Efecto Dulcinea

En el 2000 me hice un pequeño tatuaje con un tatuador de Guanajuato, quien llama muchísimo la atención por su extravagancia, su estilo punk y ahora, según me contaron, porque se tatuó la cara. Acudí a su changarro acompañado por una amiga, una tarde calurosa. Cuando llegamos al lugar y miramos a nuestro alrededor fue ella quien descubrió un retrato sobre alguna repisa. La foto era de una gringa

Los comentarios han sido cerrados para esta nota