Todos aquellos que nos definimos como ateos militantes, recibimos tarde o temprano, preguntas del tipo “¿Qué necesidad tenés de militar en el ateÃsmo? ¿No alcanza con no creer y ya?”.
Claro que en general alcanza con no creer, pero a veces uno siente que se ven vulnerados los derechos de los no creyentes y es ahà donde la militancia se vuelve una sana manera de intentar dar vuelta esta situación.
La intromisión de la iglesia (en nuestro paÃs la católica) en cuestiones de estado es histórica por lo que revertir esta situación se vuelve un proceso lento, que es resistido por varios sectores cercanos a la iglesia, pero que por otro lado es acompañado cada vez más por otros sectores de la sociedad, incluso creyentes, que encuentran razonable separar las elecciones de fe personales con cuestiones que tienen que involucrar a todos, sea de la religión que sean.
La Iglesia por supuesto se resiste a esto, poniendo el grito en el cielo cada vez que alguien propone un pais independiente de ellos. Por un lado citan un hecho objetivo y real, como la tradicional injerencia de la ICAR en el estado, pero lo mencionan como si tal atropello fuera un mérito. Hablan de que historicamente Argentina fue un paÃs católico y en base a ello reclaman derechos y sobre todo privilegios que no tienen ni los otros creyentes ni mucho menos los ateos. Claro que no dicen cuanta gente hubo que masacrar para convencer a los sobrevivientes de formar un “paÃs católico”.
Entre los lugares en los que la iglesia hace gala de sus privilegios, quedan aun varias contituciones provinciales y también la Constitución Nacional Argentina. Un caso emblemático es la Constitución de la Provincia de Santa Fe que dice textualmente:
ARTICULO 3. La religión de la Provincia es la Católica, Apostólica y Romana, a la que le prestará su protección más decidida, sin perjuicio de la libertad religiosa que gozan sus habitantes.
AsÃ, la neutralidad que deberÃa mostrar el estado en cuestiones de fe (como en cualquier otra) es aquà olvidada, haciendo preferencias por unos en desmedro de otros ya no de manera implÃcita, sino aceptandolo explÃcitamente. Al respecto hay una inicitativa nueva e impulsada por ArgAtea para pedir que se modifique el mencionado artÃculo o que se suprima directamente. En la página de la asociación incluso existe un formulario para recoger las firmas de quienes adhieran al pedido, que por lo visto hasta ahora, no solo son ateos ni practicantes de otras religiones, sino católicos mismos que entienden que no merecen ningún trato preferencial por sobre el resto de la sociedad. Esta iniciativa ya está en marcha y en varios medios, particularmente los locales, ya se hicieron eco, informando sobre ella y sobre los integrandes de la delegación rosarina de ArgAtea que la llevan adelante.