La culpa y las ondas
La foto sobre la que está montada la capitular está tomada de aquÃ.
La foto sobre la que está montada la capitular está tomada de aquÃ.
The Sun publica hoy este artÃculo firmado por Ben Asford:
Gracias a mi hermana, por haberme dado a conocer la noticia y a Movimiento31 por echarme una mano en la traducción.
Entre los años de 1840 y de 1864, el Padre de la Luz (que también se llama la Palabra Interior) deparó al músico y pedagogo Jakob Lorber una serie de prolijas revelaciones sobre la humanidad, la fauna y la flora de los cuerpos celestes que constituyen el sistema solar. Uno de los animales domésticos cuyo conocimiento debemos a esa revelación es el Aplanador o Apisonador (Bodendrucker) que presta incalculables servicios en el planeta Mirón, que el editor actual de la obra de Lorber identifica con Neptuno.
Se alimenta de hierbas y de raÃces y no tiene enemigos, fuera de algunas variedades de insectos.
68. Varanino erguido.
Comedor de toda clase de vegetales, este habitante de Krismerión con demasiada frecuencia saqueaba los campos cultivados por los placodermos, los cuales al final pidieron ayuda a los cinocéfalos para poblar sus campos de espanta-varaninos.
Aquà pueden leer el relato original, la escena que nos ocupa la encontrarán al comienzo del capÃtulo II, la descripción es más violenta que en la pelÃcula.
Otros autores que han explorado ese pasaje del relato de Howard; Boris Vallejo (Portada de La espada salvaje de Conan nâ°5; imagen tomada del blog Paint & Brush que lleva el mismo ilustrador) y otra de Sanjulián, tomada de aquÃ
La coherencia mitológica y las fuentes exigirÃan que el ave de presa encargada de martirizar a Prometeo fuera un águila, ya que era el ave de Zeus, quien le condenaba al castigo, sin embargo, es muy frecuente en las representaciones gráficas encontrar en su lugar un buitre; esto ocurre porque este ave es uno de los animales psicopompos por excelencia, encargados de llevar el alma de los difuntos al otro mundo. Mientras que Jesús que «entrega su espÃritu» (Juan 10, 18) voluntariamente, Conan rechaza que el psicopompo lo tome, oponiendo toda la fuerza de su voluntad ante la muerte; en la versión fÃlmica se subraya este paralelo crÃstico con un ritual de sanación (casi resurrección) ausente en el relato de Howard (la forma en la que escapa del suplicio es muy diferente en el texto) aunque también en este caso se pone de manifiesto la voluntad que se opone a la muerte, con la belicosa Valeria luchando a brazo partido contra los demonios.
El cristianismo valora el sufrimiento, el ascetismo y la muerte, Conan la voluntad, el hedonismo y la vida ¡Alcemos nuestra copa por Crom!
¿Qué hace uno cuando se ve enfrentado con varios dioses distintos, cada uno de los cuales reclama el mismo territorio? El Marduk babilonio y el Zeus griego eran considerados, cada uno por su parte, señores del cielo y reyes de los dioses. Uno podÃa llegar a la conclusión de que Marduk y Zeus eran de hecho el mismo dios. Uno podÃa llegar también a la conclusión, puesto que ambos tenÃan atributos muy distintos, que uno de los dos habÃa sido inventado por los sacerdotes. Pero si inventaron uno ¿por qué no los dos?
Conan habÃa recibido la doctrina de su padre, al menos en la pelÃcula, ya que en los relatos de Robert E. Howard no se nos habla del «enigma del acero», y la habÃa aceptado como una realidad, como se espera de los niños, sin cuestionársela:
No cabe duda que los cielos están más altos que las montañas; como Crom vive en la cima de su montaña ¿habrÃa que aceptar que los dioses de los cuatro vientos son más importantes que Crom? Conan reflexiona un momento con mirada torva, seguramente en esos instantes pasaron por su cabeza diferentes posibilidades; una montaña más alta que los cielos, la cuestión de en qué los cielos son mejores que la tierra, etc. Sospechamos que no llega a una solución satisfactoria, ya que no tiene nada que replicar a su amigo, pero, como ocurre a menudo en estos casos, no por ello renuncia a su fe.
Cardenal:
Confesor:
Cura que recibe poderes de su obispo, es decir, a quien Dios en persona concede representación para escuchar las bobadas que, a pesar de su omnisciencia, Dios necesita que le descubran: sin esto no sabrÃa que hacer de aquel que se confiesa a su sacerdote.
