítico

En realidad detesto publicar textos que no sean míos, a menos que haya habido alguna contribución personal al mismo, por ejemplo la traducción. Pero en este caso, me pareció que el texto que a continuación presento es una visión de lo que debe ser el pensamiento crítico aplicado a los asuntos públicos: una invitación a pensar que una sociedad mejor es posible y que ésta no va a llegar insistiendo en aplaudir la inmovilidad. También quiero aprovechar para dejar patente que me gusta la forma en que Denise Dresser escribe, pero ha habido algunas ocasiones en las que no he coincidido con su opinión. Sin embargo esta vez estoy dispuesto a suscribir la totalidad de las palabras contenidas en este artículo.

La declaración de Felipe Calderón a la que hace referencia la autora puede leerse aquí.

El artículo que transcribo apareció en la revista proceso. Las partes marcadas en negritas fueron las que más me gustaron. Lo demás lo dejo para los comentarios

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Llamado a hablar mal de México
(Enlace: http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=71931)
DENISE DRESSER
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Y en los tiempos oscuros, ¿habrá canto?
Sí. Habrá el canto sobre los tiempos oscuros.
Bertolt Brecht
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Hace unos días, el presidente Felipe Calderón criticó a los críticos y convocó a hablar bien de México: "Hablar bien de México, de las ventajas que México tiene… es la manera de construir, precisamente, el futuro del país". Y de allí, siguiendo su propio exhorto, pasó a congratularse porque la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes aquí es más baja que en Colombia, Brasil, El Salvador o Nueva Orleáns. Las ventajas de México quedarán claras cuando decidamos hablar bien del país, concluyó.

Escribo ahora para pedirte –lector o lectora– que hagas exactamente lo contrario a lo que el Presidente exige. Escribo ahora para recordarte que el estoicismo, la resignación, la complicidad, el silencio, y la impasibilidad de tantos explican por qué un país tan majestuoso como México ha sido tan mal gobernado. Es la tarea del ciudadano, como lo apuntaba Günter Grass, vivir con la boca abierta. Hablar bien de los ríos claros y transparentes, pero hablar mal de los políticos opacos y tramposos; hablar bien de los árboles erguidos y frondosos pero hablar mal de las instituciones torcidas y corrompidas; hablar bien del país pero hablar mal de quienes se lo han embolsado.

El oficio de ser un buen ciudadano parte del compromiso de llamar a las cosas por su nombre. De descubrir la verdad aunque haya tantos empeñados en esconderla. De decirle a los corruptos que lo han sido; de decirle a los abusivos que deberían dejar de serlo; de decirle a quienes han expoliado al país que no tienen derecho a seguir haciéndolo; de mirar a México con la honestidad que necesita; de mostrar que somos mejores que nuestra clase política y no tenemos el gobierno que merecemos. De vivir anclado en la indignación permanente: criticando, proponiendo, sacudiendo. De alzar la vara de medición. De convertirte en autor de un lenguaje que intenta decirle la verdad al poder. Porque hay pocas cosas peores –como lo advertía Martin Luther King– que el apabullante silencio de la gente buena. Ser ciudadano requiere entender que la obligación intelectual mayor es rendirle tributo a tu país a través de la crítica.

Ahora bien, ser un buen ciudadano en México no es una tarea fácil. Implica tolerar los vituperios de quienes te exigen que te pases el alto, cuando insistes en pararte allí. Implica resistir las burlas de quienes te rodean cuando admites que pagas impuestos, porque lo consideras una obligación moral. Lleva con frecuencia a la sensación de desesperación ante el poder omnipresente de los medios, la gerontocracia sindical, los empresarios resistentes al cambio, los empeñados en proteger sus privilegios.

Aun así me parece que hay un gran valor en el espíritu de oposición permanente y constructiva versus el acomodamiento fácil. Hay algo intelectual y moralmente poderoso en disentir del statu quo y encabezar la lucha por la representación de quienes no tienen voz en su propio país. Como apunta el escritor J.M. Coetzee, cuando algunos hombres sufren injustamente, es el destino de quienes son testigos de su sufrimiento padecer la humillación de presenciarlo. Por ello se vuelve imperativo criticar la corrupción, defender a los débiles, retar a la autoridad imperfecta u opresiva. Por ello se vuelve fundamental seguir denunciando las casas de Arturo Montiel y los pasaportes falsos de Raúl Salinas de Gortari y las mentiras de Mario Marín y los abusos de Carlos Romero Deschamps y el escandaloso Partido Verde y los niños muertos de la guardería ABC y los cinco millones de pobres más.

No se trata de desempeñar el papel de quejumbroso y plañidero o erigirse en la Casandra que nadie quiere oír. No se trata de llevar a cabo una crítica rutinaria, monocromática, predecible. Más bien un buen ciudadano busca mantener vivas las aspiraciones eternas de verdad y justicia en un sistema político que se burla de ellas. Sabe que el suyo debe ser un papel puntiagudo, punzante, cuestionador. Sabe que le corresponde hacer las preguntas difíciles, confrontar la ortodoxia, enfrentar el dogma. Sabe que debe asumirse como alguien cuya razón de ser es representar a las personas y a las causas que muchos preferirían ignorar. Sabe que todos los seres humanos tienen derecho a aspirar a ciertos estándares decentes de comportamiento de parte del gobierno. Y sabe que la violación de esos estándares debe ser detectada y denunciada: hablando, escribiendo, participando, diagnosticando un problema o fundando una ONG para lidiar con él.

Ser un buen ciudadano en México es una vocación que requiere compromiso y osadía. Es tener el valor de creer en algo profundamente y estar dispuesto a convencer a los demás sobre ello. Es retar de manera continua las medias verdades, la mediocridad, la corrección política, la mendacidad. Es resistir la cooptación. Es vivir produciendo pequeños shocks y terremotos y sacudidas. Vivir generando incomodidad. Vivir en alerta constante. Vivir sin bajar la guardia. Vivir alterando, milímetro tras milímetro, la percepción de la realidad para así cambiarla. Vivir, como lo sugería George Orwell, diciéndoles a los demás lo que no quieren oír.

Quienes hacen suyo el oficio de disentir no están en busca del avance material, del avance personal o de una relación cercana con un diputado o un delegado o un presidente municipal o un Secretario de Estado o un Presidente. Viven en ese lugar habitado por quienes entienden que ningún poder es demasiado grande para ser criticado. El oficio de ser incómodo no trae consigo privilegios ni reconocimiento, ni premios, ni honores. Uno se vuelve la persona que nadie sabe en realidad si debe ser invitada, o el colaborador de una revista a la cual le recortan la publicidad.

Pero el ciudadano crítico debe poseer una gran capacidad para resistir las imágenes convencionales, las narrativas oficiales, las justificaciones circuladas por televisoras poderosas o Presidentes porristas. La tarea que le toca –te toca– precisamente es la de desenmascarar versiones alternativas y desenterrar lo olvidado. No es una tarea fácil porque implica estar parado siempre del lado de los que no tienen quién los represente, escribe Edward Said. Y no por idealismo romántico, sino por el compromiso con formar parte del equipo de rescate de un país secuestrado por gobernadores venales y líderes sindicales corruptos y monopolistas rapaces. Aunque la voz del crítico es solitaria, adquiere resonancia en la medida en la que es capaz de articular la realidad de un movimiento o las aspiraciones de un grupo. Es una voz que nos recuerda aquello que está escrito en la tumba de Sigmund Freud en Viena: "la voz de la razón es pequeña pero muy persistente".

Vivir así tiene una extraordinaria ventaja: la libertad. El enorme placer de pensar por uno mismo. Eso que te lleva a ver las cosas no simplemente como son, sino por qué llegaron a ser de esa manera. Cuando asumes el pensamiento crítico, no percibes a la realidad como un hecho dado, inamovible, incambiable, sino como una situación contingente, resultado de decisiones humanas. La crisis del país se convierte en algo que es posible revertir, que es posible alterar mediante la acción decidida y el debate público intenso. La crítica se convierte en una forma de abastecer la esperanza en el país posible. Hablar mal de México se vuelve una forma de aspirar al país mejor.

Esta es una posición vital extraordinariamente útil pero heterodoxa en un lugar que cambia pero muy lentamente debido a la complicidad de sus habitantes y sus gobernantes. Porque hay tantos que parten de la premisa: "así es México". Tantos que parten de la inevitabilidad. Tantos que parten de la conformidad. Ya lo decía Octavio Paz: "Y si no somos todos estoicos e impasibles –como Juárez y Cuauhtémoc– al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de nuestras victorias nos conmueve nuestra entereza ante la adversidad". Allí está nuestro conformismo con la corrupción cuando es compartida. Nuestra propensión a compararnos hacia abajo y congratularnos –como lo hace Felipe Calderón– porque por lo menos México no es tan violento como la ciudad de Nueva Orleáns.

Ante esa propensión al conformismo te invito a hablar mal de México. A formar parte de los ciudadanos que se rehúsan a aceptar la lógica compartida del "por lo menos". A los que ejercen a cabalidad el oficio de la ciudadanía crítica. A los que alzan un espejo para que un país pueda verse a sí mismo tal y como es. A los que dicen "no". A los que resisten el uso arbitrario de la autoridad. A los que asumen el reto de la inteligencia libre. A los que piensan diferente. A los que declaran que el emperador está desnudo. A los que se involucran en causas y en temas y en movimientos más grandes que sí mismos. A los que en tiempos de grandes disyuntivas éticas no permanecen neutrales. A los que se niegan a ser espectadores de la injusticia o la estupidez. A los que critican a México porque están cansados de aquello que Carlos Pellicer llamó "el esplendor ausente". A los que cantan en la oscuridad porque es la única forma de iluminarla.
Miercoles, 26 de Agosto de 2009

La dieta de las dos lunas

Hay cadenas y cadenas, y las hay falsas y falsísimas. La cadena de las dos lunas del 27 de Agosto me ha llegado ya varias veces y me había llegado hace uno o dos años. Ya no recuerdo. Bueno, sí recuerdo fue en agosto de 2007, ocasión en que me llegó una sóla vez, enviada por una prima, a la que le respondí con una liga al sitio de la NASA (http://science.nasa.gov/headlines/y2007/21aug_hurtlingtomars.htm) que desmentía la exagerada afirmación, correo al que me respondió que ella también había dudado al recibir tan inverosímil aviso, por lo que sabiendo que soy un mamilas todo un pensador crítico, pues quiso picarme la cresta ver que información podía yo darle respecto a eso de las dos lunas. Hace unos meses recibí otra vez un correo similar, sólo que referido al 27 de agosto de este año. Respondí igual, pero he seguido recibiendo correos con la misma noticia, aunque con pequeñas variaciones. Aquí va la lista de los correos que he recibido:

a) 26 de Agosto de 2007 – Presentación power-point
b) 18 de Junio de 2009 – Texto breve
c) 19 de Junio de 2009 – Texto extenso
d) 21 de Agosto de 2009 – Presentación power-point

La presentación power point del correo d y el texto del correo d coinciden casi con exactitud. El texto es el siguiente:

“Apuntalo en la Agenda, el calendario o donde sea,, vale la pena
El planetario Internacional en Vancouver de la British columbia Canada.
ha calculado la precision en la que Marte estara orbitando el (27-08-2009).
Pero lo mas intersante de todo es que esto estaba predicto en un codice Maya
encontrado el la piramide a lado del Observatorio Estelar en Palenque en Chiapas Mexico.
Con este calculo matematico Maya ahora los Mayas son considerados como los Griegos de America.
y orgullo de Mexico.
Por lo menos cuatro o cinco generaciones de la humanidad no volveremos a ver este fenomeno natural.
Muy poca gente lo sabe por el momento, esto fue publicado el lunes 11 de mayo 2009.

