Las religiones proliferan con las enfermedades
Fuente: Público.es - 03/08/2008 20:40
Un estudio de EEUU asegura que la diversidad de creencias es una defensa frente a los patógenos
Un sacerdote oficia una misa por una vÃctima de la violencia racista en una iglesia de Laikipia (Kenia). - REUTERS“¿Por qué en Brasil hay 159 religiones y en Canadá, un paÃs de similar tamaño, sólo 15?â€, se preguntó una tarde de asueto el biólogo estadounidense Corey Fincher, de la Universidad de Nuevo México (EEUU). Tras muchos cálculos, el investigador ha dado con una peculiar respuesta: existen más credos en los paÃses en los que hay más enfermedades.
estudio, publicado en el último número de la revista Proceedings of the Royal Society B, concluye que la existencia de patógenos tiende a reducir el tamaño de las sociedades tradicionales, que se aÃslan de otros grupos para evitar contagios.
Según Fincher, esta incomunicación es el sustrato perfecto para el nacimiento de las religiones. El monolitismo de estos grupos no busca eliminar la disidencia ideológica, sino evitar la entrada en el grupo de infecciones de la mano de otras poblaciones. Menos contactos implican menos patógenos y, a su vez, un menor riesgo de que una religión poderosa fagocite a las demás. Por eso en Costa de Marfil hay 76 religiones y en Noruega, 13.
Datos testarudos
Su hipótesis, en apariencia, tiene los pies endebles. El deshielo del Ãrtico en verano ha aumentado en el último siglo, al igual que el número de gatos en el planeta, y no por ello se puede extrapolar que los felinos sean los responsables del deshielo polar.
Sin embargo, Fincher se ha cubierto las espaldas descartando otras teorÃas plausibles para explicar el origen de la diversidad religiosa en los trópicos. Sus análisis indican que las enfermedades infecciosas son un vector de la diversidad religiosa más importante que los factores económicos.
“Además, los diferentes niveles de democratización en los diversos paÃses no tienen un efecto significativo en nuestro modelo; ni contemplar los efectos de las diferentes historias de colonización evita que encontremos más religiones allà donde hay más enfermedades infecciosasâ€, explica Fincher.
Los datos son testarudos. Ninguna de las variables estudiadas –la superficie del paÃs, su número de habitantes, la libertad de creencias y las desigualdades económicas– trastoca la correlación del biólogo. “Es necesario reconsiderar la naturaleza de la religión. Aunque, aparentemente, su función es establecer un marcador social, capaz de cohesionar a un grupo, en su nivel fundamental nace para evitar las infeccionesâ€, asegura.
En su opinión, las religiones no son un subproducto de otras adaptaciones evolutivas, como el aumento de la capacidad craneana, sino una adaptación en sà misma, para garantizar la supervivencia del ser humano.
El artÃculo ha provocado cierta polémica en la comunidad cientÃfica. La socióloga Courtney Bender, de la Universidad de Columbia, rechaza en Science las tesis de Fincher: “No se puede decir, sin más, que las religiones tienen férreas fronterasâ€, arguye. En la misma lÃnea, el biólogo evolutivo Richard Sosi, de la Universidad de Connecticut (EEUU), niega el hermetismo de las sociedades religiosas tradicionales. No obstante, reconoce, el estudio de Fincher es “un gran primer paso†para explicar la heterogeneidad religiosa.
La paradoja infecciosa del imperio maya
La teorÃa de que en las regiones tropicales, con una mayor prevalencia de enfermedades, las diferentes sociedades son impermeables para protegerse de los patógenos tiene un gran obstáculo que sortear, a juicio de la antropóloga Candace Alcorta, de la Universidad de Connecticut.
Como explica en Science, en regiones azotadas por las enfermedades infecciosas han existido imperios esplendorosos, como ilustra el caso de la civilización maya en la PenÃnsula de Yucatán (México).
Bajo el paraguas de esta cultura americana, centenares de pueblos diferentes adoraron a un solo dios, padre de todos los demás, y compartieron pirámides, templos, juegos y oraciones. Y patógenos.
ArtÃculo original: Público.es