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Jueves, 11 de Febrero de 2010

Mr. Deity y la luz

Se suele pensar que Dios creó la luz con una simple frase pero gracias a este video podemos entender por qué dedicó todo un día solo para eso, y es que no es tan simple como parece…

Mr. Deity y el gran favor

Buenas noticias, al menos para mi, en el blog “querubín ateo” ya estan disponibles los 5 primeros capítulos de “Mr. Deity” con subtítulos en español. Eso me ahorrará mucho trabajo, jeje. Ya que “querubín ateo” se esta encargado de la primera temporada me dedicaré a subtitular la segunda.

En esta ocasión Mr. Deity comunica a Jesús los detalles de su misión salvadora. Evidentemente a Jesús no le encaja eso de que un Dios todopoderoso cree a unos seres muy inferiores a él para luego reprocharles su imperfección y salvarles mediante el macabro asesinato de su hijo… a mi, igual que a Jesús, también me parecería una broma.

Mr. Deity y el mal

Hace tiempo que sigo una serie en internet titulada Mr. Deity. Es realmente buena, da en el clavo ironizando sobre los sinsentidos de la religión con un humor inteligente. En los diferentes capítulos podemos ver a Mr. Deity (Dios Padre), a Larry (El espíritu santo), a Jesse (Jesús) y a Lucy (Lucifer) hablando sobre diferentes temas religiosos. Por desgracia la serie no cuenta con subtítulo en español así que he decidido subtitularla yo mismo. Espero que os guste.
En esta ocasión Mr. Deity y Larry dan los últimos retoques al universo y Dios padre decide que incluir y que no en su reciente creación.

Miercoles, 10 de Febrero de 2010

Mr. Deity: Capítulo 1.

Mr. Deity y el mal
Hace tiempo que sigo una serie en internet titulada Mr. Deity. Es realmente buena, da en el clavo ironizando sobre los sinsentidos de la religión con un humor inteligente. En los diferentes capítulos podemos ver a Mr. Deity (Dios Padre), a Larry (El espíritu santo), a Jesse (Jesús) y a Lucy (Lucifer) hablando sobre diferentes temas religiosos. Por desgracia la serie no cuenta con subtítulo en español así que he decidido subtitularla yo mismo. Espero que os guste.
En esta ocasión Mr. Deity y Larry dan los últimos retoques al universo y Dios padre decide que incluir y que no en su reciente creación.

Mr. Deity: Capítulo 2

Mr. Deity y el gran favor.

Buenas noticias, al menos para mi, en el blog “querubín ateo” ya estan disponibles los 5 primeros capítulos de “Mr. Deity” con subtítulos en español. Eso me ahorrará mucho trabajo, jeje. Ya que “querubín ateo” se esta encargado de la primera temporada me dedicaré a subtitular la segunda.

En esta ocasión Mr. Deity comunica a Jesús los detalles de su misión salvadora. Evidentemente a Jesús no le encaja eso de que un Dios todopoderoso cree a unos seres muy inferiores a él para luego reprocharles su imperfección y salvarles mediante el macabro asesinato de su hijo… a mi, igual que a Jesús, también me parecería una broma.

Sábado, 30 de Enero de 2010

Nº 68: Pruebas de la evolución – Los atavismos


Prueba 6: Los atavismos anatómicos
En la última entrada sobre las pruebas de la evolución hablábamos de los vestigios anatómicos, tales como las alas de los Casuarios o los ojos de la salamandra ciega, estructuras que en ambos casos resultan inútiles al estar ocultos bajo la piel del animal. En esta ocasión nos referimos a otra prueba estrechamente relacionada con la anterior, los atavismos anatómicos.
Un atavismo es la reaparición de una característica propia de algún ancestro remoto que se ha perdido a lo largo de la evolución y que por lo tanto no se observa en el resto de sujetos de la especie a la que pertenece el portador de dicho atavismo. Los atavismos presentan tres características esenciales:

– Su presencia persiste en la edad adulta.
– Está ausente en los parientes y antepasados próximos del portador.
– Son extremadamente raros en la población.
En base a la teoría de la evolución de las especies es de esperar que los atavismos que puede presentar un determinado organismo se correspondan con estructuras o funciones de alguno de sus ancestros en el árbol filogenético estándar que hayan sido perdidas progresivamente a lo largo de muchas generaciones. Es decir, ningún organismo podrá presentar una estructura atávica que no haya estado presente previamente en alguno de sus ancestros, por ejemplo, sería imposible la aparición de plumas en un mamífero o pezones en un pájaro.
Existen varios ejemplos que confirman esta predicción, por ejemplo:
– La aparición de “dedos” extras en los caballos modernos similares a los que se encuentran en los fósiles de sus parientes arcaicos, los Mesohippus y los Merychippus.
– La aparición de músculos atávicos en los muslos de ciertas aves.
– La aparición de alas en los insectos conocidos como tijeretas, normalmente carecen de ellas.
– La aparición de dedos extra en cobayas y salamandras.
– La aparición de extremidades traseras en ciertos cetáceos (en la imagen se observa el ejemplo de un delfín).
– La aparición de pezones supernumerarios en humanos.
– La aparición de colas en humanos.
La presencia de auténticas colas dotadas de músculos y vértebras articuladas en un reducido número de recién nacidos y su persistencia en la edad adulta esta bien documentada en la bibliografía médica y resulta de una regresión incompleta de la cola que aparece en todos los fetos humanos. Tal y como se puede deducir de la teoría de la evolución, los genes (Wnt-3a y Cdx1) encargados de la formación de colas en otros vertebrados, como los ratones o algunos simios, han sido identificados también en el genoma humano y según diversos estudios la pérdida de la cola en los simios superiores pudo deberse simplemente a una regulación negativa en la expresión de dichos genes.
Viernes, 29 de Enero de 2010

Nº 67: La transubstanciación

Si hay algo que debamos reconocer a los católicos es su capacidad inagotable para creerse los dogmas más absurdos que la retorcida mente de un teólogo se pueda inventar. Entre los más disparatados se encuentra el dogma de la transubstanciación que consiste en lo siguiente:
Porque Cristo, nuestro Redentor, dijo que lo que ofrecía bajo la especie de pan era verdaderamente su Cuerpo, se ha mantenido siempre en la Iglesia esta convicción, que declara de nuevo el Santo Concilio: por la consagración del pan y del vino se opera el cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio transubstanciación
Los católicos, en definitiva, deben creer que las substancias del pan y del vino, una vez que son consagrados, se convierten realmente en la substancia del cuerpo y la sangre de Jesús aunque sus características perceptibles, a las que llaman “accidentes”, tales como el olor, el sabor, la apariencia o la textura no cambien. Es decir, el pan ya no contiene aquello que le hacia ser pan, de hecho ¡ya no es pan!, ahora es el cuerpo de Cristo, pero conserva los “accidentes” propios del pan.
Este dogma debe superar, entre otras, tres importantes cuestiones:
– ¿Cómo pueden persistir las propiedades físicas del pan y del vino una vez que el sujeto material que las sustenta ha desaparecido?
– ¿Cómo puede el cuerpo de Cristo, y no solo su alma o divinidad, estar presente de forma completa y verdadera en cada una de las partículas que constituyen lo que antes era pan?
– ¿Cómo puede estar simultáneamente el cuerpo de Cristo, y no solo su alma o divinidad, en el cielo y en cada una de las hostias consagradas en el mundo?
Los teólogos llevan más de mil años intentando explicar esta idea absurda sin ningún resultado, más allá de su habitual razonamiento circular y verborrea vacía, llegando a lo sumo a su solución favorita, calificar a la transubstanciación como un misterio. Evidentemente, los que idearon este dogma no tenían ni la más mínima idea de en que consiste la materia, de que es un átomo o un electrón, de hecho, algunos teólogos intentaron explicar la transubstanciación proponiendo que el cuerpo en miniatura de Jesús, con todas sus partes, se encontraba en cada partícula de la hostia. Lo más llamativo de todo es que no había ninguna necesidad de crear semejante engendro, el único fundamento para sostener este absurdo es que Jesús pronunció las palabras “tomad y comed, este es mi cuerpo” y a nadie se le ha pasado por la cabeza que esa frase pueda tener un sentido metafórico.
En fin, si alguien entiende algo que me lo explique.
Sábado, 23 de Enero de 2010

