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Viernes, 14 de Febrero de 2014

Cómo cambió con Darwin nuestra visión del mundo

Reproduzco el articulín (¡que no me entere yo de que ese articulito pasa hambre!) que me sacaron ayer en DivulgaUNED, con motivo del aniversario de Darwin.
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La concepción del mundo que nuestros antepasados tenían durante la Edad Media y la Antigüedad entendía la historia universal como un relato, cuyos protagonistas eran los seres humanos (por supuesto, algunos más que otros) y ciertos seres sobrenaturales, que cambiaban según la religión de cada grupo o sociedad. La naturaleza sería, en esa concepción, poco más que un mero escenario de la tragedia o tragicomedia en la que consistía la historia humana, un escenario construido por dios o por los dioses según el plan de la obra que se representaba en él.
En la Edad Moderna, esta concepción se fue modificando hasta comprender la naturaleza como un sistema que obedecía ciegamente, pero de forma determinista, un puñado de leyes, seguramente establecidas por dios en la creación del universo, y que el ser humano era capaz de descubrir mediante su razón. Este elemento, la razón era lo único que podía verse como algo no natural, y que seguía conectando al hombre con una realidad trascendente; algo que seguía, por lo tanto, estableciendo un sentido a la existencia y a la historia humana, aunque dicho sentido ya no pudiera ser considerado como un relato literario al modo de los mitos clásicos o medievales sino, más bien, como algún otro tipo de fórmula filosófica.
El descubrimiento darwiniano de la evolución mediante selección natural fue el golpe de gracia a estas cosmovisiones: independientemente de si el origen del universo y de sus leyes son o dejan de ser fruto de una mente divina (algo que la ciencia y la filosofía han terminado considerando básicamente indemostrable), el caso es que la evolución del hombre hay que dejar de verla como resultado de un “plan”, y nuestra racionalidad hay que comprenderla como una mera capacidad biológica más, desarrollada por modificación y selección a partir de las capacidades de nuestros antepasados no humanos.
En cierto sentido, la aceptación de la teoría de Darwin (y no la mera llegada de la Ilustración, como quería el filósofo Immanuel Kant) es lo que ha supuesto verdaderamente la entrada de la especie humana en su mayoría de edad, al hacernos comprender que no tenemos a nadie que nos lleve de la mano, ni hay un plan trascendente ni sobrenatural marcado en ningún sitio (o en un no-sitio) que establezca adónde tenemos que llegar y por dónde tenemos que ir, sino que estamos completamente solos en la naturaleza (salvo el resto de la naturaleza, animales y plantas incluidas, por supuesto), y todo lo que hagamos es pura responsabilidad nuestra. Pero, sobre todo, que no hay nadie más que nosotros para juzgar nuestras acciones. La historia, ni la humana ni la natural, no tiene algo así como un sentido, y hemos de acostumbrarnos a vivir con esa nueva certeza.
Lunes, 20 de Enero de 2014

Reseña de "Neuroética y neuropolítica. Sugerencias para la educación moral"

Miercoles, 30 de Octubre de 2013

REQUIEM POR LA FILOSOFÍA

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De la mano de Wert el Enterrador, se acaba de proceder al doloroso sepelio de (lo que quedaba de) la filosofía, la educación cívica y la reflexión crítica en la enseñanza secundaria española.
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Descanse en Paz.
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Más
Y más
Y todavía más

