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¿Cómo es posible que en pleno siglo 21 todavía alguien es capaz de permanentemente removerse un órgano tan importante como la lengua? La única posible explicación es un delirio.  Y la religión es una de las principales causas de este mal. Debido a su delirio y su fanatismo, producto de su adoctrinación cultural en la existencia de dioses, este pobre hombre no podrá hablar correctamente ni saborear su comida por el resto de su vida.

A diferencia de otras mutilaciones como clavarse en una cruz en Filipinas en semana santa, o atravesarse el cuerpo, los cachetes o la piel como el festival vegetariano de Phuket en Tailandia, donde la persona invariablemente va a sanar sin pérdida de un sentido,  el cortarse la lengua por fervor religioso es sencillamente una locura. Esta persona tan joven no podía tener hijos y decide pedirle a su dios Vishnu un milagro.  Definitivamente este hombre su fe es mayor que la mayoría de los cristianos que piden sin llegar a ese grado de devoción extrema.

En un mundo donde una visita a un urólogo o su esposa un ginecologo le pudo haber resuelto su problema, la acción de este hombre solo demuestra ignorancia, credulidad y un acto que solo puede explicar el fanatismo religioso.