La cuestión vasca

ETA ha vuelto a asesinar. Para algunos, existe un conflicto vasco del que ETA es solo una más de sus expresiones y, por tanto, acabará cuando acabe el conflicto. El que durante la mayor parte de la historia del País Vasco no haya existido ETA y, seguramente, en la mayor parte de su futuro tampoco existirá, y todo eso sin haber resuelto el conflicto (según lo que algunos entienden por resolver y por conflicto), no parece hacer mella en quienes así argumentan.

Pero no quería hablar de esto, sino del conflicto. Hay vascos que no quieren ser españoles, hay vascos que sí y los hay que son indiferentes a alguna de estas dos cuestiones. La razón del pensar de cada uno es variada. ¿Tiene derecho el País Vasco a la independencia? ¿A la autodeterminación? ¿A convocar un referéndum?

Los únicos derechos que existen son los que le reconocen a uno los demás, sea por voluntad o por fuerza mayor. Hoy por hoy, el País Vasco no tiene esos derechos. Hay quien dice que sí tiene el derecho a la autodeterminación, y que lo que quieren es el reconocimiento de ese derecho, pero ambas cosas son la misma. Entonces la pregunta es ¿Debería tener el País Vasco esos derechos?

Desde el punto de visa de los nacionalistas vascos, la respuesta sin duda es positiva. ¿Qué es lo conveniente desde el punto de vista de los demás?

Yo encuentro razonable que el País Vasco pueda celebrar referendos y que tenga derecho a la independencia. Razonable para todos.

Hasta ahora ningún Gobierno o Parlamento Vasco ha propuesto la independencia o un referéndum sobre ella. Si algún día lo proponen, permitir el referéndum sería lo más democrático, al estilo de Québec y las resoluciones de los tribunales canadienses. La independencia es la única decisión en la que la unilateralidad es casi inevitable.

No he hablado de la autodeterminación. No sé muy bien qué significa. Al parecer es el derecho a decidir si se quiere o no la independencia. Si es solo eso, sería el derecho a la independencia. Pero parece que es algo más, ya que se invoca para otras cosas como planes Ibarretxe y propuestas de referéndum. Cualquier cosa que no sea la independencia y que implique que el País Vasco sea parte (de la manera que sea) de España requiere del acuerdo del País Vasco y de España. En estos casos, el País Vasco no puede estar en posición de decidir unilateralmente. Si una mayoría vasca no está de acuerdo con lo que es aceptable para España, y si lo único que es aceptable para una mayoría vasca es inaceptable para los españoles, entonces podrán optar por la independencia. Si no optan por la independencia es porque la situación no era tan inaceptable después de todo. Lo mismo si España opta por reconocer más autogobierno.

En esta tesitura, creo que es bueno que España tenga estabilidad en lo que se considera o no competencia autonómica, y que cada uno actúe en consecuencia. La opción de la independencia ayudará a negociar al gobierno español frente a uno vasco que haga demasiadas demandas: “Si no estás de acuerdo, convoca un referéndum por la independencia”. Esa misma opción debería complacer a quienes tienen deseos de ella, pero tal vez no a los políticos que vivan de que la opción no exista. El órdago de la independencia sólo se aceptará si se cree que se va a ganar y, en esa situación, no creo que nadie crea que deba mantenerse a la población dentro de España en contra de su voluntad. Si el referéndum no se convoca o se pierde, habrá que ser leales al modelo de Estado en el que se permanece. Si la independencia gana, España no debería poner trabas al futuro estado. Este sería un buen entendimiento entre todas las partes.

Por supuesto, todo esto solo tiene sentido cuando la violencia no sea nada más que un mal recuerdo.

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