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La vitamina B podrÃa detener el Alzheimer
Dennis Campbell
La toma de suplementos diarios de vitamina B podrÃa retrasar los sÃntomas de la enfermedad de Alzheimer, afirman algunos cientÃficos.
El descubrimiento de que las personas en las primeras etapas de pérdida de memoria pueden conservar sus facultades mentales durante más largo tiempo si toman dichos suplementos de forma regular podrÃa llevar a nuevos tratamientos para la enfermedad. Algunos participantes en el experimento de la Universidad de Oxford han visto su declive neurológico reducido casi a la mitad después de usar vitamina B.
El descubrimiento despierta esperanzas en el uso de vitaminas, adquiribles incluso en tiendas de alimentación, para retrasar al menos, si no prevenir, el destrozo que afecta al cerebro de nuestros mayores.
Los suplementos de vitamina B son populares entre los vegetarianos, quienes los necesitan por carecer de ella los alimentos que toman habitualmente —nada de carne, pescado ni leche en el caso de los veganos— y también entre los que sufren anemia perniciosa.
«Esperamos que este tratamiento sencillo y seguro retrase el desarrollo del mal de Alzheimer en muchos que empiezan a sufrir los primeros problemas de memoria». dice David Smith, profesor emérito del departamento de farmacologÃa de la Universidad de Oxford y co responsable del estudio. Casi un millón y medio de personas de más de 70 años en el Reino Unido que ya sufren de problemas cognitivos leves o MCI y quienes tienen un 50% de posibilidades de acabar desarrollando una demencia completa en solo 5 años se beneficiarÃan del descubrimiento, añade Smith. Pero mientras que los resultados son «inmensamente prometedores» aún no está claro si la vitamina B realmente detiene o previene el desarrollo del Alzheimer.
Gente de mediana edad con la intención de prevenir demencias, y ancianos exhibiendo ya signos de pérdida temprana de memoria podrÃan estar tentados a comenzar a tomar suplementos asà rutinaramente, dice. Avisa de que no deberÃan hacerlo sin consultar con su médico, ya que las tabletas de vitamina B podrÃan estimular el crecimiento de ciertos tipos de cáncer.
Chris Kennars, jefe del tablero de salud mental en el Medical Research Council, afirma que el descubrimiento «nos lleva un paso más cerca de desentrañar la compleja neurobiologÃa que rodea el envejecimiento y el declive cognitivo, y darnos la llave para futuros tratamientos para enfermedades como el Alzheimer».
Rebecca Wood, ejecutivo jefe del Alzheimer’s Research Trust, dice que «estos resultados son muy importantes, mostrandonos a la vitamina B como un posible protector contra el Alzheimer en las edades avanzadas. Estas poderosas averiguaciones deben inspirar pruebas más extendidas con gente de la que se espera que desarrolle Alzheimer, y podemos esperar más éxitos».
Hasta 820.000 personas en el Reino Unido sufren demencias, sobre todo Alzheimer, y se espera que este número crezca según cambia la pirámide de población.
Smith y sus colegas en Oxford administraron a un grupo de pacientes tabletas diarias MCI con ácido fólico, vitamina B6 y vitamina B12. A otro grupo se le administró un placebo. Se escogen esas vitaminas por saberse que controlan la cantidad de un amino ácido llamado homocisteÃna en la sangre. Se conoce que cuanto más alto es el nivel de homocisteÃna más riesgo hay de sufrir Alzheimer.
Después de dos años, los cerebros de los participantes fueron examinados utilizando resonancias magnéticas, y sus facultades mentales verificadas usando pruebas cognitivas. Se encontró que aquellos que hubieron recibido los suplementos experimentaron hasta un 30% menos de atrofia que aquellos que tomaron el placebo. Sus cerebros se contraen un 0,76% al año, contra el 1,08% entre los que reciben el placebo. Aquellos que comenzaron las pruebas con los niveles de homocisteÃna en sangre más alto recibieron el mayor beneficio, hasta un 50% menos de contracción cerebral.
Visto en The Guardian. Foto de Ann Gordon.
Dione, la luna sexy
Si alguna vez te has preguntado cómo de sexy puede llegar a ser una imagen astronómica, échale un vistazo a la fotografÃa de Dione, una de las lunas de Saturno, tomada por la sonda Cassini-Huygens.
La misión Cassini-Huygens es un proyecto colaborativo de la NASA, la Agencia Espacial Europea y la italiana. JPL, una división del California Institute of Technology localizada en Pasadena, ha desarrollado y ensamblado las dos cámaras que la sonda lleva a bordo, y también controla la misión para la NASA.
