EL MÁS FAMOSO DE MIS TOCAYOS

Los pobres obispos no salen de una y se meten en otra. Leo en El País que ahora andan preocupadísimos con el bombazo editorial en que se ha convertido el libro de José Antonio Pagola, Jesús. Aproximación histórica (editorial PPC, grupo SM). Por lo visto, resulta que el Jesús de la historia (de la historia según ese libro, claro), no es "el jesús de la fe", ha dicho el obispo de Tarazona, quien afirma también que el libro "hará daño". (Ver también la noticia en el diario La Fe, digo La Razón).
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No sé qué daño puede hacerle a una mente sana el conocer la historia. No he leido aún el libro de Pagola, pero tengo muy reciente la lectura de otro que me ha encantado, y que es infinitamente recomendable: Simón Pedro, Pablo de Tarso y María Magdalena, de Bart Ehrman (Crítica); los otros libros de este autor deben ser igual de jugosos. Se trata de abordar los documentos históricos sobre el cristianismo primitivo con una actitud científica ("¡positivismo sensato!"), sin prejuicios basados en la fe (ni en el odio a la religión, por supuesto), y sacar conclusiones a partir de ellos como a partir de cualesquiera otros documentos. La conclusión principal que se saca sobre mi tocayo más famoso y (algunos de) sus primeros discípulos es que, sin negarles el extraordinario carisma que debían tener (como Mahoma, Napoleón, Lutero, Hitler, los Beatles, las Spice Girs, o Tom Cruise, sin abusar de la comparación), en el fondo eran unos "grillaos" que estaban absolutamente convencidos de que el fin del mundo estaba a la vuelta de la esquina (a no más allá de treinta o cuarenta años vista), y que proponían un ideal de renuncia y amor mutuo como instrumento para coger buen sitio en el apocalipsis (no por otro motivo). Ehrman los llama "apocalipticistas", como a muchos otros que abundaban por la Judea de entonces. Que una locura tan absurda llegase a convertirse en el puntal ideológico de occidente es una de esas aventuras que hacen apasionante la historia de la humanidad. Y quien siga pensando aún que la Historia la guía una mano providente, que se lea el maravilloso Armas, Gérmenes y Acero, de Jared Diamond (Ed. Debate).
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Por otro lado, según la famosa "guillotina de Hume" ("no puede derivarse un debe ser de un es"), que las recomendaciones morales del cristianismo (¿de cuál?) sean aceptables o no, no depende en absoluto de la verdad histórica de los evangelios (igual que la validez del teorema de Pitágoras -¡o su falsedad, como en las geometrías no euclídeas!- no depende en absoluto de que existiera Pitágoras, de que éste fuera realmente su descubridor, o de que sean ciertas las leyendas que se cuentan sobre él). Lo malo de los obispos, y muchos como ellos, es el intentar vender todo en el mismo paquete, y el querer convencernos de que, si no nos lo tomamos todo como niños buenos, "sufriremos daño".
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[Y, siguiendo con la cosa episcopal: dice Rajoy que él "nunca se enfrentará a los obispos"; ¿alguien lo dudaba? Tampoco Bush se enfrentará nunca con los fabricantes de armas, ni Paco Camps con los presidentes de las constructoras].
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[Para saber más argumentos contra las religiones, descargar mi artículo "La cruzada de las librerías"].
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