Ley de Cierre Dominical en Puerto Rico
Ayer se aprobó por la cámara de representantes de Puerto Rico, enmendar la actual Ley de Cierre para permitir entre otros a los negocios abrir para hacer negocios durante los domingos desde las 11 de la mañana hasta las 12 de la noche. También exige paga doble a los empleados que trabajan ese dÃÂa. Pero dentro de la discusión, la iglesia participó activamente. El gobernador se reunió con lÃÂderes religiosos, incluyendo al arzobispo católico Roberto González para discutir las enmiendas. Ya la iglesia se ha opuesto a la ley en el pasado por razones de que los trabajadores estarÃÂan “privados de compartir con sus familias”. Pero este argumento en realidad lo que busca es disfrazar la verdadera razón, forzar la asistencia a las iglesias, si no asisten pues tampoco van a permitir que la gente se vaya de compras.
En Puerto Rico esta ley se originó en 1902, bajo el gobierno americano cuando este era uno más cónsono con los principios laicos y seculares de la nación americana. En esa ocasión la ley lo que buscaba era el proveer a los trabajadores, protección social y también buscaba unos fines anti-monopolÃÂsticos combinados con la flexibilidad necesaria para que la legislación no inhibieraa el desarrollo de la estructura económica del paÃÂs. También se hizo para protección del obrero al proveer unas normas, fijando horas y dÃÂas de trabajo, un salario mÃÂnimo, protección contra el despido injustificado y garantizando unos derechos del empleado, hasta ahàtodo bien.
La ley prohibÃÂa abrir negocios los domingos, pero ha ido cambiando y últimamente se permite abrir de 11 am a 5 pm. De allá para acá la interpretación de muchos especÃÂficamente las iglesias cristianas, es cabildear para que la misma se mantenga y no se permita la apertura dominical por ser el domingo el dÃÂa del señor. Me pregunto ¿que dice la población judÃÂa en Puerto rico cuyo dÃÂa de reposo es el sábado?  Como en este dÃÂa se asume que todo el mundo, o especÃÂficamente, la mayorÃÂa es cristiana, las iglesias y legisladores como Jaime Perelló alega que la ley es necesaria “para crear un espacio para la reflexión y para ir a la iglesia”. Otro representante que se oponÃÂa a las enmiendas que cambiarÃÂan la ley era Norman RamÃÂrez, pero luego accedió cuando los lideres religiosos también estuvieron de acuerdo, dejándonos ver que este legislador no tiene independencia de criterio al afirmar: “si ellos (los lideres religiosos) están a favor, ¿como yo me voy a oponer? Esto lo dijo por entender que “Las horas de la mañana del domingo son usadas para ir a la iglesia”. Vaya imbécil…. ¿Se lo tiene que decir un cura, para aceptarlo?
Yo no sé de donde se han sacado estos señores que es necesario legislar para que, al estilo Talibán, se fuerce a una población a actuar de una manera, especÃÂficamente a asistir a un edificio (templo, mezquita, sinagoga) a adorar a un ser invisible e inexistente. No se debe tener cautiva a un a población por las creencias de otra aunque esta sea una mayorÃÂa.  No les importa a estos pelagatos la diversidad de la ciudadanÃÂa, ni tampoco que la gente, inclusive muchos llamados cristianos no van a la iglesia. La ley de cierre penaliza a los ciudadanos que quieren comprar algo temprano en la mañana del domingo, ya sea para trabajar en un pasatiempo, arreglar algo en la casa, como pintar, poner tablillas, o comprar comestibles, hielo, agua, en fin cosas que necesitamos que son únicas y especificas de cada cual. Si un ciudadano quiere hacer y para ello comprar algo en un domingo, el estado se lo quiere prohibir. La iglesia tanto católica como protestante en Puerto Rico y en el mundo de alguna manera ha convencido o tergiversado el propósito original de la ley y algunos legisladores cegados por sus creencias les han hecho caso.
Ya es hora de que la Ley de Cierre se derogue completamente en Puerto Rico, como lo propuso la representante Jenniffer González. Tal y como dice la representante, el mayor escollo para lograrlo ha sido la oposición de la iglesia. Los mejores argumentos para derogar la ley de cierre los ha hecho la camara de comercio. La ley ha llegado al ridÃÂculo extremo de imponer multas de hasta $10,000 a pequeños comerciantes por vender un artÃÂculo en ciertos dÃÂas. Tengo la impresión de que han sido los religiosos de este paÃÂs quienes con sus interpretaciones acomodaticias, han puesto la semilla de la discordia en la mente de mucha gente buena, que por ser fieles creyentes no razonan bien. Si la preocupación es que trabajadores se le haga trabajar en dÃÂas que no quieren como un domingo. Se debe legislar para que los comerciantes establezcan un plan de rotación de empleados, o contratación de empleados que sànecesitan el trabajo y dispuestos a participar de un programa en que se roten los dÃÂas para que se mantenga la jornada actual de 40 horas. El forzar al comerciante a pagar doble también es improcedente siempre y cuando el empleado no haya trabajado sus 40 horas, no por haberlo hecho meramente un domingo. Todo se reduce a una relacion improcedente entre la iglesia y el estado y claro está a ganar votos electorales en el futuro.
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