Guerras y mentiras

Guerras y mentiras
Guerras y mentiras Recibidos
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Guerras y mentiras
http://www.revistafusion.com/2007/noviembre/report170-1.htm


Estados Unidos promovió la denominada Segunda Guerra del Golfo para
"defendernos" de las "supuestas" armas de destrucción masiva que Iraq
poseía. Luego se quedaron para "instaurar la democracia". A los
ciudadanos del mundo no les pasó desapercibido que detrás de esas
razones se ocultaba alguna mentira: el petróleo, el agua y la posición
estratégica del país tenían algo que ver. La realidad es que la
mayoría de los conflictos han nacido apoyándose en engaños creados
para lograr el apoyo ciudadano.

Texto: Marta Iglesias

Foto: Zoom




Agosto de 1964. Los medios de comunicación anuncian que el ataque de
lanchas torpederas norvietnamitas a navíos norteamericanos en el Golfo
de Tonkin, ha propiciado el inicio de la agresión de Estados Unidos
contra Vietnam. La apertura de los archivos del gobierno
norteamericano confirmará muchos años más tarde que ese ataque fue una
mentira creada para iniciar una guerra. No hubo jamás la legítima
defensa que se argumentó y que se saldó con la vida de cinco millones
de vietnamitas.
Como dice el escritor Eduardo Galeano: "Las guerras dicen que ocurren
por nobles razones: la seguridad internacional, la dignidad nacional,
la democracia, la libertad, el orden, el mandato de la civilización o
la voluntad de Dios. Ninguna tiene la honestidad de confesar: Yo mato
para robar". Para Higinio Polo, Doctor en Historia Contemporánea, hoy
los objetivos reales se reparten entre apoderarse de fuentes de
materias primas, dominar nuevos mercados, controlar territorios
estratégicos militarmente hablando, y también acosar a los movimientos
populares de izquierda y a los movimientos de liberación nacional en
muchas zonas del planeta.

Grandes engaños

Engañar no es patrimonio de este siglo ni del pasado. "Esta treta es
muy antigua -confirma Polo-. Las guerras púnicas o las guerras médicas
estaban llenas de mentiras. Roma utilizó la mentira sin recato. Atenas
luchaba contra los persas y, de paso, engañaba a otras ciudades-estado
griegas para aumentar su propio poder. Lo mismo hizo España para
construir su imperio y, más tarde, Gran Bretaña o Francia. Sus guerras
impuestas tiñeron de sangre grandes territorios del planeta.
Recordemos que la Francia de la IV República fue responsable de un
millón de muertos en la Argelia colonial. Y Estados Unidos recurrió a
la mentira en su declaración de guerra a España en 1898, para
apoderarse de Cuba y de Puerto Rico; y después volvió a mentir en
Corea, y en el llamado incidente del golfo de Tonkin para justificar
su agresión a Vietnam. Guerra y mentira van siempre de la mano".


El listado de guerras que se han disfrazado de conflictos étnicos o
religiosos es tan largo que podría escribirse un ensayo con ellas

En ocasiones es difícil demostrar con pruebas físicas la relación
entre un conflicto y el engaño que hay detrás, pero las voces más
críticas suenan en los medios alternativos y siembran claras dudas.
Porque... qué pensamos al saber que las mayores reservas de petróleo
de Sudán están en Darfur, donde se libra a diario una guerra sin
cuartel en la que la ONU calcula que hasta 2005 han fallecido 400.000
civiles. Los medios convencionales dicen que estamos ante un conflicto
étnico y religioso, pero este dato nos hace dudar de si existe algún
interés en alimentarlo.
O, por ejemplo, ¿tiene algo que ver la guerra civil que hubo en el
Congo con que ese país sea la mayor reserva del mundo de coltan, raro
mineral con el que funcionan nuestros móviles, ordenadores o misiles?
Mientras lo pensamos, añadamos tres millones de civiles muertos.

Y así una lista larguísima: Chiapas es la zona de mayor producción
eléctrica de México, con gran riqueza agrícola y ganadera; y hay
cuencas petroleras en los municipios fronterizos del norte de Chiapas.
Palestina posee agua; el Kurdistán además de este elemento vital tiene
petróleo; Chechenia cuenta con petróleo y gas, lo que le ha permitido
convertirse en... la china independentista en el zapato de Rusia.