Nº 66: El diablo

El personaje del diablo y su ejército de ángeles caídos es probablemente uno de los mayores absurdos que podemos encontrar en las religiones abrahamicas (judaismo, cristianismo e islam), los teólogos llevan miles de años intentando dar una explicación a la idea de unos personajes cuya sola existencia choca frontalmente con la supuesta omnipotencia e infinita bondad de un único dios creador de todas las cosas, incluidos los propios demonios. Sobre ellos la enciclopedia católica dice lo siguiente:
“En el principio Dios había creado dos criaturas, la espiritual y la corporal, es decir la angélica y la terrena, y finalmente el hombre, quien fue hecho de ambos, espíritu y cuerpo. El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios en su naturaleza, pero ellos, por sí mismos se hicieron malvados“.
Lo llamativo de esta doctrina es que si el hipotético creador fuese omnipotente, y por lo tanto capaz de prever las consecuencias de sus actos, al crear a los ángeles debía saber de antemano que algunos se rebelarían ¿por qué los creó entonces? y una vez que se hubieron rebelado ¿por qué no los hizo desaparecer? En lugar de eso el dios de Abraham se habría limitado a castigarlos de un modo muy poco preciso… se dice que cayeron, que fueron expulsados, pero no se dan demasiado detalles, de hecho la enciclopedia católica lo complica todo aún más:
Se debe recordar que la caída de los ángeles no perjudicó sus poderes naturales, que Lucifer todavía retenía los dones que le permitieron influir en sus hermanos antes de su caída, y que su inteligencia superior les mostraría que ellos podrían alcanzar un mayor éxito y dañar más a otros, mediante la unidad y la organización, que mediante la independencia y la división. Él atrajo a nuestros primeros padres a su caída, él no ha dejado de tentar a sus hijos a fin de implicarlos en su propia ruina. No hay ninguna razón para pensar que todos los pecados y todas las tentaciones deben, por necesidad, venir directamente de Satanás y sus ministros, pero sin ellos el mal habría sido claramente mucho menos de lo que es ahora, ya que la actividad de Satanás añade realmente mucho más que una simple fuente adicional de tentación a la debilidad del mundo y la carne; esto significa una directriz y una combinación inteligente de todos los elementos del mal.”
Es decir que según la creencia cristiana, Lucifer, el primer ángel rebelde, no solo no fue destruido o expulsado de forma inmediata sino que se le permitió influir negativamente sobre otros ángeles antes de su caída, a este ejército de ángeles caídos tampoco se les privó de sus “poderes naturales” y se les permitió igualmente arrastrar a los seres humanos hacia el pecado y desde entonces hasta hoy se les sigue permitiendo “dirigir inteligentemente todos los elementos del mal” de modo que “el mal en el mundo es mucho mayor de lo que sería sin ellos“. Resulta muy sorprendente que las mismas personas que definen a su dios como omnipotente e infinitamente bueno crean en estos disparates que le convierten de forma directa en el creador y sustentador del mal. Tampoco parece tratarse de un dios muy justo cuando se habría encargado de destruir mediante un diluvio a toda la humanidad por pecadora y sin embargo sigue permitiendo a sus ángeles “defectuosos” campar a sus anchas. ¿algún creyente me lo explica? ¿Por qué debería la humanidad estar sometida al acoso de los demonios? ¿Dios quiere eliminarlos pero no puede? ¿Puede pero no quiere? ¿Esta esperando a un momento más oportuno porque disfruta de los espectáculos macabros? yo me inclinaría por esta última opción a la vista del sádico ritual ideado para “nuestra salvación”.
El hecho de no creer ni en Dios ni en los demonios me evita el tener que responder a este tipo de cuestiones ridículas pero aún así me preocupa seriamente comprobar que en pleno siglo XXI miles de millones de personas siguen creyendo en leyendas propias de los tiempos medievales basadas en la superstición y la más profunda ignorancia (el lenguaje empleado en la enciclopedia católica asusta).
Lunes, 18 de Enero de 2010

¿Es la religión imprescindible para que seamos buenos?