Más fotos de Dione en la web de la Cassini Equinox Mission.
Dawkins no es Darwin
Jonathan Jones
Charles Darwin no era un hombre inteligente. Vale, claramente era un hombre muy inteligente. Pero no era consciente de serlo y nunca trató con desdén alguno a sus lectores. Su obra maestra, El Origen de las Especies es un libro modesto. Habla de evidencias, de evidencias sencillas del dÃa a dÃa. Aunque su encuentro con las especios de las Galápagos y otros descubrimientos exóticos durante su viaje en el Beagle fueron muy importantes para su evolución intelectual, su libro comienza con observaciones sobre especies de semillas domésticas británicas. Similarmente, en El Origen del Hombre ofrece multitud de anécdotas sobre su estudio de los primates del zoo de Londres. En el fondo le encantaba jugar con los animales.
Darwin es el fruto más delicioso del empirismo inglés. Su modesta presentación de evidencias contrasta con, y lamento decirlo, la estridencia retórica de Richard Dawkins. VisÃtese su famoso sitio ateo y se verá que se persiguen dos metas. Dawkins hace campaña con otras estrellas del pensamiento secular contra la visita del Papa a la Gran Bretaña. Mientras tanto hace campaña con su libro The Greatest Show On Earth: The Evidence for Evolution. El problema del libro es que carece del estilo empÃrico de Darwin. Donde el escritor victoriano presentaba montañas de evidencias, y dejaba que su asombrosa y pasmosa teorÃa emergiera de observar la naturaleza con sentido común, Dawkins carece de paciencia, en este momento de su carrera, para dejar que la historia natural hable por sà misma. Se ha convertido en la imagen especular de los teólogos dogmáticos a los que desprecia.
Simplemente no puede separar la ciencia del debate en el que se ha implicado con los religiosos. Y aquà «debate» es una palabra amable. En un debate intentas convencer a tus oponentes. Pero los nuevos ateos han cerrado la zona marcada en la que durante tanto tiempo en Occidente la ciencia y la religión han podido coexistir. En su libro, Dawkins intenta en un momento dado admitir reconociendo que cualquier obispo bien educado acepta la evolución. Pero vuelve al terreno del dogma preguntándose a sà mismo por qué les ha llevado tanto tiempo reconocer la realidad de la evolución. Es claramente una pregunta histórica, aunque probablemente no una buena pregunta —¿por qué nos ha llevado tanto tiempo inventar el iPad? Vale, primero hay que inventar la rueda—. No se hace preguntas que parecerÃa interesado en responder sólo porque —y estoy haciendo una caricatura— parece considerar a la gente algo estúpida como para entenderlas. No ofrece ninguna pista intelectual sobre cómo nació la gran idea de Darwin de siglos de historia natural, ni sobre cómo es posible que los religiosos victorianos prestaran una atmósfera intelectual en la que fuese posible un salto en la oscuridad tal.
No nos ofrece lo que necesitamos, una introducción calmada a la evolución que parta de las evidencias visibles que nos rodean. Desprecia el fósil Ida, y no se resiste a contarle a sus lectores que está demasiado de moda. ¿Eslabón perdido? Hay que ser idiota para creer eso —parece pensar—. No estoy defendiendo la publicidad del fósil, pero nos muestra a un ateo de la vida pública que, tan pronto aparece una excitante evidencia visual de la evolución del hombre, tiene la reacción de adoptar un aire despectivo. Parece que no quiere enseñarnos nada, sólo ser el chico más listo de la clase. Justo lo que Darwin nunca fue.
Visto en Art and design. Fotos de Murdo Macleod y Martin Argles.
Comienza la carrera espacial africana
David Smith
El escritor de ciencia ficción Larry Niven observó sagazmente en una ocasión que «los dinosaurios se extinguieron por no tener un programa espacial». Ãfrica, la cuna de la humanidad, ha sido lenta en entender ese aviso, pero esto podrÃa cambiar.
La decisión de la Unión Africana de aprobar un estudio de viabilidad para la creación de una Agencia Espacial Africana ha levantado el debate. Una cumbre de ministros se declara de acuerdo en que ese estudio deberÃa redactar el borrador de una polÃtica espacial común de los 53 paÃses miembro. Algunos comentaristas sospechan que los rivales de la NASA podrÃan proporcionar personal y tecnologÃa. Otros sugieren que malamente puede el continente dedicar recursos a esta cuestión cuando millones de sus habitantes se enfrentan a la pobreza, a la enfermedad y a la escasez de alimentos.