Irán es uno de los países del 'eje del mal' de Bush. ¿Será porque
tiene una de las reservas de gas más ricas del mundo?
Lo de algunas guerras africanas y su relación directa con los
diamantes ya está comprobado. La ONU reconoció en 2000 que eran estas
piedras preciosas lo que estaba prolongando guerras brutales en
algunas partes de África, como Angola y Sierra Leona, puesto que su
venta llena las arcas de los grupos rebeldes que luchan contra
gobiernos legítimos. En concreto se calcula que UNITA -grupo rebelde
de Angola- obtuvo por la venta de diamantes 3.700 millones de dólares
sólo entre 1992 y 1997. Se conocen los importadores y procesadores que
trabajan con ellos en Amberes (Bélgica), pero nadie mueve un dedo por
temor a perder cifras millonarias en este negocio sangriento.
Miremos donde miremos, el mapa de las guerras del planeta es un gran
plano de expolio y de mentiras que generan miles de muertos. Los más
ricos desean el oro, los diamantes, el gas y el petróleo, el coltan o
las piedras preciosas; quieren instalar bases militares en países
estratégicos y vender armas; desean abrir nuevos mercados en los que
vender sus productos a costa de generar consumo. Como todo ello no
pueden hacerlo libre e impunemente, inventar mentiras se ha convertido
en una estrategia con muy buenos resultados.


"Al Qaeda no existe como organización, es una suma inconexa de
distintas redes, algunas de las cuales, con toda probabilidad, actúan
por cuenta del gobierno norteamericano"

Supongo que a partir de ahora dudaremos más a menudo sobre las guerras
y sus orígenes, o sobre los argumentos para comenzar alguna. Si
supiéramos los motivos, quizás encontrásemos muy pocas guerras justas.
Es más, ¿existe alguna guerra limpia? Como indica Higinio Polo, "Todas
las guerras son sucias, porque la peor forma de terrorismo es la
guerra y ésta ha sido siempre un instrumento de conquista, de expolio,
un recurso para construir imperios, para reprimir las aspiraciones
populares. El colonialismo y el imperialismo europeos del siglo XIX
trajeron una sucesión de guerras sangrientas, injustificadas,
vergonzosas, que, para mayor escarnio, se vendieron a la población de
la época como instrumentos de civilización, de cultura, casi como
operaciones de filantropía. Es decir, mientras se mantenía la farsa de
que las operaciones militares y las guerras obedecían a propósitos
nobles, se estaba preparando el reparto del botín. En nuestros días,
Estados Unidos sigue utilizando esa treta, declarando que sus
constantes agresiones y las guerras que inicia son operaciones
destinadas a extender la libertad y la democracia. Sólo hay que ver la
situación en Afganistán o Iraq: nada más lejos de la verdad". Porque
habría que preguntar a los ciudadanos cómo se sintieron al saber que
Bin Laden, considerado hoy terrorista, fue anteriormente un agente
entrenado por la CIA. O al conocer que Al Qaeda es una organización
terrorista que fue creada por los servicios secretos norteamericanos.
"Y no hay una guerra entre Estados Unidos y Al Qaeda: es una
intoxicación más -apostilla Polo-. Además no existe como organización,
es una suma inconexa de distintas redes, algunas de las cuales, con
toda probabilidad, actúan por cuenta del gobierno norteamericano. La
realidad en ese mundo de mercenarios, espías y terroristas por
encargo, es mucho más oscura de lo que pretende hacernos creer el
gobierno de Bush. A Estados Unidos no le preocupa Al Qaeda. Le
preocupa Rusia y, sobre todo, China".

Vamos a crear mentiras

Las guerras las diseñan unos pocos, pero hoy ya no pueden llevarse a
cabo si no cuentan con el apoyo de una mayoría. Así pues, se hace
necesario hacerlas asequibles y digeribles para lograr el apoyo
popular. El famoso 'Vamos a contar mentiras tralará" ha encontrado en
las guerras un refinamiento tal que el ciudadano vive en un mundo de
engaños. Uno pensaría que la verdad siempre sale a relucir y es
cierto, pero a costa de muchos años de silencio, muchas vidas
aniquiladas y muchas riquezas robadas. Para entonces, la verdad ha
perdido parte de su valor.
Los más informados se resisten a creer que, como dice Higinio Polo,
"los ciudadanos están sometidos al bombardeo de los modernos medios de
comunicación, que en los países capitalistas son, de hecho,
instrumentos al servicio del poder". Y crear mentiras para una guerra
es relativamente sencillo, si cuentas con el apoyo de los medios de
comunicación o simplemente eres su dueño. Si además tienes cómplices
del engaño y reconocidos intelectuales que elaboren un discurso a tu
medida, tienes un punto a tu favor. Luego, las tretas adoptan
diferentes caras. Una de las maneras de hacerlo es provocar una guerra
entre dos países vecinos y luego acudir en el papel de árbitro para
llevarte todo lo que puedas.