En la entrada anterior un lector anónimo dejó el siguiente comentario:
Hola de nuevo despredicador, con mi anterior comentario sólo te quería aclarar que si un día nos levantáramos y la idea de Dios desapareciera de la cabeza de las personas, las consecuencias serían más negativas que positivas, ya que a la mayoría de los creyentes creer en Dios les impulsa a ser mejor personas y a entregarse más a los demás y no ha seguir las opiniones de los factores más radicales de los creyentes, es más, la mayoría los ve cómo excéntricos. Así pues, si el problema está en estas determinadas mitologías que sólo siguen al pie de la letra una minoría, ¿por que no te centras en contradecir estas?
Este comentario pone sobre la mesa un tema de discusión interesante que merece ser tratado en una entrada a parte, por eso sitúo aquí mi respuesta. Creo que he prestado especial atención a los temas referidos al fanatismo, ultimamente me dedico casi exclusivamente a mostrar lo absurdo de la interpretación litaral del Génesis en lo referente al origen del universo y de los seres vivos, por ejemplo. En cualquier caso no comparto tu punto de vista, no creo en absoluto que la desaparición de la creencia en Dios tuviese unas consecuencias negativas, pero aunque así fuese, si todo el tiempo dedicado a adoctrinar en una mitología se emplease a una eduación cívica desde una perspectiva racional conseguiriamos los mismos efectos positivos sin recurrir a una manipulación generalizada basada en mentiras burdas y en la anulación del pensamiento crítico.
La imagen de esta entrada es precisamente la portada de un libro titulado “Sociedad sin Dios – lo que las naciones menos religiosas pueden contarnos sobre la satisfacción”. Se trata de un estudio realizado en Suecia y Dinamarca, dos de los países con mayor porcentaje de ateos del mundo, y algunas de las conclusiones a las que llega son las siguientes:
– Sus índices de crímenes violentos – como asesinatos, robos con violencia y violación – se encuentran entre los mas bajos del mundo, aún cuando la mayoría de los daneses y suecos no creen que exista un Dios que vigile permanentemente su comportamiento… de hecho, la mayoría de los daneses y suecos ni siquiera creen en el concepto de “pecado”. Prácticamente nadie en Dinamarca y Suecia cree que la Biblia tenga un origen divino y el seguimiento de la misa semanal es el más bajo del mundo.
– Los daneses y suecos que se declaran cristianos lo hacen refiriéndose a un concepto de herencia cultural e historia. Para ellos ser cristiano significa “ser bueno con los demás, cuidar de los pobres y enfermos, ser una buena persona”. Cuando a estas personas que se denominan cristianas se les pregunta si creen que Jesús era el hijo de Dios o el Mesías, prácticamente todos respondieron que no. A la pregunta de si creían en el nacimiento virginal de Jesús o su resurrección seguían generalmente auténticas carcajadas – como si el simple hecho de preguntarlo ya fuese bastante estúpido.
– El declive de la religión en muchos países occidentales es evidente, en Holanda solo el 40% de las personas pertenecen a alguna iglesia y en Francia la tasa de bautismos se ha reducido del 91% al 51% en los últimos 50 años. Parece evidente que las sociedades de estos países no son peores ahora que hace un siglo.
En resumen, cuando uno compara la situación social de los países menos religiosos del mundo con aquella en los países más dogmáticos se da cuenta inmediatamente de que la creencia en Dios nada tiene que ver con la solidaridad y honradez de sus habitantes, sin embargo si parece haber una relación directa entre la calidad de la educación, la tasa de personas con estudios superiores, los índices de desarrollo social, etc con la satisfacción de sus habitantes. ¿Realmente alguien puede pensar que en la actualidad la gente es menos buena en occidente de lo que era hace un siglo, cuando la creencia en Dios era generalizada? ¿realmente alguien puede pensar que en general los ateos somos más insolidarios o directamente más malvados que los creyentes? No creo que nadie tenga argumentos para sostener esa idea.
En cuanto al concepto de fanatismo siempre me ha parecido muy curioso, si uno cree que la Biblia o el Corán son una verdad infalible revelada por Dios lo lógico será ser un fanático. Lo que hacen los creyentes civilizados en la actualidad no es más que seleccionar los pasajes que le convienen e ignorar una gran parte del texto, la mayor parte, porque resulta escandalosamente absurda. Pero entonces ¿es la biblia una verdad revelada o no? ¿lo es solo en parte? ¿qué parte sería esa?. Ayer mismo veía un video de un predicador evangelista muy conocido en EE.UU. atribuyendo el terremoto de Haití a un pacto de los haitianos con el diablo para conseguir su independencia en el siglo XIX:
Evidentemente para la mayoría de los cristianos este hombre es un fanático y un excéntrico y sin embargo si uno lee la Biblia y la considera la verdad revelada por Dios se encuentra con innumerables ocasiones en las que Dios se vanagloria de ser el autor de desastres naturales con la intención de castigar a personas concretas o pueblos enteros, recordemos el diluvio universal, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las plagas de Egipto y un largo etc. ¿No se esta limitando este predicador a ser coherente con su creencia de que la Biblia es una verdad revelada?. Pero no es este video el que más me preocupa, ya que se trata de un anciano fanático y excéntrico que fue educado en una época de dogmatismo generalizado, me preocupa más uno de los videos de respuesta:
En este caso una chica que seguramente vive su religión de una forma más moderada se siente indignada por las palabras del predicador y le responde que esta equivocado, que Dios no ha utilizado el terremoto como castigo, su prueba esta en Génesis 18, cuando Dios le dice a Abraham que no destruirá Gomorra si encuentra a 10 personas honradas en la ciudad, esta imagen de una chica joven, nacida a finales del siglo XX, con acceso a una educación y con sus capacidades mentales perfectamente normales leyendo una pasaje de la Biblia como si fuese una verdad divina incuestionable, utilizándola como argumento para sus opiniones, me entristece tan profundamente, me indigna hasta tal punto que es una de las razones para hacer este blog.
La gente puede ser buena sin creer en Dios, yo me considero buena persona sin creer en Dios, mis amigos son grandes personas que no creen en Dios, nuestro propio sentido común, nuestra propia capacidad de razonar es suficiente para que nos inclinemos por la solidaridad y la honradez. Acabemos con los lavados de cerebro, con adolescentes justificando sus opiniones mediante mitologías de la edad de bronce, creyendo en ángeles y demonios, en dioses que envían lluvias de fuego, en aguas milagrosas de Lourdes y Fátima… a ti te parecerán tonterías pero a mi me entristece ver el resultado del adoctrinamiento “idiotizante” que suponen las religiones.
Domingo, 10 de Enero de 2010

Nº 65: Pruebas de la evolución – Los vestigios anatómicos

Prueba 5: Los vestigios anatómicos
Entre las evidencias de la evolución una de las más conocidas es el conjunto de vestigios anatómicos y moleculares carentes de funcionalidad o con funciones muy rudimentarias que se encuentran ampliamente extendidos en la naturaleza. Un vestigio se define como una estructura degenerada o reducida en comparación con una estructura equivalente bien desarrollada en otras especies.
Las alas, por ejemplo, son una estructura anatómica muy compleja específicamente adaptada para volar y esta es la función que realizan en la inmensa mayoría de las especies que las poseen, sin embargo las avestruces presentan alas que no les permiten alzar el vuelo y cuya utilidad ha quedado muy reducida, hasta el punto de poder ser consideradas rudimentarias. Un ejemplo más claro en este sentido lo encontramos con los Casuarios, unas aves cuyas alas apenas son perceptibles desde el exterior ya que su estructura se encuentra casi totalmente “enterrada” bajo la piel.
Otro ejemplo de órganos rudimentarios son los ojos de especies que habitan bajo tierra, en cavernas o en profundidades abisales. Algunas de estas especies presentan ojos más o menos desarrollados pero no funcionales, otras presentan ojos muy reducidos que también carecen de función y algunas poseen ojos degenerados ocultos bajo la carne. Algunos ejemplos son los mamíferos subterráneos con los ojos bajo la piel, la salamandra ciega o el pez Astyanax mexicanus, entre muchos otros.
Lo más relevante es que todas estas estructuras vestigiales pueden ser explicadas en base a la teoría de la evolución y el árbol filogenético estandar. Así por ejemplo, se sabe que las serpientes han evolucionado a partir de reptiles con cuatro patas y eso explica el hecho de que la mayoría de las serpientes del género Python presenten una pelvis vestigial flotando en la cavidad abdominal sin unirse a las vértebras. De hecho, algunos lagartos presentan extremidades vestigiales ocultas bajo la piel.
Otro ejemplo son las alas de los coleópteros. Mientras que algunos géneros del grupo pueden volar otros no pueden ya que presentan las mismas alas que los primeros pero estas están ocultas e inutilizadas bajo unos elitros fusionados.
También los humanos presentamos varias estructuras vestigiales que recuerdan a nuestros ancestros herbívoros, las conocidas muelas del juicio constituyen un tercer molar vestigial que en muchos casos nunca llega a emerger de la encía y en otros muchos casos lo hace con malformaciones o de un modo deficiente, provocando dolor y en ciertos casos el riesgo de infecciones y muerte. El apéndice intestinal es otro ejemplo de estructura vestigial humana, y es el resultado de la reducción progresiva del ciego, la primera porción del intestino grueso, que es mucho mayor en los animales herbívoros para facilitar la digestión de las plantas ingeridas. Un ejemplo aún más claro lo constituye el coxis, compuesto por cuatro vértebras caudales fusionadas y carentes de función precisamente en el lugar donde otros primates presentan colas externas. El coxis es un remanente de la cola que se observa en los embriones humanos y que finalmente es reabsorbida. A pesar de no presentar ninguna función conocida el coxis si es causa de dolor en ciertas personas.
Estos y muchos otros ejemplos de órganos vestigiales inútiles no tendrían ningún sentido si consideramos a las especies como frutos de actos independientes de creación y sin embargo encajan perfectamente con la teoría del ancestro común, las adaptaciones progresivas y la selección natural. También apoyan de un modo importante la filogenia estándar ya que solo encontramos órganos rudimentarios en especies cuyos ancestros o especies afines presentan órganos equivalentes perfectamente funcionales. La teoría de la evolución podría tener dificultades en explicar la presencia de pezones vestigiales en anfibios o aves, o la presencia de plumas o cuernos vestigiales en mamíferos, etc. Hasta el momento no se ha identificado ninguno de estos casos ni ningún otro que no encaje con la genealogía predicha para las especies.
Jueves, 7 de Enero de 2010

