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Lunes, 8 de Enero de 2018

LA VERDAD SOBRE LA ESTRELLA DE BELÉN

Por guerreropirata*


De la estrella de Belén se dice que guió a los Reyes Magos de Oriente hasta el portal donde el niño Jesús acababa de nacer. Pero, ¿qué fue en realidad lo que vieron Melchor, Gaspar y Baltasar? ¿Sí fue una estrella? ¿O quizá un cometa, una supernova, un meteorito, o una simple conjunción de planetas?

Para averiguar cuál fue el fenómeno astronómico observado por los Reyes Magos, habría primero que establecer la fecha precisa. La Biblia no dice nada sobre el día exacto del nacimiento de Jesús, aunque sí relaciona el hecho con acontecimientos y personajes históricos como, por ejemplo, el reinado de Herodes.
Los historiadores coinciden en que el Rey de Judea debió morir en algún momento entre los años 4 y 1 antes de Cristo (A.C.). Y los Reyes Magos lo visitaron poco antes de su muerte, por lo que su viaje (y la aparición de la estrella que los guió) tuvo que producirse antes de esas fechas.

Por otra parte, hay serias dudas de que el nacimiento de Jesús fuera un 25 de diciembre. En la Biblia, San Lucas habla de la actividad de los pastores de la zona en los días del nacimiento, cuidando a sus rebaños y a los corderos recién nacidos durante la noche, algo que sucede en primavera, y no en pleno invierno.

Además, el 25 de diciembre es precisamente la fecha en que los romanos, que dominaban la región en aquel tiempo, celebraban sus Saturnales, una de sus festividades más importantes y para la que adornaban calles y casas e intercambiaban regalos. No es casualidad que, para evitar ser perseguidos, los primeros cristianos eligieran esa fecha para celebrar el nacimiento de Jesucristo. Más tarde, en el siglo IV, cuando el emperador Constantino adoptó oficialmente el cristianismo, el 25 de diciembre se conservó como el día de la Navidad.

Pero volvamos a la ubicación del año. Los historiadores están de acuerdo en que el nacimiento de Jesús no se produjo hace 2017 años. Esto porque la cronología que utilizamos, la cual divide los años en a. C. (antes de Cristo) y d. C. (después de Cristo), y que fue concebida por el monje romano Dionisio el Exiguo en 523 d. C., contiene, por lo menos, dos errores significativos: el primero es colocar el año 1 d. C. inmediatamente después del año 1 a. C., sin pasar por el cero, un número esencial en las matemáticas actuales y que, de hecho, resta un año a cualquier fecha que queramos considerar. 

El segundo error es que Dionisio dio por buena la declaración de Clemente de Alejandría de que Jesús nació en el año 28 del reinado del emperador Cesar Augusto, sin tener en cuenta que durante los primeros años de su mandato se le conoció por su nombre original, Octaviano, hasta que el Senado lo proclamó como 'Augusto' cuatro años después. Para cuando se descubrió el error, la cronología que aún hoy utilizamos estaba demasiado implantada como para cambiarla y corregir los cuatro años de desfase.

En resumen, teniendo en cuenta estos errores, el nacimiento de Jesús debió producirse en primavera, y entre los años 7 y 2 a. C., por lo que es en este tiempo en que se debe investigar para comprobar si se produjo en el cielo algún acontecimiento capaz de llamar la atención de los Reyes Magos de Oriente.

Desde un punto de vista astronómico, hay cuatro posibilidades para explicar a la estrella de Belén: 

1) Meteorito
Es muy poco probable debido a que los meteoritos, que se convierten en una bola de fuego al entrar en la atmósfera, apenas tardan unos segundos antes de desaparecer, y la estrella de Belén brilló durante semanas enteras.

2) Cometa
Son objetos que, esta vez sí, pueden brillar en el cielo incluso meses; sin embargo, el más espectacular de todos los cometas conocidos, el Halley, cuya órbita lo acerca a la Tierra cada 76 años y que fue visto por última vez en 1986, fue visible en Judea durante los meses de agosto y septiembre del año 11 d. C., lo que no coincide con las fechas del nacimiento de Jesús. Por supuesto, pudo tratarse de otro cometa, uno que pasó entonces y que por el momento no ha regresado, algo de lo que no podemos estar seguros.
Además, en la antigüedad los cometas eran vistos como señales que anunciaban muerte y destrucción, y no como heraldos del nacimiento de un rey o de un dios. Los romanos, por ejemplo, marcaron la muerte del general Agrippa usando la aparición del Halley en el 11 d.C.

