Ser de izquierdas es una enfermedad mental

Actualización: Compruebo cada vez más fascinado la forma en la que menéame reúne lo mejor y lo peor de la web 2.0; una solución técnica magnífica más un código moral de baba. Alguien ha decidido que la discusión sobre este artículo debe ser cerrada. Posiblemente no es digna de su sitio. O, quién sabe, demasiado digna.

Justo cuando los liberales —en la acepción americana del término, es decir, Esperanza Aguirre no vale— pensaban que ya era seguro identificarse a sí mismos como tales, un veterano psiquiatra acaba de revelar que la ideología que les sirve de motivación en realidad es un desorden mental.

«Basándose en creencias y emociones notablemente irracionales, los liberales modernos minan implacablemente los principios más importantes en los que se basan nuestras libertades» dice el Dr. Lyle Rossiter, autor del nuevo libro La Mente Liberal: Las Causas Psicológicas de la Locura Política. «Como niños enfadados se revelan contra las responsabilidades de la vida adulta y reclaman un gobierno parental que atienda a sus necesidades de la cuna a la tumba».

Activistas de ambas partes del espectro político han hecho observaciones similares. Rossiter presente credenciales profesionales y una vida virtualmente limpia de activismo alguno, además de su vínculo con «la gran conspiración de la derecha».

Durante más de 35 años ha diagnosticado y tratado a más de 1.500 pacientes como psiquiatra clínico certificado y ha examinado más de 2.700 casos civiles y criminales como psiquiatra forense. Estudió Medicina y Psiquiatría en la Universidad de Chicago.

Rossiter afirma que el tipo de liberalismo que demuestran tanto Barack Obama cono Hillary Clinton sólo puede ser entendido como un desorden psicológico.

«Cualquier científico social que entienda la naturaleza humana no ignorará el papel vital que juega el libre albedrío, la cooperación voluntaria y la integridad moral; pero es lo que hacen los liberales» dice. «Un líder político que entienda la naturaleza humana no ignorará diferencias individuales en talento, impulso, atractivo personal y ética; ni intentará imponer una igualdad económica y social en la población, como hacen los liberales. Un legislador que entienda la naturaleza humana no creará reglas que sobreregulan y asfixian a impuestos a sus ciudadanos, corrompe su carácter y les reduce a rebaño del estado, como hacen los liberales».



«Las raíces del liberalismo y su locura asociada pueden ser claramente identificadas visualizando cómo nuestros niños se desarrollan desde la infancia hasta la vida adulta y cómo una distorsión de este desarrollo produce las creencias irracionales de la mente liberal» dice. «Cuando la mente liberal moderna se afecta por víctimas imaginarias, se rebela contra villanos imaginarios, y reclama que un estado por encima de personas enteramente competentes para vivir sus propias vidas tome el control de las mismas, la neurosis asociada llega a ser dolorosamente obvia».

Visto en WorldNetDaily.

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