Invitación a la filosofía o leer en pausas

- ¿Entonces no crees en nada sobrenatural?- De eso hemos hablado antes. La propia expresión “sobrenatural” también es un poco extraña. No, supongo que yo solo creo en una sola naturaleza, que en cambio, es muy extraña.

Conversación de Alberto y Sofía del Libro: “El mundo de Sofía” (Jostein Gaarder).


Hace tiempo que me hago una recriminación por tener el mal hábito de comprar más libros de los que puedo leer.

Sin embargo cada vez le voy encontrando mas sentido a esta, quizás no tan extraña actitud.

El problema fue mas obvio con el libro de Carl Sagan: “El mundo y sus demonios”, ya que me tarde en terminarlo casi un año.

Esto no fue porque no me pareciera interesante, al contrario, me atrapo de tal forma que no estuve dispuesto a ir mas adelante si no leía antes las referencias de los libros que ahí se mencionaban.

Y asi supe de: Martin Garner (“The new age: Notes of a fringe watcher”), Charles Mackay (Extraordinary popular delusions and the madness of the crowds”), Elizabeth Loftus y Katherine Ketcham (“The myth of repressed memory”), Susan Blackmore (“Confessions of a parapsychologist”), Paul Kurtz (“The new skepticism: Inquiry and reliable knowledge”), Richard Feynman (“The Feynman Lectures on physics”) y por supuesto: James Randi (“Flim Flam! The truth about unicorns, parapsychology & other delusions”).

Además de varios libros mas del mismo Sagan (“Miles de millones”, “El cerebro de Broca”, “Los dragones del edén”, “Cosmos”).

En total creo que leí unos 12 libros mas y muchos artículos y revistas antes de terminar “El mundo y sus demonios”.

El problema no es que un extraordinario libro nos lleve a leer otros, el problema es que a su vez estos otros, nos van llevando a consumir sus propias referencias hasta que estos se van acumulando y ya es imposible leerlos completos.

Todo esto viene al caso porque precisamente acabo de leer algo en uno de esos libros de consulta que nunca termine de leer: “Life, Sex and Ideas”, donde el autor, A. C. Grayling se pregunta como llego al mundo de la filosofía.

Primero hace una distinción muy clara entre el experto en filosofía y el filósofo a secas y responde la pregunta diciendo que “…la oportunidad toma la forma de invitación” y en su caso la invitación vino del mismo Sócrates, en voz de su discípulo Platón del libro “Charmides”.

No voy a profundizar en el tema del filosofo catedrático y el filosofo a secas; primero porque no es el tema del texto y segundo porque no estoy seguro de poder profundizar en cualquier cosa.

En cambio si quiero decir de donde vino para mi la invitación a la filosofía, en mi caso esta llego de la pluma de Jostein Gaarder, en un libro escrito originalmente para adolescentes, pero que según la critica, muy pronto se convirtió en un libro de culto para adultos, hablo de: “El mundo de Sofía: Novela sobre la historia de la filosofía” (Editorial Patria/Siruela 1994).

Claro que ya antes me había contaminado de curiosidad intelectual Ikram Antaki con su serie “El banquete de Platón”; y entre ella y Gaarder y una lectura superficial de los clásicos de la filosofía (Descartes, Spinoza, Hume, Kant, Nietszche, Séneca, etcétera) hay menos de un paso hacia Sagan y el escepticismo.

Y heme aquí, tratando de emular a Sócrates sin entender del todo el idealismo de su discípulo Platón y menos aun la lógica de su nieto intelectual Aristóteles.

Quizás es por esto que no soy capaz de terminar un libro completo sin haber empezado dos o tres más al mismo tiempo.

No es afán de falsas pretensiones, ni cuestión de falta de método o disciplina; el problema quizás es lento aprendizaje, es mas, aun estoy tratando de decidir si acepto la invitación de Gaarder.

Así que vuelvo al origen, dejo empezados muchos libros que retomare y que me llevaran a otros, mientras trato de entender a donde me invitan Antaki y Sofía.

Lo que si es seguro es que como dice la frase inicial: yo tampoco creo nada sobrenatural, ya lo natural resulta bastante extraño.

¡Hay tanto que leer, y hay quien se queja de no saber que hacer en estas vacaciones!


Juan Carlos Bujanda Benítez
Diciembre 24, 2006

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