3) Muerte violenta de una estrella
Eso nos lleva a dos posibilidades: una nova o una supernova. 
Una nova es la forma (una explosión termonuclear) en que una estrella se libera, de golpe, de una excesiva acumulación de hidrógeno en su superficie. Es muy espectacular, si la estrella está lo bastante cerca, y su aparición tiene lugar de forma impredecible y en cualquier momento. Las más brillantes aparecen de repente, sin previo aviso, como una nueva y espectacular luz en el cielo. Su brillo, tras algunos días, o incluso semanas, se va atenuando hasta desaparecer. En promedio, se produce una nova visible desde nuestro planeta una vez cada veinte años (la última fue en 1975), por lo que nada impide que fuera éste, y no otro, el fenómeno visto en Judea por los tres Magos de Oriente.

Mucho más espectacular, aunque menos frecuente de ver, es una supernova, la explosión catastrófica de toda una estrella que llega a su final y cuyo brillo eclipsa incluso al de toda la galaxia que la contiene. En el momento de la explosion, una supernova puede ser vista incluso a plena luz del día, y su brillo más intenso puede durar meses antes de empezar a decrecer.
Durante los últimos mil años la humanidad ha sido testigo de cuatro supernovas, en los años 1006, 1054, 1572 y 1604. En todos los casos, los cronistas de cada época se refirieron profusamente al fenómeno. Los chinos, por ejemplo, señalan que la supernova del año 1054 fue visible durante dos meses incluso a plena luz del día.

Sin embargo no existe en la época del nacimiento de Jesús ninguna referencia definitiva sobre la súbita aparición de una luz especialmente intensa en el cielo.
Si sucedió, nadie, en ninguna cultura, documentó el hecho, lo cual parece indicar que debemos buscar la solución en alguna otra parte.
Algunos textos chinos hablan de una posible nova en la primavera del año 5 d. C., pero se refieren a ella como a un fenómeno de poca importancia y de escasa, o ninguna, espectacularidad.

4) Conjunción Planetaria
La última (y quizá la más probable) explicación es la posibilidad de que los tres Magos fueran testigos de una conjunción planetaria especialmente brillante, tanto como para hacerles creer que se trataba de una nueva estrella. Pero, ¿hubo alguna conjunción planetaria de este tipo entre los años 7 y 2 A.C.? La respuesta es que sí. Los astrónomos han determinado que, en ese intervalo temporal, se produjeron varios fenómenos planetarios que podrían haber sido interpretados como la estrella de Belén.

El primero de ellos fue en el año 6 A.C., y se produjo entre Marte, Júpiter y Saturno, y sucedió en la constelación de Piscis. Los tres planetas formaron una brillante figura geométrica en el cielo que debió de ser de gran belleza y capaz de llamar la atención de cualquiera. Otra posibilidad es la 'triple conjunción' de Júpiter y Saturno entre los meses de mayo y diciembre del año 7 A.C. Los 'pasos' de Júpiter sobre Saturno se produjeron el 29 de mayo, el 30 de septiembre y el 5 de diciembre de ese año.

No cabe duda de que todos estos eventos fueron perfectamente visibles, pues sucedieron en la cara nocturna de la Tierra. Los dos planetas, además, brillaron el uno muy cerca del otro durante ocho largos meses, el tiempo que se estima necesario para que los Reyes Magos cubrieran los cerca de mil kilómetros de distancia entre Babilonia y Judea.

No obstante, la que seguramente fue la más brillante de las conjunciones planetarias de esa época fue la que se produjo entre Venus y Júpiter en la constelación de Leo el 12 de agosto del año 3 A.C. Los dos planetas brillaron ese día extraordinariamente cerca el uno del otro.
Y cuando Venus se retiró, Júpiter permaneció junto a Leo por lo menos durante diez meses más, sumando su brillo al de la estrella. Si el encuentro de los tres Reyes Magos con Herodes se produjo durante la primavera del 2 A.C., las fechas encajarían a la perfección.
De hecho, tras su primer encuentro y después de que Júpiter y Leo siguieran brillando juntos en el cielo, Venus regresó a la zona y se alineó con Júpiter en junio del 2 a.C. El día 17 de ese mes los brillos de los dos planetas fueron tan intensos que llegaron a confundirse.

