El dÃa después
Si bien, en principio, no parece ser un tema relacionado con este blog, los intereses, la intolerancia y el fundamentalismo religioso de siempre nos dan motivos para tocarlo.
En Córdoba, la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial que parece creer que la naturaleza y la realidad son como ellos deciden que sea, falló (buen momento para hacer un chiste fácil) que la “pÃldora del dÃa después” es abortiva. La causa habÃa sido iniciada como de costumbre por grupos que se autodenominan Pro-Vida (grupos por la vida católica, claro) cuya principal preocupación es tener de rehén a todo un paÃs con su primitiva y mitológica idea de la moral. El abogado y titular del “Portal de Belén” (por si quedaba alguna duda de la tendencia del grupo de fundamentalistas) Aurelio GarcÃa Elorrio presentó una demanda ante la justicia provincial de Córdoba pidiendo que la pastilla sea considerada ilegal ya que, según dice, impide la implantación del embrión en el útero.
El fallo de la Cámara no prohÃbe la distribución de las pastillas, pero solo la autoriza para ser tomadas antes de la relación sexual y no después, dado que creen de esta manera actúa como anticonceptivo y no como abortivo. El ministro de Salud calificó de “absurdo y un mamarracho total” el fallo, porque “si vienen a buscar las pastillas no se puede estar condicionando la entrega preguntándoles si la pide porque va a tener sexo esta noche o ya tuvo sexo anoche. Es una locura”. También agregó que en los centros se Salud dependientes del Estado provincial se va a “continuar con la entrega, porque estamos ante un fallo que no está firme, incluso lo vamos a apelar porque consideramos que la pÃldora del dÃa después no es abortiva, y eso está fuera de discusión”.
Visto de afuera, el debate parece doble. Por un lado los “defensores de la vida” reclaman el carácter de “ser humano” al puñado de células que forma el óvulo recién fecundado. A partir de ahÃ, reclaman una serie de derechos para el embrión aún por sobre los derechos de la madre. La OMS fijó como inicio de la vida una instancia posterior, por lo que aún cuando la pastilla pudiera tener efectos en la implantación sobre el útero del óvulo fecundado, eso no la hace abortiva. Pero por otro lado, la idea de que la pastilla puede perjudicar un embarazo iniciado es cuestionada desde el ámbito cientÃfico:
Ricardo Rizzi, director de la MaestrÃa en Salud Sexual y Reproductiva (Facultad de Ciencias Médicas, UNC), aseguró a La Voz del Interior que “el método previene 85 por ciento de embarazos probables, lo que contrasta con la eficacia de la anticoncepción clásica continua que previene 99 por ciento de los embarazos durante el perÃodo de un año. Su mecanismo de acción está relacionado con el ciclo fértil de la mujer. Si la toma ocurre hasta cinco dÃas antes de que se produzca la ovulación, la pÃldora interfiere con el transporte y la vitalidad del espermatozoide, por alteración del moco cervical, y también impide la liberación del óvulo, anulando la ovulación, previniendo de esa manera el encuentro de óvulo y espermatozoide. No produce ningún tipo de trastorno en el endometrio, como fue demostrado en estudios realizados en monas y ratas, en los que el levonorgestrel no impidió la nidación o implantación; y por biopsias endometriales en mujeres consumidoras de levonorgestrel, en los que se demostró que no hay interferencia con el desarrollo progestacional del endometrio, condición imprescindible para que el óvulo fecundado anide en el útero. Todo ello descalifica la teorÃa de quienes le atribuyen a la anticoncepción de emergencia capacidad abortiva. Tampoco interrumpe un embarazo ya producido, ni lo modifica”.
Carlos Nagle, investigador del CONICET dice : “No me llama la atención que la Iglesia pretenda prohibirla, lo que me sorprenden son los jueces. Decir que es abortiva es una falacia, es fundamentalismo puro”. “El rótulo de abortivo se lo ganó gratuitamente en base a experiencias que se hicieron en ratas y conejas en la década del ‘60 en la Universidad de Yale en modelos no adecuados para compararlos con humanos. Ratas y conejas requieren para la implantación del embrión un pico de estradiol. Es lo que hace que el endometrio se haga receptivo al embrión. Este mecanismo es distinto en monas y mujeres. Las monas, en general, preparan su endometrio con antelación a la ovulación. Y con posterioridad a la ovulación se inicia una fase totalmente espontánea que se llama fase progestacional o lútea, en la cual se produce la implantación del embrión. En ratas y conejas, esta fase no es espontánea: se produce con el coito. Si no tienen coito no hay fase lútea. En seres humanos ocurre igual que con los monos: si se insemina artificialmente a la mujer, independientemente de que haya habido coito o no y se fertliza el óvulo, el embrión se implantará en el endometrio progestacional espontáneo.”
Claro que demandas de este tipo se vienen presentando en todo el paÃs. El mismo grupo fundamentalista habÃa presentando una demanda en Tierra del Fuego que también fue aceptada al menos en parte. La jueza MarÃa Adriana Rapossi decidió que se suspendiera el suministro gratuito del medicamento, aunque se declaró incompetente (otro buen momento para otro chiste fácil) para expedirse sobre la comercialización por ser un tema de orden Federal. En cambio en Rosario, que siempre a mostrado ser un poco más progresista que la Córdoba ultra-católica, rechazó una demanda similar por considerar que estaba demostrado que la pastilla actúa antes de la concepción y no luego. También este año, en Chile y casualmente también a pedido de sectores ultracatólicos, se habÃa prohibido a nivel nacional la distribución de la pÃldora como parte de un programa de salud público, aunque se anunció que el estado chileno seguirÃa entregándola a los municipios.
Mientras que en el ambiente de la salud no parece haber dudas sobre el carácter no abortivo de la pastilla, en el ambiente religioso se sigue repitiendo el dogma de fe: “es abortivo, es abortivo”. Y lamentablemente la justicia parece creerle menos a los cientÃficos y más a los que hablan con arbustos en llamas. Mientras tanto, un profundo debate en nuestro paÃs sobre aborto, parece aún un sueño imposible.





























