Nº 61: Incoherencias bíblicas – El nacimiento en Belén


En entradas anteriores de este blog ya hemos mencionado varias incoherencias bíblicas que dejan claro el carácter mitológico del nacimiento de Jesús. Los dos únicos evangelios canónicos que relatan este episodio se contradicen respecto a la genealogía de Jesús y en cuanto al momento de su nacimiento. También se incluyen detalles incompatibles con el registro histórico o absurdos desde un punto de vista lógico, como la visita de los magos de oriente y la posterior matanza de inocentes. Pero esto no es todo, de hecho ambos relatos son dos historias totalmente distintas e incoherentes entre sí, la única cosa que tienen en común es el objetivo de situar el nacimiento de Jesús en Belen para que se cumpla la profecía de Miqueas 5:1-2. Parece ser, dado que todos los evangelios coinciden en ese punto, que la persona real en la que podría basarse el mito de Jesús procedía de Galilea, y por aquel entonces existían dos creencias populares, que el Mesías nacería en Belén y que ningún profeta puede venir de Galilea (Juan 7:52), por lo tanto, inventar un relato que situase el nacimiento de Jesús en Belen era algo importante para algunos de los primeros cristianos, el problema radica en que cada autor inventó excusas distintas. Veamos las principales diferencias:

Evangelio de Mateo (Mateo 2: 1-23):

José y María vivían originalmente en Belén de Judea y fue allí donde nació Jesús, no se hace referencia a ningún censo imperial, ni a ningún pesebre, establo, cueva ni nada parecido, sino a la propia casa de José. Tras el nacimiento, dado que el rey Herodes pretendía matar a todos los niños de la región (acontecimiento que no se menciona en ningún documento histórico), la familia de Jesús tuvo que exiliarse a Egipto (otro capítulo inventado para el cumplimiento de una profecía) y posteriormente, por miedo a que Arquelao, el hijo de Herodes, continuase siendo una amenaza, decidieron no volver a su casa en Belén y trasladarse en su lugar a Nazaret, en Galilea.

Evangelio de Lucas (Lucas 2: 1-39):

José y María vivían originalmente en Nazaret (Galilea) pero a causa de un censo ordenado por el Cesar Augusto, con Quirino como gobernador de Siria (cargo que realmente ocupó 10 años después de la muerte de Herodes), se vieron forzados a desplazarse a Belén para inscribirse (en realidad los censos no exigían desplazarse a ningún sitio). Coincidió que estando allí María dio a luz a Jesús en un pesebre, dado que allí no tenían vivienda ni había espacio en el albergue. Días después del nacimiento se desplazaron a Jerusalén para cumplir con el rito de purificación del niño sacrificando un par de tórtolas y de pichones en el templo. Una vez cumplido el ritual regresaron a su casa en Nazaret, no se menciona matanza ni exilio a Egipto por ningún lado.

Es evidente que cada uno de los autores inventó de un modo totalmente independiente historias distintas para situar el nacimiento de Jesús en Belén (Judea) en lugar de en su lugar de procedencia original, Nazaret (Galilea). El autor del evangelio de Mateo ideo una masacre ordenada por Herodes como la causa de que la familia de Jesús tuviese que desplazarse a Nazaret mientras que Lucas utilizó un famoso censo realizado por Quirino como excusa para que la familia de Jesús tuviese que desplazarse a Belén. Como ya hemos visto anteriormente ambas referencias históricas son totalmente incompatibles.

Pero eso no es todo, la profecía que supuestamente debía cumplirse (Miqueas 5:1-2) esta totalmente tergiversada y sacada de contexto. En realidad Miqueas no habla en ningún momento de la ciudad de "Belén de Judea", tal y como erróneamente se cita en Mateo, sino de una persona, Belén de la casa de Efratá, (solo hay que comparar la cita aparecida en Mateo 2:6 con la frase orginal de Miqueas 5:1 para ver el cambio). Las referencias a un hombre llamado Belén de la casa de Efratá se encuentran también en el primer libro de las crónicas (1 Crónicas 2:50-54) y es a la descendencia de esta casa a la que se refiere Miqueas. Más aún, el líder profetizado por Miqueas no se refiere al Mesías, solo hay que seguir leyendo la profecía (Miqueas 5:5-6) para ver que se refiere al nacimiento de un jefe militar que derrotará a los Asirios (un conflicto existente en la época de Miqueas). El hecho de que la gran derrota de los Asirios nunca tuviese lugar podría ser suficiente para desestimar las habilidades proféticas de Miqueas.

En resumen, el grado de distorsión, contradicciones e incoherencias en los relatos referidos al nacimiento de Jesús son tantos y tan graves que uno solo puede concluir que se trata de leyendas inventadas por los primeros cristianos para intentar fortalecer la imagen de Jesús como Mesías. De hecho, la credibilidad de todos los evangelios queda inmediatamente en cuestión.

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