Nº 64 – Incoherencias bíblicas – La última cena

Ya vimos hace tiempo como el relato de la resurrección de Jesús, probablemente el más importante para el cristianismo, es uno de los más desastrosamente narrados de toda la Biblia, con versiones totalmente contradictorias en cada uno de los evangelios. En esta ocasión nos referiremos a otra contradicción importante que tiene que ver con la famosa última cena.
Según los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) la última cena de Jesús era la tradicional cena de la Pascua judía, sin embargo, según el evangelio de Juan se trataba de la cena del día anterior y Jesús murió antes de poder celebrar la cena de Pascua.
Marcos 14:12-18. y Mateo 26:17-21.
El primer día de la fiesta de los panes ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?». El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: «¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?». El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario». Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Al atardecer, Jesús llegó con los Doce. Y mientras estaban comiendo, dijo: «Les aseguro que uno de ustedes me entregará, uno que come conmigo».
La simple lectura del texto ya da a entender que la comida que están tomando es la cena de Pascua, sobre todo si tenemos en cuenta que es precisamente al atardecer del primer día de los panes ácimos cuando debe celebrarse esta cena según la tradición judía. Pero si existiese alguna duda la versión de Lucas es más explícita.
Lucas 22:13-16
Los discípulos partieron, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo: «He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios».
Aquí las pocas dudas que pudiesen quedar desaparecen y queda del todo claro que Jesús esta tomando su última cena de Pascua con sus discípulos.
Por el contrario, en el evangelio de Juan encontramos varias referencias que nos permiten deducir con claridad que la última cena tuvo lugar la noche anterior, es decir, la noche antes del primer día de los panes ácimos.
Juan 13:27-30
En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él (Judas). Jesús le dijo entonces: «Realiza pronto lo que tienes que hacer». Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto. Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que hace falta para la fiesta», o bien que le mandaba dar algo a los pobres. Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche.
Este pasaje hace referencia a la última cena de Jesús y en el queda claro que no es la cena de Pascua, ya que la fiesta de la que se habla es claramente la Pascua que esta por venir. Merece la pena aclarar que en este evangelio no se hace ninguna referencia al famoso señor con el cántaro de agua ni a ninguna preparación de la comida de Pascua por parte de los discípulos. En cualquier caso, si existe alguna duda al respecto una cita posterior nos lo deja más claro.
Juan 18:28
Desde la casa de Caifás llevaron a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Pero ellos no entraron en el pretorio, para no contaminarse y poder así participar en la comida de Pascua.
Aquí la última cena de Jesús ya se ha producido, ya ha ido a orar al huerto, ha sido entregado por Judas y detenido. A lo largo de la noche ha sido interrogado por los sumos sacerdotes, y al amanecer, justo antes de que cante el gallo, Pedro ya le ha negado tres veces. Sin embargo los judíos que llevan a Jesús ante Pilatos no entran en el juzgado romano para no contaminarse, y así poder celebrar la Pascua que, evidentemente, aún no ha tenido lugar. Pero para disipar cualquier duda Juan termina por confirmar que Jesús fue crucificado el día de preparación para la Pascua (el primer día de los panes ácimos), cuando como acabamos de ver, el resto de evangelios sitúan la última cena en la noche de este mismo día.
Juan 19:14-15
Era el día de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey». Ellos vociferaban: «¡Que muera! ¡Que muera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César».
Creo que el conflicto entre los evangelios vuelve a estar claro en este caso, la mejor prueba de ello, más allá de los propios textos, es que en el intento de conciliar los cuatro evangelios algunos cristianos optan por reinterpretar los sinópticos y otros prefieren reinterpretar a Juan. Esto deja en evidencia la existencia de un conflicto y en mi opinión hay poco margen para reinterpretaciones.
Martes, 5 de Enero de 2010

Nº 63: Pruebas de la evolución – Las formas de transición

Prueba 04: Las formas de transición:
Si la teoría de la evolución es cierta y solo hay una única filogenia universal, entonces todos los organismos, tanto los presentes como los pasados, deben encajar en ella. Por lo tanto, esperamos que todos los fósiles puedan ser ubicados de un modo coherente y objetivo dentro del árbol genealógico de las especies.

Cada punto del árbol filogenético en el que nacen dos nuevas ramas representa un ancestro común. Según los criterios morfológicos y bioquímicos las aves están estrechamente relacionadas con los reptiles y compartirían un ancestro común, por otro lado los mamíferos estarían también relacionados con los reptiles por medio de un ancestro común distinto. Según este resultados esperaríamos encontrar formas de transición entre reptiles y aves o entre reptiles y mamíferos pero en ningún caso encontraríamos formas intermedias entre mamíferos y aves. Es decir, si la teoría de la evolución es cierta, podremos predecir que características morfológicas podrán presentar las formas de transición ya extinguidas y cuales no. En base a lo que sabemos de las aves y los reptiles podemos esperar encontrar fósiles similares a reptiles con plumas o similares a aves con dientes, pero no esperamos encontrar fósiles similares a mamíferos con plumas o similares a aves con los huesos del oído medio de los mamíferos.

Una vez más las predicciones basadas en la evolución de las especies se cumplen, se han identificado un gran número de formas de transición entre dinosaurios y aves que permiten observar sin apenas interrupciones las progresivas transformaciones morfológicas que conectan ambos grupos, desde la aparición de los precursores de las plumas hasta la modificación progresiva de las extremidades anteriores, pasando por la perdida paulatina de los dientes. Estas formas de transición están representadas por Eoraptor, Herrerasaurus, Ceratosaurus, Allosaurus, Compsognathus, Sinosauropteryx, Protarchaeopterys, Caudipteryx, Velociraptor, Sinovenator, Beipiaosaurus, Sinornithosaurus, Microraptor, Archaeopteryx (en la imagen), Rahonavis, Confuciusornis, Sinornis y Patagopteryx, entre muchas otras.

También existe una colección de fósiles que ilustran de forma extraordinaria la transición entre reptiles y mamíferos, desde los grupos pelycosauria, therapsida y cynodonta hasta los mamíferos primitivos. En lo que se refiere al esqueleto, una diferencia importante entre reptiles y mamíferos es que los primeros tienen al menos cuatro huesos en su mandíbula inferior y solo uno en su oído medio mientras que los mamíferos tienen un único hueso en la mandíbula inferior y tres en el oído medio. A comienzos del siglo XX se descubrió que dos huesos homólogos en el feto daban lugar a dos huesos de la mandíbula (cuadrado y articular) en los reptiles y a dos huesos del oído interno en los mamíferos (yunque y martillo), lo que sugiere que estos dos huesos del oído interno de los mamíferos evolucionaron a partir de los primeros. Todo este proceso evolutivo esta perfectamente ilustrado mediante una completa colección de formas de transición fosilizadas (Figura inferior).