Pero aún mal repartido el futuro ya está aquÃ. Los astrónomos llevan siglos trabajando en Ciudad del Cabo y en 1820 ya establecieron un Observatorio Real en el Cabo de Buena Esperanza, el primero de su clase en el hemisferio sur. Ãfrica ya ha lanzado varios satelites y en 2002 el millonario de Internet Mark Shuttleworth —N. del T. responsable del proyecto de software libre Ubuntu, en la fotografÃa— ya voló en una cápsula rusa Soyuz para convertirse en el primer africano en el espacio.
La IAU —Unión Astronómica Internacional— recientemente concedió a Ciudad del Cabo su Oficina Global Astronómica para el Desarrollo, dedicada a promocionar la astronomÃa en estos paÃses. Ãfrica compite ahora con Australia en una apuesta para alojar el radio telescopio más potente del mundo, uno capaz de tomar imágenes desde un pasado de miles de millones de años.
Un panel internacional anunciará cuál de los dos continentes es el ganador en 2010, y el victorioso se llevará el privilegio de construir el SKA —Square Kilometre Array o Selector de Kilómetros Cuadrados—, hasta 50 veces más sensible y 10.000 veces más rápido que cualquier otro radio telescopio jamás construido antes.
El telescopio SKA estará compuesto eventualmente por hasta 3.000 antenas. La mitad de ellas estarÃan localizadas en las afueras de Carnarvon en Cabo Norte de Sudáfrica, y el resto distribuidas por Namibia, Botswana, Mozambique, Ghana, Mauritius, Madagascar, Kenya y Zambia.
Visto en The Guardian.
Es tiempo para la ciencia
Richard Dawkins, Lawrence Krauss, Steven Pinker, Daniel Dennett, Ann Druyan y otras grandes mentes, nos hablan de la importancia de la Ciencia y el Racionalismo en un nuevo siglo en el que el pensamiento religioso aspira a una influencia social que nunca podrÃa haber soñado en las últimas décadas del siglo pasado.
Sarah Palin y el aroma del fascismo
«Cuando el fascismo llegue a América, lo hará abrazado por una bandera y transportando una cruz.» —Sinclair Lewis
PodrÃa no tener que torcerse ya demasiado el mandato de Barack Obama para que Sarah Palin fuese el próximo presidente de los Estados Unidos de América. Eso significa darle a una ignorante convencida de que el Juicio Final sucederá durante nuestras vidas el cargo de más responsabilidad jamás ocupado por un ser humano, incluyendo los códigos que lanzan el armamento nuclear del que la nación dispone.
Piénsate dos veces quién en este planeta realmente es el enemigo.
Actualización: Gracias a mi amigo Esteban por la puntualización. En efecto, la cruz está photoshopeada, y Sinclair Lewis no vivÃa en 1835, probablemente la fecha correcta es 1935. La Palin es un personaje muy peligroso en cualquier caso.
Marchando una de homeopatÃa
Martin Robbins
Los médicos parecen ya tener clara su idea sobre la homeopatÃa, pero su posición sobre si deberÃan permitirse prescribir placebos es algo más vaga.
La semana pasada asistimos al acontecimiento en el que cientos de doctores británicos votaban sobre si la homeopatÃa debÃa formar parte del sistema nacional de salud, un espectáculo surrealista similar al que ocurrirÃa si una reunión de geólogos debatiera sobre si debe considerarse una posición cientÃfica afirmar que la tierra es plana. Naturalmente la mayor parte de los miembros votaron a favor de que la homeopatÃa no debe ofrecerse como servicio público de salud, pero muchos de ellos se mostraron escépticos, y no se trata precisamente de creyentes en la magia del siglo XVIII.
De hecho los argumentos no trataban sobre la homeopatÃa sino sobre un debate más amplio con forma de elefante en una cacharrerÃa; el placebo. Hablé con uno de los participantes, el doctor John Garner, quien afirma que “todos estamos a favor de la medicina basada en evidencias, pero sabemos que hay pacientes que no tienen ese tipo de sÃntomas basados en la evidencia” dice. “Esos pacientes, después de ser investigados, resultan no responder a la medicina convencional y algunos obtienen beneficio de los tratamientos homeopáticos”.
Garner me hace pensar en tres cosas. Que no debemos retirar a un paciente medicamentos que funcionan con él, estén basados en el efecto placebo o no. Que las medicinas alternativas que podrÃan serles administradas, como analgésicos, antidepresivos o antibióticos, podrÃan tener efectos secundarios peores y ser más caras. Y que, como dice “aplicamos a los pacientes la medicina convencional, pero cuando sus sÃntomas cambian, podrÃa ser culpa de esa medicina convencional”.
