Una de cal y otra de arena

Nuevamente la Iglesia Católica se muestra preocupada por aquellos pequeños espacios en los que no pueden imponer su visión autoritaria de la vida, la moral y el conocimiento.

En Santa Rosa, provincia de La Pampa, un grupo de fundamentalistas mostró su enojo cuando el presidente del consejo deliberante, Guillermo Di Liscia, decidió retirar un fetiche de la Virgen María que se encontraba en un lugar de tránsito dentro del edificio público. Parece medianamente claro para todos que edificio de un Consejo Deliberante no es un templo religioso donde poner imágenes de tal o cual credo. Sin embargo quienes no entienden que una cosa es el Estado y otra cosa es la Iglesia Católica, pretenden extender el merchandising de la iglesia en cada centímetro cuadrado de pared que quede libre.

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