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Mientras la Iglesia Católica confirma que va a seguir presionando para eternizar su moral medieval y a la vez que empiezan a escucharse voces reclamando al Estado que deje de aceptar que religión se entrometa en cuestiones civiles e invadiendo cuestiones y espacios públicos, en la legislatura de la Provincia de Buenos Aires se realizó una ceremonia para entronizar una imágen de la Virgen de Luján, que a todo esto es la Patrona de la República Argentina, o sea nuestra patrona.

El hecho, que de por sí es un duro ataque contra la separación Estado-Iglesia, contó con algunos agravantes que preocupan. En principio la elección de este acto como la inaguración de los festejos provinciales por el Bicentenario. Así, y de un solo golpe, la Iglesia no solo invade y hace suyo un lugar físico en el Salón de los Pasos Perdidos de la legislatura bonaerense, sino que también se hace protagonista de una fiesta cívica como la del aniversario número doscientos de la Revolución de Mayo.