Obispo:
Significa inspector. Es un cura que, sin mujer, tiene, como ciertos insectos, la facultad de reproducirse y multiplicar su especie. El episcopado es una carga tan pesada que un abate ha de hacerse violencia para aceptarla; está obligado a vencer tres veces su aversión sincera por un obispado que lleva solicitando diez años. Véase Orden.
Sacerdotes:
En todas las religiones del mundo son los hombres divinos que Dios en persona ha puesto sobre la tierra para ejercer un oficio muy útil; consiste en distribuir gratuitamente temores, con el fin de tener el placer de distribuir a continuación esperanzas a cambio de dinero. Es este un punto fundamental sobe el que todos los sacerdotes del mundo han estado siempre perfectamente de acuerdo.
En la sección «etcétera», última de Historia universal de la infamia (1935), de Jorge LuÃs Borges, encontramos el siguiente relato:
Los ángeles me comunicaron que cuando falleció Melanchton, le fue suministrada en el otro mundo una casa ilusoriamente igual a la que habÃa tenido en la tierra. (A casi todos los recién venidos a la eternidad les sucede lo mismo y por eso creen que no han muerto). Los objetos domésticos eran iguales: la mesa, el escritorio con sus cajones, la biblioteca. En cuanto Melanchton se despertó en ese domicilio, reanudó sus tareas literarias como si no fuera un cadáver y escribió durante unos dÃas sobre la justificación por la fe. Como era su costumbre, no dijo una palabra sobre la caridad. Los ángeles notaron esa omisión y mandaron personas a interrogarlo. Melanchton les dijo: “He demostrado irrefutablemente que el alma puede prescindir de la caridad y que para ingresar al cielo basta la fe.†Esas cosas les decÃa con soberbia y no sabÃa que estaba ya muerto y que su lugar no era el cielo. Cuando los ángeles oyeron ese discurso lo abandonaron.
A las pocas semanas, los muebles empezaron a afantasmarse hasta ser invisibles, salvo el sillón, la mesa, las hojas de papel y el tintero. Además las paredes del aposento se mancharon de cal y el piso de un barniz amarillo. Su misma ropa ya era mucho más ordinaria. SeguÃa, sin embargo, continuó escribiendo, pero como persistÃa en la negación de la caridad, lo trasladaron a un taller subterráneo, donde habÃa otros teólogos como él. Ahà estuvo unos dÃas encarcelado y empezó a dudar de su tesis y le permitieron volver. Su ropa era de cuero sin curtir, pero trató de imaginarse que lo anterior habÃa sido una mera alucinación y continuó elevando la fe y denigrando la caridad. Un atardecer sintió frÃo. Entonces recorrió la casa y comprobó que los demás aposentos ya no correspondÃan a los de su habitación en la tierra. Alguno estaba repleto de instrumentos desconocidos; otro se habÃa achicado tanto que era imposible entrar; otro no habÃa cambiado, pero sus ventanas y puertas daban a grandes médanos. La pieza del fondo estaba llena de personas que lo adoraban y le repetÃan que ningún teólogo era tan sapiente como él. Esa adoración le agradó, pero como alguna de esas personas no tenÃa cara y otros parecÃan muertos, acabó por aborrecerlos y desconfiar. Entonces determinó escribir un elogio de la caridad, pero las páginas escritas hoy aparecÃan mañana borradas. Esto le aconteció porque las componÃa sin convicción.
RecibÃa muchas visitas de gente recién muerta, pero sentÃa vergüenza de mostrarse en un alojamiento tan sórdido. Para hacerles creer que estaba en el cielo, se arregló con un brujo de los de la pieza del fondo, y éste los engañaba con simulacros de esplendor y serenidad. Apenas las visitas se retiraban reaparecÃan la pobreza y la cal, y a veces un poco antes.
Las últimas noticias de Melanchton dicen que el mago y uno de los hombres sin cara lo llevaron hacia los médanos y que ahora es como un sirviente de los demonios.
