Archivos en la categoría bioética

Viernes, 2 de Mayo de 2014

Eres más pragmático cuando hablas otro idioma


De acuerdo con una investigación elaborada por científicos de las universidades de Pompeu Fabra de Barcelona y Chicago, la perspectiva moral y ética se ve afectada cuando te comunicas en una lengua que no es la nativa


Por Glenys Álvarez

¿Recuerdan el dilema ético del tren? Es uno muy utilizado en las investigaciones sociales sobre la moral y la ética humana. De hecho, en Editora Neutrina hablamos de ello en un video en YouTube, https://www.youtube.com/watch?v=T1Z_8YajvAM, cuando unos investigadores elaboraron una plataforma virtual para realizar el experimento. Este dilema intenta resolver la pregunta sobre el bien moral: ¿matarías a una persona para salvar cinco? Precisamente, los resultados estadísticamente corroborados sobre estos estudios, afirman que la mayoría opta por salvar a los cinco, es decir, por el bien moral colectivo y a gran escala. Por supuesto, estamos hablando de una situación hipotética donde las emociones tienen poco que ver en el asunto. En la vida real, ¿mataría una madre a su propio hijo para salvar a otros cinco?, ¿a su esposo?, ¿su amigo?, ¿su padre?...
La investigación social es así, el ser humano es un organismo complicado dominado por una mezcla genética donde distintas emociones y razones se mezclan en el medio a través de un cerebro complejo. De hecho, en una versión donde una nueva posibilidad demanda un papel más activo del voluntario que debe empujar, es decir, matar a otro para salvar a cinco, no sólo el otro escenario donde descarrilaba un tren hacia el lado donde un hipotético desconocido caminaba para salvar a los otros cinco. En la forma alternativa, más personas no pudieron matar a la persona para salvar a los otros. Los resultados nos dicen que aún en una situación hipotética, la idea de no matar está bien arraigada en la mayoría.
Ahora, una nueva investigación nos trae más curiosas respuestas en este sentido. En esta ocasión, un equipo de psicólogos de las universidades de Chicago y Pompeu Fabra de Barcelona, encontró que las personas tienden a ser más pragmáticas y funcionales cuando hablan un idioma extranjero. Los equipos usaron la prueba del dilema ético del tren y encontraron que los números variaban de acuerdo al idioma en que era presentado.
“Este descubrimiento tiene importantes consecuencias para nuestro mundo globalizado ya que muchas personas hacen juicios morales en dos idiomas: el nativo y el extranjero”, dice Boaz Keysar, profesor de psicología en la Universidad de Chicago. “Las implicaciones para el mundo real podrían incluir, por ejemplo, un inmigrante que sirve como miembro de un jurado en un juicio, esta persona podía tomar decisiones de manera distinta a una persona que esté maneando su idioma nativo”.
Precisamente, el director y autor principal del estudio, Albert Costa, psicólogo de la UPF, añadió que “las deliberaciones en lugares como las Naciones Unidas, la Unión Europea, las grandes corporaciones internacionales o empresas de inversión pueden ser mejor explicadas y hacerse más predecibles gracias a este descubrimiento”.
La propuesta es la siguiente: hablar en una lengua extranjera provoca una respuesta emocional reducida lo que, a su vez, distancia psicológicamente al individuo que está tomando las decisiones morales de las preocupaciones emocionales. Más aún, estudios anteriores, elaborados por estos mismos grupos, encontraron independientemente un efecto similar para la toma de decisiones económicas.
Los datos fueron recopilados en cinco países: España, Estados Unidos, Israel, Corea y Francia. Como siempre, cuando eran presentados con el dilema del tren, de matar a uno para salvar a cinco, la mayoría eligió la opción del bien mayor. No obstante, más voluntarios la eligieron cuando la prueba era presentada en un idioma extranjero.
“Incluso con la aleatorización de los grupos lingüísticos de los participantes, los que utilizaban un idioma extranjero eran dos veces más propensos a responder con un enfoque más pragmático, uno que está más al servicio del bien común, de salvar más personas”, dijo Costa, del Centro de Cognición Cerebral de Pompeu Fabra.
Cabe añadir, por supuesto, que los experimentos sociales tiene distintas limitaciones. El número de participantes es una de ellas, aún los datos hayan sido recogidos en muchos países. Es precisamente por ello que las investigaciones sociales deben mostrar una recopilación de resultados similares para mantener una idea coherente. En esta investigación se evaluaron los datos de 725 participantes.
“La gente tiene menos miedo a perder, está más dispuesta a asumir riesgos y menos conectada emocionalmente cuando se piensa en una lengua extranjera”, expresó Keysar.

