Huyen al sacerdocio en Saltillo

Martes 2 de febrero del 2010 Coahuila  México

Jóvenes manifiestan que el sacerdocio ya no es una opción viable en sus vidas, pues les llama más la atención tener una vida material, que consagrarla a Cristo.




Las opiniones sobre la figura sacerdotal han cambiado, en otros tiempos, ser sacerdote representaba una actividad sagrada. Ahora, la juventud no ve operante entregar el 100 por ciento de sus horas a vestir una sotana y dedicarse al servicio sacerdotal.

VANGUARDIA cuestionó a jóvenes saltillenses y sus inquietudes vocacionales, esto a razón que Adolfo Fermín Parra González, Plácido Castro Zamora y René Allanda, sacerdotes de la localidad, están sumamente preocupados para la falta de vocaciones sacerdotales.

Carlos Treviño Adame, de 17 años, manifestó que nunca se sintió atraído por el sacerdocio.

“Nunca se me ocurrió ser sacerdote y la verdad no me llama la atención, mis intereses van encaminados a la ciencia”, dijo.

Declaró que en su casa la religión no fungió como un eje que ayudara a determinar su vida religiosa.

“Sí rezamos, pero nada más. Alguna vez llegué a ir a retiros y ahí nos explican muchas cosas acerca de Dios. Es interesante, pero nada más”, agrega.

Para Édgar Treviño Adame, de 18 años, la vocación nace en el seno familiar; explicó que son los padres quienes podrían acercar a sus hijo a una vida sacerdotal. En su caso no fue así, por ello prefiere vivir alejado de la religión.

“Ya depende de tu familia y cómo te vaya inculcando, si tu familia es muy apegada a la religión y tú vas a verlo como una opción. Mi mamá es maestra y aunque nuestras bases son católicas, no lo tenemos tan marcado”, explica.

Aseguró que no entraría al Seminario porque ya se ha visualizado como un profesionista.

“No entraría, se me hace muy interesante, pero ahora ya tengo planeado mi futuro. Mis planes son terminar mi carrera de químico y posteriormente estudiar pedagogía para ser maestro”. En el caso de Gerardo Méndez jamás ha imaginado, siquiera verse en un altar. Expone que a sus 16 años prefiere una vida distinta a la que transmiten los sacerdotes.

“Se ven como personas muy aburridas, tristes y siempre en silencio. A mí eso no me interesa”, aclara.

Cada domingo va a la homilía, sin embargo, dice no comulga ni se confiesa desde hace meses. Jorge Gálvez tiene 19 años y expone no conocer bien en qué consiste ser sacerdote. Por ello no es una opción en su vida convertirse en uno.

“No creo, no conozco muy bien lo de lo católico. Hay algunos que trabajan más que nada para ayudar a los demás.

Los que están necesitados de Dios. Otros sólo lo hacen para llamar la atención o nada más para estarse glorificando a ellos mismos”, dice.

Josué Escamilla, de 20 años, asegura que la mayoría de los sacerdotes buscan más un beneficio económico.

“Los sacerdotes están del ‘nabo’, perdidísima la visión, dicen que ya los curas esperan más el diezmo que la venida de Jesús. Entonces no tengo mucho conocimiento a fondo del sacerdocio”, critica.

Escamilla manifestó que ser sacerdote es una actividad muy rentable y lucrativa, “más no sé si ejerzan tal su vocación como debe ser, no lo sé y no me interesa”.




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