(Del libro Arcana Cælestia, de Emanuel Swedenborg)
Aunque este texto está colgado en numerosas páginas a lo largo y ancho de la red he querido reproducirlo aquÃ, ya que ilustra perfectamente un aspecto del post precedente que era necesario completar. Al final decÃamos que la intención y creencias del autor no eran criterios válidos para clasificar un texto como de ficción o no ficción, como teologÃa o ateologÃa o como ensayo o ensayo de ficción; tampoco lo es si el objeto tratado es real o ilusorio. Hay otro criterio que, aunque tampoco lo consideramos definitivo en esta cuestión genérica, resulta muy interesante y es el de la recepción. Umberto Eco lo analiza largo y tendido en Obra abierta y en otras posteriores, como Seis paseos por los bosques narrativos; Borges, no obstante, ya habÃa planteado la cuestión el su ensayo de ficción «Pierre Menard, autor del Quijote» (El jardÃn de senderos que se bifurcan, 1941) y todavÃa antes en el texto que nos ocupa. Nos es presentado como un texto fantástico y cumple efectivamente tal función para el lector. Al final de la lectura Borges nos informa de que no es él el autor del relato, sino que se trata simplemente de un fragmento tomado a Swedenborg, quien lo escribió, en su momento, creyendo que se trataba de verdadera teologÃa. TodavÃa lo creen las iglesias swedenborgianas que perduran.
La capitular está basada sobre una foto de Julia Margaret Cameron.
A diferencia de otros tipos de ensayo, es un género únicamente especulativo, como la metafÃsica. En ese amplio y noble sentido se usa el término «literario», evadiendo la cuestión de si se trata de literatura de ficción o no, tal como proponÃa Borges en su famosa frase:
ya que la adscripción a la fantasÃa no depende de si el objeto tratado es real o ilusorio (¿no son acaso auténticos ensayos los dedicados al flogisto?) ni de las creencias particulares del escritor, ni si de éste escribe de buena o mala fe. Teniendo esto en cuenta, la teologÃa no difiere en nada de la ateologÃa.
Letra capitular montada sobre una imagen de The Brick Testament, la Biblia en Lego.
Vimos a Paul Henri Thiry, barón de Holbach por la blogosfera atea el otoño pasado porque la editorial Laetoli publicó dos de sus obras traducidas al castellano: Système de la nature ou des loix du monde physique & du monde moral y Le christianisme dévoilé, ou Examen des principes et des effets de la religion chrétienne: magnÃfico. Por ejemplo, Paleofreak reprodujo un pasaje de estas ediciones en un post. Ambas están en Wikisource en versión original, aquà y aquÃ, asà como otra no menos interesante: TeologÃa portatil o diccionario abreviado de la religión cristiana. Como esta última no es fácil de encontrar en castellano nos da ocasión de comenzar una nueva serie en el blog: las estructura de la obra es la de un diccionario, de manera que cada entrada es independiente de las otras y nos permitirá elegir arbitrariamente algunas de las más divertidas e irlas disfrutando poco a poco. Para comenzar, aquà tienen un par:
Excomuniones: Son penas espirituales que los pastores de la iglesia infligen a aquellas de sus ovejas que la han desertado. Antiguamente te dejaban seco, algunas veces mataban prÃncipes de apoplejÃa. Hoy en dÃa las excomuniones no producen efectos tan marcados, como consecuencia de que la fe se haga más rara en la Tierra.
En la letra capitular le vemos caracterizado como cura en la pelÃcula Cuatro bodas y un funeral.
Como la fiesta astronómica sigue, a pesar de todo, siendo visible en nuestro calendario civil, con cierto desfase debido a herencias hebreas y romanas, el nuevo año 2009 comenzará en unos dÃas. Feliz año a todos.
Simplemente, recordarles que hoy, domingo 30, es el dÃa que los ateos que nos apuntemos al reto del poder de la oración tenemos que rezar un rosario pidiendo el fin del conflicto entre Israel y Palestina ¡ánimo! ¡No se dejen desanimar por los experimentos precedentes con resultados negativos!
Mientras que los nativos hacen a menudo cosas útiles y prácticas, como cazar, fabricar bienes o viviendas, recolectar alimentos, etc. los blancos se dedican a cosas que obviamente carecen de consecuencias prácticas: se pasan el dÃa moviendo papeles sentados detrás de una mesa, hablan con un aparato que emite extraños sonidos, hacen que los nativos se vistan todos igual y caminen al mismo ritmo. A pesar de todo esto a los blancos no les falta de nada; al contrario, tienen un montón de cachivaches mágicos interesantes y ¿de dónde proceden todos esos bienes? Del carguero. Cada vez que hace falta algo, viene por carguero, incluso si algo necesita reparación, se manda de vuelta al carguero. A la vista de esto es evidente que todas esas cosas raras que hacen los blancos sin finalidad práctica inmediata no son más que (como las cosas sin finalidad práctica inmediata que los mismos nativos hacen) rituales religiosos para hacer venir por carguero todo lo que necesitan.