“Lo que este estudio nos dice es que los juicios morales pueden ser afectados en función de si el idioma en que se presenta es nativo o extranjero”, dijo Costa . “El conocimiento de este impacto de las lenguas en los dilemas morales es fundamental para tomar decisiones más informadas”.
Martes, 24 de Diciembre de 2013

Los argumentos contra el aborto son abortos de argumentos

Nuevos debates en Opus Prima.
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¿El hecho de que los países con la legislación más permisiva sobre el aborto tiendan a ser los países con menores tasas de violencia, con mayores índices de bienestar, y con mayor grado de respeto a los derechos humanos en general, no te hace sospechar del argumento de que “el yoismo es una enfermedad moral”? Moralmente hablando, las sociedades “tradicionales”, férreamente regidas por códigos religiosos, han sido más bien las que veían c
ometerse en su seno mayor proporción de inmoralidades de todo tipo. Lo que tú llamas “yoísmo” ha sido, en cambio, parte de la receta de la vacuna que nos está inmunizando en las últimas décadas contra las innumerables barbaridades y barrabasadas que nuestros abuelos tenían que soportar. Sobre esta cuestión, recomiendo encarecidamente el último libro de Pinker, “Los ángeles que llevamos dentro”.
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Por otro lado, como en casi todos los casos de argumentos motivados consciente o inconscientemente por creencias religiosas (¿no te sugiere nada sobre la presunta “imparcialidad” de tus ideas el hecho de que el deseo de criminalizar el aborto sea muchísimo más frecuente entre los creyentes, y tanto más cuanto más próximos a organizaciones más fundamentalistas?) tomas como premisas universalmente válidas e intuitivamente obvias lo que muchísima gente considera un mero prejuicio: el que sea SUFICIENTE con ser un organismo humano para ser una PERSONA. Todos los que condenamos la criminalización del aborto tenemos al menos tanto respeto como tú a las PERSONAS, pero no consideramos que un embrión, o un feto de pocas semanas, sea una PERSONA. Al fin y al cabo, un óvulo es un organismo independiente (puede mantenerse fuera del cuerpo de la madre por bastante tiempo, en las condiciones adecuadas), igual que un espermatozoide, que genéticamente son distintos a la mujer o al hombre de los que proceden. Así que, si un óvulo humano es un ser vivo, se sigue por un silogismo perfectamente válido que es también un ser humano. ¿Sería un asesinato, entonces, el impedir que un óvulo sea fecundado, condenándolo así a su muerte segura?
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Puedes decir que al óvulo le falta algo para convertirse en (… ¿en qué, en una persona?). Pero TAMBIÉN le faltan MUCHAS cosas a un embrión recién fecundado. De hecho, le faltan MUCHAS MÁS a un óvulo recién fecundado para convertirse en un niño nacido, que lo que le falta a un óvulo sin fecundar para convertirse en un embrión recién fecundado (a éste sólo le falta absorber un espermatozoide).
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Así que los que condenamos como una abominación moral la criminalización del aborto no negamos ningún derecho a ninguna PERSONA. Lo que negamos es, simple y llanamente, que un embrión humano o un feto humano de pocas semanas sea una PERSONA. Y en esto coincidimos con casi todas las legislaciones del mundo, incluso con las de países muy restrictivos con el aborto. Casi NINGUNA legislación (por supuesto, no la española, ni hay NINGUNA presión social para cambiarlo) considera que yo haya cometido un HOMICIDIO si conduzco borracho, atropello a una mujer embarazada, y como resultado del atropello la mujer aborta, aunque ella no sufre ningún otro daño grave. La legislación española actual (y la de casi todos los países) considera que he cometido un delito de LESIONES CONTRA LA MUJER, pero ni se le pasa por la cabeza condenarme por homicidio DEL FETO. Digo yo que alguna razón habrá para que, incluso los legisladores más conservadores de los países avanzados, no hayan incluido este supuesto como un supuesto de homicidio.
Miercoles, 30 de Octubre de 2013

Dios sí que tiene buenas ideas

Al fin y al cabo, no va a ser tan idiota de crear un alma cada vez que se produce un nuevo embrión destinado a investigar con él mientras es aún un blastocito o una mórula.