Los dos planetas bajaron juntos y lentamente hacia el horizonte a medida que sus brillos se iban confundiendo. Hacia las ocho y media de la tarde, hora local de Jerusalén, prácticamente se habían fundido en un único y luminoso astro. En un tiempo en el que no había instrumentos de observación, ni lentes de sol, es muy probable que los observadores no fueran capaces de distinguir los dos objetos individuales y que sólo percibieran un único y brillante destello sobre los cielos de Judea.

¿Fue esto lo que vieron los Reyes Magos? Para la ciencia es difícil asegurarlo. Lo único cierto es que esas alineaciones se produjeron, y que fueron claramente visibles en una época que coincide con la del relato bíblico.

Juzguen ustedes amigos lectores.

*Texto original: blogs.abc.es
Martes, 28 de Abril de 2015

SABÍAS ESTO DE LA BIBLIA?

Por Ferney Yesyd Rodríguez*



  1. La Biblia no contiene las palabras misa, eucaristía, purgatorio, limbo, trinidad, ni papa.
  2. Hasta el siglo tercero no había una selección de qué escritos formarían la Biblia.
  3. Los Testigos de Jehová elaboraron una versión de la Biblia para que acordase mejor con sus puntos de doctrina. Esta se conoce como "Versión del Nuevo Mundo".
  4. El cuarto presidente de la Watch Tower (Testigos de Jehová), Frederick Williams Franz, fue parte del grupo selecto que elaboró la "Versión del Nuevo Mundo" y declaró en un estrado en 1954 que no sabía leer hebreo.
  5. Acertadamente, William Shakespeare afirmó que la Biblia puede ser usada para defender cualquier idea.
  6. En tiempos del Imperio Romano no se juraba colocando la mano sobre la Biblia, sino sobre los testículos.
  7. La frase atribuida a Dios de "Ayúdate que yo te ayudaré", que un 80% de personas piensan que está en la Biblia, realmente no lo está.
  8. La Biblia es el libro más traducido del mundo (2454 lenguas), sólo seguido por el cuento de Pinocho de Carlo Collodi. La semejanza de ambos libros es la historia de Pinocho y Jonás que estuvieron en el vientre de un gran vertebrado marino, además de...
  9. En Corea del Norte es ilegal poseer una Biblia.
  10. Muchos de los monjes copistas que reproducían la Biblia, no sabía leer ni escribir, y que reproducían la Biblia por imitación de los caracteres.
  11. La Biblia fue el primer libro impreso en la imprenta de tipos móviles Gutenberg, el 23 de febrero de 1455.
  12. Durante el famoso debate de Oxford en 1860 sobre la Teoría de la evolución de Darwin, una Biblia fue levantada por el capitán Robert Fitz Roy (quien comandó el Beagle) y pidió a los aistentes "creer a Dios antes que a los hombres".
  13. En la Biblia se registra en total que Jehová mató 2.270.365 personas, mientras del diablo solo se registran 10 asesinatos.
  14. La Iglesia Católica llevó a la hoguera en octubre de 1536 a William Tyndale por traducir la Biblia al inglés.
  15. Basándose en la Biblia los presbiterianos de Carolina del Sur afirmaron en 1835 que la esclavitud estaba lejos de ser un pecado a los ojos de Dios, ya que en ningún versículo de la Biblia se condenaba, además de existir textos que reglamentaban la esclavitud y pedían la obediencia de los esclavos a sus amos. Por este motivo se separaron las iglesias presbiterianas, metodistas, bautistas y episcopales antes de la Guerra Civil, en abolicionistas y esclavistas.
  16. La Biblia narra eventos históricos desde el reinó de Judá, en el siglo X AC. Los relatos anteriores, como la historia de Moisés, el éxodo y los patriarcas anteriores no tienen sustento arqueológico, ni histórico y parecen ser inventos.
  17. Todas, y cada una las denominaciones cristianas (22.190 en 1985) afirman ser las correctas interpretadoras de las enseñanzas bíblicas.
