Testigo de Jehová en coma por negación a transfusión
Noticia El ClarÃn
Pablo Albarracini tiene 38 años y fue baleado en un robo. Ahora necesita una transfusión de sangre para vivir y no lo pueden asistir porque hizo un testamento como Testigo de Jehová que lo prohÃbe. La Justicia lo avaló.
Pablo salió de su casa, en San Justo, y caminó hacia su auto. Cerca, lo esperaba su trabajo de siempre: una oficina en una empresa de colectivos. Pero cuando estaba por subirse al auto, dos chicos de unos 13 años, se subieron con él, lo encañonaron y lo obligaron a manejar. Lo que siguió fue un forcejeo, cinco tiros en el cuerpo, un vuelco y un último tiro en la cabeza, para rematarlo.
Pablo sobrevivió pero una decisión religiosa le puso un freno a los médicos : es Testigo de Jehová, una religión que prohÃbe las transfusiones de sangre. Ahora la batalla es entre su papá, que recurrió a la Justicia para que autorice las transfusiones, y la esposa de Pablo –también Testigo de Jehová– que recurrió a la Justicia para impedirlo.
Pablo Albarracini tiene 38 años. Ese 4 de mayo, llegó a la clÃnica Bazterrica con pérdida de masa encefálica y un balazo en su ojo izquierdo. Los médicos lo operaron y enseguida indicaron una transfusión urgente de glóbulos rojos. Y fue ahà que se dividieron las aguas. “En 2008, cuando mi hijo ingresó a la congregación de los Testigos de Jehová, le hicieron llenar un formulario preimpreso en donde asume que, en caso de ser hospitalizado, no acepta transfusiones de sangre. Esta gente legalizó la firma ante escribano y guardó el acta â€, contó ayer a ClarÃn Jorge, su papá.
Los Testigos de Jehová toman pasajes que hablan de “no comer sangre†para rechazar ciertas prácticas de plano: desde una transfusión o un trasplante hasta comer morcilla. El miércoles, Jorge presentó una medida cautelar urgente y el juez Horacio Maderna Echegaray la autorizó con estas palabras: “Considero que debo hacer lugar a la medida peticionada, es decir, autorizar las transfusiones de sangre necesarias para salvarle la vida al paciente , que no puede tomar decisiones propias. Dado su estado de salud, no se debe permitir el suicidio lentificado â€. Pero unas horas después, la esposa de Pablo y un grupo de Testigos de Jehová fueron al hospital con el acta firmada por Pablo. “Los médicos no lo transfundieron y el juez tuvo que ir a la clÃnica. Ahà habló con gente de la congregación y decidió suspender la medida que él mismo habÃa dictado por la mañana para darles la oportunidad de apelar. Mientras tanto, Pablo sigue luchando por su vidaâ€, detalló Mariana Gallego, abogada del padre.
Pero ayer la causa volvió a dar un vuelco. La Justicia determinó que Pablo firmó “directivas anticipadas†en donde expresa ser Testigo de Jehová y no aceptar “transfusiones de sangre completas, glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas o plasma bajo ningún concepto, aunque el personal médico las crea necesarias para salvarme la vida â€.
La Justicia argumentó que la Ley de Derechos del Paciente permite dejar directivas anticipadas “salvo las que impliquen desarrollar practicas eutanásicasâ€. Y que rechazar una transfusión “no busca el suicidio sino mantener incólumnes las ideas religiosas que profesaâ€. Anoche, la esposa de Pablo logró impedir que lo transfundieran. El papá de Pablo, en cambio, dijo que no iba a abandonar a su hijo por una religión: “Prefiero que se salve y se enoje, aunque el dÃa de mañana no me salude. Pero si eso pasa va a significar que se salvó â€.
El peso de los dogmas
La dirección de los Testigos de Jehová, la Watch Tower, es quien elabora las creencias de los testigos de Jehová y las difunde por medio de sus libros, y revistas periódicas. Los testigos de Jehová denominan a sus directores "el esclavo fiel y discreto" y asumen sus interpretaciones bÃblicas como última palabra.
Dentro de esos dogmas se encuentra el de la prohibición a las transfusiones de sangre, porque la Biblia condena que se consuma como alimento y afirma que en ella se contiene la vida. Hay pues aquà un triple error: Asumir que una transfusión es lo mismo que comer, creerse que la vida reside en la sangre ¿entonces dónde reside la vida de una planta de repollo?, y creerse que la Biblia es un texto válido para fijar creencias.
Sin embargo, estos cuestionamientos no pasan por la mente de los creyentes ya que han sido adoctrinados para no cuestionar, ni disentir. Por esto es importante difundir el pensamiento crÃtico. Es importante enseñar a pedir evidencias.
La prohibición a las transfusiones de sangre no hizo parte de las primeras doctrinas de los Testiigos de Jehová. Fue promulgada por primera vez en La Atalaya del 1 Julio de 1945.
Las transfusiones no son la única práctica médica que en un momento fuese dogmáticamente rechazada por la Watch Tower. En el siglo XX las vacunas fueron calificadas de crimen y fraude, y los transplantes de órganos de canibalismo. Pero la postura frente a estos temas fue cambiando hasta convertirse en un mero asunto de consciencia personal, dejando de ser faltas graves que meritaban la expulsión de la congregación
Más especÃficamente la vacunación estuvieron proscritas desde 1931 hasta 1952, durante veintiún años, y los transplantes de órganos por trece, desde 1967 hasta 1980.
He aquà algunas declaraciones a inicios del siglo XX:
"La vacunación nunca previno nada y nunca lo hará, y es la máxima práctica bárbara. Estamos en los últimos dÃas; y el diablo pierde lentamente su asidero, haciendo un esfuerzo arduo para hacer mientras tanto todo el daño que él pueda, y poner en su crédito tales males que pueda hacer... Usen sus derechos como ciudadanos americanos para abolir para siempre la práctica diabólica de la vacunación."
[Golden Age, (transformada luego en ¡Despertad!), Oct. 12, 1921, p. 17].
Sorpresivamente en 1952, la Watch Tower descubrió que las vacunas no ofendÃan a Jehová Dios. Uno esperarÃa que Jehová fuese más claro, preciso con aquellos que son los únicos que tienen “la comisión de hablar como profetas en Su nombreâ€. Aunque fuera preferible que Jehová dejase esa manÃa de hablarle a unos pocos elegidos, a los que no se les puede poner a prueba.
Asà pues, mientras la vacunación dejo de ser pecado, las transfusiones sanguÃneas lo siguen siendo, porque la Watch Tower sigue sosteniéndolo. Jehová sigue escondido, sin dar la cara a la prensa, los miembros de la Watch Tower, el "esclavo fiel y discreto" siguen hablando en su nombre, y los desafortunados testigos que sufren accidentes y sus familias, seguirán pagando el precio de la creencia sin evidencias.
Para mayor información lee: "Los Testigos de Jehová y las transfusiones de sangre"