Existen múltipes variantes de esta religión en las diferentes islas y ha sufrido interesantes cambios a lo largo de los años.
Básicamente consiste en realizar ritos que imitan la conducta de los colonizadores con el fin de atraer al carguero, lleno de bienes industriales.
En las versiones más antiguas del culto el carguero era a vela, mientras que desde la II Guerra Mundial se trata de aviones de carga; los productos insustriales que esperan recibir han evolucionado de la misma manera. Cuando los primeros colonizadores llegaron a esas islas a menudo los nativos les tomaron por seres sobrenaturales (dioses o antepasados) los colonizadores, por supuesto, cultivaron esa idea: en las derivas mesiánicas de esta religión (que enunciaremos brevemente a contiuación) los mesÃas se parecen a los colonizadores. Los ropajes de culto son imitaciones de los de los colonizadores, como pueden ver en las fotografÃas que ilustran este artÃculo, que tratan de remedar los uniformes del ejército estadounidense. Los ritos consisten en desfiles, izadas de bandera, hablar por la radio (David Attenborough nos habla de una «radio» que era una señora que cuchicheaba paralabras incomprensibles con un cable rodeándole la cintura) y construyen pistas de aterrizaje, radares y torres de control a base de hojas de palmera y cañas con el fin de preparar la llegada del avión de carga.
Si bien la creencia más extendida es que los bienes industriales son regalos de que les envÃan los antepasados, pero que el hombre blanco, astutamente, se ha hecho con el secreto ritual para apropiárselos, la imagen de los mesÃas y antepasados como decÃamos, coincide con la del colonizador. En diferentes momentos el aspecto de estos seres sobrenaturales era como el de los blancos (ingleses, australianos o americanos) japoneses (en islas bajo ocupación en la II Guerra Mundial) etc. En la actualidad la creencia más frecuente es que los antepasados se parecen a los soldados norteamericanos negros.
En cuanto a los mesÃas, en la isla Tanna, en las Nuevas Hébridas, encontramos al más famoso; John Frum; su descripción fÃsica ha sufrido cambios similares a lo largo de la historia del culto: llegará en un avión de cargo un 15 de febrero con ilimitados productos industriales para todos y los fieles vivirán una nueva era de abundancia y felicidad imperecedera. Su sÃmbolo más sagrado es una cruz roja, procedente de los servicios médicos del ejército.
Como algunos pensaron, no sin lógica, que los jefes de los colonizadores eran los verdaderos poseedores del secreto del cargo, algunos de estos han pasado a formar parte del panteón. El prÃncipe Felipe de Inglaterra, desde su visita oficial a la región en 1974, fue divinizado en una variante del culto de John Frum profesada por la tribu Yaohnanen. Al presidente estadounidense Lyndon Johnson le intentaron sobornar los habitantes de Nueva Hanover (Islas Bismarck) para que revelara el secreto del cargo.
Ignoro si que el nuevo ocupante de la Casa Blanca sea negro afectará al culto; quizá signifique que el próximo 15 de febrero será el bueno.
La mayor parte de la información procede Cerdos, Vacas y Brujas de Marvin Harris y del capÃtulo 5 de The God Delusion, de Richard Dawkins, que cita abundantemente Quest in Paradise, de David Attenborough.
El tigre:
Existe un animal llamado tigre, que es una variedad de serpiente. Esta bestia es de tal naturaleza, tan feroz y cruel, que ningún hombre vivo se atreve a acercarse a ella. Y cuando sucede que este animal tiene cachorros y que los cazadores han averiguado dónde se encuentran, se los quitan por el procedimiento que vais a oÃr aquÃ. Los cazadores toman espejos y los llevan consigo cuando van a apoderarse de los cachorros del tigre. Acechan al animal hasta que ven que se marcha a vagabundear, y que no está en su guarida con los cachorros; entonces se los llevan fuera del cubil. Y toman los cazadores sus espejos, colocándolos en el camino a medida que avanzan. La tigresa es de tal naturaleza, que por muy enfurecida que se halle, no puede ver un espejo sin fijar sus ojos en él. Piensa entonces que los que allà ve son sus cachorros; goza de su imagen con gran placer, y piensa ciertamente haber encontrado a su prole. Y tanto se deleita contemplando la belleza de su hermosa estampa, que olvida perseguir a quienes le han quitado sus cachorros. Y allà permanece inmóvil, como si la hubiesen capturado y asà es como se llevan los cazadores sus cachorros.