  18. El matemático y escéptico David Thomas, para refutar la idea de que la Biblia contiene un código secreto encontró en el libro "El código secreto de la Biblia" de Michael Drosnin el mensaje oculto: “El Código de la Biblia es un fraude y un engaño para tontos”.
  19. La división de la Biblia en capítulos se debe al clérigo inglés Esteban Langton en 1220, y la división en versículos a Santos Pagnino (católico) y a Roberto Stefano (protestante) en 1528 y 1551, respectivamente.
  20. Las Biblias católicas y protestantes no son iguales? La Biblia católica contiene 7 libros de más (Libro de Tobías, Judith, 1° Macabeos, 2° Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc). Además las Biblias de la Iglesia Siriaca Nestoriana posee un libro adicional (Apocalipsis de Baruc), al igual que la de los antiguos cristianos coptos de Etiopía (Sirácida, Libro de Enoc y de los jubileos), y la Iglesia ortodoxa de Etiopía (Libro de Enoc y los Jubileos, además de un tercer libro de Macabeos).
  21. La historia de que una Biblia salva a una persona al detener una bala es muy corriente. Por lo menos la prensa mexicana registra un caso en 1998 en el que en Matamoros, Luz Alpuche Mendoza, Antonia Espinoza y Patricia Guzmán se encontraron en medio de una balacera, y una bala que se les acercaba dio contra la Biblia que llevaban.
  22. Los adventistas consideran que el hecho de que en un trance de 1845 la señora White haya sostenido una Biblia de 18 libras por varios minutos como un milagro, mientras que los escépticos atribuyen su fuerza a un episodio epiléptico.
  23. Los tefilin son envoltorios o cajitas de cuero que contienen porciones de la Biblia (más concretamente, de la Torá, que contiene los primeros cinco libros llamados Pentateuco en la Biblia cristiana) y que son sujetadas con tiras de cuero, una al brazo contrario a la mano hábil y la otra a la frente de los judíos ortodoxos.
  24. Se llama "Biblia del Diablo" o Codex Gigas a un gran manuscrito del siglo XIII de Bohemia, una de las históricas tierras checas. Esta obra se distingue por su tamaño y su sorprendente página completa sobre la interpretación del diablo (en la página 577), contiene las siguientes partes: el Antiguo y Nuevo Testamento, dos obras de Flavio Josefo, Etimologías de Isidoro de Sevilla, el libro de texto estándar para la enseñanza de la medicina en la Edad Media conocido como Ars medicinae (El arte de la medicina), Chronica Boëmorum (Crónica de los bohemios) del siglo XII de Cosmas de Praga y un calendario. De especial interés son las secciones que dan testimonio del origen de Bohemia del manuscrito y su agitada historia. A fines del siglo XVI, el Codex se incorporó a las colecciones del gobernante Habsburgo, Rudolph II. Durante el asedio sueco de Praga a finales de la Guerra de los Treinta Años (1648), el manuscrito fue tomado como botín de guerra y trasladado a Estocolmo.
  25. La Biblia más antigua es un libro conocido como el Codex Sinaiticus; es un manuscrito del siglo IV hallado en el monasterio de Santa Catalina, cerca del monte Sinaí. Curiosamente esta obra incluye los libros de la Epístola de Bernabé y fragmentos del Pastor de Hermas, libros hoy considerados apócrifos. Es notable también el hecho que algunos pasajes que en las biblias modernas indican que Jesús es dios no hacen esta afirmación en el Codex Sinaiticus.
  26. La Biblia fue escrita en tres lenguas: hebreo, griego y arameo.
  27. En el Pentateuco original, escrito en el siglo VIII AC. no encontramos una afirmación claramente monoteísta, pero en la época que se escribió el Deuteronomio, más o menos un siglo más tarde, el Deuteronomista hace que Josué amenace a los israelitas con el aniquilamiento total en caso que no volverse monoteístas.
  28. La escritura de las obras que hoy conforman la Biblia se inició en el siglo VIII AC y duró hasta el año 120 DC.


