Estudiando la influencia de las teorías antivacunas

Las teorías de la conspiración suelen ser denostadas y se las da poca importancia, es “un tema de locos”, pero antes de desestimarlas sin más, quizás sería conveniente ver el impacto que pueden tener en la sociedad. ¿Puede una teoría de la conspiración afectar a las decisiones que toman aquellos, no ya los que la creen, sino los que simplemente han estado expuestos a ella? Entendiendo por estar expuestos a haber escuchado dicha teoría de la conspiración.

Esto es lo que se han planteado investigadores de la universidad Kent. En concreto se han centrado en las teorías conspiratorias concernientes a los movimientos antivacunas. Estos movimientos rechazan la vacunación como método para inmunizar a las personas contra las enfermedades. La cuestión que se plantean estos investigadores es cómo de influyente pueden ser esas teorías conspiratorias y los efectos que pueden tener en el índice de vacunación de la población. Para intentar ver dicho efecto han llevado a cabo un estudio de título The Effects of Anti-Vaccine Conspiracy Theories on Vaccination Intentions y que ha sido publicado en PLOS ONE.

Primero se entrevistó a 89 padres acerca de su visión sobre los movimientos antivacunas y las afirmaciones de las teorías que defienden, se encontró que cuanto más creen los padres en dichos movimientos y teorías, más reticentes son a vacunar a sus hijos.

Después se comparó el efecto de brindar la “información” de las teorías conspiratorias de los movimientos anti-vacunas a un grupo de 188 personas. Por otro lado se tenía otros dos grupos, a uno de ellos se les suministraba información que refutaba dichas teorías y un tercer grupo que era el grupo de control. Los resultados son claros, el mero hecho de que las personas estén expuestas a las teorías conspiratorias de los antivacunas hace que su intención de vacunar a sus hijos disminuya, en relación con la intención de vacunar a sus hijos de los otros dos grupos que formaban parte del estudio.

Este estudio pone de relieve que las teorías de la conspiración son peligrosas, en este caso pueden tener un efecto directo sobre la sanidad pública. Por muy disparatadas que sean las teorías conspirativas no parece que se deba tratar como algo sin importancia. Dichas teorías pueden tener efectos devastadores sobre la población, en el caso que nos ocupa, pueden conseguir que al no vacunar a la gente enfermedades que parecían ya casi erradicadas vuelvan a repuntar, lo cual conlleva un serio problema de sanidad pública. Para la Dra. Douglas, una de los investigadoras que ha participado en este estudio, las teorías de la conspiración se tratan muy a la ligera. Ella considera que se deberían hacer más estudios para conocer las consecuencias del conspiracionismo en la sociedad así como para poder encontrar medios eficaces para combatirlo.

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