El mapa de las guerras del planeta es un gran plano de expolio y
mentiras que generan miles de muertos

Si recordamos las guerras del opio que Gran Bretaña impuso a la China
imperial del siglo XIX, veremos cómo Londres planificó que sus
empresas introdujeran las drogas y acostumbrasen a la población china
a su consumo, además de iniciar la penetración económica en el
continente, para la expansión colonial de su economía.
El engaño que más conocemos es el de señalar a un dictador -omitiendo
que lo armaste previamente-, acusándole de ser un peligro.
"Una excusa muy manida para intervenir es el terrorismo -precisa
Polo-. Es muy desconocido, pero Washington, que lanza al mundo tanta
inflamada propaganda para combatir al terrorismo, llegó incluso a
infiltrar a terroristas en la Unión Soviética en los años de la guerra
fría, para que organizasen atentados en el país". Suponemos que sigue
siendo una práctica actual.
Otra treta consiste en acrecentar un conflicto étnico, religioso o
territorial en una región, armar a uno de los bandos, salir mientras
se produce una guerra civil y cuando tengas menos público llevarte el
mineral que deseas, por ejemplo. El listado de guerras que se han
disfrazado de conflictos étnicos o religiosos es tan largo que Higinio
Polo afirma que "podría escribirse un completo ensayo con ellas.
Citaré los enfrentamientos en diversas partes de África, en la pugna
entre Gran Bretaña, Francia y Alemania por el dominio del continente.
O la terrible agresión japonesa contra China en los años treinta del
siglo pasado, que el gobierno japonés planificó con un odio racista
contra la población china que no tiene nada que envidiar a lo que
hicieron los nazis en Europa. Hay muchas otras. La última, utilizando
y atizando las diferencias entre la población serbia y la
albanokosovar fue la intervención de la OTAN en Kosovo, sin respaldo
de la ONU, bombardeando incluso a la población civil y a la televisión
de Belgrado, para conseguir sus propósitos. Ahora mismo, Estados
Unidos y la Unión Europea están preparando en Kosovo la declaración de
independencia del territorio, un hecho de enorme gravedad: es la
primera vez que se impone a un país una partición. Por supuesto,
Estados Unidos cuenta ya con bases militares en el territorio".

El papel de los medios de comunicación

Ya sabemos que la utilización del engaño para el comienzo de una
guerra se viene empleando desde antaño, pero actualmente el efecto se
ve amplificado por la función de los medios de comunicación, que
eliminan cualquier barrera a la noticia.

"La televisión y los más importantes periódicos del mundo son
utilizados por el poder capitalista como instrumentos de su expansión"

Michel Collon, periodista de investigación belga y especialista en
guerras y manipulación, afirma que las guerras no se inician con las
bombas sino con mentiras mediáticas. Para Higinio Polo los medios de
comunicación tienen mucha responsabilidad en este engranaje: "La
televisión y los más importantes periódicos del mundo son vistos y
utilizados por el poder capitalista como instrumentos de su expansión.
Son una fuente constante de mentiras y de manipulación. Los grandes
medios de comunicación no ofrecen noticias solventes y análisis de la
realidad del mundo: son fuentes de propaganda y, muchas veces, de
sucia propaganda militarista". No debemos olvidar que los grandes
diarios del planeta están en manos de políticos y de empresarios que
apoyan ideas interesadas que logran amplificar gracias a la
globalización. Enfrente, los diarios alternativos que crecen en
Internet se erigen como contrapeso en busca de la verdad. Como afirma
el matemático y presidente de la Asociación Contra la Tortura, Carlo
Frabetti, la lucha mediática contra la mentira que nos envuelve parece
tan asimétrica como sucede en el plano bélico, " Pero nosotros tenemos
una ventaja decisiva: decimos la verdad, y no es lo mismo repetir
mentiras que repetir verdades. La verdad, a veces, puede ser ocultada,
pero nunca vencida. Por eso la verdad es revolucionaria; por reducido
que sea su ámbito inicial, puede convertirse con extraordinaria
rapidez, si las condiciones son propicias -y podemos ayudar a que lo
sean-, en algo colectivo, multitudinario, popular. La verdad es la
chispa capaz de incendiar el bosque, para decirlo con la metáfora de
Mao". §





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