Un ciego guía a otro ciego



Hace unas semanas se publicó en enchufados la entrada que reproducimos aquí por la relevancia que tiene el tema y por solidaridad, ya que hace dos días, tenemos noticias de algunas amenazas de denuncia.


Esta es la trans­crip­ción de un frag­men­to de vídeo visto este miér­co­les en el In­ter­me­dio (vídeo 2, mi­nu­to 20’30 mi­nu­to 2’05”). En ella, una mujer (pre­su­mi­ble­men­te an­cia­na) llama al pro­gra­ma noc­turno del vi­den­te San­dro Rey de La Sexta, para pre­gun­tar por la salud de su nieta. Se pro­du­ce en­ton­ces la si­guien­te con­ver­sa­ción:

—Hola, bue­nas no­ches.
—Hola bue­nas no­ches.
—¿En qué le puedo ayu­dar se­ño­ra?
—Pues que­ría saber por la salud de una nieta.
—La salud de su nieta… hom­bre, aquí lo que más salen son aler­gias e in­su­fi­cien­cias res­pi­ra­to­rias. ¿Cómo se llama usted?
—Yo soy Leo.
—Pues lo que veo más es can­san­cio fí­si­co o psí­qui­co, o sea, “farta” de oxí­geno, al­gu­na aler­gia, algún pro­ble­ma en las vías res­pi­ra­to­rias, las fosas na­sa­les, fa­rin­ge, bron­qui­tis… eso es lo que yo le veo a esta nena. Pero no le veo nada malo, es pa­sa­je­ro, o sea…
—No, no, no… la niña no tiene eso eh, nada de eso.
—Bueno, eso es lo que yo estoy vien­do.
—No, no, no, no.
—¿Qué tiene la niña?
—La niña tiene una en­fer­me­dad que le lla­man Crohn, el Crohn. Y aler­gia no tiene nin­gu­na.
—Sí… bueno, pien­se que… pero pien­se que esa en­fer­me­dad le crea una in­su­fi­cien­cia res­pi­ra­to­ria. Eso no lo digo yo, lo dicen los doc­to­res de…
—De mo­men­to no la tiene.
—Bueno, esa en­fer­me­dad, nor­mal­men­te, los doc­to­res de este país lo saben, crea a me­di­da que va pa­san­do el tiem­po una in­su­fi­cien­cia res­pi­ra­to­ria y las de­fen­sas al estar muy dé­bi­les tam­bién crean aler­gias, aler­gias in­ter­nas-ex­ter­nas, o sea… Esa es la en­fer­me­dad que usted dice que tiene esa nena. Pues muy bien, pero de­ri­va, de­ri­va… o sea, lo que yo digo estoy di­cien­do es de­ri­va. Y ella, aun­que ahora no lo tenga no quie­re decir que no lo vaya a tener pero yo, a la nena, lo que sí le re­co­mien­do es que la pon­gáis en manos de un buen ho­meó­pa­ta.

Es decir, que el tipo le diag­nos­ti­ca a la nena aler­gia, in­su­fi­cien­cias res­pi­ra­to­rias, can­san­cio fí­si­co, can­san­cio psí­qui­co, falta de oxí­geno, pro­ble­mas en las fosas na­sa­les, la fa­rin­ge, bron­qui­tis… todo ello pa­sa­je­ro. Y cuan­do la nena re­sul­ta tener una en­fer­me­dad cró­ni­ca in­tes­ti­nal este señor in­sis­te en que ha acer­ta­do ¡y le re­co­mien­da acu­dir al ho­meó­pa­ta! Desde luego, el que no se con­sue­la es por­que no quie­re. Por no ha­blar de su total des­co­no­ci­mien­to de la en­fer­me­dad de Crohn o las aler­gias (más le va­dría tener un buen ac­ce­so a Goo­gle y dejar de darle vuel­tas a la di­cho­sa bo­li­ta). Qui­zás su único acier­to (pura poe­sía) haya sido afi­liar­se tan opor­tu­na­men­te con esos ti­ma­do­res re­co­no­ci­dos. Ha­bría que in­cluir una ad­ver­ten­cia de este tipo en los me­di­ca­men­tos ho­meo­pá­ti­cos:



Es de chis­te y ten­dría mu­chí­si­ma gra­cia si no fuese tan real. Hay gente, es­pe­cial­men­te la más vul­ne­ra­ble, que con­fía ver­da­de­ra­men­te en estos es­ta­fa­do­res. Y lo malo no es que ne­ce­si­ten una pa­la­bra de con­sue­lo y al­guien se la pro­por­cio­ne. Su­pon­go que al­guien que llama a un pro­gra­ma así tiene una pre­gun­ta que no sale de su ca­be­za y sólo desea darle so­lu­ción de forma po­si­ti­va (si re­ci­bie­se una mala no­ti­cia, la preo­cu­pa­ción no se di­si­pa­ría y eso lo saben bien los 
vi­den­tes ti­ma­do­res). Lo malo es cuan­do este con­sue­lo pre­ten­de sus­ti­tuir al con­se­jo opor­tuno de un ex­per­to, su­plan­tar al mé­di­co, cuan­do se atre­ve a dar diag­nós­ti­cos y a su­ge­rir tra­ta­mien­tos. En­ton­ces pone en ver­da­de­ro ries­go la salud de quien con­fía en él, a veces más que en su pro­pio mé­di­co.

¿No se po­drían prohi­bir este tipo de con­duc­tas? ¿de­nun­ciar al es­ta­fa­dor por ne­gli­gen­te en casos pa­re­ci­dos? Sería tan sen­ci­llo como obli­gar­les a dar una res­pues­ta es­tán­dar cuan­do se trate de temas mé­di­cos. Po­dría in­clu­so estar gra­ba­da, una voz en off que re­so­na­ría en el plató au­to­má­ti­ca­men­te ante la lla­ma­da opor­tu­na: “Las au­to­ri­da­des sa­ni­ta­rias ad­vier­ten que este in­tri­gan­te no está au­to­ri­za­do a es­ta­far­le en temas re­la­cio­na­dos con su salud. Si busca con­se­jo, hable con su mé­di­co”. A fin de cuen­tas, no creo que las ca­je­ti­llas de ta­ba­co sean mucho más per­ju­di­cia­les que estos se­ño­res.

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