Un peligro para los niños

La semana pasada fue publicado en Irlanda el Informe de la Comisión para Investigar el Abuso Infantil, un comité establecido por el gobierno irlandés en el año 2005 para investigar los abusos cometidos contra niños desde los años 1930s en adelante. La mayoría de las acusaciones de abuso se referían a los internados establecidos y mantenidos por la Iglesia Católica.

El comité operó bajo la instrucción de no incluir el nombre de ninguna víctima, ni el nombre de ningún victimario. El informe indica que las víctimas nombraron a 399 religiosos varones (134 de ellos nombrados por más de una víctima) y a 39 monjas, como perpetradores de los abusos físicos.

Se recibieron testimonios y se trabajó seriamente para producir un reporte completo que incluye más de 43 conclusiones y 20 recomendaciones. Las conclusiones son que los niños eran tratados como prisioneros y esclavos, que eran golpeados y violados, que los responsables en la iglesia protegieron a los pederastas, y que los inspectores del gobierno fallaron en su función de control.

La comisión estableció que el abuso físico y emocional eran rasgos de estas instituciones, y que el abuso sexual ocurría en muchas de ellas, en particular en los internados para niños.

El abuso sexual era endémico en las instituciones para niños [...] Las escuelas investigadas revelaron un nivel sustancial de abuso sexual de los niños a su cuidado, que se extendía desde tocaciones impropias hasta violación con violencia.

Parte de la razón de que estos abusos duraran tantos años fue que las congregaciones habían comprometido importantes recursos financieros en los internados, lo que retrasó el desarrollo de un sistema estatal de protección de menores. La comisión cita el caso de Inglaterra, que proveía desde los 1920s un sistema de protección que daba mejores condiciones a los niños a su cuidado que el sistema irlandés fuertemente basado en internados católicos.

Más aún, las autoridades civiles del Departamento de Educación de la época en Irlanda, mantenían una actitud deferente y sumisa hacia las congregaciones, lo que les frenó en su deber de inspeccionar y monitorerar las escuelas.

La reacción de la iglesia

La iglesia reaccionó protegiendo a los sacerdotes, y no a los niños:

Los casos de abuso sexual eran manejados con el énfasis puesto en minimizar el riesgo de exposición pública y el consecuente daño para la institución y la congregación. Esta política resultó en la protección de el causante de los abusos.

Cuando quien era descubierto abusando era un servidor laico, en general era reportado a las autoridades. Cuando se trataba de un miembro de la congregación, se manejaba el tema internamente y no era reportado a las autoridades. Esto les permitía reincidir:

La naturaleza reincidente del abuso sexual era conocida por las autoridades religiosas. Cuando eran confrontados con evidencia de abuso sexual, la respuesta de las autoridades religiosas era transferir al ofendido a otra localización donde, en muchas instancias, era libre de abusar nuevamente.

Las autoridades religiosas sabían que el abuso sexual era un problema persistente en las instituciones religiosas durante este período.

El testimonio de las víctimas

El testimonio de las víctimas incluye narraciones de las atrocidades que sufrieron, incluyendo abuso sexual, golpes, hambre. Las declaraciones de las víctimas están disponibles (hombres | mujeres):

  • "Cuando les dije a las monjas que había sido molestado sexualmente por el chofer de la ambulancia, fui desnudado y azotado por 3 monjas para 'sacarme el diablo de adentro'"
  • "Uno de los hermanos trató de violarme, y cómo no pudo, me golpearon"
  • "Las monjas tiraban comida a un grupo de niños y tenía que pelear con ellos para poder comer"
  • "Tenía miedo de todo. Miedo de Dios. Miedo de los hermanos cristianos. Miedo que me iría al infierno."
  • "Tenía miedo constantemente, me llamaron a la oficina y me dijeron que mi madre había muerto. En realidad sentí alivio de que no me habían llamado para castigarme."
  • "Fui golpeado y enviado al hospital por el hermano superior y no me dejaron ir al funeral de mi padre por si se veían las marcas de los golpes"
  • "Uno de los hermanos vigilaba mientras el otro abusaba de mí sexualmente, luego se cambiaban. Después que lo hacían, me daban una paliza. Cuando se lo dije al sacerdote en la confesión, me llamó mentiroso. Nunca volví a hablar de eso."
  • "El Sr. [borrado], abusó sexualmente de mí, solíamos ir a verlo, teníamos una habitación para niños que estaban enfermos, solíamos tener que ir allí ... [llora] ... solía hacerme, hacerme ... [llora] ... sacar toda la ropa y acostarme en el piso ... [llora] ... comenzó a suceder, poco después de mi primera comunión, y se acabó cuando me llegó la menstruación."
  • "A veces venía a mi habitación, en la noche, me tocaba los pechos, luego me daba un paquete de galletas y decía algo así como que era todo una tentación del demonio."

Las recomendaciones de la comisión

Frente a este clima generalizado de abuso en los internados católicos, la primera recomendación de la comisión es que el estado reconozca que falló en su deber de proteger a los niños. La comisión propone un memorial con la siguiente inscripción:

A nombre del Estado y de todos los ciudadanos del Estado, el Gobierno desea, sinceramente y tardíamente, pedir perdón a las víctimas de abuso infantil por nuestra falla colectiva de intervenir, de detectar su dolor, de ir a rescatarlos.

La comisión también tiene recomendaciones para la iglesia:

Las Congregaciones necesitan examinar cómo sus ideales fueron degradados por el abuso sistemático. Deben preguntarse cómo pudieron llegar a tolerar abusos de sus propias reglas y, cuando se descubrió el abuso sexual y físico, cómo respondieron frente a éste y frente a los que lo perpetraron.

Deben examinar su actitud frente a los abusos, y más generalmente, cómo los intereses de las instituciones y las Congregaciones pudieron ponerse delante de aquellos de los niños que estaban a su cuidado.

Fuentes: Irish Times, Sitio oficial de la Comisión, Wikipedia: CICA. Fotos: archivo de video de internados católicos en Irlanda, The Guardian.

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