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Miércoles 22 de julio del 2009 Ciudad Juárez, Chihuahua, México.

El agredido se debate entre la vida y la muerte luego de la pelea que se suscitó tras chocar contra el auto del párroco Felipe Legarreta, hermano del delegado estatal de la Semarnat

Ante el Departamento de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del estado, el sacerdote católico Felipe Legarreta fue acusado de golpear a una persona en complicidad con dos hombres por un accidente vial registrado en Meoqui, poblado que se ubica en la zona centro del estado.

Se asegura que este incidente tiene preocupados a los habitantes de Meoqui, debido a que la persona agredida permanece internada en un hospital privado en la ciudad de Chihuahua, a donde fue trasladado.

Además, se debate entre la vida y la muerte por las lesiones que le causaron los tres hombres, incluyendo el sacerdote, quien es hermano del delegado estatal de la Semarnat, Octavio Legarreta.

De acuerdo al informe de la Procuraduría General de Justicia, el Ministerio Público encargado de la indagatoria encontró que el hombre afectado por la golpiza, y por la que iniciaron una averiguación previa, se llama Juan Gabriel Tarango, quien conducía un vehículo el domingo pasado y se impactó a un auto Altima.

Casi al momento los tripulantes del auto afectado salieron y sin mediar palabra comenzaron a decirle malas palabras y, posteriormente, lo golpearon.

El sacerdote en el caso, Felipe Legarreta, es oriundo de Meoqui, pero desde hace tiempo tiene su residencia en la ciudad de Chicago, Illinois, y estaba de visita en su ciudad natal, paseando con unos amigos y, al parecer, ingiriendo bebidas embriagantes.

Otro de los resultados de la indagatoria es que el conductor que chocó y luego fue golpeado se encontraba en estado de ebriedad.

Al momento de agredirlo lo aventaron contra el pavimento, para luego, ya tirado en el piso, continuar con la golpiza; se presume que aparte del sacerdote participó su hermano Noé así como un amigo llamado Aldo González.

Sobre este hecho, Silvia Margarita Robles, prima de Juan Tarango Robles, expresó que no es justo que un sacerdote no haya puesto la paz.

"Él es el culpable de todo, porque lo que debería haber hecho es hablarle a la justicia, a la Policía Municipal o a los elementos de Vialidad, y que lo hicieran que se responsabilizara de pagar con cárcel o con dinero, pero por qué hacen eso, lo lincharon para dejarlo al borde de la muerte y eso no se vale", dijo indignada.

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