Antes de seguir seamos claros. Un argumento a favor del placebo no es un argumento a favor de la homeopatÃa. Por lo pronto, la homeopatÃa es un fraude. ¿Por qué deberÃa pagar el servicio nacional de salud cinco euros por unas pastillas dulces homeopáticas si un paquete de caramelos cuesta medio euro, vienen en diferentes colores y su uso tiene la mÃsma base cientÃfica?
Mucha gente es feliz creyendo que una carrera de medicina puede ser reemplazada por Google y unos DVD de House. El hecho es que un homeópata no tiene el mismo entrenamiento que un médico para hacer diagnósticos o prescribir medicinas. Nadie dice que los médicos sean perfectos, pero son tu mejor apuesta. Darle a un homeópata la responsabilidad de aplicar remedios medicinales es como dejarle a tu sobrino arreglar tu coche porque sabe conducir un kart y es muy gracioso cuando hace “broom, broom” con la boca.
Pero la verdad inconveniente para mà y para los escépticos que apoyaron la campaña contra la homeopatÃa es que quienes se opusieron a la moción tienen sus argumentos. Un hecho que nadie discute es que para algunos pacientes la homeopatÃa funciona, como funcionarÃa un terrón de azúcar. ¿Es conveniente entonces permitir los placebos y por extensión la medicina alternativa para tratar a los pacientes?
El comité de cientÃficos seleccionado ya paso hacia la homeopatÃa una prueba de evidencias y finalmente dejó de lado la cuestión de los placebos. En sus conclusiones escritas citaron el comentario del doctor James Thallon, director médico del West Kent, afirmando que “cuando un médico prescribe un placebo, corre el riesgo de cargarse la confianza que hay entre ellos y sus pacientes”.
Pero la discusión sobre placebos acaba siendo ética y no pragmática, y en la vida real la ética no siempre gana.
Al responder a una pregunta del liberal Evan Harris durante las pruebas, el entonces ministro de salud Mike O’Brien dejó salir este dilema. “No me gustarÃa equivocarme, y sospecho que a mis pacientes tampoco les gustarÃa. Pero eso no es lo que me has preguntado. Lo que me has preguntado es si es ético que un médico prescriba un placebo. Cuando pienso sobre ello me doy cuenta de las circunstancias posibles. Pero luego pienso ¿deberÃa hacerlo? ¡Por supuesto que no!”
El doctor Ben Goldcare utilizó un argumento similar el del doctor Garner. “Hay situaciones en las que un paciente desea ser tratado pero la medicina tiene poco que ofrecer. Dolores de espalda, stress en el trabajo, fatiga sin explicación aparente, o incluso los resfriados. Condenarle a un teatro de tratamientos médicos, probando con él todos los medicamentos del manual, sólo puede causarle efectos secundarios desagradables. Un inofensivo caramelo en esas circunstancias podrÃa ser la única opción sensata”.
Menciónensele los placebos al cuerpo disciplinario de los médicos británicos y la respuesta será discreta. En algunas ocasiones el año pasado yo y otros hemos estado preguntándoles por su opinión oficial sobre la homeopatÃa y el efecto placebo en general, y en todos los casos hemos sido redirigidos a esta sentencia que sigue, que dice lo que dice pero puede ser interpretada de muchas formas dependiendo de tu definición de “beneficios”.
“No obligamos a los médicos a usar solo tratamientos basados en la evidencia, en cualquier forma de cuidado médico, pero esperamos que los doctores hagan todo lo que puedan para asegurarse de que el tratamiento que prescriben es el mejor para su paciente. Esto quiere decir que los beneficios potenciales deben ser mayores que los posibles riesgos conocidos.”
Aquà no hay respuestas fáciles, y con guÃas de comportamiento tan vagas como ésta se permite a cada médico hacer su propio juicio del uso de placebos.
Creo que la homeopatÃa deberÃa pasar ya a los libros de historia asà que me agrada ver que los médicos se levantan frente a la ignorancia y piden su prohibición. Pero deberÃamos tener un debate más amplio sobre el papel de los placebos en los servicios de salud, porque de cualquier forma se están usando ya, y prohibirlos uno por uno de una manera ad hoc probablemente no es una polÃtica sanitaria efectiva.
Visto en The Guardian. Foto de José MarÃa Mateos, editor de Las penas del agente Smith.
La testosterona ya no es lo que era
Sandy Fritz
Conoces a ese tÃo: siempre colgado de la barra del bar, berreando al resto de conductores en un atasco y jaleando a su estrella del deporte favorita. El simio de la testosterona, el sÃmbolo de la agresividad masculina.
