El colegio es malo para los niños
Roger C. Schank
Después de un desastre natural, los medios anuncian con excitación el momento en el que los colegios vuelven a estar abiertos. No importa que todo lo demás esté transcurriendo de forma horrible; los niños van al colegio. Siempre lo he sentido por esos niños.
Mi idea peligrosa es una que la mayor parte de vosotros rechazará inmediátamente sin pensar seriamente sobre ella. El colegio es malo para los niños. Les hace infelices y, como demuestran los estudios, tampoco aprenden demasiado.
Cuando escuchas a los niños hablar sobre el colegio, fácilmente descubres en qué piensan cuando están allÃ; a quién le gusto, quién está siendo malo conmigo, cómo puedo mejorar mi posición social, cómo puedo hacer que el profesor me trate bien y me ponga buenas notas.
Los colegios están hoy estructurados de la misma forma en la que llevan estándolo durante cientos de años. Y durante esos cientos de años, los filósofos, y otros pensadores, vienen apuntando a que el colegio realmente es mala invento.
Los colegios simplemente deberÃan dejar de existir como los conocemos. Los gobiernos deben salir del negocio de la educación y dejar de pensar que saben lo que los niños deberÃan saber y de ponerles a prueba constantemente para ver si regurgitan lo que les han estado metiendo a cuchara.
Los gobiernos son y siempre han sido el problema en la educación.
Los colegios deben ser sustituidos por lugares seguros a los que los niños puedan ir a aprender cómo hacer las cosas que quieren aprender a hacer. Su interés deberÃa guiar su enseñanza. El papel de los gobiernos debe ser crear lugares atractivos para los niños y hacer que quieran ir hacia ellos.
Más de un millón de estudiantes hay optado por dejar el sistema escolar y ser educados en casa. El problema es que en los lugares donde se regula la enseñanza en casa, ésta se parece condenadamente al colegio.
Debemos dejar de producir naciones de estudiantes agobiados que aprenden a complacer al profesor en lugar de a complacerse a sà mismos. Debemos producir adultos que amen aprender, no adultos que eviten aprender porque les recuerda a los horrores del colegio. Debemos dejar de pensar que todos los niños tienen que aprender las mismas cosas. Debemos crear adultos que piensen por ellos mismos y no intenten entender las situaciones complejas en términos simples que puedan ser trazados de un brochazo.
Simplemente cerremos los colegios y convirtámoslos en centros recreativos.
Foto de mckaysavage.
humanismo infancia
Después de un desastre natural, los medios anuncian con excitación el momento en el que los colegios vuelven a estar abiertos. No importa que todo lo demás esté transcurriendo de forma horrible; los niños van al colegio. Siempre lo he sentido por esos niños.
Mi idea peligrosa es una que la mayor parte de vosotros rechazará inmediátamente sin pensar seriamente sobre ella. El colegio es malo para los niños. Les hace infelices y, como demuestran los estudios, tampoco aprenden demasiado.
Cuando escuchas a los niños hablar sobre el colegio, fácilmente descubres en qué piensan cuando están allÃ; a quién le gusto, quién está siendo malo conmigo, cómo puedo mejorar mi posición social, cómo puedo hacer que el profesor me trate bien y me ponga buenas notas.
Los colegios están hoy estructurados de la misma forma en la que llevan estándolo durante cientos de años. Y durante esos cientos de años, los filósofos, y otros pensadores, vienen apuntando a que el colegio realmente es mala invento.
«Nos encierran en las aulas, y en las salas de rezos, durante diez o quince años, y salimos de allà al menos con el vientre lleno de palabras y sin saber apenas nada.» —Ralph Waldo Emerson
«La educación es algo admirable, pero merece la pena recordar de vez en cuando que nada que realmente merezca la pena saber puede ser enseñado.» —Oscar Wilde
Los colegios simplemente deberÃan dejar de existir como los conocemos. Los gobiernos deben salir del negocio de la educación y dejar de pensar que saben lo que los niños deberÃan saber y de ponerles a prueba constantemente para ver si regurgitan lo que les han estado metiendo a cuchara.
Los gobiernos son y siempre han sido el problema en la educación.
«Si al gobierno realmente le importase que cada niño recibiera la mejor educación, se ahorrarÃa el problema de proporcionársela. DeberÃa dejar a los padres la decisión de cónde y cómo deben obtener sus hijos esa educación, y contentarse con pagar los gastos escolares a las clases más pobres, liberando de los mismos por completo a quienes no tienen a nadie que se los pague.» —J.S. Mill
«Primero Dios creó a los idiotas. Sólo por practicar. Después ya creó los comités educativos.» —Mark Twain
Los colegios deben ser sustituidos por lugares seguros a los que los niños puedan ir a aprender cómo hacer las cosas que quieren aprender a hacer. Su interés deberÃa guiar su enseñanza. El papel de los gobiernos debe ser crear lugares atractivos para los niños y hacer que quieran ir hacia ellos.
«Ocurre a menudo que por no haber elegido el camino correcto sufrimos, y más tarde empleamos nuestro tiempo y nuestro esfuerzo en entrenar a nuestros hijos para hacer cosas para las que por su constitución natural no están preparados.» —Montaigne
«Hay dos tipos de educación. Una deberÃa enseñarnos a ganarnos la vida, y la otra a vivirla.» —John Adams
Más de un millón de estudiantes hay optado por dejar el sistema escolar y ser educados en casa. El problema es que en los lugares donde se regula la enseñanza en casa, ésta se parece condenadamente al colegio.
Debemos dejar de producir naciones de estudiantes agobiados que aprenden a complacer al profesor en lugar de a complacerse a sà mismos. Debemos producir adultos que amen aprender, no adultos que eviten aprender porque les recuerda a los horrores del colegio. Debemos dejar de pensar que todos los niños tienen que aprender las mismas cosas. Debemos crear adultos que piensen por ellos mismos y no intenten entender las situaciones complejas en términos simples que puedan ser trazados de un brochazo.
Simplemente cerremos los colegios y convirtámoslos en centros recreativos.
Foto de mckaysavage.
humanismo infancia