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Lunes, 29 de Abril de 2019

Los libros que se han prohibido en Colombia


Desde 1988 se lleva a cabo la Feria Internacional del Libro en Bogotá. Un espacio donde es posible conseguir miles de títulos tanto en español como en otros idiomas. También la ciudad cuenta con muchas librerías de libros nuevos como usados. Además de la posibilidad de comprar cualquier título por Internet. Sin embargo, no siempre fue así. Principalmente por la religión, y en menor medida por el gobierno, varios títulos fueron prohibidos en estas tierras, y una obra colombiana fue puesta en el índice de Libros Prohibidos de la Inquisición católica.

En tiempos del dominio español el rey Felipe III ordenó, el 25 de febrero de 1610 el establecimiento del Santo Oficio de Cartagena. Este ente inquisitorial no fue puesto en la capital, como ocurrió en el Virreinato de Perú y el de Nueva España (México), porque buscaba controlar los libros que ingresaran la Nueva Granada, además de ser sede para las islas del Caribe. Según La Historia de Colombia de Henao y Arrubla -texto oficial conmemorativo del Centenario- se dice que este órgano para la preservación de la fe católica se limitaba "a velar por la no introducción de libros prohibidos".

La relación de los libros ilícitos fue hecha en el “Índice de los Libros Prohibidos” de la Inquisición española. Este listado fue reeditado y ampliado durante ocho veces mientras existió el Tribunal de Cartagena. Para cuando se hizo el último suplemento, en 1848, Colombia llevaba poco más de dos décadas de haber clausurado el tribunal de la inquisición de Cartagena, que cerró en 1821 como resultado de la Independencia.

Años antes de la independencia el virrey José Manuel de Ezpeleta, en 1794, ordenó destruir todas las copias de la “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano”, traducida del francés e impresas por Antonio Nariño que las había repartido por las calles de Santa Fe.

Después de la independencia la Iglesia Católica elevó una feroz batalla por mantener sus privilegios y evitar la educación oficial, hasta el punto de promover revueltas armadas de manos de los conservadores. Uno de los sacerdotes que predicó censurando libros en la Santa fe de inicios del siglo XIX fue el padre Francisco Margallo y Duquesne, que en sus delirios de fanatismo profetizó que Bogotá sería destruida por un terremoto un 31 de agosto, de un año que no quiso revelar.

El constitucionalista y periodista santandereano Florentino González, quien asistía a las misas de Margallo, narra que él tomaba nota de los autores que el sacerdote fanático citaba en las misas para luego procurárselos clandestinamente. Entre las obras prohibidas estaban las de Voltaire, Rousseau, Raynal y Volney. Florentino sería, gracias a tales lecturas, un excelente pensador liberal.

Sacerdote Francisco Margallo Duquesne.
Imagen: Uniandes período colonial
Durante los sermones Margallo llegó a expresar que los reyes del Antiguo Testamento habían podido gobernar sabiamente sin nunca haber leído “El Contrato Social”. Todas las obras de la Ilustración despertaban su furia inquisidora: “Libros que, prefiriendo el sistema de Epicuro al Evangelio, van a convertir el Mundo en un teatro capaz de horrorizar las Naciones más bárbaras, e incultas (…) ¡Ay! ¿En esto han venido a parar las luces del siglo XVIII?", se quejó por escrito el cura.

Entre los años de 1820 y 1823 se generó una gran polémica por motivo de la enseñanza de las ideas del político y economista inglés Jeremy Bentham en el plan de estudios del Colegio de San Bartolomé. El escándalo de aquel momento puede compararse al revuelo actual con el enfoque de género y la no discriminación de ciudadanos LGBTI, que deschaveta a muchos religiosos de hoy.

En el libro “Introducción a los principios de moral y legislación” (1789) Bentham argumentaba que «todo acto humano, norma o institución, deben ser juzgados según la utilidad que tienen, esto es, según el placer o el sufrimiento que producen en las personas». A partir de este principio se partiría para analizar y reformular las cuestiones políticas, sociales y económicas. Las ideas del utilitarismo de Bentham fueron la primera concepción del Estado y la primera filosofía política que se enseñó en Colombia.

El sacerdote Margallo y Dusquene se descargó contra la lectura de las obras de Bentham afirmando que se trataban de “libros escritos en la academia del infierno, dictados por el fanatismo, y furor contra Dios, y la Religión Santísima de Jesucristo: organizados por la ignorancia y el engaño; escritos entre las tinieblas de la ceguedad; capaces de formar una educación irracional, y libertina, que compusiese, si posible fuera, no una República como la de Platón; sino de hombres, y de fieras, bajo de unas mismas leyes de libertinaje”.