    *Tomado de SinDioses.org
Domingo, 12 de Enero de 2014

JESUS DE NAZARETH: Vivió como lo narra la Biblia?

Por Ferney Yesid Rodriguez


 Quién dudaría de la historicidad de Jesús de Nazareth?

Contamos los años en “antes y después de Cristo”. Tantas personas creen que existió, de la misma manera que un héroe de la independencia, que se conmemoran las fecha de su nacimiento y su muerte.

Sin embargo, sería prudente preguntamos: ¿Qué evidencias hay sobre la existencia de Jesús de Nazareth?

Si revisamos detalladamente, tendríamos que decir que no tenemos absolutamente ninguna prueba confiable, de fuentes seculares (no religiosas), que Jesús haya vivido, por lo menos de la forma descrita en la Biblia.
Esta respuesta elevará más de un par de cejas, a la vez que nuestros amigos católicos y protestantes nos dirán que la existencia de Jesús es tan indiscutible, que dividió la historia en “antes y después de Cristo”.
Sin embargo, cabe mencionar que el sistema “antes y después de Cristo” no se inventó hasta el siglo VI y no se aceptó de manera general en Europa hasta el siglo XI. Nuestro sistema de contar los años en a. C y d. C lo debemos al monje Dionysius Exigius (o Dionisio el exiguo), quien por orden del Papa Juan I elaboró una cronología fijando el nacimiento de Jesús en el año 753 A. U. C. (ad urbe condita) o año 753 desde la fundación de Roma. El año 1 de la era cristiana fue fijado por Dionisio en el 1 de enero del 754 A.U.C. En tiempos más recientes los historiadores prefieren utilizar las siglas A.E.C. (antes de la era común) y D.E.C. (después de la era común), por respeto a la diversidad cultural del mundo.

Los científicos fijan los eventos prehistóricos en “años antes del presente” BP (Before present). Por ejemplo, las pinturas rupestres de la Era glacial en la cueva de Altamira están fechadas en 17.000 años antes del presente. Utilizar en este caso el sistema “antes de Cristo” es una adjudicación culturalmente abusiva. ¿Les importaría en algo a esos cavernícolas el futuro nacimiento de un líder religioso?
Dionisio elaboró su sistema de contar los años, tomando como históricamente válidas las narraciones de los evangelios, las cuales analizaremos más adelante. Dionisio creía firmemente que Jesús nació el 25 de diciembre, ignorando el origen de esta costumbre. En realidad La Iglesia Católica empezó a celebrar navidad desde el siglo IV. La Enciclopedia de la Religión Católica, Tomo V dice al respecto:
“La razón que llevó la Iglesia Romana a fijar la festividad en ese día, parece ser su tendencia a suplantar las festividades paganas por otras cristianas. De este modo se originaron muchas de las actuales fiestas litúrgicas. Ahora bien sabemos que entonces en Roma los paganos consagraban el día 25 de diciembre en celebrar el Natalis invicti, el nacimiento del Sol Invencible, que después del solsticio, se engrandecía en fuerza y claridad. Símbolo del Sol era Mitra, divinidad oriental, cuyo culto había sido introducido en Roma en 274. De este modo, para hacer ocurrencia a la fiesta pagana consagrada al nacimiento del Sol natural (Mitra), la Iglesia comenzó celebrando este Sol novus...”
Muchos investigadores han llegado a la conclusión que el Jesús que conocemos por el Nuevo Testamento resultó de una creación mitológica del primer siglo.

Los investigadores han aplicado el Principio de Evidencia Negativa para llegar a tales conclusiones.

El Principio de Evidencia Negativa dice que no tenemos una buena razón para acreditar una proposición sí los siguientes tres principios se satisfacen:
  1. Si todas las pruebas o evidencias que corroboran una proposición son de poca confianza.
  2. No existe ninguna evidencia comprobando la proposición, cuando esta debería estar presente si la proposición fuese verdadera.
  3. Si se ha realizado una búsqueda minuciosa y exhaustiva tras las evidencias corroborativas en el lugar apropiado.
El primer punto del Principio de Evidencia Negativa, nos pide “que las pruebas que corroboran una proposición sean poco seguras” Esto es justo lo que ocurre con la única evidencia secular sobre la vida de Jesús: los dos breves pasajes de las obras de un historiador del siglo I, llamado Flavio Josefo. Josefo era un prolífico escritor, no obstante, solo escribió dos párrafos sobre Jesús. Uno es notoriamente una interpolación, y el otro es altamente sospechoso.