Haganlo circular

Dos Lunas en el Cielo
El 27 de Agosto, a medianoche y 30 minutos, mirar al cielo
El planeta Marte será la estrella mas brillante en el cielo será tan grande como la luna llena
Marte estará a 55,75 millones de kilómetros de la tierra
No te lo pirdas
Será como si la tierra tuviera dos lunas
La próxima vez que este acontecimiento se producirá, está previsto para el año 2287
Compartir esta información. Nadie que esté vivo podrá volverlo a ver.”

Aquí van mis reflexiones:

1) El simple hecho de que en el 2007 y en el 2009 vaya a ocurrir un evento que nadie podrá ver hasta el 2287 debe hacernos pensar que se trata del mismo engaño con la fecha cambiada. Quien haya recibido el correo en 2007, no sepa nada del asunto y haya tenido flojera de buscar referencias en google, puede concederle al tema el beneficio de la duda, lo acepto, pero si la misma persona recibe el mismo correo dos años después con el mismo texto pero cambiando el año del supuesto fenómeno, con un muy sencillo razonamiento debe darse cuenta de que no puede ser cierto.

2) ¿Quién origina las cadenas? ¿Quién las modifica? ¿Quién las pasa a presentaciones de power point con fotos y letras de colores? ¿Qué gana con eso?… Yo tenía la idea de que las cadenas se creaban con la intención de recolectar direcciones de correo electrónico para después usarlas para enviar SPAM. Sin embargo, la mecánica de esto me resulta demasiado complicada. Quien genera las cadenas las envía para que los que las reciban a su vez las reenvíen y así sucesivamente ¿Cómo se entera de las direcciones a las que se van enviando? Esperar a que la cadena le regrese con muchas direcciones puede llevar demasiado tiempo. Por otro lado, las cadenas existían antes del correo electrónico aunque, ciertamente, no eran tan comunes. Se recibían por en papel, en sobre cerrado y había que hacerlas circular por correo normal. Alguna vez en la era pre-internet recibí un sobre anónimo con una carta con instrucciones para hacer circular la cadena, cosa que no hice.

Invito a los lectores a ilustrarme acerca de las razones por las que se originan las cadenas, ya que se me escapan.

3) Aunque es fácil darse cuenta en forma intuitiva que lo de ver a Marte del mismo tamaño que la luna es inverosímil, la cadena circula como bastante, haciéndome pensar que muchas personas lo toman como algo que podría ocurrir.

Aun si no hubiera un solo sitio en Internet que desmintiera la historia de las dos lunas. Con un poco de información general y algunas nociones de geometría, es fácil saber que lo que la cadena afirma no es posible. Veamos:

La luna tiene un diámetro aproximado de 3474 kilómetros y se encuentra a una distancia de la tierra que varía entre 363000 y 406000 (http://en.wikipedia.org/wiki/Moon)

Marte tiene un diámetro aproximado de 6800 kilómetros y se encuentra a una distancia de la tierra que varía entre 399 millones de kilómetros y 56 millones de kilómetros. (http://es.wikipedia.org/wiki/Marte_(planeta))

El tamaño aparente de un cuerpo, es decir, el tamaño en que lo percibimos, disminuye conforme este cuerpo está más lejos de quien lo observa.

Para tapar un avión de 30 metros de longitud cuando estoy parado a 50 metros de él tengo que colocar mi portafolios de 45 centímetros de ancho a una distancia de no más de 75 centímetros de mis ojos (más o menos mi brazo estirado), pero si el mismo avión se encuentra volando a un kilómetro de distancia de mí, puedo ocultarlo a mi vista colocando mi teléfono celular de 2.25 centímetros de ancho a los mismos 75 centímetros de mis ojos.

Podemos decir que, si tenemos dos cuerpos, que se ven del mismo tamaño, es porque la proporción entre su tamaño y la distancia a la que se encuentran de nosotros es más o menos la misma. Para simplificar las cosas utilicemos el cociente tamaño / distancia como el tamaño aparente del objeto que estamos observando(*).

Decir que Marte y la Luna se verán del mismo tamaño es lo mismo que decir que tendrán tamaños aparentes similares.

El tamaño aparente de la luna es, cuando está más alejado de nosotros, de:

3474 kilómetros / 406000 kilómetros = 0.00957025

En tanto que el tamaño aparente de Marte, cuando está más cerca de nosotros, es de:

6800 kilómetros / 56000000 kilómetros = 0.00012143

Estos números son casi dos órdenes de magnitud (http://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_magnitud) diferentes, lo que es lo mismo que decir que cuando Marte está en su posición más cercana a la tierra, su diámetro aparente nos parece 70 veces menor que la luna cuando está en su posición más alejada de la tierra.

0.00957025 / 0.00012143 = 70.4665314

4) La referencia a los conocimientos de los antiguos mayas me invita a una reflexión:

“Pero lo mas intersante de todo es que esto estaba predicto en un codice Maya encontrado el la piramide a lado del Observatorio Estelar en Palenque en Chiapas Mexico. Con este calculo matematico Maya ahora los Mayas son considerados como los Griegos de America.
y orgullo de Mexico.”

Los mayas suelen ser citados como fuente de sabiduría incuestionable. Me pregunto si la persona que escribió este texto, al ver que ningún 27 de Agosto aparece Marte de un tamaño similar al de la luna, estaría dispuesta a concluir que los mayas no eran tan inteligentes como pensaba, y que deberían ser considerados, por tanto, vergüenza de México.

(*) Podríamos expresar el tamaño aparente en términos del tamaño del arco con el que se proyectaría el objeto en una esfera imaginaria en la que el observador está al centro, por medio de la fórmula:

Ángulo aparente = 180 * tamaño aparente / pi

Para la luna: 29 minutos de arco
Para Marte: 25 segundos de arco

Jueves, 1 de Diciembre de 2011

La dieta de las dos lunas

Hay cadenas y cadenas, y las hay falsas y falsísimas. La cadena de las dos lunas del 27 de Agosto me ha llegado ya varias veces y me había llegado hace uno o dos años. Ya no recuerdo. Bueno, sí recuerdo fue en agosto de 2007, ocasión en que me llegó una sóla vez, enviada por una prima, a la que le respondí con una liga al sitio de la NASA (http://science.nasa.gov/headlines/y2007/21aug_hurtlingtomars.htm) que desmentía la exagerada afirmación, correo al que me respondió que ella también había dudado al recibir tan inverosímil aviso, por lo que sabiendo que soy un mamilas todo un pensador crítico, pues quiso picarme la cresta ver que información podía yo darle respecto a eso de las dos lunas. Hace unos meses recibí otra vez un correo similar, sólo que referido al 27 de agosto de este año. Respondí igual, pero he seguido recibiendo correos con la misma noticia, aunque con pequeñas variaciones. Aquí va la lista de los correos que he recibido:

a) 26 de Agosto de 2007 – Presentación power-point
b) 18 de Junio de 2009 - Texto breve
c) 19 de Junio de 2009 – Texto extenso
d) 21 de Agosto de 2009 – Presentación power-point

La presentación power point del correo d y el texto del correo d coinciden casi con exactitud. El texto es el siguiente:

“Apuntalo en la Agenda, el calendario o donde sea,, vale la pena
El planetario Internacional en Vancouver de la British columbia Canada.
ha calculado la precision en la que Marte estara orbitando el (27-08-2009).
Pero lo mas intersante de todo es que esto estaba predicto en un codice Maya
encontrado el la piramide a lado del Observatorio Estelar en Palenque en Chiapas Mexico.
Con este calculo matematico Maya ahora los Mayas son considerados como los Griegos de America.
y orgullo de Mexico.
Por lo menos cuatro o cinco generaciones de la humanidad no volveremos a ver este fenomeno natural.
Muy poca gente lo sabe por el momento, esto fue publicado el lunes 11 de mayo 2009.

Haganlo circular

Dos Lunas en el Cielo
El 27 de Agosto, a medianoche y 30 minutos, mirar al cielo
El planeta Marte será la estrella mas brillante en el cielo será tan grande como la luna llena
Marte estará a 55,75 millones de kilómetros de la tierra
No te lo pirdas
Será como si la tierra tuviera dos lunas
La próxima vez que este acontecimiento se producirá, está previsto para el año 2287
Compartir esta información. Nadie que esté vivo podrá volverlo a ver.”

Aquí van mis reflexiones:

1) El simple hecho de que en el 2007 y en el 2009 vaya a ocurrir un evento que nadie podrá ver hasta el 2287 debe hacernos pensar que se trata del mismo engaño con la fecha cambiada. Quien haya recibido el correo en 2007, no sepa nada del asunto y haya tenido flojera de buscar referencias en google, puede concederle al tema el beneficio de la duda, lo acepto, pero si la misma persona recibe el mismo correo dos años después con el mismo texto pero cambiando el año del supuesto fenómeno, con un muy sencillo razonamiento debe darse cuenta de que no puede ser cierto.

2) ¿Quién origina las cadenas? ¿Quién las modifica? ¿Quién las pasa a presentaciones de power point con fotos y letras de colores? ¿Qué gana con eso?... Yo tenía la idea de que las cadenas se creaban con la intención de recolectar direcciones de correo electrónico para después usarlas para enviar SPAM. Sin embargo, la mecánica de esto me resulta demasiado complicada. Quien genera las cadenas las envía para que los que las reciban a su vez las reenvíen y así sucesivamente ¿Cómo se entera de las direcciones a las que se van enviando? Esperar a que la cadena le regrese con muchas direcciones puede llevar demasiado tiempo. Por otro lado, las cadenas existían antes del correo electrónico aunque, ciertamente, no eran tan comunes. Se recibían por en papel, en sobre cerrado y había que hacerlas circular por correo normal. Alguna vez en la era pre-internet recibí un sobre anónimo con una carta con instrucciones para hacer circular la cadena, cosa que no hice.

Invito a los lectores a ilustrarme acerca de las razones por las que se originan las cadenas, ya que se me escapan.

3) Aunque es fácil darse cuenta en forma intuitiva que lo de ver a Marte del mismo tamaño que la luna es inverosímil, la cadena circula como bastante, haciéndome pensar que muchas personas lo toman como algo que podría ocurrir.