Posteriormente, alzaría su voz y su pluma contra la instauración de la Sociedad Bíblica, porque la Iglesia no quería traducciones al español no autorizadas por el Papa y sin notas explicativas católicas.

Margallo era parte de un sector del clero tradicionalista, que inicialmente defendía la monarquía, pero que tras formarse la república decidió hacer una guerra frontal contra las reformas de carácter liberal.
José Hilario López, presidente que
abogó por la libertad de imprenta
y la laicidad en Colombia.
 En el año de 1851 el Congreso de la República de la Nueva Granada declaró que â€œ1°. Es completamente libre la expresión del pensamiento por medio de la prensa. 2° Quedan derogadas todas las leyes sustantivas y adjetivas sobre libertad de imprenta”. Así llegó la libertad de prensa a nuestro país en el gobierno de José Hilario López. Pero estas medidas, junto con la expulsión de los jesuitas, la abolición de la esclavitud y la pena de muerte, llevó a que los conservadores del Estado del Cauca iniciaran una guerra civil.

Por los años de 1870 muchos clérigos se rebelaron contra la ley que establecía la educación primaria obligatoria y laica. De hecho, el Estado de Antioquia, tradicionalmente conservador, nunca la llegó a aplicar. El obispo de Popayán Carlos Bermúdez llegó incluso a amenazar con la excomunión a los padres que mandaran a sus hijos a las nacientes escuelas públicas porque, según él, la Iglesia era la única autorizada para impartir educación a los niños. El ensotanado afirmaba que las escuelas públicas eran resultado de un complot de masones y liberales para corromper a la juventud, y donde los expondrían a libros prohibidos por la Iglesia. Unas palabras que recuerdan las que actualmente dirigen uribistas y cristianos contra colegios y universidades públicas, en procura de su privatización.El siglo XIX no tuvo un final feliz para la laicidad y el libre acceso a libros. Pues una vez en el poder, el traidor a las ideas liberales, Don Rafael Núñez (más conocido por haber compuesto el himno nacional), firmó un concordato con la Iglesia en 1888 donde el gobierno colombiano se comprometió en impedir que en las asignaturas escolares se propagaran ideas contrarias al dogma católico. En la práctica esto significó prohibir en las escuelas a Voltaire, Rosseau, Tracy, Charles Darwin, Thomas Paine, etc. El Artículo 13 de tal concordato establecía que â€œEl Arzobispo de Bogotá designará los libros que han de servir de textos para la moral y la religión… [E]ste prelado […] elegirá los textos para los demás planteles de enseñanza oficial.”

En caso que se enseñase o se expusieran ideas o libros contrarios a la doctrina católica “el respectivo Ordinario diocesano podrá retirar a los profesores o maestros la facultad de enseñar tales materias”.

El primer manual colombiano de censura literaria llegaría en 1910 gracias al sacerdote español, radicado en Bogotá, Pedro Ladrón Guevara. Las razones por las que un libro terminaría en tal lista son por ser: â€œHerético, impío, incrédulo, blasfemo, clerófobo, malo, de malas ideas, deletéreo, dañoso, peligroso, inmoral, obsceno, deshonesto, lascivo, lujurioso, libre, indecente, cínico, voluptuoso, sensual, apasionado, peligroso para jóvenes, imprudente, temerario”, según la introducción del libro.

La lista de autores censurados llegó a 2.057. Además de los ya mencionados, incluyó a otros como, Carlos Baudelaire, Juan Jacobo Casanova, Daniel Defoe, Alejandro Dumas, Jorge Isaacs, Hermann Melville, Federico Nietzsche y Marqués de Sade.

Una especial molestia les generaba a los censuradores el escritor bogotano José María Vargas Vila. Este liberal publicó la mayor parte de sus novelas durante la hegemonía conservadora (1886 – 1930). El clero afirmaba que sus libros eran fruto del ateísmo de Vargas, especialmente Aura o las violetas (1887).