Otras referencias a Jesús en los escritos seculares son demasiado ambiguas, o son interpolaciones posteriores.
Este hecho es bastante curioso, ya que la Biblia dice que Jesús fue un fenómeno de masas y que tuvo repercusiones en los eventos sociales de Oriente medio. Esto es como si en un futuro lejano, sólo se encontraran dos breves pasajes sobre la existencia de un tal Nelson Mandela en los textos de historia
de Sudáfrica y los diarios del siglo XX.

Al cuestionar a los creyentes sobre esto, ellos responden que se basan en sus sensaciones interiores, y es muy probable que tras enseñarles las incongruencias históricas de sus creencias ellos respondan: “Esto lo creo porque siento a Cristo en mi corazón”, o “Tú no puedes entender esto porque no has tenido esta experiencia de vida” o “Debes saber que Cristo cambió mi vida, y eso es suficiente para que yo crea”.
Sin embargo, estas razones son poco confiables, ya que las personas de todos los credos siempre han tenido sensaciones interiores, sea cual fuere la creencia que promulguen. Los cristianos nos dicen que ellos “siguen a Jesús”, pero es diferente ser seguidor de alguien a quien se puede ver y escuchar de primera mano, que seguir a unos religiosos que predican (e interpretan) unos textos escritos por unos fulanos, que escucharon hablar de un tal Jesús de Nazareth. ¡La diferencia entre estas dos situaciones es abismal!

En el siglo I, había la costumbre de escribir algo y atribuirlo a otra persona (a su mentor filosófico), tal actividad se conoce como “Pseudoepigrafía”. Esto dificultó a los estudiosos la verificación de quien realmente escribió los libros del Nuevo Testamento.
Los apologistas cristianos dicen que la pseudoepigrafía era una técnica común en las escuelas de la época, y que en tal época no se consideraba moralmente incorrecta. Sin embargo, el autor Karlheinz Deschner, en su "Historia criminal del cristianismo", tomo 4 (falsificaciones y engaños), demuestra contundentemente que incluso en la antigüedad, esa práctica era reconocida como deshonesta y fraudulenta.

Los investigadores al aplicar ciertas técnicas, para determinar quién está hablando, cuál es su mensaje, el cuándo y el por qué, han concluido que los escritos más antiguos de los primeros cristianos son las cartas de San Pablo. Estas probablemente datan del comienzo de la quinta década del primer siglo - bien después de los eventos de la vida de Jesús. Además de esto, no todas las epístolas que se encuentran en la Biblia como obras de Pablo, son realmente suyas, sino como se mencionó anteriormente, algunas fueron escritas por otras personas, quienes las atribuyeron a Pablo.
Las cartas paulinas fueron escritas antes que los evangelios, y ninguno de estos es anterior a por lo menos la séptima década. Los textos aceptados genuinamente como obras de Pablo son (Gálatas, 1 de Tesalonicenses, 1 y 2 de Corintios, Romanos, Filemón, y Filipenses).

Al examinar las cartas paulinas genuinas de forma aislada, queda claro que Pablo no tenía ninguna idea del nacimiento virginal de Cristo, además nunca afirmó haber vivido en la época de Jesús, o que cualquiera de sus mentores era contemporáneo de Jesús, o que Jesús había hecho cualquier milagro. Pablo tampoco asoció la muerte de Jesús con el juicio ante Pilatos. Pablo nunca corroboró la existencia de un Jesús en la primera mitad del primer siglo. Al revisar otros escritos cristianos anteriores a los cuatro evangelios, ahora considerados como apócrifos (que no pertenecen a la Biblia), queda claro que estos omiten las mismas cosas que Pablo omite, lo que nos lleva a pensar que los hechos biográficos asociados a Jesús fueron inventados posteriormente.