Uno de los ejemplos más famosos de fósiles de transición es la colección actual de fósiles de homínidos. Basándonos en numerosos análisis filogenéticos el chimpancé es considerada la especie viviente más próxima a los humanos. Por lo tanto, según la teoría de la evolución, debieron vivir en el pasado especies que presentasen morfologías intermedias entre humanos y chimpancés. A lo largo del siglo XX varios descubrimientos paleontológicos espectaculares han identificado los fósiles de varias especies de homínidos que cumplen estas características predichas y que se ilustran de un modo incuestionable en la figura inferior. Los craneos de la figura van desde el chimpancé moderno (A) hasta el hombre moderno (N) pasando por el Australopithecus africanus (B, C), el Homo habilis (D, E), Homo rudolfensis (F), Homo erectus (G), Homo ergaster (H), Homo heidelbergensis (I), el hombre de neandertal (J, K, L) y el hombre de Cro-Magnon (M). Debe quedar claro que esto en ningún caso significa que el hombre proviene del chimpancé, sino que ambas especies comparten un antepasado común.

Del mismo modo han sido identificados ejemplos similares de formas de transición incluso en los casos más extremos, como la evolución de las ballenas y otros mamíferos marinos, como el manatí o el dugongo, a partir de mamíferos terrestres.

Hasta el momento no se ha encontrado ninguna especie fosilizada que represente un estado intermedio entre aves y mamíferos ni ninguna otra transición incoherente con el árbol filogenético estandar basado en la teoría de un ancestro común. Si las especies fuesen el resultado de actos de creación independientes nada impediría la existencia de dichas formas de vida, animales con plumas y placenta al mismo tiempo, por ejemplo.

Martes, 29 de Diciembre de 2009

Nº 62: Pruebas de la evolución – La correlación entre filogenias independientes


Prueba 03: La correlación entre filogenias independientes
Si la teoría del ancestro común fuese cierta todas las líneas de evidencias independientes deberían converger en un único árbol filogenético que incluyese a todas las especies en una única genealogía objetiva. Es decir, en la práctica, los árboles filogenéticos de todos los organismos obtenidos mediante criterios de clasificación independientes (morfología, secuencia de proteínas, secuencia de DNA mitocondrial, etc.) deberían coincidir con un elevado índice de significación estadística. Pues bien, el hecho es que así es, los árboles filogenéticos obtenidos a partir de criterios moleculares encajan con una significación estadística extremadamente alta con la filogenia tradicional establecida mediante criterios anatómicos.
El citocromo c constituye un buen ejemplo de criterio molecular independiente de la morfología, ya que realiza una función vital en el transporte y almacenamiento de energía química en las células y por lo tanto se conserva en todas las especies. Existen más de 10 elevado a 38 formas de ordenar 30 grupos taxonómicos en un árbol filogenético (lo que en lenguaje popular serían 100 trillones de trillones de clasificaciones distintas) y el hecho probado es que la filogenia obtenida mediante la comparación de la secuencia del citocromo c en 30 grupos taxonómicos (Figura inferior) es totalmente coherente con la clasificación de estos grupos basada en su morfología.

Si la teoría del ancestro común fuese falsa y las especies fuesen el resultado de actos de creación independientes este resultado no tendría ningún sentido y habría que atribuirlo a una casualidad (con una probabilidad de 1 entre 100 trillones de trillones). Una casualidad que habría que extender el resto de filogenias moleculares, todas ellas correlacionadas entre si con una significación estadística extremadamente alta. Esta magnífica corroboración de la teoría del ancestro común es lo que se conoce como “jerarquías anidadas gemelas”.

Nº 62: Pruebas de la evolución – La correlación entre filogenias independientes


Prueba 03: La correlación entre filogenias independientes
Si la teoría del ancestro común fuese cierta todas las líneas de evidencias independientes deberían converger en un único árbol filogenético que incluyese a todas las especies en una única genealogía objetiva. Es decir, en la práctica, los árboles filogenéticos de todos los organismos obtenidos mediante criterios de clasificación independientes (morfología, secuencia de proteínas, secuencia de DNA mitocondrial, etc.) deberían coincidir con un elevado índice de significación estadística. Pues bien, el hecho es que así es, los árboles filogenéticos obtenidos a partir de criterios moleculares encajan con una significación estadística extremadamente alta con la filogenia tradicional establecida mediante criterios anatómicos.
El citocromo c constituye un buen ejemplo de criterio molecular independiente de la morfología, ya que realiza una función vital en el transporte y almacenamiento de energía química en las células y por lo tanto se conserva en todas las especies. Existen más de 10 elevado a 38 formas de ordenar 30 grupos taxonómicos en un árbol filogenético (lo que en lenguaje popular serían 100 trillones de trillones de clasificaciones distintas) y el hecho probado es que la filogenia obtenida mediante la comparación de la secuencia del citocromo c en 30 grupos taxonómicos (Figura inferior) es totalmente coherente con la clasificación de estos grupos basada en su morfología.

Si la teoría del ancestro común fuese falsa y las especies fuesen el resultado de actos de creación independientes este resultado no tendría ningún sentido y habría que atribuirlo a una casualidad (con una probabilidad de 1 entre 100 trillones de trillones). Una casualidad que habría que extender el resto de filogenias moleculares, todas ellas correlacionadas entre si con una significación estadística extremadamente alta. Esta magnífica corroboración de la teoría del ancestro común es lo que se conoce como “jerarquías anidadas gemelas”.
Jueves, 24 de Diciembre de 2009