En “La Ubre de la loba” Vargas denuncia el adoctrinamiento de la Iglesia con estas duras palabras:“…Eran monjas catequistas dadas a la enseñanza, Mezclando el fanatismo más absurdo, a una pedagogía rudimentaria y bárbara; Eran, unos de los mil tentáculos, que Roma tiende sobre las ciudades y los campos de América, para apoderarse de las almas y aumentar sus inmensos rebaños de creyentes; Enviadas para catequizar salvajes en las montañas, ellas se quedan siempre en las ciudades, salvajizando niños con la lenta infiltración del virus religioso.” Con una pluma tan mordaz y afilada, era de esperarse la censura del clero.

También el escritor Bernardo Arias Trujillo, autor de “Por los caminos de Sodoma: confesiones íntimas de un homosexual” (1932), y el general Rafael Uribe Uribe, por su ensayo “El liberalismo colombiano no es pecado” (1912), se encontraban en la lista negra. Este último, fue hecho por Uribe Uribe como respuesta al ensayo “El liberalismo es pecado” (1884) por Félix Sardá y Salvany en España. La obra de Uribe Uribe, que defiende la libertad de expresión, es el único texto colombiano que sería incluido en el Índice de Libros Prohibidos del Vaticano, haciendo su censura global.

Muchos de estos libros prohibidos podían conseguirse, con algo de dificultad, en alguna librería que dispusiera de una trastienda, para que no estuvieran a la vista de todos. Sin embargo, estuvieron ausentes de cualquier biblioteca de colegio hasta mediado del siglo XX.

En muchos colegios y universidades estuvieron prohibidos algunos libros de Gabriel García Márquez, como Cien años de soledad (1967), por su lenguaje considerado soez y por describir escenas sexuales. Solo después de obtener el Premio Nobel de Literatura en 1982, empezó a levantarse el veto gradualmente.

El caso de quema de libros más reciente lo encontramos el 13 de mayo de 1978, día de la fiesta de la Virgen de Fátima. En esa noche Alejandro Ordoñez Maldonado, actual embajador de Colombia en la OEA del Gobierno Duque, junto con varios miembros de la organización “Tradición, Familia y Propiedad” hicieron una hoguera en Bucaramanga, al mejor estilo de la Inquisición. Varios libros fueron sacados de una biblioteca pública y alimentaron las llamas obras de Descartes, Gabriel García Márquez, Rousseau, Freud, Marx, Thoman Mann, revistas y periódicos con fotografías de desnudos femeninos y hasta una Biblia, que juzgaron incorrecta por ser una “edición protestante”.
Alejandro Ordoñez en queAñadir leyenda
En 2017 Alejandro Ordoñez dijo en la radio que volvería quemar libros. Tal acción la consideró “un acto pedagógico”. Así pues, el espíritu de la Inquisición sigue vivo en funcionarios públicos actuales. Es probable que muchos fanáticos religiosos en la política colombiana como Alejandro Ordoñez, Marco Fidel Ramírez, Ángela Hernández o Jhon Milton Rodríguez, nuestros Margallos actuales, recurrirían a la censura de libros si en su poder estuviera tal potestad.

Después de tantos años de censura, es asombroso ver que la libertad de leer ocupa un recién y menor porcentaje de tiempo de la historia de Colombia. Sería muy buena idea poder leer a los autores librepensadores que tanto quisieron los censuradores que no leyéramos.
Miercoles, 1 de Octubre de 2014

Un religión de paz

Este comic titulado "El hombre y la religión" una sinopsis es nuestra entrada para el día de hoy. Que la disfruten.

Miercoles, 17 de Septiembre de 2014

Iglesia Católica celebra a su inquisidor

"Hoy se celebra a San Roberto Belarmino, defensor de la Iglesia". Así titula el sitio católico Aci Prensa, la celebración del inquisidor Roberto Belarmino, quien procesó a Galileo Galilei y a Giordano Bruno.

Aci Prensa hace mención del caso de Galileo y dice que el inquisidor jesuita le pidió a Galileo que mencionará sus explicaciones como hipótesis y no como teorías, y deja entre ver que la culpa fue de Galileo por no hacerle caso (¡Que tal esto!):

"San Roberto era amigo de Galileo Galilei, a quien dedicó uno de sus libros. En 1616, se le confió la misión de amonestar al gran astrónomo; pero en su amonestación, que Galileo tomó muy bien, se limitó a rogarle que propusiese simplemente como hipótesis las teorías que no estaban todavía probadas. Galileo, sin renunciar a sus investigaciones, habría ganado mucho si se hubiese atenido a ese consejo."

