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Domingo, 9 de Enero de 2011
Domingo, 2 de Enero de 2011
LA FAMILIA QUE PREVARICA UNIDA, PERMANECE UNIDA
Y la que miente unida, mucho más.
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Y si no, véase la interminable lista de agravios que el gobierno de Zapatero ha cometido en los últimos siete años contra cada una de las familias asistentes a la misa de hoy.
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Comencemos:
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-Ha quitado el cheque-bebé (¿no se aplica lo de "ZP me lo dio, ZP me lo quitó; bendito sea ZP"?; Aznar por lo menos no te lo daba, asà que no era tan hijoputa de quitártelo)
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-Ha prohibido la enseñanza de la religión en los colegios sostenidos con fondos públicos (¡ah, que no!).
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-Ha creado un impuesto especial para los matrimonios canónicos (o se lo está pensando).
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-Ha obligado a las familias numerosas a que al menos uno de sus hijos sea gay y se case con una persona de su mismo sexo (que sÃ, que sÃ, que lo ha hecho... gracias a no haber cerrado Tele 5; y en pago, además, les ha regalado la Cuatro).
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-Manda a miles de niñas poniendo los morritos de Leire PajÃn a las casas de las familias católicas a repartir condones (y en las de las familias de más de cuatro hijos, a practicar vasectomÃas in situ. También, los padres tienen su parte de culpa: que no se bajen la bragueta cuando las ven llegar; tanto escuchar al alcalde de Valladolid...)
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-Ha suprimido el libro de familia, con todas las ventajas que llevaba asociadas (que eran..., bueno, cuando me acuerde las pongo).
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-No le quita el permiso de residencia a Cristiano Ronaldo por contratar una madre de alquiler.
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-Quema conventos, hace obras a la vez en todas las iglesias de España con el cuento del plan-E, y encima viola novicias y empala seminaristas (si cuela, cuela... la trola, no el empalamiento, digo).
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-Ha permitido que algunos canales de la TDT no sean entregados a los ultracatólicos (¡no me diréis que no!).
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-No va a recibir al Papa de rodillas, y ni siquiera le regala una muñeca de sevillana para que la ponga encima de la tele o del sagrario (bueno, podréis decir, ¿y eso a las familias qué más les da?; pero todo se acumula).
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-Va a mandar a Pepiño Blanco a preñar a todas las chicas de 3º de la ESO de los colegios del Opus, para que luego aborten sin decÃrselo a sus padres. Para eso hacen falta tantos kilómetros de AVE; si no, al pobre Pepiño no le darÃa tiempo.
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-Tiene un plan secreto con Gallardón para reconvertir el Vicente Calderón en un circo romano al que se arrojen las familias a cuyos miembros se les pille in fraganti acudiendo juntos a misa; los leones y tigres del Zoo echarán unas horas extra a cambio de comida gratis; se podrá entrar al espectáculo con el BonoParques (y por el morro si eres gay o antisistema).
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-Y lo peor de lo peor... le pone a Rubalcaba a inventarse todo lo de la Gürtel, que en el fondo consiste en machacar a un montón de familias que estaban sacando tajada honradamente de los contratos públicos.
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La lista puede ampliarse con cuantas mentirijillas quiera sacarse cada cual del majÃn. En los Protocolos de los sabios de Ferraz se encontrarán a patadas.
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Si es que, ¡cómo están de marginados, los pobrecitos!
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Más:
Martes, 30 de noviembre de 2010
LA VENTAJA DEL CREYENTE
Hay una cosa en la que el creyente (me refiero al que cree en la persistencia del alma después de la muerte) siempre llevará ventaja a los que no somos creyentes:
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SI (¡y qué gran "si"!) el creyente tiene razón, es probable que lo averigüemos (basta con morirse y comprobar que sigues existiendo como un ente desencarnado, u lo que sea).
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En cambio, SI el no creyente tiene razón, es obvio que no hay ninguna forma de comprobarlo con certeza absoluta: cualquier experiencia que se pueda tener en esta vida es compatible con la persistencia del alma, y como después de muertos no habrÃa ninguna experiencia, pues no habrÃa tampoco ninguna experiencia que refute la hipótesis del creyente.
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Miercoles, 24 de noviembre de 2010
¿CABE DIOS EN EL LABORATORIO? DEBATE EN INDAGANDO.TV
¿Puede una religión condicionar algún campo de investigación?