Nº 61: Incoherencias bíblicas – El nacimiento en Belén

En entradas anteriores de este blog ya hemos mencionado varias incoherencias bíblicas que dejan claro el carácter mitológico del nacimiento de Jesús. Los dos únicos evangelios canónicos que relatan este episodio se contradicen respecto a la genealogía de Jesús y en cuanto al momento de su nacimiento. También se incluyen detalles incompatibles con el registro histórico o absurdos desde un punto de vista lógico, como la visita de los magos de oriente y la posterior matanza de inocentes. Pero esto no es todo, de hecho ambos relatos son dos historias totalmente distintas e incoherentes entre sí, la única cosa que tienen en común es el objetivo de situar el nacimiento de Jesús en Belen para que se cumpla la profecía de Miqueas 5:1-2. Parece ser, dado que todos los evangelios coinciden en ese punto, que la persona real en la que podría basarse el mito de Jesús procedía de Galilea, y por aquel entonces existían dos creencias populares, que el Mesías nacería en Belén y que ningún profeta puede venir de Galilea (Juan 7:52), por lo tanto, inventar un relato que situase el nacimiento de Jesús en Belen era algo importante para algunos de los primeros cristianos, el problema radica en que cada autor inventó excusas distintas. Veamos las principales diferencias:
Evangelio de Mateo (Mateo 2: 1-23):
José y María vivían originalmente en Belén de Judea y fue allí donde nació Jesús, no se hace referencia a ningún censo imperial, ni a ningún pesebre, establo, cueva ni nada parecido, sino a la propia casa de José. Tras el nacimiento, dado que el rey Herodes pretendía matar a todos los niños de la región (acontecimiento que no se menciona en ningún documento histórico), la familia de Jesús tuvo que exiliarse a Egipto (otro capítulo inventado para el cumplimiento de una profecía) y posteriormente, por miedo a que Arquelao, el hijo de Herodes, continuase siendo una amenaza, decidieron no volver a su casa en Belén y trasladarse en su lugar a Nazaret, en Galilea.
Evangelio de Lucas (Lucas 2: 1-39):
José y María vivían originalmente en Nazaret (Galilea) pero a causa de un censo ordenado por el Cesar Augusto, con Quirino como gobernador de Siria (cargo que realmente ocupó 10 años después de la muerte de Herodes), se vieron forzados a desplazarse a Belén para inscribirse (en realidad los censos no exigían desplazarse a ningún sitio). Coincidió que estando allí María dio a luz a Jesús en un pesebre, dado que allí no tenían vivienda ni había espacio en el albergue. Días después del nacimiento se desplazaron a Jerusalén para cumplir con el rito de purificación del niño sacrificando un par de tórtolas y de pichones en el templo. Una vez cumplido el ritual regresaron a su casa en Nazaret, no se menciona matanza ni exilio a Egipto por ningún lado.
Es evidente que cada uno de los autores inventó de un modo totalmente independiente historias distintas para situar el nacimiento de Jesús en Belén (Judea) en lugar de en su lugar de procedencia original, Nazaret (Galilea). El autor del evangelio de Mateo ideo una masacre ordenada por Herodes como la causa de que la familia de Jesús tuviese que desplazarse a Nazaret mientras que Lucas utilizó un famoso censo realizado por Quirino como excusa para que la familia de Jesús tuviese que desplazarse a Belén. Como ya hemos visto anteriormente ambas referencias históricas son totalmente incompatibles.
Pero eso no es todo, la profecía que supuestamente debía cumplirse (Miqueas 5:1-2) esta totalmente tergiversada y sacada de contexto. En realidad Miqueas no habla en ningún momento de la ciudad de “Belén de Judea”, tal y como erróneamente se cita en Mateo, sino de una persona, Belén de la casa de Efratá, (solo hay que comparar la cita aparecida en Mateo 2:6 con la frase orginal de Miqueas 5:1 para ver el cambio). Las referencias a un hombre llamado Belén de la casa de Efratá se encuentran también en el primer libro de las crónicas (1 Crónicas 2:50-54) y es a la descendencia de esta casa a la que se refiere Miqueas. Más aún, el líder profetizado por Miqueas no se refiere al Mesías, solo hay que seguir leyendo la profecía (Miqueas 5:5-6) para ver que se refiere al nacimiento de un jefe militar que derrotará a los Asirios (un conflicto existente en la época de Miqueas). El hecho de que la gran derrota de los Asirios nunca tuviese lugar podría ser suficiente para desestimar las habilidades proféticas de Miqueas.
En resumen, el grado de distorsión, contradicciones e incoherencias en los relatos referidos al nacimiento de Jesús son tantos y tan graves que uno solo puede concluir que se trata de leyendas inventadas por los primeros cristianos para intentar fortalecer la imagen de Jesús como Mesías. De hecho, la credibilidad de todos los evangelios queda inmediatamente en cuestión.
Martes, 22 de Diciembre de 2009

Nº 60: Pruebas de la evolución – La jerarquía de las especies

Prueba 2: La “jerarquía anidada” de las especies
Según la teoría de un ancestro común, el estado de una población o individuo actual depende directamente de los cambios genéticos producidos en la población o individuo inmediatamente anterior. Esta dependencia entre eventos consecutivos se conoce en matemáticas como cadena de Markov. Esta demostrado matemáticamente que un proceso de tipo markoviano, como la evolución progresiva de las especies, debe dar como resultado una jerarquía anidada, es decir, una organización en la que los grupos de un determinado nivel pueden ser clasificados a su vez en grupos de un nivel superior. Aunque de forma subjetiva casi cualquier cosa puede ser clasificada de un modo jerarquizado, solo aquellos elementos en los que las características de cada generación dependan de la generación anterior pueden clasificarse objetivamente de modo que se obtenga una única jerarquía anidada. Veamos un ejemplo para cada caso:
Los coches: evidentemente los coches pueden ser clasificados siguiendo una jerarquía, podríamos empezar clasificándolos por su fabricante, los de cada fabricante podrían ser clasificados a su vez por su año de fabricación, dentro de los de cada año podríamos hacer una clasificación por colores, y así sucesivamente. Sin embargo, es también evidente que los criterios elegidos para la clasificación son subjetivos, cada persona podría elegir un orden distinto, clasificarlos primero por su color, después por su año de fabricación, etc.
Los idiomas: dado que los idiomas actuales son el fruto de modificaciones progresivas de antecesores comunes, estos pueden ser clasificados generalmente de forma objetiva. No tendría sentido incluir el español en la misma categoría que el alemán pero distinta del portugués. Este sería también el caso de los seres vivos si realmente proceden de un ancestro común.
En resumen, la clasificación de coches, libros, minerales (u organismos cuyas características hubiesen sido asignadas de modo independiente) dará como resultado un número elevado de árboles filogenéticos posibles, mientras que la clasificación de elementos que han ido variando progresivamente a partir de predecesores comunes solo podrán ser clasificados objetivamente en uno o un número muy reducido y poco variable de árboles filogenéticos.
Pues bien, el hecho es que la inmensa mayoría de las especies actuales pueden clasificarse de un modo muy sencillo siguiendo una jerarquía anidada. Esto es evidente en el uso del esquema de clasificación de Lineo. Basándonos en caracteres derivados compratidos podemos clasificar los organismos estrechamente relacionados en grupos (por ejemplo en géneros), varios géneros podrán ser a su vez agrupados en familias, las familias podrán ser agrupadas en órdenes, y así sucesivamente.
En el ejemplo específico de las plantas, estas pueden ser clasificadas en vasculares y no vasculares (según la presencia o ausencia de xilema y floema). Dentro de las plantas vasculares se encontrarían dos grupos, las plantas con semillas y las plantas sin semillas, dentro del grupo de plantas con semillas “anidarían” otros dos grupos, las angiospermas (semillas encapsuladas) y las gimnospermas (semillas no encapsuladas) y a su vez el grupo de las angiospermas podría dividirse en monocotiledoneas y dicotiledoneas.
Sería un problema para la clasificación objetiva si existiesen especies que combinasen características de grupos “anidados” en categorías distintas. Siguiendo con el ejemplo anterior, algunas plantas no vasculares podrían tener semillas, como las vasculares, pero eso no ocurre. Alguna planta gimnosperma (como los pinos) podría presentar flores, pero no se conoce ningún caso. Podría darse el caso de que algún ave tuviese glándulas mamarias o pelo, o que alguna especie de mamífero presentase plumas, no existen ejemplos para ninguno de los dos casos.
Si fuese imposible o muy difícil clasificar a cada especie siguiendo una jerarquía anidada objetiva (como ocurre con los coches, los libros, los elementos atómicos, los minerales, etc.) la macroevolución podría ser descartada. De hecho, si el árbol filogenético de los seres vivos presentase unos valores estadísticamente bajos respecto a su estructura jerárquica, la teoría del ancestro común podría ser tachada de falsa. Sin embargo, hasta el momento, las más de 1,5 millones de especies conocidas (la mayoría de ellas descubiertas con posterioridad a que Darwin presentase su teoría del ancestro común) encajan correctamente en un patrón jerárquico de clasificación objetiva. Este resultado no tendría ningún sentido si estuviésemos clasificando el resultado de creaciones independientes.
Domingo, 20 de Diciembre de 2009

