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Miercoles, 4 de Agosto de 2010

¿PUEDE UN DARWINISTA SER DEL ATLETI?

(Reposición)

Michael Ruse, conocido filósofo de la biología, defensor de la sociobiología y azote de creacionistas, ha sorprendido a no pocos (incluído un servidor) con su libro ¿Puede un darwinista ser cristiano? (publicado en inglés en 2001, y traducido este año al castellano). Con ese título, era de esperar que la respuesta fuese a ser que sí, y así es, aunque en honor de Ruse, filósofo claro y profundo, al que no arredra la complejidad de los argumentos, hay que decir que la respuesta está realmente muy matizada, y que viene a ser un algo así como:

“¡Hombre, claro que un darwinista puede ser cristiano! Por poder, hasta puede ser del Atleti, y mira que eso es irracional. Lo que pasa es que la compatibilidad del darwinismo y el cristianismo exige comprometerse con versiones de ambos que, aunque defendibles, no son precisamente las más cercanas al consenso común respecto a cada uno de ellos, y en todo caso se trata de compromisos teóricos muy especulativos y bastante improbables. Vamos, que si eres darwinista puedes ser cristiano, pero bajo tu estricta responsabilidad”.

Dicho de otra manera: ni el cristianismo se sigue de la teoría de la evolución, ni al revés, y no sólo eso, sino que si uno de los dos es correcto, es bastante improbable que el otro sea falso, pero tampoco son estrictamente incompatibles siempre que se los matice mucho. No hay que negar que Michael Ruse le ha echado valor en el libro, pues con sus argumentos es fácil ganarse enemigos desde los dos campos. Como muestra de este arrojo, basta con leer el principio mismo de la obra:

“Permítanme ser franco. Creo que la evolución es un hecho y que el darwinismo ha triunfado [aquí empiezan a enfadarse los fundamentalistas]. La selección natural es la única causa significativa del cambio orgánico permanente [aquí tuercen el hocico los que se esperan que algún mecanismo del tipo de “morfogénesis holística” -u lo que sea- ande involucrado en el fondo de la evolución]. Soy un ardiente naturalista y un reduccionista entusiasta, y quienes no están de acuerdo conmigo son unos burros [aquí abandonan muchos, sean del campo que sean]. Creo que todo se aplica a los humanos, al pensamiento y a la acción, y que la sociobiología es lo mejor que le ha sucedido a las ciencias sociales en el último siglo [aquí se ven tentados a dejar el libro los darwinianos de izquierda -a lo Gould, Lewontin y demás-]. Lo más amable que se puede decir de quienes no están de acuerdo -marxistas, feministas, constructivistas y compañeros de viaje- es que hablan desde la ignorancia. Quizás sus genes les obligan [¡hoooolaaaa!, ¿queda alguien ahíííí? Y sigue…]. Una vez dicho todo esto, que me maten si entiendo por qué tanta gente -darwinistas y cristianos por igual- piensan que una postura como la mía conlleva una respuesta inmediata y directamente negativa a la pregunta de si puede un darwinista ser cristiano”.

Bueno, yo no abandoné el libro, sino que realmente lo he disfrutado hasta el final, aunque la conclusión (nada “inmediata, ni “directa”, sino bien meditada) que extraigo de sus argumentos es bastante distinta de la que saca el autor. Uno de los movimientos mediante los que Ruse intenta presentar como compatibles cristianismo y darwinismo se refiere a la interpretación de la selección natural. Tras su aceptación del darwinismo, los intelectuales cristianos defienden hoy en día algo así como que podemos interpretar la selección natural como el “instrumento” mediante el que Dios nos ha creado. Ruse intenta justificar esta posibilidad con varios argumentos. Por ejemplo, afirma que es legítimo (aunque, por supuesto, no obligatorio) asumir la hipótesis de que Dios ha hecho el mundo como lo ha hecho para que haya selección natural, la cual conlleva a que las especies progresen en cierta dirección (eventualmente, la selección natural producirá seres inteligentes)