JAVIER ARMENTIA, ASTROFÃSICO Y DIRECTOR DEL PLANETARIO DE PAMPLONA, Y CRISTINA HELLER DEL RIEGO, COORDINADORA DE LA CÃTEDRA DE CIENCIA, TECNOLOGÃA Y RELIGIÓN DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE COMILLAS, PARTICIPARÃN EN EL DEBATE MODERADO POR ÓSCAR MENÉNDEZ
¿Esta limitado un creyente a la hora de participar en una investigación? ¿Puede la ciencia confirmar o negar que existe Dios? ¿Se puede ser cientÃfico y creyente?
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Pueden seguir el directo el jueves 25 de Noviembre a partir de las 13.00h en:
www.indagando.tv
Hashtag para Twitter: #DebateA2
¿QUIÉN HA CREADO LA SOCIEDAD DEL BIENESTAR?
Hasta más o menos la revolución industrial, la estructura de la mayorÃa de las sociedades "civilizadas" (es decir, casi todas salvo los grupos de cazadores-recolectores y los de agricultores más primitivos) ha sido, grosso modo, la siguiente:
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A) Un grupo de no más del 1 % de la población, al que podemos llamar "la clase dirigente", "los poderosos", o "la aristocracia".
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B) Un grupo de no más del 10 % de la población, que se encarga por un lado de producir los "bienes de lujo" (todos aquellos no necesarios para la mera supervivencia) que consumen los miembros de la clase A, y en mucha menor medida en términos per cápita, los de la clase B, y por otro lado, de impedir(mediante la fuerza bruta o mediante la intoxicación intelectual) que el grueso de la población se rebele contra esta distribución de la riqueza. Llamémosles "la clase auxiliar", "los acólitos" o "los sicarios".
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C) El enorme resto de la población, que son obligados a trabajar todo lo que puedan, a cambio de únicamente el mÃnimo necesario para subsistir (a veces un poco por encima, a veces un poco por debajo); llamémosles "los proletarios", o más sencillamente, "los pringaos".
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Malthus, viviendo en una sociedad que sólo con imaginación y optimismo se podÃa pensar que estaba saliendo de esta situación, formuló lo que se llamó "la ley de bronce del salario", que "demostraba" que el salario real de la gran masa de trabajadores no podÃa estar muy por encima del salario mÃnimo de subsistencia (entendido como el salario que permitÃa a la población mantenerse estable, sobreviviendo con la menor renta posible). La demostración decÃa que, si el salario aumentaba por encima del de subsistencia, la población crecerÃa (menos niños morirÃan por causas debidas a la falta de alimentación, higiene, etc.), lo cual harÃa aumentar la oferta de trabajo, y con ello disminuir de nuevo los salarios. Si el salario bajaba, más niños (y adultos) morirÃan, disminuyendo la oferta de trabajadores, y por lo tanto volviendo a hacer subir los salarios. Era "imposible", por lo tanto, que una gran parte de la población saliera del estado de mÃnima subsistencia en el que se habÃa encontrado siempre.
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Por supuesto, nosotros sabemos, doscientos años después, que la renta per cápita y la distribución de la renta pueden mejorar muchÃsimo, en buena parte debido al control de la natalidad (rompiendo la implicación malthusiana de que, a mayor renta, mayor descendencia que sobrevivÃa; por cierto, él sugerÃa hacer algo asÃ, retrasando la edad del matrimonio), y en parte también debido a los inimaginables incrementos de productividad (producto real partido por hora trabajada) que trajeron las revoluciones industriales, y debido a las polÃticas de distribución de la renta puestas en marcha desde el siglo XIX (sobre todo, la creciente extensión de la educación, la sanidad y las pensiones).
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Ahora hemos llegado, en cambio, a una situación en la que sigue habiendo "poderosos", es más, su proporción posiblemente haya aumentado (si incluimos a los numerosos altos ejecutivos y consejeros de miles de empresas y administraciones) pero en la que los trabajadores no se limitan a recibir un salario de subsistencia, sino que tienen acceso a una cantidad mucho mayor per capita de bienes y servicios, alcanzando con ello unos niveles de bienestar sencillamente impensables para casi todo el mundo en cualquier época anterior Malthus, e incluso ligeramente posterior.
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Lo interesante es contrastar los factores que han influido de manera importante en este radical cambio social, con aquellos que NO han influido significativamente.
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Por ejemplo, NO HA INFLUIDO LA RELIGIÓN. Las religiones son más o menos las mismas (sobre todo las grandes) que en los milenios anteriores. El papel histórico de las religiones no fue HACER CAMBIAR la estructura social, sino, como mucho, "consolar" a la gente en su situación miserable, y sobre todo, distraerles para que no se les ocurriera cambiar esa situación. Es cierto que las religiones, y en particular el cristianismo, gracias también a la influencia del pensamiento moral de la Grecia Clásica, contribuyó a la consitución del "sentimiento moral moderno", pero necesitó el impulso de muchos otros factores para que ese sentimiento se pudiera manifestar en una sociedad REALMENTE más igualitaria y satisfactoria.
