El cura inquisidor

El influyente Torquemada de la población de Malargüe. Censuró la proyección de la película Ángeles y demonios, levantó una campaña contra el sida, negó los treinta mil desaparecidos y vetó la visita de artistas populares. Radiografía de un ultraconservador polémico.

Ramizo SaenzEn invierno, Malargüe padece el frío patagónico, aunque la ciudad esté enclavada en el sur de la cuyana Mendoza. Se trata de un frío que atraviesa toda ropa y penetra en el cuerpo como un punzón. Pero en aquel reducto alejado de la capital provincial y famoso por las pistas de esquí de Las Leñas, las temperaturas bajo cero no son el principal motivo de parálisis. Existe otro factor, más corrosivo que las intempestivas heladas, que atemoriza a los habitantes. Todo el año. Uno que viste sotana, niega los treinta mil desaparecidos, prohíbe el uso de preservativos y censura expresiones artísticas gracias a su influencia en el poder local, como si se tratara de una versión moderna de la Inquisición: el cura Ramiro Sáenz.

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