Aun si no hubiera un solo sitio en Internet que desmintiera la historia de las dos lunas. Con un poco de información general y algunas nociones de geometría, es fácil saber que lo que la cadena afirma no es posible. Veamos:

La luna tiene un diámetro aproximado de 3474 kilómetros y se encuentra a una distancia de la tierra que varía entre 363000 y 406000 (http://en.wikipedia.org/wiki/Moon)

Marte tiene un diámetro aproximado de 6800 kilómetros y se encuentra a una distancia de la tierra que varía entre 399 millones de kilómetros y 56 millones de kilómetros. (http://es.wikipedia.org/wiki/Marte_(planeta))

El tamaño aparente de un cuerpo, es decir, el tamaño en que lo percibimos, disminuye conforme este cuerpo está más lejos de quien lo observa.


Para tapar un avión de 30 metros de longitud cuando estoy parado a 50 metros de él tengo que colocar mi portafolios de 45 centímetros de ancho a una distancia de no más de 75 centímetros de mis ojos (más o menos mi brazo estirado), pero si el mismo avión se encuentra volando a un kilómetro de distancia de mí, puedo ocultarlo a mi vista colocando mi teléfono celular de 2.25 centímetros de ancho a los mismos 75 centímetros de mis ojos.

Podemos decir que, si tenemos dos cuerpos, que se ven del mismo tamaño, es porque la proporción entre su tamaño y la distancia a la que se encuentran de nosotros es más o menos la misma. Para simplificar las cosas utilicemos el cociente tamaño / distancia como el tamaño aparente del objeto que estamos observando(*).

Decir que Marte y la Luna se verán del mismo tamaño es lo mismo que decir que tendrán tamaños aparentes similares.

El tamaño aparente de la luna es, cuando está más alejado de nosotros, de:

3474 kilómetros / 406000 kilómetros = 0.00957025

En tanto que el tamaño aparente de Marte, cuando está más cerca de nosotros, es de:

6800 kilómetros / 56000000 kilómetros = 0.00012143

Estos números son casi dos órdenes de magnitud (http://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_magnitud) diferentes, lo que es lo mismo que decir que cuando Marte está en su posición más cercana a la tierra, su diámetro aparente nos parece 70 veces menor que la luna cuando está en su posición más alejada de la tierra.

0.00957025 / 0.00012143 = 70.4665314

4) La referencia a los conocimientos de los antiguos mayas me invita a una reflexión:

“Pero lo mas intersante de todo es que esto estaba predicto en un codice Maya encontrado el la piramide a lado del Observatorio Estelar en Palenque en Chiapas Mexico. Con este calculo matematico Maya ahora los Mayas son considerados como los Griegos de America.
y orgullo de Mexico.”


Los mayas suelen ser citados como fuente de sabiduría incuestionable. Me pregunto si la persona que escribió este texto, al ver que ningún 27 de Agosto aparece Marte de un tamaño similar al de la luna, estaría dispuesta a concluir que los mayas no eran tan inteligentes como pensaba, y que deberían ser considerados, por tanto, vergüenza de México.

(*) Podríamos expresar el tamaño aparente en términos del tamaño del arco con el que se proyectaría el objeto en una esfera imaginaria en la que el observador está al centro, por medio de la fórmula:

Ángulo aparente = 180 * tamaño aparente / pi

Para la luna: 29 minutos de arco
Para Marte: 25 segundos de arco
Lunes, 29 de Junio de 2009

Ateismo=drogadicción=muerte

Escogí un título muy al estilo del Chilangoleón, para comentar algo en referencia a la muerte de Michael Jackson, ya que Felipe Calderón, presidente de México, hizo las siguientes declaraciones:

“Qué paradoja que hoy, Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, se confirme, por ejemplo, que uno de los mayores ídolos de varias generaciones y el mayor vendedor de discos de música pop, se confirme que su muerte se debe precisamente a un uso indebido y excesivo de drogas, en lo que sería también la plenitud de la edad.”

Siendo que todavía no se ha determinado oficialmente que el fallecimiento del astro del pop de los 80’s se deba al uso de drogas. Después dijo que el problema del consumo de drogas ocurre entre la juventud…

“…que por sus condiciones sociales, familiares, educativas y por falta de oportunidades, tiene pocos asideros trascendentes, (y) tiene poco que creer: no cree en la familia que no tuvieron, en la economía, en la escuela y no cree en Dios porque no lo conocen”

Debo decir que cuando leí esta noticia en La Jornada, creí que se trataba de una broma, por lo que busqué otras referencias que confirmaran y, sí, la declaración aparece en El Universal, Milenio y EsMas. Después encontré otras referencias en Menéame y en la revista Proceso.

Para hablar claro, los errores en los que cae Calderón en su declaración son los siguientes:

1) Se adelanta a afirmar algo que aún no está comprobado.

2) Afirma que para que los jóvenes no caigan en las drogas, es importante que crean en la familia, en la economía, en la escuela y en Dios.

Afirmaciones ambas que cualquiera de nosotros podría expresar como una opinión personal sujeta a discusión, refutación y mentadas, sin pasar a más, pero que en su boca se convierten en expresión de una política de estado.

Dicho en otras palabras: habla por todos los mexicanos.

Con respecto al primer punto, no es la primera vez que Calderón comete un error así, ya lo había hecho al declarar que la muerte de Ernestina Ascencio fue causada por una gastritis, antes de que la autopsia lo confirmara. Tanto en el caso de la gastritis como en el de las drogas, la declaración de calderón tuvo como marco de fondo una agenda: la del respaldo a las acciones que su gobierno ha emprendido en la lucha contra las mafias del narcotráfico (cosa que no critico e incluso apoyo). Siempre puede pensarse (sin afirmarlo) que lo de la gastritis ocurrió en México, donde el presidente podría influir en los partes médicos oficiales, pero en el caso de Michael Jackson su apuesta debe basarse en la facilidad con que el público creerá que un ídolo del pop consume drogas (me sorprendería saber que no lo hubiera hecho), aun si el veredicto oficial dice lo contrario. Después de todo, existe la amplia creencia de que el gobierno de Estados Unidos oculta una nave extraterrestre en el área 51 y de que los atentados del 11 de Septiembre de 2001 fueron simulados por el propio gobierno norteamericano para empujar a la opinión pública a favor de las invasiones a Afganistán e Irak ¿Cómo dudar de que falsearán los resultados de la autopsia para proteger la memoria del (ya ni tan) popular ídolo musical?

El segundo error de Calderón me parece mucho más grave porque en una corta frase expresa prejuicios, ofensas y por lo menos una incoherencia, todo a nombre de los mexicanos, a los que representa.

Los prejuicios de Calderón quedan en claro al afirmar que para ser una persona con la fortaleza de carácter suficiente para no caer en las drogas es necesario creer en lo que él cree: su dios, la escuela, la familia y la economía. No todos los mexicanos ni todos los habitantes del mundo compartimos sus creencias y no hay razón para suponer que por eso tenemos por que ser individuos antisociales y presa de las peores adicciones. Son sus creencias personales, no hechos evidentes, lo que está declarando.

La ofensa va hacia los que no creemos en su dios. De entrada expresa que somos más susceptibles de caer en vicios y en comportamientos antisociales que los que sí creen en él porque lo “conocen”. En base a esta declaración, yo podría igualmente afirmar que el presidente Calderón ignora que existen y han existido grandes seres humanos que no comparten sus creencias y que han hecho grandes aportaciones a la cultura, las ciencias y las artes. Sólo por mencionar a algunos de mis favoritos, puedo nombrar a Carl Sagan, Douglas Adams, Isaac Asimov, Mark Twain, Pío Baroja, James Watson, Woody Allen, Michelle Bachelet, Marie Curie, Julianne Moore, y Francis Crick.

Además, Michael Jackson ni siquiera era ateo. En el 2003 se cambió al Islam, (aunque no sé que religión haya tenido antes). La noticia apareció en 2003 y fue confirmada por
él mismo en 2007.

Pasemos a lo de la incoherencia ¿Qué quiso decir con eso de que no creen en la economía? ¿Creen en la lotería, en la psicohistoria o en el neokeynnesianismo? ¿O de plano hay que ser un total solipsista para hacerse drogadicto?

No sé con quien se asesora el presidente, pero si me hubiera preguntado a mí, yo le hubiera aconsejado vestirse como Michael Jackson, agarrar un guante blanco, ponerse unos lentes oscuros y bailar el famoso pasito del moonwalker. Con eso, su ridículo hubiera sido mucho menor que con las declaraciones que hizo.

Jueves, 1 de Diciembre de 2011

Ateismo=drogadicción=muerte




Escogí un título muy al estilo del Chilangoleón, para comentar algo en referencia a la muerte de Michael Jackson, ya que Felipe Calderón, presidente de México, hizo las siguientes declaraciones:

“Qué paradoja que hoy, Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, se confirme, por ejemplo, que uno de los mayores ídolos de varias generaciones y el mayor vendedor de discos de música pop, se confirme que su muerte se debe precisamente a un uso indebido y excesivo de drogas, en lo que sería también la plenitud de la edad.”

Siendo que todavía no se ha determinado oficialmente que el fallecimiento del astro del pop de los 80’s se deba al uso de drogas. Después dijo que el problema del consumo de drogas ocurre entre la juventud…

“…que por sus condiciones sociales, familiares, educativas y por falta de oportunidades, tiene pocos asideros trascendentes, (y) tiene poco que creer: no cree en la familia que no tuvieron, en la economía, en la escuela y no cree en Dios porque no lo conocen”

Debo decir que cuando leí esta noticia en La Jornada, creí que se trataba de una broma, por lo que busqué otras referencias que confirmaran y, sí, la declaración aparece en El Universal, Milenio y EsMas. Después encontré otras referencias en Menéame y en la revista Proceso.

Para hablar claro, los errores en los que cae Calderón en su declaración son los siguientes:

1) Se adelanta a afirmar algo que aún no está comprobado.

2) Afirma que para que los jóvenes no caigan en las drogas, es importante que crean en la familia, en la economía, en la escuela y en Dios.

Afirmaciones ambas que cualquiera de nosotros podría expresar como una opinión personal sujeta a discusión, refutación y mentadas, sin pasar a más, pero que en su boca se convierten en expresión de una política de estado.

Dicho en otras palabras: habla por todos los mexicanos.