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Tampoco han influido mucho LAS IDEOLOGÃAS REVOLUCIONARIAS. Donde estas triunfaron, la situación real en términos de bienestar siguió siendo parecida a la de inicio (con una pequeña clase poderosa y un gran proletariado viviendo cerca del umbral de la miseria). Igual que las religiones, estas ideologÃas estaban basadas en el ERROR utopista de creer que bastaba con IMAGINAR el resultado final que se querÃa conseguir (la hermandad universal) para que su trasposición a la realidad social fuese casi automática.
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Tampoco ha influido mucho (pero más) el PROGRESO CIENTÃFICO, al menos no por sà solo. La URSS era una gran potencia cientÃfica, pero sus ciudadanos se beneficiaban poco de ello. Otro ejemplo, la drástica disminución en la mortandad por enfermedades infecciosas durante el siglo XIX no tuvo prácticamente nada que ver con descubrimientos médicos, sino con la mejora de la higiene en las ciudades. Por supuesto, el progreso cientÃfico ha influido indirectamente, a través de muchas aplicaciones tecnológicas, pero no hay una lÃnea causal directa que lleve de manera automática y autosuficiente desde la astronomÃa de Galileo hasta el Estado del Bienestar.
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Ahora, cosas que Sà que han influido: la principal ha sido el CAPITALISMO, entendido como un sistema de producción basado en el libre comercio, la libertad de innovación, y la CREACIÓN de riqueza. Los sistemas económicos anteriores no estaban, por asà decir, orientados al crecimiento, sino al mantenimiento. Se toleraban mal, y no se fomentaban, las innovaciones, y ni siquiera se tendÃa al aprovechamiento de las ganancias procedentes del intercambio y la especialización. El aristócrata, puesto que vivÃa estupendamente haciendo lo que hacÃa (o sea, prácticamente nada), no querÃa que SUS proletarios hicieran algo distinto de lo que habÃan hecho durante siglos (cultivar la tierra y ya está). El empresario, en cambio, busca formas de que su negocio CREZCA, y para eso recurre (no siempre, por supuesto, pero lo suficientemente a menudo como para que el efecto agregado sea enorme) a la innovación y a la mejora de la productividad.
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También ha sido importante el PROGRESO TECNOLÓGICO, a menudo impulsado por el capitalismo (aunque no necesariamente siempre; p.ej., ha habido también innovaciones importantes realizadas desde instituciones públicas o meros inventores altruistas). Es, en definitiva, el que nos ha permitido disfrutar de MÃS Y MEJORES COSAS, de mejores condiciones de vida, y sobre todo, el que nos ha permitido producir más y mejores cosas por unidad de esfuerzo.
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Por último, hay que mencionar los sistemas DEMOCRÃTICOS, fundamentales para conseguir que las ganancias de productividad obtenidas gracias al capitalismo y al progreso técnico no fuesen únicamente en beneficio de los empresarios, sino también en el de los trabajadores. Naturalmente, no es que todos los empresarios hayan visto esta mejora en las condiciones de vida de los trabajadores como un simple coste; muchos lo han visto, acertadamente, como una inversión: unos trabajadores más sanos, más cultos, más satisfechos en su vida y mejor formados son un recurso mucho más productivo, en general, asà que el tener una población con mayor bienestar es en sà mismo una inversión que a los empresarios les interesa. Como obviamente no tiene por qué interesarle al empresario individual (él preferirá que la formación, la salud, etc., de los trabajadores la cubran y garanticen otros, y no él con su dinero), en definitiva la forma de conseguirlo es mediante un PACTO, en el que los trabajadores y los empresarios se ponen de acuerdo de manera genérica en qué ha de considerarse un "nivel de vida digno", a la luz de la productividad existente. Y el estado social y de derecho es, ni más ni menos, la manifestación de ese pacto.
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Por cierto, olvido un factor seguramente importante: la FILOSOFÃA, ofreciendo una justificación y racionalización teóricas de los derechos materializados en ese pacto. Tengo la tentación de decir que la filosofÃa, de todos modos, siempre viene detrás de los hechos (como la lechuza de Minerva, que alza el vuelo al anochecer, Hegel dixit), pero Spinoza me sonrÃe con malicia desde las páginas de su Tractatus theologico-politicus.
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Más:
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