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Miercoles, 2 de Enero de 2013

LA MÚSICA DE LAS ESFERAS




  • De una jugosa discusión que estamos manteniendo sobre el "misterio de la realidad" (aka: dogmas católicos revestidos de jerga zubiriana), en una entrada sobre el ateísmo.

    si te tapas las orejas, no comentes mi música
    Una metáfora engañosa, como siempre: es cierto que hay gente a la que la buena música (pongamos, Beethoven) le deja frío, pero en este caso NO SE TRATA DE UNA CUESTIÓN TOTALMENTE SUBJETIVA. La música tiene propiedades objetivas, que pueden ser analizadas y comprendidas perfectamente incluso por quien no tiene "sensibilidad musical", y que tienen que ver con la ciencia de la acústica y con la neurología de nuestra percepción. En el caso del "misterio", por el contrario, no hay NADA QUE PUEDAS ARGUMENTAR OBJETIVAMENTE, pues, como he dicho varias veces Y NO TE HAS MOLESTADO NUNCA EN RESPONDER, Y SUPONGO QUE NI EN PENSAR, ni siquiera podemos saber si los conceptos que le aplicamos se le PUEDEN aplicar (al contrario que con la acústica y el resto de las ciencias, en las que el éxito predictivo son una garantía, al menos provisional, de que nuestros conceptos no andan muy desencaminamos).
    Por otro lado, nuestro cerebro ha evolucionado (biológica y culturalmente) de modo que ciertas relaciones matemáticas y físicas entre los sonidos tienden a producir a la mayoría de los oyentes una cierta RESPUESTA EMOCIONAL, pero no hay NADA en las propiedades objetivas de los sonidos que haga que CUALQUIER SER VIVIENTE E INTELIGENTE tuviera de forma necesaria que tener la misma respuesta emocional que yo a la música de Beethoven: que yo responda así, es un accidente de la evolución (accidente muy bien aprovechado por Beethoven, naturalmente). Del mismo modo, no hay nada en el "misterio" que haga que la ÚNICA reacción razonable ante él por parte de un ser racional sea la de caer sobrecogido de hinojos (y mucho menos identificarlo con cierto personaje más o menos antipático de ciertos libros considerados "sagrados"), y no lo hay porque, sencillamente, del misterio no puedes SABER nada, ni siquiera eso (si no, no sería un misterio).
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    o estoy sordo o mi interlocutor es esquizofrénico. Usted afirmará lo segundo tal vez, yo lo primero.
    De acuerdo, pero imagina un mundo de sordos, en donde nace una persona que puede oir. Sólo hay una cosa que puede convencer RACIONALMENTE a los sordos de que esa persona tiene una capacidad perceptiva que le permite conocer OBJETIVAMENTE ciertos aspectos de la realidad que ELLOS no pueden captar: el mayor ÃƒÂ©xito predictivo que el que oye tiene frente a los que no oyen (p.ej., que oye los pasos de alguien acercándose, y entonces predice que alguien va a llegar, antes de que lo puedan predecir sus compañeros).
    En cambio, si el que DICE que "oye" se limita a afirmarlo y a adoptar una conducta idiosincrática cuando se refiere a ello, y con más pundonor todavía cuando los demás se lo ponen en duda, pero sin ser capaz de PREDECIR nada nuevo gracias a sus supuestas "audiciones", pues los demás tendrán dos opciones: creérselo como pazguatos (depende de lo convincente que sea en su conducta idiosincrática) o no hacerle ni caso.
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    Tú ponte en mi lugar: tú dices que, según tú, lo que se "oye" en el caso del misterio es algo así como una "noergia" que te hace arrodillarte, rezar, tal vez valorar la virginidad, y quién sabe si abstenerse de comer carne los viernes de cuaresma. Ten un poco de piedad conmigo y comprende que yo no oigo nada de eso: pues caramba, intenta hacer un poco como el que oye en un mundo de sordos, enséñame qué OTRAS cosas puedes averiguar tú (y que yo pueda contrastar objetivamente) sobre el mundo A PARTIR DE LA HIPÓTESIS DE QUE TÚ TIENES RAZÓN Y YO NO sobre lo que se "oye" o se deja de "oir". (Y no vale lo de "mira cómo les mola a millones de personas mi conducta idiosincrática", porque no se trata de si les mola o les deja de molar, sino de pruebas objetivas, predicciones empíricas, o al menos razonamientos lógicos intersubjetivamente examinables).
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    se descubre en un analisis fenomenologico del intelegir, .... ¿¿¿¿ La fenomenología es imaginación???? 
    Y dale: comprende que mi valoración epistemológica del "análisis fenomenológico del inteligir" es nula. Nuestra mente es como es, y nos produce las experiencias e intelecciones que nos produce, por razones que son todo menos TRANSPARENTES para la mente misma. El cerebro ha creado una fenomenología que nos simplifica la vida PERO QUE NOS ENGAÑA DE MALA MANERA. Te recomiendo una lectura un poco más científica que la ilusión de que la fenomenología enseña algo sobre la realidad.
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  • Lunes, 10 de Octubre de 2011