Con respecto al primer punto, no es la primera vez que Calderón comete un error así, ya lo había hecho al declarar que la muerte de Ernestina Ascencio fue causada por una gastritis, antes de que la autopsia lo confirmara. Tanto en el caso de la gastritis como en el de las drogas, la declaración de calderón tuvo como marco de fondo una agenda: la del respaldo a las acciones que su gobierno ha emprendido en la lucha contra las mafias del narcotráfico (cosa que no critico e incluso apoyo). Siempre puede pensarse (sin afirmarlo) que lo de la gastritis ocurrió en México, donde el presidente podría influir en los partes médicos oficiales, pero en el caso de Michael Jackson su apuesta debe basarse en la facilidad con que el público creerá que un ídolo del pop consume drogas (me sorprendería saber que no lo hubiera hecho), aun si el veredicto oficial dice lo contrario. Después de todo, existe la amplia creencia de que el gobierno de Estados Unidos oculta una nave extraterrestre en el área 51 y de que los atentados del 11 de Septiembre de 2001 fueron simulados por el propio gobierno norteamericano para empujar a la opinión pública a favor de las invasiones a Afganistán e Irak ¿Cómo dudar de que falsearán los resultados de la autopsia para proteger la memoria del (ya ni tan) popular ídolo musical?

El segundo error de Calderón me parece mucho más grave porque en una corta frase expresa prejuicios, ofensas y por lo menos una incoherencia, todo a nombre de los mexicanos, a los que representa.

Los prejuicios de Calderón quedan en claro al afirmar que para ser una persona con la fortaleza de carácter suficiente para no caer en las drogas es necesario creer en lo que él cree: su dios, la escuela, la familia y la economía. No todos los mexicanos ni todos los habitantes del mundo compartimos sus creencias y no hay razón para suponer que por eso tenemos por que ser individuos antisociales y presa de las peores adicciones. Son sus creencias personales, no hechos evidentes, lo que está declarando.

La ofensa va hacia los que no creemos en su dios. De entrada expresa que somos más susceptibles de caer en vicios y en comportamientos antisociales que los que sí creen en él porque lo “conocen”. En base a esta declaración, yo podría igualmente afirmar que el presidente Calderón ignora que existen y han existido grandes seres humanos que no comparten sus creencias y que han hecho grandes aportaciones a la cultura, las ciencias y las artes. Sólo por mencionar a algunos de mis favoritos, puedo nombrar a Carl Sagan, Douglas Adams, Isaac Asimov, Mark Twain, Pío Baroja, James Watson, Woody Allen, Michelle Bachelet, Marie Curie, Julianne Moore, y Francis Crick.

Además, Michael Jackson ni siquiera era ateo. En el 2003 se cambió al Islam, (aunque no sé que religión haya tenido antes). La noticia apareció en 2003 y fue confirmada por
él mismo en 2007.

Pasemos a lo de la incoherencia ¿Qué quiso decir con eso de que no creen en la economía? ¿Creen en la lotería, en la psicohistoria o en el neokeynnesianismo? ¿O de plano hay que ser un total solipsista para hacerse drogadicto?

No sé con quien se asesora el presidente, pero si me hubiera preguntado a mí, yo le hubiera aconsejado vestirse como Michael Jackson, agarrar un guante blanco, ponerse unos lentes oscuros y bailar el famoso pasito del moonwalker. Con eso, su ridículo hubiera sido mucho menor que con las declaraciones que hizo.
Viernes, 26 de Junio de 2009

Anular el voto, voto en blanco

Tan pronto como el servicio público deja de ser la principal ocupación de los ciudadanos, y éstos quieren servir con su bolsa antes que con su persona, el Estado se encuentra ya muy cerca de su ruina. ¿Es preciso ir a la guerra? Pagan tropas y se quedan en casa. ¿Es preciso ir al consejo? Nombran diputados y se quedan en casa. A fuerza de pereza y de dinero tienen, en fin, soldados para esclavizar la patria y representantes para venderla.
Juan Jacobo Rousseau, El Contrato Social. Capítulo XV
* * *
La semana pasada se reventó una llanta de mi auto ¿La causa? Pasé por un bache que hizo brincar mi auto de tal forma que uno de los lados fue mordido entre el pavimento y el rin con suficiente fuerza para romper la banda de refuerzo. La responsabilidad del mantenimiento de mi auto es sólo mía, pero en lo que a la calle Ocampo se refiere, es del gobierno municipal, por lo que acabo de sumar una más a las razones para anular mi voto en la elección de este 5 de Julio.

Ya sé que esta razón suena ridícula, pero sumada a las miles de razones que escucho y leo todos los días, redondea cerca de un millón de motivos para anular mi voto:

– En la elección del 2006, el gobierno federal, en complicidad con el IFE, el TRIFE y demás amigos del innombrable, perpetraron un fraude electoral. En esta ocasión mejor voy a anular mi voto.

– En una guardería del IMSS en Sonora, decenas de niños murieron en un incendio. Se sospecha de contubernios y negligencia. Otra razón para anular mi voto.

– El peje no tuvo empacho en imponer a un títere como candidato del PT para que los electores voten por él, con la promesa de que al ganar va a renunciar a favor de la candidata del PRD que la dirigencia de este partido se negó a aceptar. Podría oponerme votando por alguna otra opción pero creo que mejor anulo mi voto.

– El gobierno federal, en el marco de la lucha contra el crimen organizado, encarcela a alcaldes y policías de municipios gobernados por la oposición. Puede decirse que es parte de las funciones normales de gobierno, pero desagrada que ocurra en tiempos de campaña electoral. Anulo mi voto.

– Los diputados, sin importar quienes ni de que partido, son muchos, cobran mucho y no hacen nada bueno por el país. No voy a respaldarlos votando por nadie. Voy a anular mi voto.

– Calderón se niega a devolver la secuestradora francesa a su país, lo que es una descarada estrategia electorera, por lo que anularé mi voto. Si se le hubiera ocurrido enviarla a Francia, yo manifestaría mi descontento anulando mi voto.

– La actual crisis económica es la más fuerte de que se tenga memoria. Los gobernantes prometieron que habría más empleo, pero hay menos. Los voy a castigar anulando mi voto.

– Es tan malo el giro como el colorado, e incluso el verde, que propone matar a los secuestradores (y hacer más probable que me maten para reducir el riesgo de ser atrapados) y que todos paguemos las medicinas que el IMSS y el ISSSTE no puedan proveer. Lo único que me queda es anular mi voto.

– No se permiten las candidaturas independientes. No se permite la reelección de diputados y senadores. Los partidos políticos son meras agencias de colocaciones en puestos públicos con cargo a mis bolsillos. Los organismos supuestamente ciudadanos, como el IFE, no me representan ni me hacen caso. Todos los políticos mexicanos son corruptos. Ya estoy harto. No importa lo que me digan, yo voy a anular mi voto.

– Hace mucho calor. Más me vale levantarme temprano para no sudar mucho mientras hago cola en la casilla para anular mi voto.

La campaña que se está dando para anular el voto es todo un éxito. Ha salido del Internet y ha invadido los editoriales de los periódicos y las conversaciones de sobremesa, incluso ha provocado reacciones en la clase política. Sin embargo, hasta el momento no he encontrado un solo argumento válido para seguir esa sugerencia.

Las principales razones de la campaña para anular el voto hacen referencia al hartazgo de la ciudadanía por la corrupción e ineficacia de los funcionarios públicos en todos los niveles, poderes y partidos de gobierno.

Creo que el hartazgo es real y por primera vez llega a las clases medias y toca a líderes de opinión. Tengo mis ideas acerca de esto y pienso que el movimiento por anular el voto es el primer indicio de que la sociedad mexicana empieza a despertar de un letargo que está por cumplir el siglo. Entiendo y comparto al 100% las razones del hartazgo, pero no soy capaz de comprender el mecanismo social propuesto que va del acto de anular al resultado de mejorar el sistema político contra el cual pretende manifestarse.

Varias veces he expuesto argumentos en contra de esta idea y nunca he recibido una respuesta que los rebata. Lo único que he recibido como respuesta ha sido la reiteración del hartazgo, y la repetición de todas las cosas malas que el régimen de partidos nos ha traído, así como referencias a los derechos que tenemos como votantes y la pregunta acerca de por quién voy a votar yo o que voy a hacer para mejorar las cosas en lugar de anular.

Debo decirlo. Lo he expresado en comentarios de otros blogs y sería hipócrita si no lo dijera aquí. Hasta ahora no he visto razones que no puedan reescribirse como una reacción visceral al deficiente funcionamiento del gobierno mexicano. Pareciera que lo que están buscando es que llegara un mesías capaz de resolver todos los problemas sin mancharse (difícil, pero posible) y sin necesidad de que la ciudadanía se involucrara en los asuntos públicos (remotamente posible, tal vez si restauramos alguna de monarquías que hemos sobrevivido en tiempos históricos).

Voy a exponer aquí las razones por las que considero que la anulación de los votos no es una medida adecuada. Sólo voy a analizar las razones a las que les concedo cierta verosimilitud, ya que refutar todas las frases (no me atrevo a llamarlas argumentos) que se usan para iniciar el mantra de “…, otra razón para anular mi voto el 5 de Julio” me tomaría demasiado tiempo (y a la velocidad a la que escribo, no me permitiría concluir otra entrada que quiero terminar antes del cierre del próximo Circo del Absurdo).

En algunos casos, se plantean objetivos prácticos, como hacer que se reduzca el dinero que reciben los partidos, la cantidad de diputados y senadores, los sueldos de los funcionarios públicos, y cosas así.

Veamos. Si la motivación para anular el voto es evitar que el dinero de nuestros impuestos llegue a los partidos, lo primero que hay que ver es si anular el voto es realmente efectivo ¿Cómo se decide la cantidad de dinero que se reparte entre los partidos y cuál es el método para elegir cuanto le toca a cada uno?La respuesta está en el artículo 41 de la constitución (el que no la tenga, la puede bajar de http://www.cddhcu.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf). El monto total es el 75% del salario mínimo del DF por cada ciudadano empadronado por año (Art. 41, inciso II,a) y se distribuye entre los partidos con una fórmula que incluye una parte igual (30%, que se reparte igual a todos los partidos) y el resto proporcional a los votos obtenidos para la elección a diputados en la elección anterior.Es decir, que desde el punto de vista legal, a los partidos no se les reduce ni un centavo lo que reciben por efecto de la anulación del voto. Lo que sí ocurre, es que la conformación de la cámara de diputados será establecida según los votos que logren obtener los partidos. Si la porción informada de la sociedad opta por anular su voto, estará dejando la elección en manos de los votantes duros, en el mejor de los casos, o de otros grupos con interés y fuerza para manipular la elección, como pueden ser los narcotraficantes. En ambos casos, los partidos grandes seguirán recibiendo el 30% del 75% del salario mínimo por cada empadronado durante un año, casi sin sudar, y el 70% del mismo monto, por los votos que logren captar por acarreos e incondicionales ¿De verdad quieren eso?
En todo caso, la campaña debería ser para borrar nuestro registro del padrón, cosa que no podemos hacer de forma tan fácil como anular nuestro voto, aunque sí podemos exigir haciendo mucho ruido, como el que ha hecho en Argentina la campaña por la apostasía.

