Vírgenes del mundo, uníos

Hay un congreso que se denomina "congreso internacional sobre la virginidad" o eso he querido entender. Y sí, es cierto, el papa Benedicto XVI ha recibido a 500 vírgenes (no sean mal pensados, Benedicto es incapaz), eso sí, eran vírgenes consagradas, que es otra categoría... y las invitó a "crecer día tras día en la comprensión de un carisma tan luminoso y fecundo a los ojos de la fe, cuanto oscuro e inútil a los del mundo".

Ya te digo... sobre todo inútil.

Lo que no acabo de entender es el porqué del Congreso. Dicen que se congregan (de Congreso, obviamente) "para reflexionar sobre la propia vocación de vírgenes consagradas en el mundo, para enriquecer, profundizar y ampliar la comprensión del carisma de la virginidad que les ha sido donada". Supongo que se autorefuerzan, autoconvencen, y se cuentan sus fantasías más sórdidas. Dicen que en la clausura todas escriben 100 veces "mi virginidad me ha sido donada, mi virginidad me ha sido donada...". Cuentan que el informe final está bañado en lágrimas. Por un derroche de amor a dios, se entiende.

Parece ser que es una inversión. A saber, si decides ser virgen en la vida terrestre, suscribirte a la virginidad consagrada, en el más allá encontrarás tu premio, quizá cienes de clones de Banderas, Cloney, Brad Pitt y Bardem danzando en cueros y dispuestos a satisfacer tantos años de sacrificio.

Si no es así, no me lo explico.

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