Dice sobre esto el Fisiólogo: Tengamos cuidado de no parecernos a la tigresa. Y Amós el profeta dice que este mundo es semejante a la selva en que moran los tigres, y ruega a cada uno de nosotros cuide de conservar su cachorro, es decir, su alma. Pues los cazadores nos acechan y espÃan, y siempre tienen dispuestos sus espejos, por si pueden arrebatar nuestro cachorro. Los espejos son los grandes festines, los grandes placeres del mundo, que anhelamos; prendas, caballos, mujeres hermosas, y todos los demás pecados, como los que el cazador representa en su espejo, que arroja a la cara del hombre. Por eso debe el hombre seguir los dictados de su Creador; entonces es cuando el Enemigo no tiene poder sobre el alma del hombre, sobre ese cachorro del que desea apoderarse.
El cocodrilo:
Existe un animal llamado enudrÃs [comadreja en otros bestiarios], que tiene forma de perro y es enemigo del cocodrilo. Cuando duerme, el cocodrilo tiene la boca abierta: entonces, el enudrÃs va a untarse todo el cuerpo de fango, y cuando éste se ha secado, penetra en la loca del cocodrilo, le roe todos los canales del cuerpo y le devora los intestinos.
El cocodrilo es, pues, semejante al demonio, mientras que el enudrÃs es una imagen de nuestro Salvador: en efecto, Nuestro Señor Jesucristo se cubrió con la carne terrenal, bajó al infierno y aniquiló el dolor de la muerte, diciendo a los que estaban encadenados: «¡Salid! y a los que yacÃan en las tinieblas: «¡Mostraos!». Y dijo también el apóstol: «¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, infierno, tu aguijón?» (Cor 1, 15..5 5). Y después de tres dÃas resucitó de la muerte, y con Él resucitó la carne terrena.
El ciervo:
Otro atributo tiene el ciervo, y es que parece a la gacela salvaje; tiene cuernos con tres ramas después de cada tercera renovación. El ciervo vive cincuenta años, y al final de ese perÃodo corre a gran velocidad por los valles boscosos y los barrancos de las montanas localiza por su olor las madrigueras de las serpientes, y de inmediato acerca sus narices a la entrada de aquéllas, conteniendo el aliento. Entonces, la serpiente se precipita fuera y va a parar a la boca del ciervo, que se la traga; por ello se le llama élafos, porque sacó a la serpiente de las profundidades. Luego, corre con la serpiente hacia el arroyo; si no bebe agua antes de tres horas, morirá; pero sà encuentra agua, vivirá otros cincuenta años. Por eso dijo David: «Asà como el ciervo desea el fresco manantial, asà te desea mi alma, ob. Dios».
Y también tú, hombre piadoso, dispones en ti mismo de tres renovaciones que son el bautismo de la inmortalidad, la merced de la adopción como hijo, y la penitencia.
Y cuando atrapes a la serpiente que ha penetrado en tu pecho, es decir, el pecado, corre en seguida con ella al arroyo de la Escritura y de la profecÃa. Iluminado por éstas, bebe el agua de vida, o sea el don divino, y renuévate a ti mismo con el arrepentimiento: tus pecados quedarán destruidos.
En verdad, bien se ha expresado el Fisiólogo en lo concerniente al ciervo.
Estos fragmentos están tomados de la apasionante recopilación de Ignacio MalaxechevarrÃa, publicada por Siruela bajo el tÃtulo Bestiario medieval. Toma textos de diferentes ediciones y bestiarios, pero hemos preferido obviar las cuestiones ecdóticas; los interesados pueden encontrar los detalles y el texto completo aquÃ.
La capitular es de un manuscrito italiano del s. XV, tomada de aquÃ. Las miniatura del tigre procedel del Bestiario de Aberdeen y está tomada de aquÃ, la del ciervo, del Bestiario de Oxford, en cuanto la del cococrilo, procede de ésta página, que no cita la fuente.