Que llueva, que llueva…

Dos noticias relacionadas con la adoración de la Virgen tuvieron lugar este fin de semana en nuestro país, más precisamente en la Provincia de Buenos Aires. La primera fue el lamentable papel del gobernador de la provincia rezándole a la Virgen para que haga llover y de esa manera atenuar la sequía que aqueja a su provincia. El ritual, que sería un paralelo a la danza de la lluvia de otras culturas, tuvo un éxito esperable, no tanto por la efectividad de las vírgenes a la hora de satisfacer los pedidos de los hombres (que si fuera así no serían tan vírgenes), sino porque los ruegos fueron hechos bajo un oscuro manto de nubes y con un pronóstico de lluvias que ya se venía confirmando en los últimos días.

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