¡Claro! La culpa fue de Galileo por no doblegarse ante la Iglesia. Lo mismo podrían decir de Bruno: "¡Pero Belarmino le dio la oportunidad de retractase, y por más que le dio vueltas al potro, no quiso dejar su herejía. Había ganado mucho si se hubiese atenido a ese consejo!."

¿Por qué no lo había visto así? ¡La culpa es de los rebeldes que no aceptan los dictamines de la Santa Madre iglesia!




Lunes, 17 de Febrero de 2014

Recordando a Giordano Bruno en el aniversario de su ejecución

Viernes, 15 de Febrero de 2013

Portada de Facebook en honor a Giordano Bruno


Este 17 de febrero se conmemora la muerte del pensador Giordano Bruno en manos de la Iglesia Católica. Para recordar este vil acto de intolerancia y fanatismo hemos diseñado esta imagen para todos aquellos que deseen ponerla en su cuenta de Facebook por este fin de semana. 

Viernes, 30 de noviembre de 2012

I Premio Bernardo Gui

Para promover la conciencia sobre los elementos retrógrados e irracionales que asaltan a nuestra sociedad desde el mundo religioso, iniciamos este año la convocatoria para el "I Premio Hispanoamericano «Bernardo Gui»".

El "premio" constará de tres categorías:

- Inquisidor del año
- Discriminador religioso del año
- Anticiencia religioso del año
- Estafador religioso del año

Se postulan personajes del mundo hispano sean religiosos, o políticos que han usado la religión para discriminar o impedir el conocimiento público de la ciencia.

Etapas del concurso:

Postulaciones: 
Noviembre 29 a Diciembre 14. En la página en Facebook de Sindioses.

Votaciones: 

Diciembre 15 a Diciembre 25. se hará también por Internet.

Resultados:

Diciembre 26. Se hará llegar por Facebook o Twitter una mención de "honor" a los ganadores.

¿Y usted a quién va a postular y por qué?
Jueves, 29 de noviembre de 2012

Ateos de Bogotá protestan y peticionan reposición de libros quemados por Alejandro Ordoñez


Como comentamos en una entrada anterior, el hoy Procurador General de la Nación en Colombia, Alejandro Ordoñez Maldonado, es un ultra católico (lefbvrista) que es cuestionado por anteponer sus convicciones personales en su cargo público. En su juventud realizó una quema de libros de filosofía, literatura y educación sexual. Tal como lo narra la revista Semana:

"Y en el caso del joven Alejandro, el fervor se agudizó en el colegio San Pedro Claver, regido por jesuitas de la vieja guardia. En esa época se dio la cuestionada quema de libros y revistas en la que participó el hoy Procurador. Él ha dicho que así como muchos jóvenes tiran piedras y quiebran vidrios, él y un grupo de amigos, el día de la Virgen, decidieron también protestar a su manera."

Pues bien, la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá decidió interponer un derecho de petición para pedir que el Procurador, que fue reelegido en su cargo por cuatro años más, reponga los libros y pida perdón por este hecho que hace mucho realizó.


Por su parte la expresión de inconformismo recibió eco en los medios de comunicación. 

Para ver reporte en Caracol Noticias dar click aquí

Y este es el audio de RCN Radio:




Así lo narró El Espectador:

"Un grupo de manifestantes se agolparon en las instalaciones de la Procuraduría General, en el centro de Bogotá, para solicitarle al jefe del Ministerio Público, Alejandro Ordóñez que pida perdón de manera pública por la quema de libros que protagonizó hace más de 30 años en la ciudad de Bucaramanga cuando era un estudiante.El representante de la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá, Ferney Yesid Rodríguez explicó que este martes se presentará un derecho de petición para que el Procurador General reponga los libros que quemó de la biblioteca pública Gabriel Turbay, ubicada en la capital de Santander.

La acción se realiza después de conocer una columna de opinión en la cual se denunciaban los hechos y se hacía una lista de los textos incinerados, entre los cuales se encuentran una Biblia de traducción no católica, así como obras del Premio Nobel, Gabriel García Márquez.

En el recurso jurídico, el cual será firmado por varias organizaciones defensoras de los derechos de libertad de pensamiento, se indica que Ordóñez Maldonado debe reponer los libros que quemó y en un evento público presente excusas a los ciudadanos por estos hechos.

“Estas actuaciones van en contra de la libertad de expresión, por eso es necesario que presente excusas y demuestre arrepentimiento por este acto vandálico. Además tiene que asegurar que no lo va a volver a hacer”, precisó Rodríguez quien junto a un grupo de manifestantes pegaron carteleras con las portadas de los libros que habría quemado Ordóñez Maldonado.

