EL ARGUMENTO FARYLÓGICO (DE "EL FARY") PARA DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS)


Muchos intentos de prestiargumentación se han ingeniado a lo largo de la historia, para conseguir demostrar la existencia de dios. Todos ellos se basan en la COMPULSIÓN que experimenta la víctima... perdón, el razonador, a considerar como "natural" algún "principio" de los que se utilizan en el argumento.
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De todas estas "pruebas", la que me parece más entrañable es la que podemos llamar, en homenaje al eximio cantante de coplas José Luis Cantero, "El Fary", "EL ARGUMENTO FARYLÓGICO". Un ejemplo de el "principio compulsivo" que opera en este caso lo comentaba El Buscador en un entrada reciente de su blog, a propósito del desbarre punsetiano sobre si "sería un desperdicio" el que estuviéramos solos en el universo.
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Una utilización reciente de este principio la critiqué en el artículo "La cruzada de las librerías", a propósito en particular del teólogo Hans Küng, cuyo principal argumento para predisponer al lector a favor de la existencia de Dios en el libro El principio de todas las cosas, es, de nuevo, la tesis de que "sería un desperdicio" el que un universo tan majestuoso, complejo y espectacular como el nuestro, incluyendo nuestras apasionantes o anodinas biografías, estuviera condenado a NO SER CONTEMPLADO ETERNAMENTE POR NADIE.
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¿Y qué tiene que ver "El Fary" con todo esto? Pues no puede estar más claro. Es conocida su aventura de una noche con la actriz Ava Gardner, cuando él trabajaba de taxista en el Madrid de principios de los sesenta. ¿Y qué fue lo primero que hizo, tras tan holliwoodiense polvazo? ¡¡¡Pues ir a contárselo a sus amiguetes!!! Porque, evidentemente, un casquete con tan fastuosa sex symbol "carece de sentido" si no es para contárselo a alguien.
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Más:
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Enrólate en el Otto Neurath

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