Es que, al final, lo que importa son las consecuencias de nuestras decisiones. Actuar movidos por el amor propio puede ser muy agradable pero las consecuencias de esos actos podrían no serlo tanto. Antes de decidir votar en blanco hay que considerar que tan probables son los siguientes escenarios:

1.- El voto duro va a dominar esta elección, por medio de acarreados, amenazados, votos corporativos, y todos los vicios de la época del carro completo priista. Los votos nulos van a facilitar esto.

2.- Como una variante de lo anterior, los capos de la droga pueden comprar posiciones estratégicas en la administración pública y en el congreso sin necesidad de recurrir a gigantescos sobornos. Hace unas semanas volvimos a ver en Monterrey como las mafias del crimen organizado están movilizando grupos para crear problemas. No creo que eso sea gratuito. En febrero se dijo que cada manifestante recibía 500 pesos por día, pero para ir a votar por el candidato que se les señale, los mismos cobrarán menos, dado que no tienen que arriesgarse a ser detenidos o golpeados, ni a pasar todas esas horas en la calle bajo el sol.

Se argumenta que el objetivo es hacer que los políticos se den cuenta del repudio que de la sociedad. Estoy de acuerdo con esto, pero ¿Anulando el voto? Eso significa que vamos a premiar a los grupos que tienen más posibilidades de ganar la elección facilitándoles las cosas y sentarnos a esperar que lo consideren un castigo.

O no sentarnos, podemos llevar la protesta más allá del día de la elección, distribuir listas de contactos de los congresistas elegidos, enviarles las propuestas de ley que queremos que impulsen y nuestras sugerencias de preferencias, organizar manifestaciones frente a sus oficinas cuando sea notorio que actúan por consigna de su partido y formar verdaderos frentes ciudadanos que nos lleven a una auténtica representación. Sería deseable que los movimientos para anular el voto tuvieran esa intención de seguimiento pero lo veo poco probable. El movimiento aglutina agendas muy diferentes: hay antipejistas furibundos que van a anular su voto para manifestar su hartazgo contra los descarados pejistas, bejaranistas y padiernistas, (que de todas formas ya no cuentan con la estructura del mermado PRD y sólo se apoyan en los membretes del PT y convergencia, por lo que sin importar lo que pase de aquí al 5 de Julio, ya no representan ningún peligro para México), y hay enojados anticalderonistas que van a anular su voto como protesta contra el fraude del 2006 para demostrar que a ellos no les cuadra que haiga sido como haiga sido), padres de familia molestos por la impunidad con que el sindicato de Elba Ester manipula el sistema educativo y todo el espectro intermedio. Los religiosos para quejarse de la falta de libertad religiosa, y los librepensadores para quejarse de la alianza PAN-Icar, los liberalistas económicos están enojados porque la política económica interviene en los mercados, mientras los izquierdistas se quejan de que la política económica es favorable a las elites empresariales. Sólo vean la propuesta de http://www.movimientoalsocialismo.com.mx/archivos/elecciones/plataforma.html ¿Qué futuro tiene un movimiento que aglutina grupos que no tienen en común más que el “estoy harto” en contra de todo?

También me han preguntado qué es lo que propongo. Para empezar creo que la anulación del voto es una solución falsa si se la toma como la única acción a efectuar. Además, sólo porque yo no sea capaz de proponer una alternativa no significa que tenga que agarrar la primera que me ofrecen. Pero sí soy capaz. La verdadera solución tendría que pasar por darle seguimiento cercano a los funcionarios. Aunque parezca un chiste, los diputados son los más fáciles de fiscalizar por los ciudadanos porque viven entre nosotros (todavía). No considero un pecado organizar marchas en la vía pública siempre y cuando éstas tengan objetivos claros y específicos.

Pero, nada más para que vean que no soy un antianulacionista aferrado, voy a proponer un reto: una sola iniciativa ciudadana que esté dispuesta a mancharse las manos, a publicar listas de diputados y senadores, con teléfonos y correos electrónicos, a recabar propuestas ciudadanas de modificación a las leyes, que se plante frente a las oficinas de los funcionarios hasta ser recibidos y a dar seguimiento, a solidarizarse contra los abusos de las autoridades, solo quiero ver una iniciativa que vaya más allá de anular los votos e irnos a sentar a esperar a que el sistema político se corrija con este hecho, y yo anulo mi voto y me uno a ella.

Pero no veo ninguna así. Sólo como ejemplo, en el sitio http://www.votaenblanco.org.mx/ no hay más propuesta que anular el voto, anunciarlo por Internet y ponerse una playera; el sitio http://www.anulatuvoto.org.mx/ indica “Hagamos nuestra parte y participemos anulando nuestros votos”, el facebook del tema (http://es-la.facebook.com/pages/ANULA-TU-VOTO/91567702237) no sale de lo mismo, mientras que Denise Dresser (http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=69502) explica magistralmente lo que no hay que hacer pero no lo que hay que hacer, como si la inacción fuera a producir los resultados adecuados.

Me parece que si nos dejamos llevar por el coraje sin aplicarnos con inteligencia, vamos a descubrir un día que hubo quienes aprovecharon nuestra molestia para erigirse en la nueva elite dominante. Después de todo, ya ocurrió más de una vez. Y la última elite se mantuvo en el poder por 70 años sin dar la más mínima muestra de necesitar legitimarse con nuestra aprobación explícita.

Jueves, 1 de Diciembre de 2011

Anular el voto, voto en blanco




Tan pronto como el servicio público deja de ser la principal ocupación de los ciudadanos, y éstos quieren servir con su bolsa antes que con su persona, el Estado se encuentra ya muy cerca de su ruina. ¿Es preciso ir a la guerra? Pagan tropas y se quedan en casa. ¿Es preciso ir al consejo? Nombran diputados y se quedan en casa. A fuerza de pereza y de dinero tienen, en fin, soldados para esclavizar la patria y representantes para venderla.
Juan Jacobo Rousseau, El Contrato Social. Capítulo XV


* * *



La semana pasada se reventó una llanta de mi auto ¿La causa? Pasé por un bache que hizo brincar mi auto de tal forma que uno de los lados fue mordido entre el pavimento y el rin con suficiente fuerza para romper la banda de refuerzo. La responsabilidad del mantenimiento de mi auto es sólo mía, pero en lo que a la calle Ocampo se refiere, es del gobierno municipal, por lo que acabo de sumar una más a las razones para anular mi voto en la elección de este 5 de Julio.

Ya sé que esta razón suena ridícula, pero sumada a las miles de razones que escucho y leo todos los días, redondea cerca de un millón de motivos para anular mi voto:

- En la elección del 2006, el gobierno federal, en complicidad con el IFE, el TRIFE y demás amigos del innombrable, perpetraron un fraude electoral. En esta ocasión mejor voy a anular mi voto.

- En una guardería del IMSS en Sonora, decenas de niños murieron en un incendio. Se sospecha de contubernios y negligencia. Otra razón para anular mi voto.

- El peje no tuvo empacho en imponer a un títere como candidato del PT para que los electores voten por él, con la promesa de que al ganar va a renunciar a favor de la candidata del PRD que la dirigencia de este partido se negó a aceptar. Podría oponerme votando por alguna otra opción pero creo que mejor anulo mi voto.

- El gobierno federal, en el marco de la lucha contra el crimen organizado, encarcela a alcaldes y policías de municipios gobernados por la oposición. Puede decirse que es parte de las funciones normales de gobierno, pero desagrada que ocurra en tiempos de campaña electoral. Anulo mi voto.

- Los diputados, sin importar quienes ni de que partido, son muchos, cobran mucho y no hacen nada bueno por el país. No voy a respaldarlos votando por nadie. Voy a anular mi voto.

- Calderón se niega a devolver la secuestradora francesa a su país, lo que es una descarada estrategia electorera, por lo que anularé mi voto. Si se le hubiera ocurrido enviarla a Francia, yo manifestaría mi descontento anulando mi voto.

- La actual crisis económica es la más fuerte de que se tenga memoria. Los gobernantes prometieron que habría más empleo, pero hay menos. Los voy a castigar anulando mi voto.

- Es tan malo el giro como el colorado, e incluso el verde, que propone matar a los secuestradores (y hacer más probable que me maten para reducir el riesgo de ser atrapados) y que todos paguemos las medicinas que el IMSS y el ISSSTE no puedan proveer. Lo único que me queda es anular mi voto.

- No se permiten las candidaturas independientes. No se permite la reelección de diputados y senadores. Los partidos políticos son meras agencias de colocaciones en puestos públicos con cargo a mis bolsillos. Los organismos supuestamente ciudadanos, como el IFE, no me representan ni me hacen caso. Todos los políticos mexicanos son corruptos. Ya estoy harto. No importa lo que me digan, yo voy a anular mi voto.

- Hace mucho calor. Más me vale levantarme temprano para no sudar mucho mientras hago cola en la casilla para anular mi voto.

La campaña que se está dando para anular el voto es todo un éxito. Ha salido del Internet y ha invadido los editoriales de los periódicos y las conversaciones de sobremesa, incluso ha provocado reacciones en la clase política. Sin embargo, hasta el momento no he encontrado un solo argumento válido para seguir esa sugerencia.

Las principales razones de la campaña para anular el voto hacen referencia al hartazgo de la ciudadanía por la corrupción e ineficacia de los funcionarios públicos en todos los niveles, poderes y partidos de gobierno.

Creo que el hartazgo es real y por primera vez llega a las clases medias y toca a líderes de opinión. Tengo mis ideas acerca de esto y pienso que el movimiento por anular el voto es el primer indicio de que la sociedad mexicana empieza a despertar de un letargo que está por cumplir el siglo. Entiendo y comparto al 100% las razones del hartazgo, pero no soy capaz de comprender el mecanismo social propuesto que va del acto de anular al resultado de mejorar el sistema político contra el cual pretende manifestarse.

Varias veces he expuesto argumentos en contra de esta idea y nunca he recibido una respuesta que los rebata. Lo único que he recibido como respuesta ha sido la reiteración del hartazgo, y la repetición de todas las cosas malas que el régimen de partidos nos ha traído, así como referencias a los derechos que tenemos como votantes y la pregunta acerca de por quién voy a votar yo o que voy a hacer para mejorar las cosas en lugar de anular.

Debo decirlo. Lo he expresado en comentarios de otros blogs y sería hipócrita si no lo dijera aquí. Hasta ahora no he visto razones que no puedan reescribirse como una reacción visceral al deficiente funcionamiento del gobierno mexicano. Pareciera que lo que están buscando es que llegara un mesías capaz de resolver todos los problemas sin mancharse (difícil, pero posible) y sin necesidad de que la ciudadanía se involucrara en los asuntos públicos (remotamente posible, tal vez si restauramos alguna de monarquías que hemos sobrevivido en tiempos históricos).

Voy a exponer aquí las razones por las que considero que la anulación de los votos no es una medida adecuada. Sólo voy a analizar las razones a las que les concedo cierta verosimilitud, ya que refutar todas las frases (no me atrevo a llamarlas argumentos) que se usan para iniciar el mantra de “…, otra razón para anular mi voto el 5 de Julio” me tomaría demasiado tiempo (y a la velocidad a la que escribo, no me permitiría concluir otra entrada que quiero terminar antes del cierre del próximo Circo del Absurdo).

