«AnalÃticos» o «intuitivos»
© A. Gómez
Creer o no en la existencia de un Dios depende de factores culturales, pero también del tipo de pensamiento que predomine en la persona: analÃtico o intuitivo.
El 2% de la población mundial, aproximadamente, no cree en la existencia de Dios. La cifra es aún mayor en Europa donde, según el Eurobarómetro, hasta 18% de los ciudadanos se declara no creyente. La proporción de ateos es mayor entre los que poseen estudios (el 45%) y superior entre los cientÃficos(más del 60%).
Los investigadores William Gervais y Ara Norenzayan, de la University of British Columbia en Vancuver (Canadá), se propusieron averiguar las bases cientÃficas de esta cuestión y para ello sometieron a una serie de pruebas psicológicas a un grupo de estudiantes canadienses. Los resultados revelaron que cuando predominaba el pensamiento analÃtico, los niveles de creencia disminuÃan mientras que aumentaban si dominaba el pensamiento intuitivo, según publica la revista Science.
Existe en psicologÃa una teorÃa que apunta a que las personas podrÃan tener sistemas cognitivos distintos que hacen que procesen la información de formas diferentes. AsÃ, unas ofrecen respuestas rápidas, motivadas por procesos intuitivos que requieren un mÃnimo esfuerzo, mientras que otras procesan la información analÃticamente. Ambos procesos pueden funcionar juntos, aunque en algunas circunstancias uno se puede imponer al otro.
EstÃmulos del pensamiento
Gervais y Norenzayan diseñaron cinco experimentos para verificar si el pensamiento analÃtico puede conducir a la incredulidad religiosa. En la primera prueba, los estudiantes universitarios respondieron a una serie de cuestiones dirigidas a evaluar su pensamiento analÃtico y después completaron otras tres encuestas orientadas a medir su creencia religiosa.
Los resultados confirmaron la hipótesis: a mayor pensamiento analÃtico, menos religiosidad. Los siguientes experimentos se plantearon con la intención de determinar si la forma de pensar era la causa del ateÃsmo o sólo una correlación. Los investigadores comprobaron que el pensamiento analÃtico aumentaba con hechos tan simples como observar una foto de alguien que está pensando (como la escultura de El pensador, de Rodin); jugando al Scrabble con palabras como «piensa», «considera» o «racional», o leyendo palabras escritas en una tipologÃa compleja. En estos casos, los participantes confesaron su escasa religiosidad.
Los autores subrayan que el pensamiento analÃtico es sólo un factor que impulsa a la gente hacia el ateÃsmo y que en esta condición tienen que influir otras cuestiones, como las culturales.