Video 8: El origen del ser humano
Cuando los cientÃficos del siglo XX descubrieron el papel que juega el DNA en la herencia, fundaron una nueva ciencia denominada genética que puso a prueba la teorÃa de Darwin. Las células de todos los grandes simios como los chimpancés, los gorilas y los orangutanes contienen 24 pares de cromosomas. Si los humanos comparten un ancestro común con los simios se esperarÃa que nosotros tuviésemos el mismo número, pero sorprendentemente las células humanas solo contienen 23 pares de cromosomas. Si compartimos un ancestro común ¿qué pasó? ¿Es posible que en la lÃnea evolutiva que conduce a nosotros un par de cromosomas del ancestro de los primates simplemente se perdiese, fuese descartado? Bien, la respuesta es no, no es posible, la razón es que todos los cromosomas de los primates contienen tantos genes importantes que la pérdida de los dos miembros de una pareja serÃa letal, no se producirÃa desarrollo embrionario. Asà que solo hay una explicación posible y esa explicación es que en la lÃnea que conduce a nosotros, dos cromosomas que están separados en otros primates se fusionaron para formar un único cromosoma. Y esto es por lo que la evolución es una ciencia, esa posibilidad puede someterse a prueba, deberÃamos ser capaces de observar nuestro genoma y encontrar que tenemos un cromosoma con las marcas de esa fusión ¿y como lo encontramos? es mas fácil de lo que se podrÃa pensar.
De forma caracterÃstica, en los extremos de todos los cromosomas se deben encontrar unos marcadores genéticos especiales, o secuencias de DNA, denominados telómeros y en la zona media se deben encontrar marcadores genéticos diferentes llamados centrómeros, pero si una mutación tuvo lugar en el pasado causando la fusión de dos pares de cromosomas deberiamos encontrar evidencias en esos marcadores genéticos, telómeros no solo en los extremos de los cromosomas sino también en el medio y no uno sino dos centrómeros. Encontrar una estructura como esta en nuestros cromosomas explicarÃa por qué los seres humanos tenemos un par de cromosomas menos que los grandes simios.
Si no los encontremos, entonces la existencia de un ancestro común para nuestras especies podrÃa ser rebatida pero si los encontremos serÃa una poderosa evidencia en favor de la evolución. Asà que todo lo que tenemos que hacer es rastrear el genoma humano y ver ¿tenemos un cromosoma que tiene estas marcas, DNA telomérico en el centro y dos centrómeros? La respuesta resulta ser que sà y es el cromosoma humano número 2. La evidencia es inequÃvoca. Lo hemos sospechado durante mucho tiempo y en 2005 el estudio definitivo fue publicado mostrando que el cromosoma 2 tiene el punto de fusión exacto, prácticamente puede encontrarse el lugar donde la cinta adhesiva mantiene a estos cromosomas unidos. Cuanto mas de cerca estudiemos el DNA, cuanto mas detalladas sean nuestras observaciones sobre nuestro genoma más fuertes serán las evidencias de nuestra propia evolución a partir de ancestros comunes con otras especies.