Cómo responder al argumento del ateísmo de Hitler



Cuuando alguien dice algo como:


«Hitler era ateo, y es este tipo de creencia la que lleva al genocidio.»


Hay varias formas válidas de responder a una reivindicación tal.

La primera tentación es debatir o desafiar los hechos de la sentencia. Decir que Hitler no era ateo, o que el antisemitismo procede de una larga tradición religiosa, etc. Todo esto, aún siendo cierto, no constituye la respuesta más efectiva, dado que en el fondo no lleva a ninguna parte. Es probable que tu oponente se declare de acuerdo, aunque tarde poco en utilizar en tu contra otros nombres como Stalin o Pol Pot. Acuerdo o desacuerdo, de cualquier forma es un callejón sin salida.

¿Por qué no apropiarse del argumento? Tu oponente parece condenar el asesinato en masa y el genocidio. Y es algo con lo que merece la pena estar de acuerdo. Tanto que resulta un buen punto de condena contra el Dios cristiano.

Así pues, contéstese así:


«Hitler podría o podría no haber sido ateo, pero estoy dispuesto a seguirte en esto porque parece que en el fondo estamos de acuerdo. El genocidio es inmoral. ¿Te apuntas a condenar al Dios del Viejo Testamento también como inmoral, por el uso continuado del genocidio? Estemos de acuerdo; el Dios de la Biblia es tan inmoral como Hitler y Stalin.»


Casi cualquier otro argumento sobre Hitler, Stalin y suscreencias es irrelevante, así que démosle la vuelta al argumento y llevemos a nuestro adversario a una posición defensiva.

Visto en Conversational Atheist.

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