Durante años los cientÃficos le han señalado como el vivo ejemplo de la expresión embrutecida, egocéntrica y antisocial de la testosterona.
Pero el neurólogo Christoph Eisenegger de la Universidad de Zurich se ha replanteado este estereotipo. Para investigarlo él y su equipo han diseñado un estudio pero con mujeres, y no hombres, y con la testosterona más la raÃz de todos los males, el dinero. Y han demostrado que cuando el éxito depende del juego limpio, los altos niveles de testosterona incitan a la cooperación y no a la agresión.
El estudio consistÃa en un sencillo juego entre dos personas y una pila de dinero. Uno de los jugadores ofrece un único trato sobre cómo dividir el dinero. Si la segunda parte acepta el trato, los dos reciben su parte. Si lo rechaza, nadie consigue un céntimo.
A la mujer a la que corresponde ofrecer el trato se le aplica testosterona o un placebo. Para asegurarse de que la testosterona tiene una influencia real, los investigadores le aplican a la mujer suficiente hormona para elevar sus niveles base hasta un 400 por ciento. Después de administrar bien la hormona bien el placebo, los investigadores le piden a la mujer que adivine si le ha sido administrado lo uno o lo otro.
Las mujeres que recibieron un placebo pero creyeron haber recibido testosterona ofrecieron tratos justos sólo un 10 por ciento de las veces, probablemente por estar influidas por estereotipos negativos de la influencia de la testosterona. Las mujeres que recibieron testosterona pero pensaban haber recibido un placebo, por otra parte, ofrecieron tratos justos hasta un 60 por ciento de las veces. Significativamente más que quienes acertaron haber recibido testosterona —30 por ciento— o un placebo —50 por ciento—.
Al final, afirma Eisengger, el efecto de la hormona cambia con el entorno. Parece que la testosterona te pone en pos de la victoria, no importando los medios que sean necesarios. Si ser el rey del pasillo es el objetivo, los altos niveles de testosterona llevarán a agresiones fÃsicas y verbales. Pero en situaciones donde el beneficio mútuo es lo que garantiza el premio, la misma hormona engendra cooperación.
Visto en Scientific American. Foto de César Astudillo.
Richard Dawkins y el ateÃsmo militante
Richard Dawkins incita a todos los ateos a manifestar abiertamente su postura y a luchar contra la incursión de la iglesia en la polÃtica y la ciencia. Un discurso vehemente, divertido y poderoso. El clip es algo más largo que los habituales en YouTube, pero se trata de media hora muy bien empleada. Subtitulado al español por Karla Villareal-Leal y Olmo del Corral.
Las primeras imágenes de Marte
El explorador Viking 1 de la NASA fue lanzado a un viaje de 300 millones de kilómetros hacia Marte un 20 de agosto de 1975, con la cápsula Viking 2 siguiéndola tres semanas después. Cada misión incluÃa un orbitador más una cápsula cuyo objetivo era tomar tierra. El 20 de julio de 1976 el Viking 1 nos devolvió las primeras fotografÃas de la superficie de Marte. Tras aterrizar en una zona llamada Chryse Plantitia operó hasta el 13 de noviembre de 1982. La Viking 2 lo hizo en la región de Utopia Plantitia y funcionó entre el 3 de septiembre de 1976 hasta el 11 de abril de 1980. Esas primeras imágenes tenÃan una resolución de aproximadamente 300 metros por pÃxel, ¡pero sigue resultando fascinante recuperarlas!
Feliz cumpleaños Scientific American
Mañana 28 de agosto se cumplen nada menos que 165 años —circa 1845— de la primera edición de la revista Scientific American. No es ya que se trate de la revista cientÃfica favorita del público general —Science o Nature son más de la comunidad cientÃfica profesional— sino que estamos hablando de la revista que lleva más tiempo siendo publicada sin interrupciones en los Estados Unidos.
Su fundador, Rufus Porter, era descendiente de una adinerada familia de Nueva Inglaterra, prolÃfico inventor y también competente pintor. Scientific American se componÃa inicialmente de una sola página, conteniendo en aquel momento preferentemente noticias de la Oficina de Patentes norteamericana.
En el momento actual pertenece a la Verlagsgruppe Georg von Holtzbrinck alemana. Publica 15 ediciones en distintos lenguajes, y su tirada mundial es de cerca de un millón de ejemplares. Su sitio web lleva activo desde 1996 y es una inestimable fuente de información cientÃfica actualizada de la que no deberÃas prescindir.
La imagen corresponde al logotipo de Scientific American estrenado en 1869 y pertenece a la Cornell University.