Lo malo es que la concepción estándar en el evolucionismo contemporáneo es más bien la de que la sección consiste en un proceso básicamente aleatorio (aunque, por supuesto, constreñido por la necesidad de adaptación), al menos en el sentido defendido por Gould: si retrocedemos en la historia de la Tierra varios millones de años, y dejamos empezar otra vez el proceso, difícilmente surgirán las mismas especies. El ser humano sería, así, un “accidente” (que se lo digan al ecosistema). Rouse responde por una parte, que lo importante más bien es que habrán de surgir especies inteligentes, más que humanos. Por otra parte, puesto que Dios es más bien intemporal, no hay que pensar, al decir que “la selección natural es un instrumento de Dios para crearnos”, que se trata de una mera relación de medios a fines. Además, puesto que Dios también es omnisciente, sabría que el ser humano iba a aparecer, con lo cual éste es un accidente sólo en apariencia. Por lo tanto, la interpretación de la selección natural como un “instrumento” de Dios sigue siendo posible (aunque, insiste, no obligatoria).

Creo sinceramente que este argumento es válido, tal como está: pensar que el universo ha sido creado por Dios con ciertas leyes físicas que permitan la aparición de seres inteligentes por selección natural no es incompatible con el reconocimiento de que los seres vivos han surgido a través de la selección natural. Pero lo que pienso también es que esta tesis es extraordinariamente implausible. Primero, porque la idea de un “propósito” sólo la tenemos a partir de los seres vivos: tener propósitos o fines es una cualidad tan biológica como la de realizar la fotosíntesis, y por lo tanto, decir que Dios (es decir, un agente inmaterial) “tiene deseos” o “voluntad” es el mismo tipo de confusión conceptual que decir que Dios metaboliza la glucosa o realiza la fotosíntesis. (No quiero decir que cuando algún bicho metaboliza la glucosa, es Dios quien lo hace, sino que Dios, en el reino de los cielos, metaboliza glucosa celestial). De hecho, afirmar que Dios es un “agente” (una “persona”) es tan incomprensible como afirmar que es un paramecio o un hongo: las personas, como los hongos, son simplemente cierto tipo de bichos.

De la conclusiones que se siguen del darwinismo, la más demoledora para la religión es, precisamente, la de que la mente humana es tan sólo un proceso biológico (todo lo complicado y “emergente” que se quiera, pero no categorialmente distinto de la digestión), y pensar en que algo que no es un bicho material puede “tener una mente” es como decir que un cuerpo gaseoso puede desarrollar una tectónica de placas.

En segundo lugar, decir que la selección dirige a los organismos en cierta dirección (p.ej., hacia mayor inteligencia) es posible, pero cuestionable. Los humanos no habríamos evolucionado si el asteroide que mató a los dinosaurios hubiera pasado unos kilómetros más allá, y si en varios cientos de millones de años los dinosaurios no produjeron un ser inteligente, es razonable esperar que algo en su constitución les impedía progresar en esa dirección, y que tampoco lo habrían conseguido de haber seguido sobre la tierra. (Claro, que podemos pensar que el asteroide fue una especie de meneo que Dios dio al juego de la evolución porque se había quedado atascado, como cuando le das un golpe a la máquina de bolas -o “pinball”, como dicen ahora- porque la bolita se enganchó por ahí). Además, también el nacimiento de cada uno de nosotros es una lotería (pensemos en los millones de espermatozoides corriendo como locos en pos del óvulo). Todo esto es azar, o sea, lo que en este mundo entendemos por “azar”, y si se dice que “lo que en este mundo es azar, desde la perspectiva de Dios no es azar”, en realidad nadie entiende lo que se está diciendo. “El azar no es azar”: pues bueno.

En resumen, se puede afirmar que la selección natural es una “herramienta” de un Dios que “hace cosas con un fin”, pero dado que en el fondo no se tiene ni repajolera idea de lo que se quiere decir con eso, lo más probable (con una probabilidad tan elevada que no hay forma de distinguirla de la certeza práctica) es que, en caso de que quiera decir algo, ese algo será falso. (Para hacernos una idea de las probabilidades involucradas: es como si formo frases cogiendo una palabra al azar de cada entrada de una enciclopedia, siendo la primera “Napoleón”; lo más probable es que la frase resultante no signifique nada, pero en caso de que signifique algo, lo más probable es que sea falso).

Por supuesto, el libro de Rouse contiene muchos otros argumentos interesantes (sobre el dolor, los extraterrestres, la sociobiología, etc., etc.), que tendré que dejar para otro día.

Eso sí, también dejo para otro día explicar por qué el título de esta entrada tiene más enjundia filosófica de la que parece.

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Miercoles, 21 de Julio de 2010

¿PUEDE UN MILAGRO DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS?


