WASHINGTON.- ¿Tiene miedo de no saber dónde refugiarse en caso de apocalipsis, ataque nuclear o lluvia de asteroides? Una empresa estadounidense tiene la solución: compre un lugar en un búnker subterráneo equipado con todas las comodidades. Por si acaso. "No podemos predecir el futuro, pero podemos prepararnos para él", afirma en su sitio internet el grupo Vivos (www.terravivos.com), que propone la venta de 4.000 lugares en 20 refugios anti-atómicos de 200 lugares cada uno, repartidos por todo el territorio estadounidense. El costo de uno de estos lugares es de 50.000 dólares. Los niños pagan la mitad y los animales de compañÃÂa pueden acceder gratis. "Un dÃÂa cualquiera, algo nos empujará a querer ir a un refugio", aseguró a la AFP el director de la sociedad, Robert Vicino, que asegura que no está incitando al miedo: "Solo proponemos una solución", se defiende. En la página de inicio del sitio, hay una cuenta regresiva. Es el tiempo que falta para el fin del mundo, fijado el 21 de diciembre de 2012 según lecturas del calendario Maya y de Nostradamus. Y aunque la humanidad probablemente sobreviva a esa fecha -la Nasa jura que nada pasará entonces- todavÃÂa queda una buena cantidad de escenarios catástrofe, conscientemente ennumerados al potencial cliente: terrorismo nuclear, gigantescas erupciones volcánicas, tormenta solar, cometa mortal o ataques quÃÂmicos y bacteriológicos. "No se trata necesariamente de 2012. PodrÃÂa pasar algo mañana, o en 20 años", advierte Vicino, que confiesa que le teme más a "la anarquÃÂa social y económica". "El gobierno se prepara para este tipo de eventualidad desde hace años y tiene refugios subterráneos, pero si usted no forma parte de la élite, no se beneficiará de ellos", indicó. Sus búnkers, en parte nuevos y en parte antiguos refugios nucleares de la época de la Guerra FrÃÂa en proceso de renovación, son concebidos para permanecer 500 horas bajo el agua, resistir temperaturas exteriores de 700 grados, vientos de 700 km/h y series de temblores de tierra de 10 grados en la escala de Richter. "Como copropietario de un refugio Vivos, solo necesita ir allÃÂ. Todo el resto está asegurado: alimentos, agua, ropa, medicamentos, comunicaciones e instalaciones muy confortables", promete la empresa. El primer refugio, situado en el desierto de California (oeste), estará pronto en septiembre. Y los pedidos fluyen, según Vicino, que asegura recibir "un centenar de candidaturas por dÃÂa". Pero no alcanza con tener los medios. El objetivo es formar comunidades autosuficientes, seleccionando personas de distintos talentos. "No queremos encontrarnos con demasiados médicos y ningún plomero", explicó, afirmando que quiere crear "una especie de Arca de Noé". En cuanto al mantenimiento del orden, eso no deberÃÂa plantear problemas, según el empresario, ya que un tercio de los candidatos provienen del Ejército, la PolicÃÂa o grupos privados de seguridad. "Ayer me llamó un miembro de las Fuerzas especiales desplegado en Afganistán que querÃÂa un lugar, estaba muy entusiasmado", relató. Visiblemente más entusiasta que el propio empresario, que admite no haber reservado su lugar. "¡No estoy seguro de poder pagarlo!", indicó. | | |