Los antiabortistas no creeen en realidad que el aborto sea un asesinato


Reposición de una entrada de hace 4 años, pero más necesaria hoy que entonces.
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Imaginemos que el Sr. Zapatero, esa bestia sedienta de sangre, se reúne con sus ministras de economía, sanidad y defensa, y los ministros de trabajo e interior, para proponer, a partir de mañana, una ley por la que las oficinas del paro incluirán unas bonitas cámaras de gas, en las que se dará una ducha de esas que les gustaban a los nazis (para los judíos, se entiende, no para ellos mismos) a medio millón de parados al año.
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Cámbiese el ejemplo, si se quiere, pensando en una reivindicación herodiana en la que el gobierno decide matar cada año a medio millón de niños de tres años.
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Es de imaginar que la reacción social ante esta medida no sería la de sacar lacitos color de moco en las procesiones de semana santa, ni la de unos cuantos mensajes publicitarios tipo "¿a mí quién me protege?", ni otras mariconadas por el estilo. No, la reacción de la inmensa mayoría de la gente (supongo que los de la CEP los primeros... bueno, no sé, ellos van los primeros a pocos sitios; en general mandan a alguien) sería la de levantarse en armas contra esa medida. ¡Santo Dios!, ¡estamos hablando de MEDIO MILLÓN de personas asesinadas al año mediante una acción orquestada desde el gobierno, y con los medios que las administraciones ponen a su disposición! Y el que no se levantara en armas, seguramente se refugiaría en algún país más civilizado.
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Pues bien, el hecho de que a la inmensa mayoría de los antiabortistas (es decir, a casi todos los antiabortistas que, además de serlo, son personas razonables e inteligentes) no se les pase por la cabeza reaccionar así ante el supuesto 'asesinato masivo de niños' que se comete en España cada año por culpa del aborto, el hecho de que no reaccionen igual es prueba más que suficiente de que no les parece igual.
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Esto no prueba, por supuesto, que el aborto les parezca "bien", ni mucho menos. Sólo prueba que les parece tan malo (o sea, tan poco malo) como las otras cosas para las que reaccionan de una forma igual de tibia.
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Ahora bien, si para los antiabortistas el aborto masivo es un problema mucho menor que un auténtico asesinato masivo orquestado desde el gobierno, tiene que ser por alguna razón. La razón, sospecho, es que, en el fondo de su corazoncito, están convencidos de que, aunque el embrión y el feto pueden tener cierta 'dignidad', NO TIENEN REALMENTE tanta dignidad como una persona ya nacida.
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Ellos sabrán por qué.
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[Eso sí, no me empecéis a decir lo de "no des idea"... las malas ideas no hace falta que nadie las dé].
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Otras entradas:
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Miercoles, 27 de Junio de 2012

Bioética. Principios, desafíos, debates

La biotecnología está cambiando y probablemente va a cambiar más nuestras vidas. De unos años hasta ahora hemos empezado a familiarizarnos con términos que antes pertenecían al campo de la ciencia-ficción.  Términos como clonación han saltado de las páginas de las novelas de ficción a la vida real.

Estos avances en biotecnología ponen sobre la mesa multitud de cuestiones éticas, ¿debemos mejorar genéticamente a las personas? ¿Debemos permitir o no la clonación reproductiva? ¿Podríamos crear un mercado de órganos? Estas y otras muchas cuestiones son las que más tarde o más temprano tendremos que afrontar para darles una respuesta.

En este libro, Pablo de Lora y Marina Gascón, nos muestran cuales son los principios básicos de la bioética, para luego ir abordando diversos temas como los que ya he mencionado y ver los desafíos éticos que nos plantean.

Un libro ciertamente interesante que en más de una ocasión te pone ante cuestiones que no te has planteado y sus posibles respuestas, una invitación constante a pensar.


Domingo, 9 de Enero de 2011

BENEDICTO XVI: EL USO DEL CONDÓN ES ACEPTABLE EN ALGUNOS CASOS