Quedó esta discusión pendiente hace unos días en la entrada sobre “El mejor de los mundos posibles”, a propósito de una pregunta de Irichc sobre el milagro del Cojo de Calanda (un típico caso de fraude, que hoy daría, como mucho, para unas pocas apariciones en los reality shows).

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Pero, más allá de las razones para aceptar o no el carácter milagroso de ése u otros de los múltiples hechos aducidos a lo largo de la historia como prueba de intervenciones sobrenaturales (reconozco que, personalmente, siento debilidad por la resurrección efectuada por mediación de San Nicolás de Bari de tres niños que habían sido escabechados por un pérfido tabernero, milagro sobre el que la mezquina tradición nos escamotea la respuesta a la pregunta más interesante: ¿seguirían oliendo los chavalillos a vinagre el resto de sus días, u obraría el Todopoderoso en consonancia con su epíteto, y les libraría con generosidad de tamaño inconveniente -no como la chapucera Virgen en el caso del susodicho Cojo, al que no tuvo la decencia de reparar como es debido el cableado neuronal de controlar la locomoción, de modo que el Cojo anduvo unos cuantos días cojeando aun después de haber “recuperado” su pierna pseudoamputada? ), más allá de las razones históricas o forenses para aceptar la verdad de un tal “milagro”, creo que es interesante la reflexión siguiente: ¿en qué medida demostraría la ocurrencia de un milagro, certificada fuera de toda duda razonable, la intervención de la divinidad?
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Me parece que la única respuesta posible es “en ninguna medida”: al fin y al cabo, el “milagro” consistiría en algo que nosotros no somos capaces de explicar, pero que, en principio, no habría problema en aceptar la POSIBILIDAD de que se trate de un fenómeno causado por seres naturales tremendamente más avanzados tecnológicamente que nosotros, seres capaces de recomponer miembros, resucitar difuntos, o, a las malas, generar alucinaciones colectivas con gran espectáculo.
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Domingo, 4 de Julio de 2010

EL MEJOR DE LOS MUNDOS POSIBLES

La teodicea (o búsqueda de excusas o coartadas para el creador del universo) suele argumentar que el mal existe en nuestro mundo porque éste es el mejor de los mundos posibles, de tal modo que las cosas malas que ocurren en él son sucesos INEVITABLES en un orden cósmico que conduce al mayor bien posible. Es decir, imaginemos que podemos retroceder en el tiempo y “arreglar” algún mal de los que sucedieron en el pasado (p.ej., prevenir un crimen). El argumento del “mejor de los mundos posibles” dice que, aunque eso fuera posible, la alteración que habríamos efectuado en las relaciones de causa y efecto conduciría INEVITABLEMENTE a un “futuro” (incluyendo tal vez nuestro propio presente) PEOR que el que de hecho sucede en nuestro mundo.

