Símbolos de unos en espacios de todos

Recientemente, y luego de doscientos años de historia argentina, el debate sobre la pertinencia de los símbolos religiosos en espacios públicos está tomando algo de color. Cierta presión de sectores no católicos (entre los que por supuesto estamos los ateos) y el rechazo que la Iglesia Católica genera con sus actitudes y discursos medievales fueron instalando tímidamente un tema que no solo tiene que ver con la molestia visual que puede generar una representación de cadáver sangrante clavado en una cruz sino también con la ideología retrógrada que hay detrás de esa figura y con la pretensión de que el Estado la reivindique como propia.

Ya hace casi un año la ONG mendocina "20 de septiembre" comenzó a plantear el tema consultando a distintas dependencias provinciales cuál es el marco legal en que se sustenta la existencia de símbolos religiosos en los edificios públicos. La iniciativa que tomó estado público generó rápidamente respuestas desde los sectores fundamentalistas de la iglesia pero en ningún caso fue respondida desde los organismos provinciales consultados por lo que la ONG planea presentar amparos por mora (falta de respuesta) a los tres poderes provinciales a fines de este mes. Simultáneamente han planteado una vía recursiva en la Universidad Nacional de Cuyo (que acostumbra a ignorar toda noción de laicismo) frente a la iniciativa de crear un ámbito ecuménico dentro de la misma universidad lo que además permitiría la instalación de toda la simbología cristiana. Si bien no esperan respuestas favorables a estas presentaciones la intención es llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

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