La elaboración de los evangelios abarca el periodo del año 70 D.E.C hasta el 120 D.E.C. aprox. Es necesario mencionar que los evangelios fueron escritos después de la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 D.E.C. por orden del emperador Tito, dando fin a la rebelión judía contra el imperio romano. Este hecho es importante, ya que los predicadores fundamentalistas enseñan que Jesús profetizó la destrucción del templo, lo cual es completamente falso.
El primer evangelio escrito, de los cuatro presentes en la Biblia, fue el de Marcos. Su autor creía en supersticiones, demonios, posesiones por los mismos, y milagros. Todo esto afectó la escritura de su evangelio. El autor de Marcos no declara haber conocido a Jesús. Él probablemente escribió su evangelio en Siria (poco después de la destrucción de Jerusalén) para los romanos cristianos, que pasaban por la persecución de Nerón. Es así como Marcos escribió este evangelio probablemente para fortalecer a los perseguidos.
El evangelio de Marcos, no menciona a José en la historia del nacimiento de Jesús. El autor se refiere a Jesús como "hijo de Maria", una descripción reservada a los hijos ilegítimos. En Marcos no hay detalles sobre el nacimiento de Jesús, no menciona nada sobre un nacimiento virginal, la visita de los reyes magos o de ángeles comentando el nacimiento con los pastores. La razón de esto, es que esos mitos aún no habían sido incluidos en la doctrina cristiana.
El segundo evangelio fue el de Mateo. El autor de Mateo estaba empeñado en mostrar a los hebreos que Jesús era el Mesías prometido. Cuando el autor de Mateo escribió su evangelio, tenía a su disposición la traducción griega del Antiguo Testamento conocida como “La Septuaginta” o “de los setenta”. En la septuaginta se tradujo mal un texto de Isaías que dice que en respuesta a una señal, una mujer joven (almah es el término hebreo) concebiría a un niño que habría de llamarse Emmanuel. La palabra utilizada en hebreo no significa “virgen”, pues en tal caso el vocablo correcto debió ser “betulah ”, esta palabra fue traducida al griego como “parthenos”, que significa virgen. Así ocurrió un cambio importante de significado y el autor de Mateo terminó afirmando que María era virgen cuando concibió a Jesús.

El autor de Mateo usó como fuente principal el evangelio de Marcos, por lo que incorporó los mitos de este evangelio, adicionó los suyos, y la historia fue alterada nuevamente. Para probar que Jesús era el Mesías, el autor de Mateo omite detalles en la genealogía de Jesús a fin de mostrar conjuntos de siete generaciones desde Abraham a David, de David hasta el exilio, y del exilio hasta Jesús. Las genealogías del evangelio de Mateo contradicen otras genealogías del Viejo Testamento.
También hay contradicciones entre los evangelios. En Mateo se menciona a Jesús como descendiente del rey David por parte de su hijo Salomón; mientras que en Lucas se afirma que Jesús proviene del rey de David, pero por parte de su hijo Natán. Según el evangelio de Mateo el abuelo paterno de Jesús (el padre de José) es Jacob; pero según Lucas el abuelo paterno de Jesús es Elí.
El Evangelio de Mateo fue un esfuerzo para convertir judíos, mientras que el Evangelio de Lucas lo fue para convertir gentiles (no judíos). El autor de Lucas también poseía una copia de Marcos, citó de ella varios pasajes y adicionó lo que le convenía.

El autor de Lucas escribió para un público romano lleno de posibles conversiones, por lo que Roma fue plasmada de la mejor manera posible. Por ejemplo, en el evangelio de Marcos los soldados romanos azotan a Jesús, pero en el evangelio de Lucas los soldados son de Herodes. El reino de Jesús "no es de este mundo", obviamente un esfuerzo por aplacar las sospechas romanas de una conspiración cristiana contra el estado. Al ascender Domiciano al trono Romano en el año 81 D.E.C, la persecución se había reiniciado, por esto el autor de Lucas ve la necesidad de atenuar las preocupaciones romanas, mostrando el cristianismo como inofensivo. Por esto dedicó el documento a "Su excelencia Teófilo".