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O sea, cualquier otro mundo “posible” (aunque los defensores del argumento no se ponen de acuerdo en qué quiere decir el término entrecomillado) sería EN TÉRMINOS NETOS peor que el nuestro. Tal vez la víctima del crimen que habríamos podido evitar con nuestro viaje en el tiempo no esté muy de acuerdo con ello (“¡que le den por culo a las DEMÁS consecuencias que hubiera tenido mi salvación! Lo que quiero es no sufrir el crimen YO”; y es que mira que son egoístas las víctimas, normalmente, pero en fin, sigamos a lo nuestro), pero EN TÉRMINOS AGREGADOS (por seguir con el lenguaje economicista), nuestro universo es el mejor posible.
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Pero este argumento es un arma de doble filo. De él se desprende que las leyes físicas (p.ej.) son las que son porque contribuyen al mayor bien posible EN EL UNIVERSO CONSIDERADO COMO UN TODO, aunque individualmente pueda haber casos de “víctimas” que se llevan la peor parte en el “plan quinquenal” del Secretario General de la Cosa Cósmica. Ahora bien: pensamos en el argumento como si lo que contaran fueran las “víctimas” y los “beneficiarios” DEL PLANETA TIERRA, cuando sabemos perfectamente que la tierra, y más en particular la humanidad, son una mota de polvo en la inmensidad del espacio y el tiempo.
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Cabe la POSIBILIDAD (no importa para mi razonamiento que sea un hecho real, basta con que sea meramente posible, y eso nadie lo puede negar) de que, aunque las leyes del universo hayan sido determinadas con vistas a conseguir el mayor bien posible, ocurra igual al comparar unos planetas con otros que lo que ocurre al comparar víctimas y beneficiarios en nuestro propio planeta. Es decir, tal vez las leyes del universo hayan sido creadas para dar lugar a mundos (en el sentido de planetas habitados, u otros lugares llenos de vida consciente u otras cosas valiosas desde el punto de vista del Encargao) felices, pero las leyes sean tales que no pueden conseguir que TODOS Y CADA UNO de los mundos habitados sean paradigmas del “bien” que esas leyes pueden conseguir EN TÉRMINOS NETOS Y AGREGADOS.
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O sea, es POSIBLE que las mejores leyes que el universo podría tener den lugar a un mogollón de mundos extraordinariamente felices, pero también, INEVITABLEMENTE, a unos cuantos jodidamente nefastos, tan crueles y sufrientes como el destino de aquella víctima inocente a la que el argumento del mejor de los mundos nos prohibió socorrer. O sea, para cambiar la fortuna de uno de estos mundos “miserables”, habría que haber cambiado las leyes del universo, y esas leyes nuevas habrían producido, EN TÉRMINOS NETOS Y AGREGADOS, un menor bien que las leyes actuales.
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Dicho de otra manera, y para terminar: tal vez vivamos en el mejor de los UNIVERSOS posibles, pero eso es plenamente compatible con la hipótesis de que nos ha tocado uno de los PLANETAS más infernales de ese universo Disney. (Al fin, ¿a quién le extraña que Hannah Montana se convierta en una transgresora?).
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Más:
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El argumento de la plenitud ontológica.
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Jueves, 1 de Julio de 2010

EL ARGUMENTO DE LA PLENITUD ONTOLÓGICA


Supongamos por un momento que Dios existe, y que es “perfecto” (como suponía San Anselmo) y, en particular, omnipotente.

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Sabemos (aunque al pobre Anselmo seguramente no se le habría ocurrido) que, al menos como posibilidad lógica, cabe la existencia de más de un universo.
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Ahora bien, si el ser es “mejor” que el no ser, entonces la existencia de dos universos es un estado ontológico “mejor” que la existencia de uno solo (igual que los teístas suelen aceptar, al contrario que el duende de Midas, que es mejor la existencia de un mundo que la de ninguno). De modo que la existencia de TODOS los universos posibles es un estado mucho “mejor” que la existencia de un subconjunto propio de esos universos.
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De donde se infiere que, si Dios es “perfecto” y omnipotente, habrá creado TODOS los universos posibles. Universos en los que el Madrid habría ganado la liga 2009-2010, universos en los que la vida no haya llegado a evolucionar sobre la tierra, universos en los que las leyes físicas sean diferentes, etc., etc.
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De modo que vivimos en el mejor de los mundos posibles… un mundo en el que pasa TODO lo que puede pasar (aunque, naturalmente, nosotros vivimos en una provincia de ese omnimundo, en la que sólo pasan algunas cosas, no necesariamente mejores que las que pasan por otros lares contemplados y creados por la divina omnipotencia).
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Las consecuencias de este argumento son inquietantes y profundas. Pero prefiero que las vayamos sacando entre todos en los comentarios.
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Más:
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Viernes, 11 de Junio de 2010

ANTE TODO, COHERENCIA

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Lunes, 31 de Mayo de 2010

LO QUE TIENE EL CREERSE JOSUÉ


Las democracias occidentales tienen una ocasión estupenda para dar un buen rapapolvo a Israel, después de la última salvajada de los Yehoshuá boys.

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¿La veremos?
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Viernes, 21 de Mayo de 2010

¡¡¡HAY QUE ARMAR UN BUEN CRISTO!!! O AL MENOS, COCINARLO.

¿Y no habría alguna manera de frenar a esta gente que aún se cree viviendo en la época de los Reyes Católicos?
¿Va a hacer algún cambio relevante la prevista ley de “libertad” religiosa? (nos permitirá realmente LIBERARNOS del virus de la religión y de los ataques de estupidez procedentes de los infectados por él?

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Y de paso, dibujemos a Mahoma:
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Sábado, 15 de Mayo de 2010

LA MEJOR PRUEBA DE QUE DIOS EXISTIERA

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Domingo, 11 de Abril de 2010

¡HAY QUE ESTUDIAR MÁS!