En algunos casos, se plantean objetivos prácticos, como hacer que se reduzca el dinero que reciben los partidos, la cantidad de diputados y senadores, los sueldos de los funcionarios públicos, y cosas así.

Veamos. Si la motivación para anular el voto es evitar que el dinero de nuestros impuestos llegue a los partidos, lo primero que hay que ver es si anular el voto es realmente efectivo ¿Cómo se decide la cantidad de dinero que se reparte entre los partidos y cuál es el método para elegir cuanto le toca a cada uno?La respuesta está en el artículo 41 de la constitución (el que no la tenga, la puede bajar de http://www.cddhcu.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf). El monto total es el 75% del salario mínimo del DF por cada ciudadano empadronado por año (Art. 41, inciso II,a) y se distribuye entre los partidos con una fórmula que incluye una parte igual (30%, que se reparte igual a todos los partidos) y el resto proporcional a los votos obtenidos para la elección a diputados en la elección anterior.Es decir, que desde el punto de vista legal, a los partidos no se les reduce ni un centavo lo que reciben por efecto de la anulación del voto. Lo que sí ocurre, es que la conformación de la cámara de diputados será establecida según los votos que logren obtener los partidos. Si la porción informada de la sociedad opta por anular su voto, estará dejando la elección en manos de los votantes duros, en el mejor de los casos, o de otros grupos con interés y fuerza para manipular la elección, como pueden ser los narcotraficantes. En ambos casos, los partidos grandes seguirán recibiendo el 30% del 75% del salario mínimo por cada empadronado durante un año, casi sin sudar, y el 70% del mismo monto, por los votos que logren captar por acarreos e incondicionales ¿De verdad quieren eso?
En todo caso, la campaña debería ser para borrar nuestro registro del padrón, cosa que no podemos hacer de forma tan fácil como anular nuestro voto, aunque sí podemos exigir haciendo mucho ruido, como el que ha hecho en Argentina la campaña por la apostasía.

Es que, al final, lo que importa son las consecuencias de nuestras decisiones. Actuar movidos por el amor propio puede ser muy agradable pero las consecuencias de esos actos podrían no serlo tanto. Antes de decidir votar en blanco hay que considerar que tan probables son los siguientes escenarios:

1.- El voto duro va a dominar esta elección, por medio de acarreados, amenazados, votos corporativos, y todos los vicios de la época del carro completo priista. Los votos nulos van a facilitar esto.

2.- Como una variante de lo anterior, los capos de la droga pueden comprar posiciones estratégicas en la administración pública y en el congreso sin necesidad de recurrir a gigantescos sobornos. Hace unas semanas volvimos a ver en Monterrey como las mafias del crimen organizado están movilizando grupos para crear problemas. No creo que eso sea gratuito. En febrero se dijo que cada manifestante recibía 500 pesos por día, pero para ir a votar por el candidato que se les señale, los mismos cobrarán menos, dado que no tienen que arriesgarse a ser detenidos o golpeados, ni a pasar todas esas horas en la calle bajo el sol.

Se argumenta que el objetivo es hacer que los políticos se den cuenta del repudio que de la sociedad. Estoy de acuerdo con esto, pero ¿Anulando el voto? Eso significa que vamos a premiar a los grupos que tienen más posibilidades de ganar la elección facilitándoles las cosas y sentarnos a esperar que lo consideren un castigo.

O no sentarnos, podemos llevar la protesta más allá del día de la elección, distribuir listas de contactos de los congresistas elegidos, enviarles las propuestas de ley que queremos que impulsen y nuestras sugerencias de preferencias, organizar manifestaciones frente a sus oficinas cuando sea notorio que actúan por consigna de su partido y formar verdaderos frentes ciudadanos que nos lleven a una auténtica representación. Sería deseable que los movimientos para anular el voto tuvieran esa intención de seguimiento pero lo veo poco probable. El movimiento aglutina agendas muy diferentes: hay antipejistas furibundos que van a anular su voto para manifestar su hartazgo contra los descarados pejistas, bejaranistas y padiernistas, (que de todas formas ya no cuentan con la estructura del mermado PRD y sólo se apoyan en los membretes del PT y convergencia, por lo que sin importar lo que pase de aquí al 5 de Julio, ya no representan ningún peligro para México), y hay enojados anticalderonistas que van a anular su voto como protesta contra el fraude del 2006 para demostrar que a ellos no les cuadra que haiga sido como haiga sido), padres de familia molestos por la impunidad con que el sindicato de Elba Ester manipula el sistema educativo y todo el espectro intermedio. Los religiosos para quejarse de la falta de libertad religiosa, y los librepensadores para quejarse de la alianza PAN-Icar, los liberalistas económicos están enojados porque la política económica interviene en los mercados, mientras los izquierdistas se quejan de que la política económica es favorable a las elites empresariales. Sólo vean la propuesta de http://www.movimientoalsocialismo.com.mx/archivos/elecciones/plataforma.html ¿Qué futuro tiene un movimiento que aglutina grupos que no tienen en común más que el “estoy harto” en contra de todo?

También me han preguntado qué es lo que propongo. Para empezar creo que la anulación del voto es una solución falsa si se la toma como la única acción a efectuar. Además, sólo porque yo no sea capaz de proponer una alternativa no significa que tenga que agarrar la primera que me ofrecen. Pero sí soy capaz. La verdadera solución tendría que pasar por darle seguimiento cercano a los funcionarios. Aunque parezca un chiste, los diputados son los más fáciles de fiscalizar por los ciudadanos porque viven entre nosotros (todavía). No considero un pecado organizar marchas en la vía pública siempre y cuando éstas tengan objetivos claros y específicos.

Pero, nada más para que vean que no soy un antianulacionista aferrado, voy a proponer un reto: una sola iniciativa ciudadana que esté dispuesta a mancharse las manos, a publicar listas de diputados y senadores, con teléfonos y correos electrónicos, a recabar propuestas ciudadanas de modificación a las leyes, que se plante frente a las oficinas de los funcionarios hasta ser recibidos y a dar seguimiento, a solidarizarse contra los abusos de las autoridades, solo quiero ver una iniciativa que vaya más allá de anular los votos e irnos a sentar a esperar a que el sistema político se corrija con este hecho, y yo anulo mi voto y me uno a ella.

Pero no veo ninguna así. Sólo como ejemplo, en el sitio http://www.votaenblanco.org.mx/ no hay más propuesta que anular el voto, anunciarlo por Internet y ponerse una playera; el sitio http://www.anulatuvoto.org.mx/ indica “Hagamos nuestra parte y participemos anulando nuestros votos”, el facebook del tema (http://es-la.facebook.com/pages/ANULA-TU-VOTO/91567702237) no sale de lo mismo, mientras que Denise Dresser (http://www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=69502) explica magistralmente lo que no hay que hacer pero no lo que hay que hacer, como si la inacción fuera a producir los resultados adecuados.

Me parece que si nos dejamos llevar por el coraje sin aplicarnos con inteligencia, vamos a descubrir un día que hubo quienes aprovecharon nuestra molestia para erigirse en la nueva elite dominante. Después de todo, ya ocurrió más de una vez. Y la última elite se mantuvo en el poder por 70 años sin dar la más mínima muestra de necesitar legitimarse con nuestra aprobación explícita.


Sábado, 6 de Junio de 2009

Entrada múltiple. De Gran Torino, la nueva función del Circo del Absurdo y algo más.

Para no dejar enfriar tanto este blog, voy a escribir algunas entradas múltiples con comentarios sobre eventos o sucesos de los que me vaya enterando. Soy un poco exagerado en esto de postear textos demasiado elaborados y un mucho en lo de procrastinar, así que mi idea es intercalar algunas ideas y comentarios según se me vayan ocurriendo.

1. Ya llegó al pueblo el nuevo Circo del Absurdo, hospedado en los terrenos de Gio Yakún, inteligente bloguero a quien no conocia, y quien redacta de una manera absorbente un texto que hace sentir la imperiosa necesidad de leer cada uno de los textos enlazados.

Si lo anterior no fue suficiente para convencerlos de asomarse allá, voy a usar otro argumento:

¡Por favor, por favor, por favor, por favor!

La siguiente edición está programada para el primer lunes de Julio, en la piedrita de oro de nuestra superestrella bloguera Kix.

2. Fui a ver Gran Torino (y tengo que advertir que en lo que sigue hay algo de spoiler), película a la que le traía muchas ganas desde que vi las ultimas de Clint Eastwood. La cinta no me decepciono en absoluto, pero lo que sigue es lo que mas me gusto:

El personaje es enemigo de la corrección política pero sin llegar al extremo de caer en el mal gusto. Cuando un joven sacerdote católico lo va a visitar para invitarlo a confesarse, la respuesta es:

“Lo que pienso de ti es que eres un jovencito virgen de 29 anos que se dedica a embaucar a mujeres supersticiosas con el cuento de la salvación eterna”

Después, en algún momento de la cinta el sacerdote acepta que esto es cierto.

Mientras lee el periódico se topa con el horóscopo, se lo lee en voz alta a su perra y luego agrega:

“Esto es pura mierda”

(Debo confesar que siempre he querido decir eso)

Una vecina, inmigrante vietnamita de primera generación en Estados Unidos, lo invita a tomar cerveza y a charlar. Mientras platican, ella agradece la recia amistad que el le brinda a su hermano (el de ella), mencionándole que, a diferencia de su propio padre, el es un buen ejemplo a seguir:

“-Mi padre no era malo, pero era terco y chapado a la antigua.
-Yo soy terco y chapado a la antigua -respondio el.
-Si, pero tu lo eres al estilo norteamericano.”

No creo haber encontrado un ejemplo más correcto de incorrección política.

Y me pareció que esta cinta tiene una cualidad que no siempre encontramos en el cine: un argumento tan bueno en toda la cinta como en el final de la misma.

3. Quiero recomendar el humor interesante de Hitlercito, de quien recomiendo especialmente las siguientes tiras:

El uso de la retórica en la clase política como simulacro de racionalidad

La navaja de Ockham como principio heurístico en la toma de decisiones

La inacción como estrategia en los juegos de información perfecta

Viernes, 5 de Junio de 2009

Entrada múltiple. De Gran Torino, la nueva función del Circo del Absurdo y algo más.

Para no dejar enfriar tanto este blog, voy a escribir algunas entradas múltiples con comentarios sobre eventos o sucesos de los que me vaya enterando. Soy un poco exagerado en esto de postear textos demasiado elaborados y un mucho en lo de procrastinar, así que mi idea es intercalar algunas ideas y comentarios según se me vayan ocurriendo.