El último de los 4 evangelios es el de Juan. Este evangelio fue escrito a comienzos del siglo II, y en éste, Jesús se muestra totalmente opuesto a los judíos.
Como vemos, cada evangelio fue escrito recogiendo información de segunda o tercera mano, después de haberse incorporado mucha mitología, y con fines misioneros precisos. Por esta razón, ninguno de los 4 evangelios es confiable en cuanto a la historicidad de Jesús.
La segunda exigencia del Principio de Evidencia Negativa es que “no exista ninguna evidencia segura donde ésta debería existir”, y esto es lo que ocurre, ya que no existe ningún registro de la vida de Jesús en los documentos romanos de la época, lo cual es sorprendente, ya que Jesús causó gran conmoción, según la Biblia.
El historiador Josefo era tan meticuloso que escribía una historia de tres páginas para cubrir el juicio y ejecución de un ladrón común. Flavio Josefo escribió exhaustivamente sobre Juan el Bautista, mas sobre Jesús, sólo aparecen dos pequeñas referencias altamente cuestionadas por los investigadores. Desafortunadamente, los escritos de Josefo llegaron hasta nosotros solamente a través de fuentes cristianas, ninguna de ellas anterior al siglo IV, y se sabe que los escritos de Josefo fueron revisados.
Las dos referencias de Josefo sobre Jesús son cuestionables principalmente porque, es poco probable que siendo Josefo un Judío, llamase a Jesús de Mesías, principalmente cuando él no daba crédito a otros aspirantes a Mesías. Además de esto, los comentadores que escribieron sobre Josefo antes de Eusebio (siglo IV D.E.C.) no citan ese pasaje.

La historia sobre el censo que ordenó Herodes, en la ciudad natal de cada habitante, y que llevó a José y María a Belén, no encuentra respaldo en los documentos romanos. Con esta historia, el autor del evangelio de Mateo buscaba convencer a los judíos que Jesús era el Mesías, ya que las profecías judías dicen que el Mesías nacería en Belén. Así que la historia de un censo en la que cada habitante tuviese que viajar a su ciudad de origen es un invento del autor de Mateo. Es importante recalcar que ningún gobernador hizo viajar a las gentes a sus ciudades de origen para ser censadas. Eso es absurdo, poco práctico y no sirve al verdadero propósito que tiene un censo: Saber qué personas viven en una determinada zona para colectar impuestos. Esta leyenda no tiene ninguna evidencia histórica.

La muerte de niños inocentes ordenada por Herodes a fin de matar al niño Jesús, también está ausente de los registros romanos. ¿Es posible que después de semejante masacre ningún historiador haya dicho algo al respecto? Algo similar ocurre con el arresto y juicio de Jesús. Todo esto es muy extraño, ya que los romanos eran muy meticulosos en cuanto a la historia escrita. En la Palestina de ese periodo se encuentran muchos historiadores, entre ellos, el ya mencionado Flavio Josefo. ¿Por qué los escritos contemporáneos fiables no dicen nada sobre Jesús de Nazareth, si según la Biblia, fue todo un fenómeno social?

El tercer requerimiento del Principio de Evidencia Negativa dice que “debemos haber realizado una búsqueda minuciosa y exhaustiva de evidencia en donde ella debería estar”. De hecho, esto ya se ha realizado tanto por investigadores religiosos como escépticos, por lo que se puede decir que el tercer punto se ha cumplido.

Con frecuencia las historias mutan, transformándose en mitos, y estos mitos a su vez sufren modificaciones con el tiempo. Así evolucionan las historias sagradas. Por ejemplo, en la Norteamérica del siglo XIX, el joven José Smith aseguró haber recibido una “nueva luz” que narraba las enseñanzas de Jesús en Norteamérica, ya que según él, Jesús después de haber resucitado había hecho una escala en América para predicarle a los nativos (!!!).

La nueva versión de la historia de Jesús que empezó con pocos creyentes, hoy ya tiene aproximadamente 6 millones de seguidores conocidos como mormones. De igual forma en los primeros años del cristianismo, las historias fantásticas inventadas por los evangelistas con el tiempo se convirtieron en la creencia de la mayoría.

Como conclusión podemos decir que basados en el Principio de Evidencia Negativa, tenemos buenas razones para dudar de la biografía de Jesús que se nos presenta en la Biblia. Pero lo que no se puede negar es la existencia de la omnipotente, omnipresente y creadora... ¡mitología de los seres humanos!