Si es que no hay nada como tomarse su tiempo para hacer bien las cosas.

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Jueves, 8 de Abril de 2010

¿CUÁL ES LA INSTITUCIÓN MÁS CORROMPIDA POR LA PEDOFILIA?


Efectivamente, habéis acertado es…. ésa en la que estás pensando.

La segunda es, si mis intuiciones estadísticas no fallan (lo que entra dentro de lo cojonudamente probable), las actividades extraescolares (especialmente las de naturaleza deportiva; ¡qué asco de monitores salidos!), seguidas por el vecindario (¡esos puercos sobones!), y a cierta distancia, la propia institución escolar (¡maestrillos libidinosos!).
No sé en qué orden vendría, más abajo aún en la lista, otra cierta institución social de la que tal vez hayas oído hablar en relación con este desagradable asunto, una que dicen que fundó mi tocayo más famoso.
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Pero ninguna, ninguna, llega en comparación al infame número de vejaciones sexuales a las que somete a cientos de miles, o millones de niños anualmente, como la que encabeza la lista, sí, lo has pensado muy bien, la familia, ésa con gente dedicada desde siempre a la reproducción de la especie a base del tradicional dalequetepego, o, también desde la oscura noche de los tiempos, a base de la adopción o asunción de hijos previos de la pareja.
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Así que, como consecuencia, supongo que deberíamos pedir la abolición de la familia, madre de todas las corrupciones. ¿O tal vez no?
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En relación con la secta principal de la red de sectas franquiciadas creadas por mi tocayo más famoso, evidentemente lo que debemos criticar A LA INSTITUCIÓN MISMA no es la existencia en su seno de repulsivos y ensotanados cerdos sobaniños (seguramente muy, muy escasos), sino el hecho de que sus superiores cometan SISTEMÁTICAMENTE el delito de ENCUBRIMIENTO cuando son conocedores de un delito cometido por sus subordinados.
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(Con respecto a la imagen, va por ti, Pez).
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Miercoles, 24 de Febrero de 2010

HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI


Que aprenda de los obispos católicos, que siempre van con chófer.

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Viernes, 29 de Enero de 2010

CRISTOBIOLOGÍA


Interesante artículo humorístico aparecido en Nature el pasado día de nochebuena, y que, curiosamente, parece no haber levantado muchas iras (señal de la buena relación de la inmensa mayoría de los cristianos con la cosmovisión científica).

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Viernes, 22 de Enero de 2010

UN CADÁVER EXQUISITO: KANT, LOS INHUMANOS Y EL TERREMOTO


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Se trata, por supuesto, del terremoto de Lisboa, no del de Haití. Aunque los dos sean igual de inhumanos.
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Martes, 19 de Enero de 2010

MÁS SOBRE EL TERREMOTO DE HAITÍ Y LA ESPIRITUDALIDAD

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Visto en Magonia.

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(Como continuación natural de “Munilla y los zombis”).
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Domingo, 17 de Enero de 2010

MUNILLA Y LOS ZOMBIS

Nuestra situación espiritual es mucho peor que la situación material de las víctimas del terremoto de Haití (al menos, es más digna de escándalo y de lamentaciones), Munilla dixit. Los cuerpos materiales aplastados por el terremoto alojaban almas que ahora están en el cielo, mientras que nosotros, podridos por el materialismo (que consiste, entre otras cosas, en fomentar sobre todo el bienestar material de la gente), estamos condenados casi sin remedio al infierno en el que eternamente arderemos mientras escuchamos Radio María a todo volumen.

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En fin, por ponerme un poquito políticamente incorrecto, como Munilla, y teniendo en cuenta algunas peculiaridades de Haití, se me ocurre preguntar:
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1) ¿Qué porcentaje de las víctimas del terremoto habrá ido efectivamente al cielo, a la vista de cuán pecaminosa fue la vida de muchas de ellas?
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2) ¿Qué porcentaje de esas mismas víctimas habrán terminado convertidas en zombis?
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Así pues, ayudemos a los haitianos a recuperarse de esta gran catástrofe material que acaban de sufrir, y, sobre todo, ayudémosles a convertirse (en un plazo no muy largo) en un país con niveles de bienestar material parecidos al de nuestras abominables sociedades consumistas, podridos de materialismo como nosotros, y alejados de sus barbaries ancestrales y de las modernas.
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Más:
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Viernes, 15 de Enero de 2010

LOS LEMBA: JUDÍOS NEGROS EN ÁFRICA MERIDIONAL

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¿Quién iba a pensar que la genética confirmaría la afirmación “mitológica” de los Lemba, una tribu de negros del Africa meridional (entre Sudáfrica y Zimbabwe), negros como el tizón, según la cual ellos eran hebreos, descendientes de una tribu que emigró desde Israel hace milenios, y que por ello eran monoteístas y descansaban un día de cada siete, incluso antes de que colonizaran esas tierras los europeos?