1. Ya llegó al pueblo el nuevo Circo del Absurdo, hospedado en los terrenos de Gio Yakún, inteligente bloguero a quien no conocia, y quien redacta de una manera absorbente un texto que hace sentir la imperiosa necesidad de leer cada uno de los textos enlazados.

Si lo anterior no fue suficiente para convencerlos de asomarse allá, voy a usar otro argumento:

¡Por favor, por favor, por favor, por favor!

La siguiente edición está programada para el primer lunes de Julio, en la piedrita de oro de nuestra superestrella bloguera Kix.

2. Fui a ver Gran Torino (y tengo que advertir que en lo que sigue hay algo de spoiler), película a la que le traía muchas ganas desde que vi las ultimas de Clint Eastwood. La cinta no me decepciono en absoluto, pero lo que sigue es lo que mas me gusto:

El personaje es enemigo de la corrección política pero sin llegar al extremo de caer en el mal gusto. Cuando un joven sacerdote católico lo va a visitar para invitarlo a confesarse, la respuesta es:

"Lo que pienso de ti es que eres un jovencito virgen de 29 anos que se dedica a embaucar a mujeres supersticiosas con el cuento de la salvación eterna"

Después, en algún momento de la cinta el sacerdote acepta que esto es cierto.

Mientras lee el periódico se topa con el horóscopo, se lo lee en voz alta a su perra y luego agrega:

"Esto es pura mierda"

(Debo confesar que siempre he querido decir eso)

Una vecina, inmigrante vietnamita de primera generación en Estados Unidos, lo invita a tomar cerveza y a charlar. Mientras platican, ella agradece la recia amistad que el le brinda a su hermano (el de ella), mencionándole que, a diferencia de su propio padre, el es un buen ejemplo a seguir:

"-Mi padre no era malo, pero era terco y chapado a la antigua.
-Yo soy terco y chapado a la antigua -respondio el.
-Si, pero tu lo eres al estilo norteamericano."

No creo haber encontrado un ejemplo más correcto de incorrección política.

Y me pareció que esta cinta tiene una cualidad que no siempre encontramos en el cine: un argumento tan bueno en toda la cinta como en el final de la misma.

3. Quiero recomendar el humor interesante de Hitlercito, de quien recomiendo especialmente las siguientes tiras:

El uso de la retórica en la clase política como simulacro de racionalidad

La navaja de Ockham como principio heurístico en la toma de decisiones

La inacción como estrategia en los juegos de información perfecta
Sábado, 9 de Mayo de 2009

¿Cuántas personas conoces?

Con esto de la influenza A/H1N1, al margen de las opiniones más o menos razonables en referencia a la forma en la que ha actuado el gobierno mexicano, han surgido muchas teorías de la conspiración. Las hay desde los que dicen que se trata de un virus creado por gobiernos en contra de la población, hasta los que dicen que es un simple simulacro, pasando los que dicen que se trata de un plan para reactivar la economía del mundo.

Me voy a centrar aquí en una pregunta que (en diferentes variantes) he encontrado en forma recurrente (por ejemplo, aquí y aquí) como respaldo a la idea de que el problema no es grave (o que de plano no existe) es la pregunta de ¿A cuantos muertos conoces?

La pregunta es válida en el contexto adecuado. Por desgracia, siempre que me he encontrado con ella ha sido como un simple recurso retórico. Hace unos años se puso de moda la postura de los negacionistas del VIH como causa del SIDA. En esa ocasión, con un compañero de trabajo platicábamos acerca de eso y él me comentó que lo que le parecía muy extraño es no conocer a nadie que tuviera SIDA.

El caso que me parece más interesante es el del autor del blog Guffo Caballero, quien publicó un post en el que empieza haciendo referencia a la teoría de los seis grados de separación, para a continuación preguntar si alguno de los lectores de ese post conocía directa o indirectamente a alguien que hubiera muerto a causa de la influenza.

Antes de continuar, debo aclarar que Guffo no propone ni respalda ninguna teoría de la conspiración y que considero que la pregunta es válida y adecuada en el contexto de la epidemia. Voy incluso más allá y considero válido tener y manifestar dudas sobre la realidad de la gravedad de la epidemia, aunque no así asegurar que el virus no existe, que no es peligroso o que nos están fumigando desde el aire para simular la pandemia. Estoy usando el post de Guffo solo para ilustrar que la pregunta “¿Conoces a alguien…?” no tiene sentido a menos que se tome en el contexto de probabilidades para cada caso. En ese sentido, la pregunta tendría que ser algo así como “Si ha habido 50 decesos en la ciudad en donde vivo ¿Qué probabilidad hay de que yo no conozca a ninguno de ellos, ni directa ni indirectamente?”. Creo que esta pregunta sí se puede contestar y aunque la intuición nos dice que se trata de una probabilidad muy baja, creo que es mejor evaluarla para saber de que estamos hablando.

La herramienta que aplica para responder este tipo de preguntas es la distribución de Poisson, la cual está elaborada para analizar las probabilidades de ocurrencia de eventos en periodos de tiempo, pero como las matemáticas no distinguen entre tiempo, espacio o conjuntos, igual podemos aplicar esta distribución a la probabilidad de ocurrencia de eventos (casos de enfermedades o decesos) en una determinada población (Ver Nota 1)

La fórmula para el cálculo de probabilidades según la distribución de Poisson es:

En la cual, los símbolos tienen el siguiente significado

k es el número de ocurrencias de un evento.
La letra griega lambda es el número esperado de ocurrencias para el mismo evento.
e es la base de los logaritmos naturales (2.71828182845905…)
La f calculada es la probabilidad de que en un determinado periodo, el evento cuyo número esperado es lambda sea k.

Ahora pongámosle números:

Digamos que una persona (llamémosle María) vive en la ciudad de México, la cual tiene una población de unos 8.8 millones de personas, según el INEGI, y 673 casos de influenza, según la Secretaría de Salud ¿Cuántas personas conoce María? De acuerdo con el artículo de wikipedia sobre los 6 grados de separación, cada persona tiene contacto con otras 100 en forma aproximada. No soy el campeón de la popularidad pero creo que deben ser más. en la empresa en que trabajo hay unas 70 personas y los conozco a todos, además de que tengo unos 15 amigos, los cuales tienen pareja e hijos, con lo cual debe haber otras 70 personas, y eso sin contar a mis familiares hasta primos segundos y sus parejas e hijos, que tal vez sean otros 50, más personas de otras empresas con las que tengo contacto esporádico, algunos vecinos, de los que sólo contaría aquellos con los que he platicado en más de dos ocasiones al año. Redondeando creo que considerar a mis conocidos como unos 200 sin estar muy lejos de la realidad.

Ahora puedo contestar la pregunta ¿Si hay 673 casos de influenza A/H1N1 en la ciudad de México ¿Qué probabilidad hay de que María no conozca a ninguno de ellos, ni directa ni indirectamente?”

Los números serían:

k = 0,

Porque María no conocería a ninguno

lambda = 200 X (673 / 8 800 000) = 0.0153

La cantidad esperada de casos para una muestra de 200 si se conserva la misma proporción que la de la población.

Con esos números, la probabilidad obtenida sería de f = 98.48%, la cual lo suficientemente alta como para explicar que María no conozca a ninguno sin que parezca algo insólito.

Si considero que buena parte de la población del Estado de México interactúa con los habitantes del Distrito federal, la cantidad de casos aumenta a 780, pero la población se incrementa a unos 20 millones de habitantes, con lo que la probabilidad de no conocer a ningún enfermo aumenta a 99.22%, que para el caso es lo mismo.

Ahora bien, la pregunta de Guffo se refiere a personas fallecidas y no a enfermos, con lo que la probabilidad de no conocer a nadie andaría en el rango del 99.95%.

Lo extraño es que en un post posterior, Guffo menciona que sí tuvo respuestas afirmativas a su pregunta. Específicamente 17 personas afirmaron conocer a alguno de los fallecidos. Dados los números arriba mencionados, no es razonable pensar que eso sea cierto. Una de dos: o los que comentaron en el post mienten en su mayoría, o las cifras de la Secretaría de Salud son falsas (hacia abajo) o una combinación de ambas. Yo me inclino por la primera opción, ya que en los blogs se puede comentar en forma anónima (incluso si te das de alta y pones un nick). En ese sentido, la reacción de Guffo es correcta: no es lógico que haciendo la pregunta en un post de su blog, en el que obtiene 86 comentarios, reciba respuesta positiva sobre 17 casos. Pero también cabe la pregunta ¿Qué esperaba Guffo en primer lugar? ¿Qué hubiera tan pocos casos como para respaldar su argumento de que la realidad está manipulada y exagerada? Después de todo, lo esperado a partir de los datos del gobierno era que todos respondieran que no conocían a nadie que hubiera fallecido a causa de la influenza A H1N1. A partir de ahí se puede concluir que los números del gobierno (y de la Organización Mundial de la Salud) son razonables y que lo que puede estar siendo exagerado es el riesgo potencial, pero ese no se puede medir con la pregunta de Guffo.

Ahora vamos a lo del SIDA. Según el reporte 2008 de la OMS, en México habría al cierre de 2007, unos 200,000 casos de personas con el virus de la inmunodeficiencia humana. Aplicando la misma fórmula para una población total de 106 millones de habitantes, la probabilidad de que ninguno de mis 200 conocidos tenga el VIH es de un 68.57%, lo que me deja con una probabilidad de 31.43% de conocer a alguien con VIH. No debería ser extraño conocer a alguien que tuviera VIH, aunque es poco probable que me tenga la suficiente confianza como para decírmelo. Sin embargo, no todos estos 200,000 casos de VIH desarrollan SIDA. Según el mismo reporte, el acumulado de casos reportados de SIDA en México es de 110,000, con lo que la probabilidad de conocer a alguien con esa enfermedad se reduce a 18.74%, lo suficientemente alta como para que entre mi grupo de conocidos tenga que haber alguien que conozca a un enfermo de SIDA en forma directa (y en realidad sí, lo hay). En vista de eso, no parece exagerado tomar las precauciones recomendadas para prevenir el contagio del VIH.

La pregunta “¿Cuántos casos conoces…?” es válida como origen de un planteamiento a partir del cual se exploren los resultados obtenidos contra los esperados. No es válida si se usa como un recurso retórico por sí misma, como si estoy en una reunión con algunos amigos y, para pretender demostrar que el SIDA es una leyenda, decimos “¿Conoce alguno de ustedes a algún enfermo de SIDA?”, para saltar de la respuesta negativa de todos a la conclusión de que existe una conspiración de los illuminati para mantenernos aterrorizados.

* * *

Nota 1: En realidad yo no estaba tan seguro de poder aplicar la distribución de Poisson en este caso, por lo que hice una comparación utilizando combinaciones, observando que conforme aumenta el tamaño de la población considerada, la probabilidad calculada se aproxima a la obtenida con la fórmula de Poisson. Por desgracia, los sistemas de hoja de cálculo de que dispongo no permiten hacer cálculos para poblaciones grandes, y no soy tan masoquista como para intentar hacer los cálculos a mano. Si alguien quiere el archivo de Excel en el que hice la comparación, con gusto se lo enviaré por correo electrónico.