Nº 59: Pruebas de la evolución – La uniformidad de la vida

Las últimas entradas de este blog se han dedicado a rebatir una serie de argumentos a favor del creacionismo de Tierra joven (una creencia religiosa que sostiene que el universo tiene alrededor de 6.000 años de antigüedad). Los interesados en leer la serie de argumentos creacionistas y su refutación científica pueden comenzar en el siguiente enlace.
Una vez evidenciada la ausencia de fundamento científico en los planteamientos creacionistas, pasamos a exponer una serie de hechos probados que demuestran la evolución de todas las formas de vida en la Tierra a partir de un ancestro común gracias a la selección natural. Afortunadamente ya existe un trabajo excelente al respecto en una web imprescindible (enlace), recomiendo su lectura a todos los visitantes de este blog, especialmente a los creacionistas. Dado que este trabajo está en inglés y no todo el mundo podrá entenderlo me limitaré a traducir y resumir cada una de las secciones en las que se divide.
Prueba 1: La uniformidad fundamental de la vida
Según la teoría de un ancestro común, todos los seres vivos modernos somos descendientes de una única forma de vida originada en un pasado remoto (unos 3.000 millones de años). A pesar de la gran variedad de formas de vida actuales (bacterias, animales, plantas, etc.), existen varios criterios fundamentales que caracterizan la vida, estos son (1) la capacidad de replicación, (2) la herencia de caracteres, (3) la catálisis de reacciones bioquímicas y (4) la utilización de energía por medio del metabolismo. Si todas las especies actuales descienden de una única especie original, entonces todas las células actuales deberán compartir los mecanismos y estructuras que intervienen en los procesos básicos para la vida. Esta predicción ha quedado plenamente confirmada por hechos como los siguientes:
– Los polímeros comunes de la vida:
Absolutamente todas las formas de vida estudiadas hasta el momento utilizan los mismos polímeros para realizar sus funciones básicas. Estos son el DNA, el RNA, las proteínas y los polisacáridos, independientemente de la especie y a pesar de que en la práctica se pueden sintetizar cientos de polímeros distintos a estos. De hecho, aunque los componentes de estos polímeros (nucleótidos, aminoácidos y monosacáridos) pueden presentar dos o más formas quirales, todas las células actuales contienen el mismo estereoisómero para cada uno de ellos.
– Las proteínas catalíticas
Para poder llevar a cabo las funciones básicas para la vida se deben catalizar ciertas reacciones químicas. Absolutamente todos los seres vivos estudiados hasta el momento utilizan proteínas (enzímas) para la catálisis de estas reacciones (para un número reducido de reacciones se utiliza RNA, también de forma común en todos los seres vivos). Las proteínas son básicamente cadenas de aminoácidos y, a pesar de que en la naturaleza existen más de 390 aminoácidos distintos, solo 22 de ellos forman parte de todas las proteínas presentes en los seres vivos (los mismos 22 aminoácidos en todas las células actuales).
– Los ácidos nucleicos como soporte de la información genética
Todas las formas de vida conocidas utilizan los mismos polinucleótidos (DNA y RNA) como soporte para la información genética que se transmite de una generación a otra. La replicación de todas las células se basa en la duplicación del DNA. El DNA esta formado exclusivamente por cuatro nucleótidos comunes para todos los organismos vivos conocidos, a pesar de que en la naturaleza existen más de 100 nucleótidos distintos.
– El código genético universal
Debe existir un mecanismo para traducir la información contenida en el DNA a proteínas que realicen las funciones básicas de la célula. Todos los organismos conocidos hasta la fecha utilizan el mismo código para traducir a proteínas la información contenida en los ácidos nucleicos (este código universal aparece en la ilustración de esta entrada). Existen raras excepciones a este código universal consistentes en sutiles variaciones del mismo (en apenas 1 o 2 de los 64 codones posibles) en un reducido grupo de microorganismos. El hecho de que el código sea universal y este formado por tripletes no solapantes fue predicho con anterioridad a su descodificación en base a un razonamiento evolucionista, todas esas predicciones resultaron ser ciertas (incluidas las pequeñas variaciones en grupos filogenéticos muy distantes). Si todas las formas de vida provienen de un ancestro común el código debe conservarse en el tiempo, dado que cualquier cambio significativo en el mismo alteraría todas las proteínas y sería incompatible con la vida. Sin embargo, si cada especie o cada gran grupo taxonómico (mamíferos, artrópodos, plantas fenerógamas, etc.) fuesen creaciones independientes no habría razón alguna por la cual tuvieran que compartir dicho código.
– El metabolismo común
Todos los organismos conocidos utilizan rutas y enzimas metabólicas extremadamente similares, cuando no las mismas, para obtener la energía acumulada en determinadas moléculas. Por ejemplo, los sistemas metabólicos fundamentales de todas las células son la glucólisis, el ciclo de ácido cítrico y la fosforilación oxidativa. En todas las células eucariotas y en la mayoría de las procariotas la glucólisis se produce en los mismos diez pasos, en el mismo orden y usando las mismas enzimas, a pesar de que existen miles de rutas alternativas para la glucólisis con el mismo rendimiento energético, lo mismo ocurre con el ciclo del ácido cítrico o la fosforilación oxidativa. Además, la unidad básica de almacenamiento de energía, la adenosina trifosfato (ATP), es la misma en todas las especies conocidas a pesar de que se obtendría el mismo resultado utilizando alguna de las cientos de moléculas alternativas.
Encontrar alguna forma de vida que utilice un polímero distinto al ADN o el ARN para codificar su información genética, que traduzca la información de estos polímeros siguiendo un código distinto al que conocemos, que presente una quiralidad alternativa en los componentes de sus macromoléculas u obtenga y almacene su energía mediante rutas y moléculas distintas a las que hasta ahora aparecen como universales podría ser un argumento en contra del origen común y la evolución de las especies. Hasta el momento no se ha encontrado ninguna.
Domingo, 13 de Diciembre de 2009