Igualmente se le pide al Procurador General que debe demostrar que él respeta la libertad religiosa y de pensamiento, “por eso queremos que haga un llamado a la ciudadanía para que no acudan a las vías de hecho”.

Aunque no existe una lista completa de los libros quemados, el escrito periodístico permitió hacer una consideración sobre los autores entre los que se encuentran Carl Marx, René Descartes, Friedrich Nietzsche, Víctor Hugo, Marcel Proust, José María Vargas-Villa, Thomas Mann, algunas revistas de educación sexual."




Este es el Derecho de Petición que se presentó:

Bogotá, Noviembre 27 de 2012

Señor

ALEJANDRO ORDÓÑEZ MALDONADO
Procurador General de la Nación
Ciudad



REF: DERECHO DE PETICIÓN – SOLICITUD DE INFORMACIÓN


Nosotros, los aquí firmantes, haciendo uso del derecho de petición, presentamos los siguientes hechos, sustentos de esta solicitud y peticiones, así:


HECHOS:

En su juventud, el señor Alejandro Ordóñez Maldonado entró a la biblioteca pública Gabriel Turbay de la ciudad de Bucaramanga durante la celebración del Día de la Virgen y sacó varios libros y revistas de filosofía, literatura y educación sexual que no se ajustaban a sus creencias religiosas y les prendió fuego. Muchos de los libros destruidos están señalados en el Index Librorum Prohibitorum de la Iglesia a la que usted pertenece.

En recientes actuaciones, usted, ostentando el cargo de Procurador General de la Nación, ha dicho que respeta la institucionalidad del país, que, tal como está establecida en la Constitución, es pluralista y abierta al libre intercambio de ideas.


PETICIONES:

Aunque el delito de daño en propiedad pública ya prescribió, pero no la responsabilidad ética, solicitamos respetuosamente:

1. Se sirva reponer a dicha biblioteca pública un ejemplar de las obras de los autores que usted destruyó, para lo cual listamos y sugerimos las siguientes:


FILOSOFÍA:

Jean-Jacques Roousseau. El contrato social

Jean-Jacques Roousseau. Emilio, o De la Educación

Karl Marx. El Capital

René Descartes. Meditaciones metafísicas

René Descartes. El Discurso del Método

Friedrich Nietzche. La Genealogía de la Moral

Friedrich Nietzche. Así habló Zaratustra


LITERATURA: 

Gabriel García Márquez. La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada

Gustave Flaubert. Madame Bovary

Víctor Hugo. Nuestra Señora de París

Víctor Hugo. Los miserables

Thomas Mann. La Muerte en Venecia

Marcel Proust. En busca del tiempo perdido

José María Vargas Vila. Ibis


EDUCACIÓN SEXUAL: 

No tenemos registro exacto de qué obras fueron quemadas de esta temática, pero dado que una reposición requiere entregar las mismas obras, o cuando esto no fuese posible, otras más recientes y nunca de un valor inferior a la original perdida o destruida, sugerimos las siguientes:

Bello, P., Dolsto, C., y Schiffmann, A. (1986). Contracepción. Embarazo. IVE. Guía práctica. Barcelona: Laia.

Coussins, J. (1991). Hazlo bien, hazlo seguro. Barcelona: Médici.

Soriano Manuel Ángel (2012) La Juventud homosexual. Un libro de autoayuda sobre la diversidad afectiva sexual en las nuevas generaciones LGTB del siglo XXI


Otros:
Una Biblia Reina – Valera 1960 o cualquier otra de traducción u origen no católico (Puede servir una Versión del Nuevo Mundo de los Testigos de Jehová).


2. Se sirva en acto público:

A. Presentar excusas a los ciudadanos colombianos por atentar contra la libertad de expresión. 

B. Mostrar arrepentimiento por este acto vandálico y asegurar que esto no se volverá a repetir como garantía de que usted respeta la libertad religiosa y de pensamiento así como el carácter laico del país tal como lo ha dejado claro la jurisprudencia de la Corte Constitucional. 

C. Hacer un llamado a la ciudadanía por el respeto activo hacía quienes piensan diferente. 

D. Hacer un llamado a los colombianos y colombianas para que el vandalismo contra los bienes del Estado o de particulares no sea en cualquier circunstancia una forma de protesta.