Miercoles, 13 de Febrero de 2013

Sobre el fundamento último de la moral y de todo lo demás

Fragmento de una discusión en el blog Opus Prima.
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Joan
el cristianismo ha sido incapaz durante más de dieciocho siglos de darse cuenta de que la dignidad de las personas implica muchas de las cosas recogidas en los derechos humanos (libertad de expresión, derecho a la educación, no discriminación por motivos de raza, sexo o religión, etc., etc.).
No niego que la noción de los derechos universales tiene PARTE de influencia del pensamiento y la cosmovisión cristiana, pero han hecho falta también otras influencias (como, por otro lado, el propio cristianismo las recibió de la filosofía helénica) para que la humanidad (o, al menos, occidente) SUPERASE la camisa de fuerza que los dogmas cristianos (y en especial, católicos… los protestantes estaban más avanzados en esas cuestiones) habían puesto al desarrollo moral de la sociedad.
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Tienes razón en que los derechos universales (en plural) se basan en el reconocimiento de la dignidad del individuo; pero ni hace falta ser cristiano para aceptar esta dignidad como fundamento de los derechos.
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el mensaje cristiano es simple y básico: Jesucristo
Admitirás que eso, más que un mensaje, es un test de Rorschach: cada uno (empezando por cada apóstol y cada evangelista) ha entendido ese mensaje como le ha parecido.
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  si la dignidad incondicional del hombre no se fundamenta en una realidad absoluta que es nuestra causa eficiente y respecto del cual dependemos ontológicamente cualquier ética basada en la dignidad del hombre, pienso en la Kantiana por ejemplo, no supone ninguna garantia último ni fundamento para guardar respeto a esa supuesta dignidad.
Bueno, no hay nada que nos pueda dar garantía última de nada. Tal vez la dignidad humana tenga un fundamento último más allá de ella, tal vez ella sea la realidad absoluta que es su propio fundamento último (al fin y al cabo, nadie tiene ni pajolera idea realmente de qué significa eso, así que, ¿por qué no iba a ser así?), o tal vez no haya nada que tenga un "fundamento último" y no haya una "realidad absoluta". El caso es que, aunque tuvieras razón y hubiera una "realidad absoluta" que es el "fundamento último" de la dignidad humana (pero, insisto, nadie sabe lo que significan en realidad las expresiones entrecomilladas, si es que significan algo más allá de una forma de designar metafóricamente ciertos sentimientos nuestros), no habría manera de saber cuál es esa realidad ni si realmente lo fundamenta o no (a lo mejor la "realidad absoluta" es que todo da igual, y estamos equivocados al asumir la dignidad humana como valor supremo)... pues como es imposible de todo punto averiguar esas cosas para nosotros, el caso es que, en la práctica, tenemos que tomar la dignidad humana como fundamento último para nosotros, es decir, es aquello que fundamenta toda nuestra moral y nuestra vida, pero no lo podemos fundar con certeza racional en ninguna otra cosa. Tú dirás tal vez que no se trata de certeza racional, sino de fe, y estoy de acuerdo en llamar a eso fe (en el sentido de confianza no fundamentada en la razón, y por lo tanto, sin NINGUNA garantía de que sea verdadero lo que creemos), pero lo que digo es que, puestos a fundamentarlo en la fe, no veo diferencia en dirigir nuestra "fe última" a la dignidad humana, y dirigirla a una cábala incomprensible e incognoscible llamada "realidad absoluta". Al contrario, lo primero me parece más honesto desde el punto de vista intelectual (pues, aunque la fe es necesaria, también es necesario minimizarla).
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  si hay una realidad más absoluta, sólo cabe suponer un Impsum esse subsistens, es decir, metafísicamente hablando sólo puede haber un ser que posea en esencia el serLo siento, pero a mí eso me parecen meros juegos de palabras. No tenemos absolutamente NINGUNA manera de saber si esas palabras tienen un significado objetivo, o si esos conceptos son sólo un subproducto indeseable del funcionamiento habitual de nuestro sistema nervioso.
Domingo, 30 de Diciembre de 2012

MISA DE LA FAMILIA 2013

misa de la familia, prostitucion, putas, sexo, mafias, iglesia, curasEl arzobispado de Madrid acaba de anunciar que la "Misa de la Familia" del año próximo estará centrada en la exigencia al gobierno para que ponga fin a las mafias de la prostitución. Se barajaron otros problemas que acogotan a las familias hoy en día (el coste que supone para las familias llevar a sus hijos a colegios que no son públicos, la vergüenza social de los malos tratos -una vez constatado que los maridos de antes pegaban todavía más que los de ahora-, los horarios laborales que, al contrario que en otros países, hacen muy difícil el cuidado de los niños, etc.), pero el tema de la prostitución ha sido considerado, justamente, como una de las afrentas y peligros más indignantes para las familias, tanto para las de quienes hacen (ab)uso de esos "servicios", como la de las desgraciadas mujeres que son atrapadas por aquellas mafias.
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Un ole para Rouco.
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(A no ser que lo haya oído yo mal).
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Por cierto, que este asunto me recuerda el famoso chiste del marido que le dice a la mujer: "Acabo de hacer algo importante en defensa de nuestra familia". "¿El qué?", pregunta la mujer, "¿has dejado el alcohol, vas a dejar de pegarme, vas a dejar de ir con fulanas, vas a permanecer más de una semana en un trabajo, vas a colaborar en las tareas domésticas, vas a estar más tiempo con los niños?". "¡Qué va!", responde el marido, "mucho mejor que eso: he firmado un panfleto de la parroquia en contra del matrimonio homosexual!".
Miercoles, 27 de Junio de 2012

Bioética. Principios, desafíos, debates

La biotecnología está cambiando y probablemente va a cambiar más nuestras vidas. De unos años hasta ahora hemos empezado a familiarizarnos con términos que antes pertenecían al campo de la ciencia-ficción.  Términos como clonación han saltado de las páginas de las novelas de ficción a la vida real.

