El ya omnipresente autobús ateo

Joan Bakewell

Los ejecutivos publicitarios deben estar verdes de envidia, y los recolectores de fondos mesándose los cabellos. Una joven que escribe comedias televisivas para ganarse la vida tuvo una idea en junio, la publicó en un foro en Internet y la vio crecer hasta convertirse en algo global. La idea del autobús ateo, el que llevará un anuncio con el eslogan «Probablemente Dios no existe. Así que deja de preocuparte y disfruta de la vida.» no saldrá de los garajes hasta enero. Pero ya ha capturado la imaginación popular. Más aún, ha agitado las plumas de los pavos reales establecidos en la religión, acaparado apoyos desde los sectores más inesperados y desde luego abierto una herida en la capacidad de difusión de los grupos religiosos.

El resultado hasta ahora; más de 1.800 comentarios de apoyo en el blog, casi todos informales y llenos de buen humor: «Os mando un billete de diez, porque nadie le dio las gracias a los agricultores cuando mi hijo celebró la fiesta de la cosecha». Son ya 83.000 libras las recaudadas, incluyendo donaciones desde Rusia, Chicago, Nuevo México, Nueva Zelanda y Ohio. Como dice la guapísima Ariane Sherine, la creadora de la idea: «El cielo es el límite. Aunque, por supuesto, allí arriba no haya nada».

Han habido llamadas para difundir el mensaje a Irlanda, España, Manchester, los Estados Unidos, Cardiff, Australia, Gales, Manchester de nuevo... Y con por supuesto menos esperanzas; Kabul y Alaska. Hay contribuciones realmente sorprendentes; Theos, el think-tank cristiano ha donado 50 libras, concediendo que hablar sobre Dios siempre es bueno, y que la mala publicidad no existe. La idea incluso ha deshecho el conflicto entre los minutos dedicados por Radio 4 al tema de la religión, Thought for the Day y la British Humanist Society. Ha bastado una idea genial de una joven de 28 años para que el autobús ateo se haya incorporado a la discusión. Desde Going to Work on an Egg, una campaña publicitaria no tuvo tanto impacto por tan poco precio.

Aún, desde luego, desde el punto de vista de un especialista en publicidad, el eslogan no es tampoco para echar las campanas al vuelo. No tiene especial gracia, no rima, no hay juegos de palabras. Y además, la palabra «probablemente» ha abierto la lata de los gusanos. Muchos bloggers se han preguntado simplemente «Â¿por qué probablemente?» Ese «probablemente» parece lo que más les preocupa. Se dice que Richard Dawkins, quien ha contribuido con dinero a la campaña, estaba a favor de la frase «casi seguro». Otro contribuyente explica que «en la ciencia, nada tiene certidumbre, sólo probabilidad estadística». Me imagino a los copistas rascándose la cabeza con eso. Así que «probablemente» se ha quedado. Hay por supuesto otras razones. Ayer en su blog Ariane explicaba que insertar esta palabra ayudó a cumplir las reglas de la Advertising Standards Authority.

Mientras, durante la misma semana, un ministro del gobierno, Phil Woolas, nombrado hace tres semanas Ministro de Inmigración, especulaba en una entrevista en Times que dentro de 50 años la Iglesia Anglicana habrá perdido la posición de la que disfruta en la visa del país. Sugería también que en cualquier reforma de la House of Lords, la privilegiada posición de los 26 obispos debería revisarse. Así, de repente el desmembaramiento de la influencia de la Iglesia aparece como algo posible durante nuestras vidas.

Es ahí donde la en principio la inocente campaña atea hace intersección con los asuntos nacionales.

Ha sido obvio durante los recientes años que los bien fundados grupos de presión religiosos han conseguido influir en la política gubernamental en asuntos como el aborto o la muerte asistida. De acuerdo con sus creencias específicamente devotas, tales grupos han sido capaces de desafiar y de influir en legislaciones que a muchos de nosotros nos gustaría ver liberalizadas. A los obispos con influencia en la House of Lords les gusta desde luego intentar influir en jugadas como el intento de Lord Joffe para legalizar la muerte asistida.

Así que, ¿qué está consiguiendo el autobús ateo? Primero, establecer un sentido de solidaridad entre aquellos a quienes no nos gusta la influencia de los sentimientos religiosos sólo porque está bien organizada y bien financiada. Del tono de los blogs de los fundadores de la iniciativa se visualiza que se trata de jóvenes que piensan que nadie les escucha. Pero es que ahora se les está escuchando.

El segundo logro es mostrar a las claras que los ateos sí creen en algo, más allá del nihilismo. Es un argumento de los religiosos sugerir que el ateísmo es un vacío moral, ausencia, nulidad. No es tal cosa. Es un cuerpo de creencias en la humanidad y en sus virtudes. Se suele culpar a la falta de fe y al declive de la religión de todos los males de la sociedad. Aquellos sin creencia en Dios quieren que se sepa que tienen un fondo moral tan o más fuerte como el de aquellos que siguen vetustos textos bíblicos o mandamientos entregados hace milenios a tribus del desierto. No es irrazonable esperar que la lectura del autobús es una forma de declarar todo esto.

¿Y ahora? Ahora hay más dinero del inicialmente esperado por los organizadores. Puede que se compren anuncios por todo el país. Stephen Green de Christian Voice predice que esos anuncios pronto estarán cubiertos de graffitis. Como se atreve a declarar; «Â¡a la gente no le gustan los sermones!»

Mi temor es que, mientras que esto ha empezado de una forma gentil y sin ánimo de crear controversias, podría alimentar la noción de que es obligatorio el antagonismo hacia otras fes. Dicho con el humor de «vive y deja vivir», me da miedo de que por el contrario sea visto por otros como una jugada más en la partida de la fe contra la ciencia. Tantos siglos de intrincada teología, y la ciencia con su forma de ver el mundo, son asuntos demasiado sutiles como para soportar ser vistos como clichés.

Visto en Times Online vía RichardDawkins.net.

Actualización: Pronto, «posiblemente», también en Barcelona.

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