    LA MALA REPUTACIÓN

    Todos vendrán a verme ahorcado, salvo los ciegos, eso está claro.
    Todos me mandan al infierno, salvo el ateo, que no cree en eso...
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    O tal vez también. Mi admirado por otras tantas cosas Eduardo Robredo ha defendido recientemente en su magnífico blog La Revolución Naturalista que los no creyentes "tenemos las mismas necesidades de ritos de paso y de redes sociales de apoyo que los creyentes", pero no ha sido capaz de mantener una discusión amigable sobre el tema en cuanto un ateazo irreverente (más a lo Brassens que a lo Zapatero) ha hecho ver que su propia experiencia es un contraejemplo a esa tesis... O no tanto, porque tampoco estoy seguro de que todos los creyentes compartan esas necesidades. Seguramente la necesidad de sentirse en el rebaño sea independiente de la credulidad.
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    En fin, así que como Eduardo ha cerrado la discusión, la abro yo aprovechando una de las vías de agua del Otto Neurath.

    Domingo, 20 de Mayo de 2012

    BY THE RIVERS OF BABYLON (ADULT VERSION)

    ¿Quién no recuerda el precioso espiritual-reggae popularizado por esos monstruos de Boney M?
    Aquí, con nuestro poco talento para los idiomas y nuestra general incultura religiosa, no éramos muy conscientes de que se trataba del texto de uno de los Salmos, el 137, que dice aquello tan bonito de:


    1 Junto a los ríos de Babilonia,
    Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
    Acordándonos de Sion.
    2 Sobre los sauces en medio de ella
    Colgamos nuestras arpas.
    3 Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos,
    Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
    Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
    4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
    En tierra de extraños?
    5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
    Pierda mi diestra su destreza.
    6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
    Si de ti no me acordare;
    Si no enalteciere a Jerusalén
    Como preferente asunto de mi alegría.

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    Le dan a uno ganas de llorar y unirse al coro de gospel dando palmas, yeah, yeah, sintiéndose así un poquito camino del cielo.
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    Y también le dan ganas de seguir ampliando la letra con la continuación del salmo, que seguro que no la pusieron en la canción porque no cabía (o no encajaba bien con la medida de la música):
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    7 Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén,
    Cuando decían: Arrasadla, arrasadla
    Hasta los cimientos.
    8 Hija de Babilonia la desolada,
    Bienaventurado el que te diere el pago
    De lo que tú nos hiciste.

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    Y ya, en pleno éxtasis místico-espiritual, cantar a grito pelado el último versículo del salmo, y coger de las manos a los niños de la primera fila de la iglesia para bailar con ellos... ¡Ah, qué sensaciones que le da a uno la religión!

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    9. Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña.
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