Estos avances en biotecnología ponen sobre la mesa multitud de cuestiones éticas, ¿debemos mejorar genéticamente a las personas? ¿Debemos permitir o no la clonación reproductiva? ¿Podríamos crear un mercado de órganos? Estas y otras muchas cuestiones son las que más tarde o más temprano tendremos que afrontar para darles una respuesta.

En este libro, Pablo de Lora y Marina Gascón, nos muestran cuales son los principios básicos de la bioética, para luego ir abordando diversos temas como los que ya he mencionado y ver los desafíos éticos que nos plantean.

Un libro ciertamente interesante que en más de una ocasión te pone ante cuestiones que no te has planteado y sus posibles respuestas, una invitación constante a pensar.


Jueves, 31 de Mayo de 2012

Virtue ethics. An introduction

Richard Taylor realiza una estupenda introducción a lo que se conoce como la ética de la virtud. Esta ética pretende recuperar el enfoque que tenían los antiguos filósofos griegos. Para estos la ética más que ocuparse de que está bien y que está mal, se centraban en cuestiones como ¿qué clase de persona soy? ¿Qué clase de persona puedo llegar a ser? El objetivo de su ética era descubrir como se podía llegar a tener una buena vida, como podían llegar a desarrollarse como personas, qué es y cómo se puede alcanzar la felicidad.

Este punto de vista choca con el enfoque que normalmente le damos a la ética, solemos pensar que la finalidad de ésta es saber que debemos hacer y que no. Este cambio en el enfoque se debe como bien expone Taylor a la influencia que la religión ha tenido sobre la ética. A este tipo de ética a la que estamos acostumbrados Taylor la llama la ética del deber.

Para Taylor este cambio de enfoque es lamentable, para le la ética de la virtud es un enfoque mucho más acertado que la ética del deber. Durante los primeros capítulos expone un ejercicio de imaginación para ver como se ha podido llegar a la situación actual. Después resume y presenta la ética de la virtud y concluye mostrando como el concepto central de la ética del deber, esto es, la obligación moral, no tiene ningún sentido una vez que se elimina a Dios de la ecuación, en concreto muestra como los sistemas de Kant y J.S. Mill fallan a la hora de intentar encontrar un fundamento para la obligación moral. Al final Taylor retoma el tema de la ética de la virtud para abordar la espinosa cuestión de la felicidad.

De la mano de los filósofos antiguos nos adentramos en la idea de realizarnos como personas. Vemos como para ellos la felicidad se alcanzaba a través del cultivo de las virtudes, entre las cuales incluían a, la sabiduría, la templanza, el valor y la justicia.

Un libro breve y ciertamente interesante, Taylor nos acerca con claridad a la ética de la virtud y nos va hacer pensar sin descanso.

Jueves, 22 de Septiembre de 2011

La religión no define tu ética ¡supéralo!

Lunes, 29 de Agosto de 2011

LA CRISIS DE LA FAMILIA



Uno de los temas que les hacen sentir un vacío en el estómago a los rebaños de frikatólicos que se han manifestado alegremente por las calles de mi ciudad la pasada semana es la famosa "crisis de la familia".
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De ello me he acordado leyendo esta entrada del impagable "Nada es gratis": la principal amenaza para la institución familiar en estos tiempos y en este país es, con rotunda diferencia, la enorme dificultad de alcanzar un empleo estable por parte de los jóvenes. Un puñado más o menos de matrimonios gays, unos cuantos abortos más o menos, unas píldoras o preservativos a tiempo... nada de eso va a afectar ni un milipondio a la estabilidad de "la familia", al menos en comparación con lo que lo hace la situación económica.
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A eso hay que añadir que la auténtica bomba que puso patas arriba a la "familia tradicional" en todo el mundo desarrollado no ha tenido nada que ver con las manías de Zapatero, sino simple y llanamente con el avance del capitalismo y de la sociedad industrial, la entrada de la mujer en el mundo laboral, y el incremento de los años de educación de los jóvenes, que han hecho francamente poco atractiva la forma "tradicional" de crear una familia (con una niña que pasaba a ser ama de casa y útero en serie a los 18 años -aprox.-, y un chaval que superaba con poca más edad su etapa laboral de aprendiz).
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¿Se han oído en las concentraciones frikatólicas críticas entusiastas al industrialismo-capitalismo? ¿Han mostrado su indignación por la altísima tasa de paro y han obligado a Rajoy a enumerar las medidas con las que intentará rebajarla? Si alguien lo ha visto, que me lo cuente, pofavó.
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