Testosterona y autismo o una nueva definición de pensar con la polla
Sergio Parra
Siguiendo en la lÃnea del anterior post, Test de Autismo, caben señalar las recientes y polémicas desatadas en el Reino Unido a raÃz de un estudio sobre el autismo. La conclusión del estudio, llevado a cabo por cientÃficos de la Universidad de Cambridge, arroja que a mayor concentración de testosterona en el saco vitelino, mayores riesgos de presentar rasgos autistas. El estudio ha sido dirigido por Simon Baron-Cohen.
Empleando los tests que en el anterior artÃculo mencionábamos a 235 niños que en su periodo fetal hubieron estado expuestos a grandes conentraciones de testosterona en el lÃquido amniótico, Baron-Cohem concluyó que su hipótesis tenÃa visos de ser cierta: El cerebro de las personas con autismo está «masculinizado». Las hormonas masculinas influyen en el desarrollo fetal a la hora de padecer autismo. Esa razón también explicarÃa que haya 4 niños por cada niña que sufre autismo.
Baron-Cohen y sus colegas analizaron ciertos comportamientos de los participantes, que eran demasiado pequeños para superar los tests durante las primeras etapas del desarrollo. AsÃ, observaron el contacto visual con sus madres y su vocabulario.
Los bebés varones con mayores niveles de testosterona solÃan mirar menos a sus madres, su vocabulario era menos rico al año y medio de vida y con cuatro eran menos sociables y tenÃan menos interés por el mundo que les rodeaba.
Es interesante resaltar que en Reino Unido se vacunan a los niños para evitar que desarrollen algún trastorno del espectro autista, de modo que la noticia ha despertado un gran interés entre la población. Sin embargo, los expertos aún duda de la conexión causal entre la testosterona y el autismo.
Por ejemplo, Manuel Posada, investigador del Instituto de Salud Carlos III, dice: «La testosterona podrÃa ser un efecto de algo que se correlaciona con las puntuaciones pero la verdadera causa serÃa lo que hace que la testosterona esté alta».
Sin embargo, si Baron-Cohen estuviera en lo cierto, quizá se podrÃan organizar diagnósticos precoces del autismo tal y como sucede con los niños con sÃndrome de Down.
Visto en Genciencia.
Siguiendo en la lÃnea del anterior post, Test de Autismo, caben señalar las recientes y polémicas desatadas en el Reino Unido a raÃz de un estudio sobre el autismo. La conclusión del estudio, llevado a cabo por cientÃficos de la Universidad de Cambridge, arroja que a mayor concentración de testosterona en el saco vitelino, mayores riesgos de presentar rasgos autistas. El estudio ha sido dirigido por Simon Baron-Cohen.
Empleando los tests que en el anterior artÃculo mencionábamos a 235 niños que en su periodo fetal hubieron estado expuestos a grandes conentraciones de testosterona en el lÃquido amniótico, Baron-Cohem concluyó que su hipótesis tenÃa visos de ser cierta: El cerebro de las personas con autismo está «masculinizado». Las hormonas masculinas influyen en el desarrollo fetal a la hora de padecer autismo. Esa razón también explicarÃa que haya 4 niños por cada niña que sufre autismo.
Baron-Cohen y sus colegas analizaron ciertos comportamientos de los participantes, que eran demasiado pequeños para superar los tests durante las primeras etapas del desarrollo. AsÃ, observaron el contacto visual con sus madres y su vocabulario.
Los bebés varones con mayores niveles de testosterona solÃan mirar menos a sus madres, su vocabulario era menos rico al año y medio de vida y con cuatro eran menos sociables y tenÃan menos interés por el mundo que les rodeaba.
Es interesante resaltar que en Reino Unido se vacunan a los niños para evitar que desarrollen algún trastorno del espectro autista, de modo que la noticia ha despertado un gran interés entre la población. Sin embargo, los expertos aún duda de la conexión causal entre la testosterona y el autismo.
Por ejemplo, Manuel Posada, investigador del Instituto de Salud Carlos III, dice: «La testosterona podrÃa ser un efecto de algo que se correlaciona con las puntuaciones pero la verdadera causa serÃa lo que hace que la testosterona esté alta».
Sin embargo, si Baron-Cohen estuviera en lo cierto, quizá se podrÃan organizar diagnósticos precoces del autismo tal y como sucede con los niños con sÃndrome de Down.
Visto en Genciencia.