La Nueva Evangelización
El oscurantismo católico se enfrenta, desde hace siglos, a la reivindicación de la libertad y de la modernidad como emancipación de lo religioso. Las tres propuestas históricas del laicismo –independencia de la razón, del Estado y de la moral con respecto al dogma, la Iglesia y la teologÃa- chocan frontalmente con el modelo clerical de sociedad diseñado por las jerarquÃas de la organización criminal vaticana. La “Nueva Evangelización†que éstas proponen, dirigida especialmente a Europa y transmitida al rebaño fiel como un “retoâ€, ha de ser descifrada en términos de estrategia polÃtica, y ya se perfila como un pliego de ofensivas que pueden clasificarse en unos pocos objetivos: la criminalización obsesiva del ateÃsmo y del materialismo, la “recuperación†de la razón para la fe, la resistencia ante la laicidad y la sumisión de la investigación cientÃfica a su sistema ideológico. Abrazando a todas ellas, la crÃtica al relativismo cultural proveerá el magma pseudo-filosófico ratzingueriano en el que basar su discurso, y que exige la subordinación del pensamiento a las verdades exclusivas de su beatÃfico castillo de naipes.Puede ya afirmarse, sin embargo, que las conclusiones de la Conferencia de Aparecida no han sido del total agrado de la Curia romana. La presión de los sectores disidentes y del clero milenarista ha amortiguado el peso de las consignas de la cúpula del CELAM, y el documento filtrado a los medios revela que la Iglesia Latinoamericana aparenta mantener una cierta independencia con respecto a la silla petrina. Pero la “Gran Misión Continental†se diferenciará de la “Nueva Evangelización†sólo en términos de propaganda. Ambas se esforzarán en la educación y preparación de dirigentes polÃticos católicos que propaguen la “doctrina social†de León XIII y de PÃo XI, remodelada en las últimas décadas debido a la omnipresencia del neoliberalismo. El principio fascista de subsidiaridad en lo económico va unido, por supuesto, al resto de supersticiones que se pretende hacer pasar como racionales.
A ese al que algunos ya se atreven a llamar “Padre de la Iglesia†tampoco le deben haber complacido mucho los últimos informes del general Rouco. Los herejes de Vallecas le han plantado cara, y es de suponer un aumento de la tensión entre el aparato y sus revoltosas bases, a pesar de la “sanación canónica†impuesta. Mal casa con ellas el proyecto medievalista vaticano, al que le siguen saliendo pústulas como la ordenación femenina, el anti-cristianismo de algunos medios, las asignaciones tributarias a los holdings de la competencia, la educación para la ciudadanÃa o los “ataques†a la familia.
El “sano laicismo†al que aludÃa el arzobispo de Sevilla hace unos dÃas, el “laicismo positivo†siervo y genuflexo de Su Santa Madre, no es más que una trampa dialéctica. ¿Cómo, cuando la propia existencia se somete a un dios y a sus representantes, se puede rechazar la implicación de la fe en el terreno polÃtico? ¿Cómo, siendo Ratzinger un custodio de la tradición más retrógrada del catolicismo, va a renunciar al Vehementer Nos de PÃo X, encÃclica en la que se definÃa la separación entre Iglesia y Estado como “una tesis absolutamente falsa y perniciosaâ€? El laicismo no tiene epÃtetos, no hay un laicismo “insano†y otro “sanoâ€. Lo que el clero reivindica es su pasión por el poder y por el control de cuerpos y mentes. Para ello, precisa de gobiernos complacientes, que promuevan el “derecho†a la libertad religiosa –el derecho a ser esclavo, podrÃa decirse-, y que faciliten la tarea de la recaudación. Y precisa, sobre todo, de un rebaño de fieles fácilmente manipulables, adheridos a la teorÃa metaética del “mandato divinoâ€.
El objetivo de esta “Nueva Evangelización†no se diferencia mucho del de otras cruzadas anteriores. Apunta a esa “Nueva Edad Media†de la que ya empiezan a dibujarse los perfiles. Su sombra ya nos acecha. Y los dinosaurios han sido vistos firmando pactos y alianzas…





























