Ser ateo le costó su carrera militar
© Hernán Restrepo
Editor web RCN Radio
El soldado Jeremy Hall relata una y otra vez la historia del dÃa en que se salvó de milagro de un ataque cuando viajaba en un carro que lo conducÃa a una misión militar. Al abrir sus ojos y darse cuenta de que no estaba herido, uno de sus compañeros le preguntó «¿Ahora sà crees en Jesús?». A lo que él respondió: «No. Creo en el vidrio blindado que detuvo las balas».
No creer en Dios condujo a que Hall fuera rechazado por sus compañeros de batalla en Irak, que veÃan en este soldado ateo un «ave de mal agüero». Pero hace 4 años Jeremy era un cristiano bautista consagrado, cuando fue enviado a la guerra. De hecho, lo primero que empacó en su maleta fue su Biblia. Pero en algún momento indeterminado, el ver la crueldad de la guerra hizo que este joven, ahora de 23 años de edad, dejara a un lado las creencias con que habÃa sido criado. Otro episodio de discriminación sucedió en la tradicional cena de acción de gracias de 2006, cuando Hall se rehusó a participar en la oración de gratitud antes de repartir la comida. Según relata, sus superiores le ordenaron ir y sentarse en una mesa retirada.
Weinstein es un judÃo cuya familia ha estado vinculada durante generaciones enteras a las Fuerzas Armadas. Su fundación, afirma, no busca prohibir enteramente cualquier tipo de expresión religiosa en el ejército. De hecho, admite que la lectura de la Biblia y la oración pueden ayudarle a un soldado a encontrar la fortaleza espiritual necesaria para resistir la dureza del campo de batalla.
El objetivo de la fundación es, más bien, evitar que sea una única religión la que se le imponga a los miembros activos del ejército. Obligándolos a asistir a ceremonias religiosas, escuchar prédicas u oraciones.
A su regreso de Irak, Jeremy Hall decidió demandar al Departamento de Defensa por violación a la Primera Enmienda de la Constitución, la cual garantiza la libertad de creencias. Esta es sólo una de las muchas iniciativas que en este momento se están llevando a cabo para que el ejército de su paÃs deje de ser lo que Hall llama una «organización cristiana».
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Editor web RCN Radio
El soldado Jeremy Hall relata una y otra vez la historia del dÃa en que se salvó de milagro de un ataque cuando viajaba en un carro que lo conducÃa a una misión militar. Al abrir sus ojos y darse cuenta de que no estaba herido, uno de sus compañeros le preguntó «¿Ahora sà crees en Jesús?». A lo que él respondió: «No. Creo en el vidrio blindado que detuvo las balas».
No creer en Dios condujo a que Hall fuera rechazado por sus compañeros de batalla en Irak, que veÃan en este soldado ateo un «ave de mal agüero». Pero hace 4 años Jeremy era un cristiano bautista consagrado, cuando fue enviado a la guerra. De hecho, lo primero que empacó en su maleta fue su Biblia. Pero en algún momento indeterminado, el ver la crueldad de la guerra hizo que este joven, ahora de 23 años de edad, dejara a un lado las creencias con que habÃa sido criado. Otro episodio de discriminación sucedió en la tradicional cena de acción de gracias de 2006, cuando Hall se rehusó a participar en la oración de gratitud antes de repartir la comida. Según relata, sus superiores le ordenaron ir y sentarse en una mesa retirada.
No es el único caso
Pero el de Jeremy Hall no es el único caso de discriminación religiosa en las Fuerzas Militares de Estados Unidos. De hecho existe una Fundación por la Libertad Religiosa Militar. Su director, Mikey Weinstein, sostiene que representa a más de 9 mil miembros activos de la Marina, Fuerza Aérea y Ejército.Weinstein es un judÃo cuya familia ha estado vinculada durante generaciones enteras a las Fuerzas Armadas. Su fundación, afirma, no busca prohibir enteramente cualquier tipo de expresión religiosa en el ejército. De hecho, admite que la lectura de la Biblia y la oración pueden ayudarle a un soldado a encontrar la fortaleza espiritual necesaria para resistir la dureza del campo de batalla.
El objetivo de la fundación es, más bien, evitar que sea una única religión la que se le imponga a los miembros activos del ejército. Obligándolos a asistir a ceremonias religiosas, escuchar prédicas u oraciones.
A su regreso de Irak, Jeremy Hall decidió demandar al Departamento de Defensa por violación a la Primera Enmienda de la Constitución, la cual garantiza la libertad de creencias. Esta es sólo una de las muchas iniciativas que en este momento se están llevando a cabo para que el ejército de su paÃs deje de ser lo que Hall llama una «organización cristiana».
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