La venda

La venda

03/06/2009 CARLOS Rivera



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En el año 1545 el catecismo elaborado a partir del Concilio de Trento determinaba que "ofender la inocencia de los niños es uno de los cuatro pecados más abyectos que se pueden cometer, uno de los que claman venganza en el nombre de Dios". Los otros pecados a los que aludía el susodicho catecismo eran, por este orden, "negar los derechos de Dios", "negar los derechos de la Iglesia" y "no pagar al obrero el salario merecido". Tras la controvertida visita del Papa actual a Israel condenando el holocausto judío, pero no la omisión de condena del Papado de aquel tiempo al régimen nazi, surgió la terrible noticia en la católica Irlanda de los casos de pederastia y maltrato a los inocentes (hasta la pavorosa cifra de 25.000 víctimas) cometidos por curas y religiosos. Silencio absoluto de la jerarquía romana al tiempo que uno de sus príncipes católicos españoles considera que el aborto es considerablemente peor que los citados casos de pedofilia. Al hilo de tales declaraciones de monseñor Cañizares , el candidato europeo del PP, señor Mayor Oreja , considera que están justificadas las palabras del cardenal: el aborto es peor que los casos de abusos sexuales y maltrato a inocentes cometidos en Irlanda y en otras partes del mundo. Pero aún hay más: en el suplemento religioso que publica cada jueves un diario de derechas de Madrid, su redactor, Ricardo Benjumea , defendía la opinión de que la comercialización de la píldora del día después y la banalización del sexo "debería ser motivo para despenalizar la violación". Si uno no estuviera curado de espanto, creería vivir en un país en el que imperan la barbarie y el fanatismo. Dentro del respeto que personalmente profeso a todas las creencias y creyentes de las religiones, no puedo entender que unas personas que dicen estar al servicio de Dios tengan tan aberrantes opiniones.

Hay comparaciones que merecieran ser de juzgado de guardia. Y lo más curioso es que el pecado de los pecados por antonomasia de la Iglesia, que es del sexo, si lo practican otros, no merece la misma condena que si lo practican los representantes de la Iglesia con inocentes criaturas. La leyenda piadosa y humana del que fuera llamado el Papa bueno, Juan XXIII , se nos vino abajo el día que supimos que el citado Papa hizo correr un tupido velo cuando fue informado sobre los casos de pedofilia en la Iglesia católica durante su pontificado. Callar, omitir, no condenar o querer comprar el silencio de las víctimas de los pederastas (como tantas veces ha sucedido) me parece una terrible falta de criterios morales, tan estrictos cuando se trata de creer que un feto de trece semanas es un ser humano. Tan estrictos, tan estrictos como son en las condenas e intromisiones de las leyes que corresponden al Estado y tan de manga ancha cuando son sus ministros los que cometen el horrendo pecado al que hizo alusión el Concilio de Trento. Y tan ignorantes y ciegos cuando un Papa como el de ahora visita Africa y condena el uso de preservativos en un inmenso continente donde la gente se está muriendo a chorros por los casos de sida.

Nunca pude admitir en mi conciencia a esa Iglesia tan perfectamente hipócrita. Aliada natural en lo político de una derecha como la española. Una Iglesia fundamentada en el principio de la venda en los ojos cuando se trata de los pecados que de tan cerca les conciernen. Una Iglesia que dice por boca de uno de sus ministros principales que es más grave abortar a las trece semanas de embarazo que abusar de unos niños, no solo ha perdido mi respeto y el de muchos millones de cristianos sino que debería abandonar la enseñanza en aquellos colegios e instituciones en los que se ha comprobado que se maltrata y abusa de los inocentes.

* Poeta

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