Nº 58: Desmontando el creacionismo – La población de la Tierra

Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.
La población de la Tierra.
Argumento creacionista (resumido): “Si es verdad que la raza humana se ha estado multiplicando por un mínimo de un millón de años ¿Dónde está toda la gente?. La Biblia revela que el hombre se ha estado multiplicando en la tierra por unos 6,000 años, y más específicamente desde el tiempo del Diluvio, lo cual nos dejaría unos 5,000 años, aproximadamente. Si la duración de una generación después del diluvio es de 40 años y si el promedio del crecimiento de la población, tal y como la estiman los expertos, es de 2% en estos momentos, y si una familia promedio ha tenido 2.3 niños cada una (esto considerando la mortalidad infantil, las guerras, las plagas, desastres naturales, etc.), entonces tendríamos el sorprendente resultado de que en 4,300 años a partir del diluvio del Noé y hasta hoy habrían en la tierra un aproximado de 5,200 millones de personas. Esto es sorprendente, considerando que tomamos siempre el mismo promedio de reproducción por familia y que hoy día (octubre 29, 1999), la Oficina Nacional de Estadísticas de la ONU acaba de celebrar el nacimiento del niño en Bosnia que eleva la población mundial a 6,000 millones de habitantes. O sea, que el dato bíblico no es descabellado en lo absoluto. Pero ahora pasemos a la proposición creacionista: Si hace un millón de años el Sr. y la Sra. Zinjantrhopus produjeron 2.3 niños, y si la duración de una generación era de 40 años, y si uno resta aquellos que pudieron haber muerto en cada generación, y si usamos las mismas estadísticas que usamos en el cálculo bíblico, entonces ¡LA POBLACIÓN DE LA TIERRA DEBERÍA SER DE 10 elevado al 1,800¡ Para aquellos que no son matemáticos, esta cifra significa que al 10 usted debe colocarle 1,800 ceros al lado.
Respuesta científica: Una vez más nos encontramos ante un ejemplo claro de manipulación o tal vez de ignorancia absoluta. Se parte de la premisa de que el ritmo de crecimiento de la población ha sido constante durante 5.000 años, lo cual es totalmente falso, y no solo eso, sino que el ritmo supuestamente constante elegido por el autor creacionista es ni más ni menos que el 2%, cuando este porcentaje solo se ha alcanzado en la historia de la humanidad durante apenas una década (entre los años 1965 y 1975), constituye su máximo histórico y no ha dejado de reducirse desde entonces (actualmente es casi la mitad). Por lo tanto, la elección de un ritmo de crecimiento del 2% es arbitraría y absolutamente desproporcionada, de hecho, el ritmo de crecimiento medio estimado con anterioridad a la revolución industrial (siglo XIX) es del 0,123 % y el crecimiento previo al desarrollo generalizado de la agricultura sería cero.
Si diésemos por bueno el ritmo de crecimiento constante del 2% (algo totalmente ridículo) a partir de los 8 supuestos supervivientes del diluvio mitológico obtendríamos que la población actual (5.o00 años después) debería ser de 8 elevado a 43:
P = 8 x (1,02 elevado a 5.000)
o lo que es lo mismo, y dicho en el lenguaje de los creacionistas, 80 trillones de cuatrillones de personas. Esta claro que sigue siendo una cifra absurda fruto de unas suposiciones absurdas (por muchas guerras y epidemias que quisieran poner por medio). En 1925 el autor creacionista William Williams hizo un cálculo igualmente ridículo pero que conseguía cifras más verosímiles, su argumento consistía en que, según los textos bíblicos, la población mundial después del diluvio se duplicaría cada 168 años. Según sus cálculos la población mundial habría comenzado a multiplicarse a partir de Noé 5177 años antes y por lo tanto la población en 1925 sería de unos 1.890 millones de personas, 2 elevado a (5177 : 168), lo cual encajaba sospechosamente bien con la población mundial en aquel momento. Sin embargo, cuando uno manipula las cifras para obtener el resultado deseado se olvida de ciertos detalles, siguiendo el modelo de Williams obtendríamos cifras absurdamente pequeñas en determinados momentos históricos (o incluso bíblicos):
– En el momento de la construcción de las piramides de Giza (hace aproximadamente 4.500 años) la población mundial sería de unas 23 personas.
– Hace 3.450 años, cuando los creacionistas calculan que Moisés guiaba a más de 600.000 judíos en su éxodo desde Egipto, la población mundial sería de unas 1.700 personas.
– Hace 2.500 años, durante las guerras entre griegos y persas la población mundial sería de 88.000 personas (solo el ejercito persa ya estaba compuesto por cientos de miles de soldados)
– Hace poco más de 2000 años, en el momento del supuesto nacimiento de Cristo, la población mundial según el modelo de Williams sería de unas 600.000 personas (solo el imperio romano ya tenía por aquel entonces decenas de millones de habitantes).
Del mismo modo que ocurre con un gran número de especies en la naturaleza, es de esperar que el número de seres humanos se mantendría en niveles más o menos constantes durante decenas de miles de años previos al desarrollo de la agricultura. Este hecho y el constante avance de la tecnología habrían permitido incrementar progresivamente la esperanza de vida y el ritmo de crecimiento de la población, que aún así habría seguido siendo muy reducido hasta dispararse tras la revolución industrial.
Sábado, 12 de Diciembre de 2009

Nº 57: Desmontando el creacionismo – El tiempo

Seguimos refutando los argumentos de una conocida web creacionista recomendada hace tiempo por un lector cristiano.
El tiempo necesario para la evolución:
Argumento creacionista: “La evolución enseña que la vida comenzó de más o menos 2,5 a 3,5 millones de años, cuando un accidente remotamente probable sucedió, y gradualmente se ha desarrollado a través de una serie de COINCIDENCIAS REMOTAS en acontecimientos fortuitos y al azar, en un proceso que no fue planificado por nadie. […] Pues, a través del tiempo y a través de un proceso llamado selección natural, una célula se dividió y se convirtió en dos células, y así sucesivamente hasta que llegó el hombre. Pero, ¿Es la cantidad de tiempo que se imaginan los evolucionistas suficiente para el lento proceso que ellos creen que ha causado las condiciones presentes y las formas de vida que hoy existen? […] De acuerdo con las computadoras del Instituto Tecnológico de Massachusetts, esta proposición no es realista en lo absoluto. Las computadoras calcularon que si los cambios que los evolucionistas sugieren ocurrieran cada segundo […], todavía no hubiese tiempo suficiente para que una simple célula hubiese cambiado a un organismo complejo como lo es el hombre, ni si para que tal cambio ocurriese se le diera a esa única célula 10,000,000,000 de años. Esta cantidad de tiempo es mayor del doble del tiempo que los evolucionistas le dan ¡a todo el universo! Solamente una inteligencia suprema pude causar o ser la fuente de la existencia de tal complejidad como la que demuestran los organismos vivos, tales como el hombre en tan corto lapso.
Respuesta científica: Este argumento creacionista comienza y termina con dos errores de magnitudes astronómicas. El autor afirma que los científicos creen que la vida comenzó hace unos 3 millones de años, cuando en realidad los científicos calculan que la vida se originó hace 3 mil millones de años, una cifra mil veces superior. El autor termina diciendo que 10 mil millones de años es más del doble de la edad que los científicos dan al universo, cuando en realidad la edad calculada científicamente se estima en más de 14 mil millones de años. Como en ocasiones anteriores, vamos a dar ventaja a los creacionistas y a pensar que estos errores son solamente de carácter tipográfico.
Desconozco en que consisten los cálculos citados por el autor creacionista, ya que no aporta ningún dato concreto, pero me resulta curioso que un resultado de ese tipo se haya obtenido en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el mismo instituto que este año esta celebrando el bicentenario de Darwin (enlace). En cualquier caso, supongo que los trabajos a los que se refiere el autor están relacionados con los postulados de Henry Morris, el fundador del Instituto para la Investigación de la Creación (ICR) y padre del creacionismo moderno. Su argumento se puede resumir en que las mutaciones son necesarias para la evolución, sin embargo, las mutaciones son muy escasas en la naturaleza. Morris calcula, por ejemplo, que si una determinada característica funcional necesita de 200 mutaciones beneficiosas la probabilidad de que esta aparezca será de r elevado a 200 (donde r es el ratio de mutaciones beneficiosas). Según los cálculos de Morris, si una de cada dos mutaciones fuese beneficiosa (r = 0,5), lo cual estaría muy por encima del ratio real, la probabilidad de que se acumulasen dichas mutaciones sería inferior a una de cada 10 elevado a 60, es decir, prácticamente imposible. Sin embargo, y como ya es costumbre, los cálculos creacionistas parten de una premisa falsa, los cálculos de Morris presuponen que las 200 mutaciones beneficiosas deben tener lugar de forma consecutiva sin que pueda haber ninguna mutación de otro tipo entre ellas, algo totalmente ridículo en base a lo que sabemos de genética. Si eliminamos esa premisa infundada nos encontramos con que, según el absurdo modelo de Morris, 200 mutaciones beneficiosas a un ratio de 0,5 pueden acumularse en apenas 400 generaciones, algo que para una bacteria supondría unas horas, para una mosca unos 5 años y para un humano unos 8000 años, unos tiempos ridículamente pequeños desde el punto de vista de la evolución. En cualquier caso, estos cálculos implican tal grado de reduccionismo que no tienen ninguna validez. Si tenemos en cuenta factores como el tamaño de las poblaciones, la recombinación sexual y otros procesos implicados en la variabilidad genética la acumulación de mutaciones se produce a un ritmo razonablemente alto y perfectamente consistente con la evolución de las especies.