Nota 2: Este post no pretende tratar en forma exhaustiva el tema de la influenza A/H1N1. Pero entre los blogueros amigos recomiendo el post de Pereque titulado “Influenza Porcina”, y la serie de Lord Eggs (el primo de Jack Maybrick) referente a la Influenza A H1N1.

Nota 3: Los que todavía no conocen de qué va eso de las peleas de brutos, pueden hacerse alumnos de mi hijo mayor en http://tecolido.elbruto.es/

Referencias:

Estadísticas de la Secretaría de Salud referentes a la influenza A H1N1 en México:
http://portal.salud.gob.mx/contenidos/noticias/influenza/estadisticas.html

Datos del INEGI sobre población en México:
http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/espanol/proyectos/conteos/conteo2005/bd/consulta2005/pt.asp?s=est&c=10401

Reporte de la Organización Mundial de la Salud sobre el VIH y el SIDA en México.
http://apps.who.int/globalatlas/predefinedReports/EFS2008/full/EFS2008_MX.pdf

Viernes, 8 de Mayo de 2009

¿Cuántas personas conoces?


Con esto de la influenza A/H1N1, al margen de las opiniones más o menos razonables en referencia a la forma en la que ha actuado el gobierno mexicano, han surgido muchas teorías de la conspiración. Las hay desde los que dicen que se trata de un virus creado por gobiernos en contra de la población, hasta los que dicen que es un simple simulacro, pasando los que dicen que se trata de un plan para reactivar la economía del mundo.

Me voy a centrar aquí en una pregunta que (en diferentes variantes) he encontrado en forma recurrente (por ejemplo, aquí y aquí) como respaldo a la idea de que el problema no es grave (o que de plano no existe) es la pregunta de ¿A cuantos muertos conoces?

La pregunta es válida en el contexto adecuado. Por desgracia, siempre que me he encontrado con ella ha sido como un simple recurso retórico. Hace unos años se puso de moda la postura de los negacionistas del VIH como causa del SIDA. En esa ocasión, con un compañero de trabajo platicábamos acerca de eso y él me comentó que lo que le parecía muy extraño es no conocer a nadie que tuviera SIDA.

El caso que me parece más interesante es el del autor del blog Guffo Caballero, quien publicó un post en el que empieza haciendo referencia a la teoría de los seis grados de separación, para a continuación preguntar si alguno de los lectores de ese post conocía directa o indirectamente a alguien que hubiera muerto a causa de la influenza.

Antes de continuar, debo aclarar que Guffo no propone ni respalda ninguna teoría de la conspiración y que considero que la pregunta es válida y adecuada en el contexto de la epidemia. Voy incluso más allá y considero válido tener y manifestar dudas sobre la realidad de la gravedad de la epidemia, aunque no así asegurar que el virus no existe, que no es peligroso o que nos están fumigando desde el aire para simular la pandemia. Estoy usando el post de Guffo solo para ilustrar que la pregunta “¿Conoces a alguien…?” no tiene sentido a menos que se tome en el contexto de probabilidades para cada caso. En ese sentido, la pregunta tendría que ser algo así como “Si ha habido 50 decesos en la ciudad en donde vivo ¿Qué probabilidad hay de que yo no conozca a ninguno de ellos, ni directa ni indirectamente?”. Creo que esta pregunta sí se puede contestar y aunque la intuición nos dice que se trata de una probabilidad muy baja, creo que es mejor evaluarla para saber de que estamos hablando.

La herramienta que aplica para responder este tipo de preguntas es la distribución de Poisson, la cual está elaborada para analizar las probabilidades de ocurrencia de eventos en periodos de tiempo, pero como las matemáticas no distinguen entre tiempo, espacio o conjuntos, igual podemos aplicar esta distribución a la probabilidad de ocurrencia de eventos (casos de enfermedades o decesos) en una determinada población (Ver Nota 1)

La fórmula para el cálculo de probabilidades según la distribución de Poisson es:






En la cual, los símbolos tienen el siguiente significado

k es el número de ocurrencias de un evento.
La letra griega lambda es el número esperado de ocurrencias para el mismo evento.
e es la base de los logaritmos naturales (2.71828182845905…)
La f calculada es la probabilidad de que en un determinado periodo, el evento cuyo número esperado es lambda sea k.

Ahora pongámosle números:

Digamos que una persona (llamémosle María) vive en la ciudad de México, la cual tiene una población de unos 8.8 millones de personas, según el INEGI, y 673 casos de influenza, según la Secretaría de Salud ¿Cuántas personas conoce María? De acuerdo con el artículo de wikipedia sobre los 6 grados de separación, cada persona tiene contacto con otras 100 en forma aproximada. No soy el campeón de la popularidad pero creo que deben ser más. en la empresa en que trabajo hay unas 70 personas y los conozco a todos, además de que tengo unos 15 amigos, los cuales tienen pareja e hijos, con lo cual debe haber otras 70 personas, y eso sin contar a mis familiares hasta primos segundos y sus parejas e hijos, que tal vez sean otros 50, más personas de otras empresas con las que tengo contacto esporádico, algunos vecinos, de los que sólo contaría aquellos con los que he platicado en más de dos ocasiones al año. Redondeando creo que considerar a mis conocidos como unos 200 sin estar muy lejos de la realidad.

Ahora puedo contestar la pregunta ¿Si hay 673 casos de influenza A/H1N1 en la ciudad de México ¿Qué probabilidad hay de que María no conozca a ninguno de ellos, ni directa ni indirectamente?”

Los números serían:

k = 0,

Porque María no conocería a ninguno

lambda = 200 X (673 / 8 800 000) = 0.0153

La cantidad esperada de casos para una muestra de 200 si se conserva la misma proporción que la de la población.

Con esos números, la probabilidad obtenida sería de f = 98.48%, la cual lo suficientemente alta como para explicar que María no conozca a ninguno sin que parezca algo insólito.

Si considero que buena parte de la población del Estado de México interactúa con los habitantes del Distrito federal, la cantidad de casos aumenta a 780, pero la población se incrementa a unos 20 millones de habitantes, con lo que la probabilidad de no conocer a ningún enfermo aumenta a 99.22%, que para el caso es lo mismo.

Ahora bien, la pregunta de Guffo se refiere a personas fallecidas y no a enfermos, con lo que la probabilidad de no conocer a nadie andaría en el rango del 99.95%.

Lo extraño es que en un post posterior, Guffo menciona que sí tuvo respuestas afirmativas a su pregunta. Específicamente 17 personas afirmaron conocer a alguno de los fallecidos. Dados los números arriba mencionados, no es razonable pensar que eso sea cierto. Una de dos: o los que comentaron en el post mienten en su mayoría, o las cifras de la Secretaría de Salud son falsas (hacia abajo) o una combinación de ambas. Yo me inclino por la primera opción, ya que en los blogs se puede comentar en forma anónima (incluso si te das de alta y pones un nick). En ese sentido, la reacción de Guffo es correcta: no es lógico que haciendo la pregunta en un post de su blog, en el que obtiene 86 comentarios, reciba respuesta positiva sobre 17 casos. Pero también cabe la pregunta ¿Qué esperaba Guffo en primer lugar? ¿Qué hubiera tan pocos casos como para respaldar su argumento de que la realidad está manipulada y exagerada? Después de todo, lo esperado a partir de los datos del gobierno era que todos respondieran que no conocían a nadie que hubiera fallecido a causa de la influenza A H1N1. A partir de ahí se puede concluir que los números del gobierno (y de la Organización Mundial de la Salud) son razonables y que lo que puede estar siendo exagerado es el riesgo potencial, pero ese no se puede medir con la pregunta de Guffo.

Ahora vamos a lo del SIDA. Según el reporte 2008 de la OMS, en México habría al cierre de 2007, unos 200,000 casos de personas con el virus de la inmunodeficiencia humana. Aplicando la misma fórmula para una población total de 106 millones de habitantes, la probabilidad de que ninguno de mis 200 conocidos tenga el VIH es de un 68.57%, lo que me deja con una probabilidad de 31.43% de conocer a alguien con VIH. No debería ser extraño conocer a alguien que tuviera VIH, aunque es poco probable que me tenga la suficiente confianza como para decírmelo. Sin embargo, no todos estos 200,000 casos de VIH desarrollan SIDA. Según el mismo reporte, el acumulado de casos reportados de SIDA en México es de 110,000, con lo que la probabilidad de conocer a alguien con esa enfermedad se reduce a 18.74%, lo suficientemente alta como para que entre mi grupo de conocidos tenga que haber alguien que conozca a un enfermo de SIDA en forma directa (y en realidad sí, lo hay). En vista de eso, no parece exagerado tomar las precauciones recomendadas para prevenir el contagio del VIH.

La pregunta “¿Cuántos casos conoces…?” es válida como origen de un planteamiento a partir del cual se exploren los resultados obtenidos contra los esperados. No es válida si se usa como un recurso retórico por sí misma, como si estoy en una reunión con algunos amigos y, para pretender demostrar que el SIDA es una leyenda, decimos “¿Conoce alguno de ustedes a algún enfermo de SIDA?”, para saltar de la respuesta negativa de todos a la conclusión de que existe una conspiración de los illuminati para mantenernos aterrorizados.

* * *

Nota 1: En realidad yo no estaba tan seguro de poder aplicar la distribución de Poisson en este caso, por lo que hice una comparación utilizando combinaciones, observando que conforme aumenta el tamaño de la población considerada, la probabilidad calculada se aproxima a la obtenida con la fórmula de Poisson. Por desgracia, los sistemas de hoja de cálculo de que dispongo no permiten hacer cálculos para poblaciones grandes, y no soy tan masoquista como para intentar hacer los cálculos a mano. Si alguien quiere el archivo de Excel en el que hice la comparación, con gusto se lo enviaré por correo electrónico.

Nota 2: Este post no pretende tratar en forma exhaustiva el tema de la influenza A/H1N1. Pero entre los blogueros amigos recomiendo el post de Pereque titulado “Influenza Porcina”, y la serie de Lord Eggs (el primo de Jack Maybrick) referente a la Influenza A H1N1.

Nota 3: Los que todavía no conocen de qué va eso de las peleas de brutos, pueden hacerse alumnos de mi hijo mayor en http://tecolido.elbruto.es/


Referencias:

Estadísticas de la Secretaría de Salud referentes a la influenza A H1N1 en México:
http://portal.salud.gob.mx/contenidos/noticias/influenza/estadisticas.html

Datos del INEGI sobre población en México:
http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/espanol/proyectos/conteos/conteo2005/bd/consulta2005/pt.asp?s=est&c=10401

Reporte de la Organización Mundial de la Salud sobre el VIH y el SIDA en México.
http://apps.who.int/globalatlas/predefinedReports/EFS2008/full/EFS2008_MX.pdf