3. Se sirva responder a cada uno de estos numerales de manera individual y diferenciada.





¿Y usted qué opina?
Martes, 27 de noviembre de 2012

El procurador lefebvrista que quemó libros

La Fraternidad Sacerdotal Pio X fue fundada en 1960 por el arzobispo francés Marcel François Lefebvre. El clérigo católico no estuvo de acuerdo con las directrices del Concilio Vaticano II, a cargo del Papa Juan XXIII en 1960, que cambió la misa en latín a los idiomas de cada pueblo y abrió el diálogo con otros grupos cristianos. Para Lefebvre eso era demasiado.

Los lefebvristas son más conocidos por conocidos por conservar la liturgia de la misa en latín y de espaldas al público. Pero en su agenda está su abierta oposición al laicismo: la separación entre estado e Iglesia y el acercamiento ecuménico con otras denominaciones cristianas.

Esta orden que fue separada de la Iglesia Católica  por el papa Juan Pablo II, pero dos décadas después y con la llegada del Papa Benedicto XVI, se les levantó la excomunión el 21 de enero de 2009.

La historia no sería más grande a no ser que un alto funcionario del estado colombiano, el Procurador Alejandro Ordoñez Maldonado pertenece a esta orden y ha antepuesto sus convicciones religiosas en su cargo público. 

Recientemente fue noticia la petición que hizo Ordoñez a la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura rechazó para que remitiera al Ministerio Publico los nombres de las mujeres que por vía de tutela solicitaron la práctica de la interrupción voluntaria del embarazo. En Colombia el aborto está autorizado en tres casos: malformación fetal, violación y riesgo de vida de la madre. Esta petición fue rechazada.

También la Corte Constitucional le pidió al Procurador en septiembre de este año rectificar su posición frente al derecho de las mujeres para interrumpir su embarazo, así como el uso de la llamada y conocida "píldora del día después". 

Ordoñez tergiversó conceptos de la Organización Mundial de la Salud respecto a la acción del Misoprostol, y su funcionaria Ilva Myriam Hoyos envió una carta, en marzo de 2010, diciéndole a la Superintendencia de Salud que como el aborto no era un derecho ésta no estaba en la obligación de remover obstáculos para que las mujeres que hayan sido abusadas sexualmente, que su salud esté en riesgo por el embarazo o cuyos fetos no tengan posibilidades de sobrevivir, puedan acceder a este tipo de tratamientos.

Pero la verdadera muestra de su fanatismo la realizó hace más de 30 años, cuando en su juventud quemó libros de la Biblioteca Pública Gabriel Turbay de la ciudad de Bucaramanga:

En palabras del periodista Daniel Coronel:  "En Bucaramanga, la tierra natal de Alejandro Ordóñez, lo recuerdan por un episodio que refleja su intolerancia. Un buen día, en compañía de Hugo Mantilla -un personaje ya desaparecido y definido por algunos como un fascista nato-, Ordóñez llegó a la Biblioteca Gabriel Turbay. Los hombres, en actitud agresiva, conminaron al encargado a que les mostrara los libros para cerciorarse de que en la biblioteca pública no existiera literatura que pudiera perturbar las frágiles mentes de las juventudes. 

Al asustado bibliotecario no le quedó más remedio que entregar las obras que, a juicio del ahora aspirante a Procurador, contrariaban la moral. (García Márquez, Rousseau y Marx, entre otros). Entre los libros que se llevaron estaba la Biblia porque los censores juzgaron que se trataba de una edición "protestante" y no de la legítima católica, apostólica y romana. Según la versión de un abogado memorioso, las obras "inmorales" alimentaron una hoguera que ardió en un parque cercano."

La revista Kien y Ke narra así estos hechos:

"De joven, como estudiante del Colegio San Pedro Claver de Bucaramanga, quemó libros de autores de la literatura universal, como Diego Hurtado de Mendoza, Gustave Flaubert, Víctor Hugo, Thomas Mann, Jean-Jacques Rousseau y Marcel Proust, que reposaban en la Biblioteca Pública Gabriel Turbay, el día de la celebración de la Virgen María."

En vista que este acto vandálico e inquistorial hace mucho pasó y el delito de vandalismo prescribió más no así la responsabilidad ética, la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá les solicitaran a Ordoñez reponer las obras destruidas.


¿Y usted qué opina?
Miercoles, 20 de Junio de 2012

Sabía usted qué la Iglesia Católica…