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Jueves, 7 de Enero de 2010

QUE DIGAN MISA

Da gusto ir a misa últimamente.

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Si lo haces en Granada (y el Señor te ha bendecido con el regalo de haberte hecho varón), sales de allí con unas ganas tremendas de coger a la primera chica que te encuentres (y que haya abortado, of course), para “abusar de su cuerpo con licencia absoluta, sin límites”. Era digno de ver cómo empezaban a abultar, entre la feligresía de la catedral granadina, las escasas braguetas masculinas que aún no habían pasado la pitopausia, al resonar entre las columnas y bóvedas del magnífico templo, y entre los huesos parietales de sus libidinosos cráneos, las procaces palabras del arzobispo: “¡Sin límites…, sin límites…, sin límites…!”
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Si, en cambio (o además, que ya es potra), vas a la misa de la Epifanía en Roma (y el Demonio te ha engatusado para convertirte en un científico), con lo que sales es con la gran satisfacción espiritual que da el saber que tus investigaciones tienen que estar abiertas a “ulteriores revelaciones y llamadas divinas”. Vamos, que el día menos pensado se te aparece una estrella errante encima del matraz y la retorta, y siguiéndola pasito a pasito terminas colocando regalos por la noche en las casas de los niños, soportando por arte de magia un frío de la puta madre a base de los chupitos que dejan los padres, y saltando de ventana en balcón gracias a unos camellos malolientes alimentados por pajes ataviados con pantalón de culera ceñida (de esos de los que un arzobispo sueña con abusar sin límites… sin límites… sin límites).
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En fin, todo sea por la glorificación del abuso de las abortistas (y supongo que, ya de paso, de toda chica un poco progre, o sea, de las que no van a las manifas kiko-roucales), y de la astrología como vía para la iluminación.
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Aunque yo me conformaría con glorificar un poquito más la tesis de que la ciencia, por supuesto, no es “autosuficiente” en sentido moral, sino que, como toda actividad humana, está sujeta al respeto a los derechos fundamentales. Tampoco es “autosuficiente” en sentido epistemológico, pero eso significa tan sólo que es falible, no que necesite de ayudas provenientes de la mitología, azteca, zoroástrica, o judeo-romana.
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Más:
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Miercoles, 6 de Enero de 2010

FELICES REYES MAGOS INTELIGENTES

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Los hijos de un célebre “científico” defensor del diseño inteligente, casi a punto de descubrir quiénes son los verdaderos responsables de que la vida apareciese sobre la tierra la noche del 5 al 6 de enero del 4.237.657.892 A.C. (nota 1).
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(La prueba del delito es que la citosina del ADN conserva muestras de la pintura negra de la cara de Baltasar).
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Nota 1: Fecha ajustada al hecho de que la tierra giraba sobre sí misma en aquel tiempo mucho más de 365 veces al año.
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Sábado, 26 de Diciembre de 2009

FELICITACIONES LAICAS… ¿Y PARA SEMANA SANTA?

Ante la avalancha de felicitaciones “navideñas” laicas, y la creciente imposición de la iconografía “neutro-guay”, como en las imágenes que incluyo aquí, el Otto Neurath no podía faltar a su obligación de proponer nuevas ideas para promover la laicidad al más puro estilo progre, en el espíritu de nuestra contribución a la solución del debate sobre los cruficijos en los lugares públicos..

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Van más abajo, por lo tanto, algunas ocurrencias para sustituir la iconografía morbo-pascual de la trágica Semana Santa, por otras que mantengan el mismo espíritu, pero no tengan las connotaciones religiosas que puedan herir la sensibilidad del típico progre de pitiminí, del islamista panandalusí, o del mormón rubiales (y su acompañante)..
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O tal vez un mero canto a la primavera.
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